Adam estaba sentado en una silla al lado de la cama de Any, aunque la ventana del cuarto de hospital estaba cubierta por una persiana podía notar que ya había anochecido. Ella dormía profundamente y él solo la observaba de vez en cuando sin soltar su mano.
Después de unos minutos ella comenzó a moverse y Adam pronto se incorporó. Cuando Any abrió los ojos lo miró por un instante, pero de inmediato se tocó el vientre. De nuevo miró a Adam, angustiada, esperando una respuesta, aunque con palabras no le hubiera preguntado nada.
—Está bien. El bebé está bien —se apresuró a decir poniendo una mano sobre las de ella.
Any de todos modos lloró, esta vez de alivio.
—Tranquila. —Él acarició su cabeza—. Cálmate. —Besó su mano—. Tienes que estar tranquila. Estuvimos a punto de perderlo. Vas a tener que estar en cama al menos dos semanas.
Any asintió, haría lo necesario para que su bebé estuviera a salvo.
Un rato después, cuando Any volvió a dormir, Adam aprovechó para salir a la pequeña sala afuera de la habitación, ahí estaban sus amigos. Brenda tenía la cabeza apoyada en el hombro de Lucy, estaba a punto de dormirse, pero en cuanto Lucy vio aparecer a Adam levantó el hombro para que su amiga despertara. Frente a ellas estaban Dayan, Pablo y Elliot.
—Están bien —dijo Adam en cuanto tuvo la atención de todos—. Los dos están bien.
Dayan se levantó y le dio un abrazo.
—Qué bueno, Adam.
Pero el chico aun mostraba preocupación.
—Pudimos perderlo —comentó con la voz entrecortada.
Dayan frotó su brazo.
—Adam.
—Pensé que iba a perderlos a los dos. —Sus ojos se inundaron de lágrimas—. Dijo el doctor qué tal vez fue por pasar por mucho estrés o disgustos. Fue culpa mía. —Por fin se quebró delante de su amiga.
—No, cariño, eso no es cierto. —Dayan volvió a abrazarlo.
—Si. Esto pasó por discutir con ella, por pelear. Fue mi culpa. —Adam se aferraba al abrazo de su amiga. Le hacía tanta falta desahogarse.
—No digas eso.
Mientras Lucy y Brenda presenciaban la escena, intercambiaron miradas. Se dieron cuenta de cuanto ese hombre amaba a su amiga y al hijo de ambos.
Al siguiente día, por la tarde, Any ya podía irse a casa, aunque siguiendo las recomendaciones que el doctor le indicó: estar en cama por dos semanas, nada de esfuerzos, nada de estrés.
Adam entró a la habitación con una bolsa con la ropa de Any.
—Bien, vamos a cambiarte para poder irnos.
Any estaba sentada en el borde de la cama.
—¿No está Lucy allá afuera?
—Sí —respondió él mientras sacaba la ropa de la bolsa.
—Prefiero que ella me ayude —dijo, cabizbaja.
Adam la miró por un momento.
—Claro, voy por ella. —No quiso discutir. Salió de la habitación en busca de Lucy.
Luego de llenar algunos papeles para su salida, y de lo cual Adam tuvo que encargarse junto con ella, Any por fin estaba lista para ir a casa. Él empujaba la silla de ruedas donde ella iba sentada, al cruzar la puerta principal del hospital Any pudo ver a sus amigos, todos estaban allí, esperándola. Eso le levantó el ánimo.
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Canción De Amor
RomancePara Any lo primordial es conseguir un empleo y terminar la universidad, ni siquiera tiene tiempo para pensar en el amor. Sin embargo, en el intento por cumplir sus objetivos terminará conociendo a la banda de rock favorita de sus amigas. Y uno de e...