Reconquista

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*Jon

Sinceramente no esperaba el regreso de Farah así ni por asomo.

Este mes ha sido un puto infierno sin ella, y lo reconozco, he sido un cobarde, no me he atrevido a escribirle ni una sola vez.
Sé que ha conocido a un tipo estas semanas, ya que si ha estado en contacto con Nadia, la cual es una especie de confidente para ella, ambas se cuentan todo... Y por supuesto, no he perdido la oportunidad de recabar información.

Por lo que sé, el tipo es el vecino de su hermana, creo que al principio fue bien pero no ha resultado ser como Farah esperaba.

Fui un iluso al pensar que alguien con las cualidades de Farah: bonita, inteligente, divertida... No iba a llamar la atención de cualquier tipo. Pero realmente me ha tomado por sorpresa y me fastidia. Sé que es culpa mía por no ser capaz de expresar mis sentimientos, si la vuelvo a perder me jodería muchísimo, y creo que esta vez ha estado cerca. El tipo la ha dejado peor de lo que se fué, su sonrisa no llega a sus ojos y apenas conversa mientras trabaja.

Hoy ha llegado temprano, aún ni siquiera había llegado Nadia, así que me he permitido observarla mientras horneaba unos postres. Su piel ha tomado un ligero tono bronceado estas vacaciones y las pecas de su nariz están más visibles, maldita sea está preciosa.

Acabamos de abrir al público y ella ya está llenando la vitrina de deliciosos postres recién hechos, realmente tiene un don, toda la pastelería desprende un olor increíble, estoy seguro que los clientes no tardarán en llegar.
Por más que me cueste dejar de mirarla debo encerrarme en mis despacho, el trabajo se me acumula y desearía terminar lo antes posible.

Al poco de estar sumergido en mis papeles oigo un estrepitoso ruido que viene de la zona donde está Farah, y solamente tardo aproximadamente dos segundos en correr hacia ella, de pensar que se ha podido hacer daño casi me da un infarto.

Su piel está pálida y en el suelo están estrellados unos dulces de crema y chocolate que hacía un instante la había visto colocar en una bandeja, la cual también está tirada en el suelo.

— ¿Farah estás bien? ¿Qué ha sido ese ruido? ¿Te has hecho daño?

Reviso sus manos, por si se ha hecho algún corte, gracias a Dios parece estar bien. 

— Está todo bien, gracias Jon - dice Farah nerviosa intentado recomponer el desastre de esos dulces estampados contra el suelo. - Lo siento mucho Jon, lo limpiaré ahora mismo.
— Nada de eso, no te preocupes, déjame ir a buscar algo para limpiar esto, ¿Quieres salir a descansar? Puedo ocuparme yo.

Añado en un intento de tranquilizar el nerviosismo de Farah.

De repente una voz nos interrumpe, y ni siquiera había reparado en el tipo que estaba en la pastelería, y al instante puedo adivinar quién es, no necesito ser un genio, el maldito vecino que conoció estas vacaciones, solo eso podría explicar el nerviosismo de Farah.
Le pregunto si se conocen en un intento desesperado de estar equivocado y que este tipo solo sea un cliente más, pero Farah asiente y recurro a todo mi autocontrol para aparentar que no me afecta e incluso le digo que puede salir a hablar con el tipo.

Y aunque desearía saber de qué están hablando, decido respetar a Farah y me quedo dentro del local limpiando los restos de dulces que todavía están en el suelo.

No me esperaba para nada que el tal Jayden fuera así, es alto y rubio, tiene ojos claros y parece un maldito backstreet boy, y los tatuajes que tiene en los brazos sin duda llaman la atención. Maldita sea, espero que Farah le esté pateando el trasero en este instante, por lo que le dijo a Nadia ella ni siquiera ha querido responder sus mensajes, no sé el motivo, pero ojalá Farah actúe en consecuencia.

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