El Reencuentro

capitulo •9

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André/Samuel

- ¡Papá!- Grito Andrea en mi oído.

- ¡Controlate, niña loca!- Le grité a mi hija.

- ¡Es mi cumpleaños!- Chilló alegre, saliendo de mi habitación.

- ¡Te apesta la boca, cepillate los dientes!- Le grité molestandola.

Me levanté de mi cama para entrar a mi armario por el regalo de Andrea, fui a su habitación y lo dejé sobre su cama, para regresar a mi habitación.

Me puse una camiseta y un pantalón sencillo, peiné mi cabello hacia atrás y guardé mi arma en la parte de atrás de mi pantalón, como siempre.

Bajé hacia la cocina y me encontré a Clara, hablando cariñosamente con Julie.

Oh, eso no le gustaría a Andrea. Que va, esa mujer es tóxica a morir. Pero que le vamos a hacer, así la amo.

- Buenos días.- Saludé tomando leche desde la caja.

- Sírvete en un vaso, André. Otro querrá leche.- Me regañó Clara.

- Ya no queda en esta caja, en la bodega hay más.- Respondí.

- ¿Si recuerdas que cumpleaños celebramos hoy?

- Es imposible olvidarlo, literalmente, Ann me gritó al oído hace un rato.

- Es idéntica a Andrea.

- Por eso le puse Andrea, tiene el mismo temperamento de su madre.- Reí.

- Voy a cambiarme de ropa para esperar a mi hermana.- Informó Julie.

- Debo salir un rato, nos vemos, Clara.

Besé la cabeza de Clara y me despedí de Julie moviendo la mano.

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Llegué a la casa de Vicente y tuve que llamar a Andrea para que sus guardias me dejaran pasar.

- ¿Podrías al menos decir quien soy? Casi me matan allá afuera.- Le dije viéndola bajar las escaleras en una pijama negra con una bata de seda larga.

- Buenos días para ti también, Sam.- Se burló antes de besar mi mejilla.

- Venía a devolver esto.- Saqué su anillo de mi bolsillo y lo puse frente a sus ojos.

- Tuve una gran discusión con Vicente hace un rato. Supongo que ya no te debo nada a cambio de dejar a mi hermana quedarse en tu casa.

- Si, aún me la debes.- Dije sonriendo - Pero luego hablamos de eso. ¿Nos vamos juntos a la mansión? Andrea está como loca corriendo por su cumpleaños.- Le comenté mientras la seguía por un pasillo largo.

- Lo imaginaba, primero quiero ir a la pista de aterrizaje, su regalo nos espera.- Entramos a su cocina, la vi sacar dos vasos y una caja de leche de chirimoya.

- Gracias.- Le dije recibiendo un vaso - ¿Le darás un avión? Ya tiene uno, se lo regalé a los 14 años.

- Lo sé, por eso, tendrá un avión, un submarino y un helicóptero.

- Cumple 17, ¿Por qué le darás un submarino?

- Entendiste mal, yo no le daré el submarino.

Fruncí el ceño y escuché a alguien carraspear a mi espalda, giré y vi a Vicente mirarnos encogiendose de hombros.

- ¿Le darás un submarino?- Le pregunté a Vicente.

- Si, no se cumple 17 todos los días.

- Voy a cambiarme, esperame aquí, Samuel.- Avisó Andrea.