Balance de daños

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*Jayden

Está todo preparado para que la recaudación anual comience.
El día es tan soleado que se agradece después de tantos días grises. El otoño está al caer pero el verano se resiste algunos instantes más.

Las carpas están instaladas. Ya empieza a haber movimiento de gente y miro con orgullo el buen trabajo de mis compañeros de hospital, y de los negocios locales que han querido ayudar en la causa.
A lo lejos, el puesto de dulces de la pastelería de Farah aun está siendo montado y parece que no hay ni rastro de ella. Confieso que la esperanza de verla me tiene en un estado total de alerta.

Me paseo por los puestos de venta. Hay de todo, la comunidad se ha volcado este año.
Hay puestos de comida, de artesanía, varios de entretenimiento e incluso se realizará una subasta.

-Jefe este año nos hemos superado. -dice Mimi con orgullo en sus palabras.
-No tengo dudas Mimi has hecho un trabajo brutal, sinceramente, la mayor parte de esto ha sido gracias a tu insistencia.
-Insistencia, cabezonería... Llámalo como desees Jefe. Lo importante es que estas familias tendrán algo de ayuda en sus tratamientos.

La cara de Mimi se ilumina cuando se abren las puertas del parque y los primeros curiosos ya comienzan a merodear por algunos de los puestos que ya están en funcionamiento.

-¡Ya comienza! Jefe date prisa.

La enfermera agarra mi mano y tira de mi de un lado a otro de la feria, va tan deprisa que si no fuese porque literalmente me arrastra tras ella sería incapaz de seguirle el ritmo.

Mimi se detiene a saludar en unos de los puestos. Es una señora mayor que donará varias piezas de su colección de arte para ser vendidas. Por suerte las obras están expuestas y Mimi me da unos segundos de paz mientras se entretiene observando los cuadros y a la vez conversa con la pintora sobre ellos, comentando cada detalle que le llama la atención.

Respiro aliviado por estos minutos de calma. Calma que no dura mucho cuando mis ojos se posan sobre el puesto de la pastelería de Farah.
La carpa antes vacía, ahora se encuentra llena de cajas con deliciosas cupcakes, raciones de diferentes tartas, Donuts...
Hago un escaneo rápidamente y ahí está ella.
Lleva el cabello en una coleta alta y su característico delantal blanco. Su piel reluce al sol mostrando sus pequeñas pecas dispersas por su nariz y sus ojos color verdoso se ven tan cansados que siento una punzada en la boca del estómago. No puedo apartar la vista de ella. Es como un imán tan potente que siento que me atrae con tanta fuerza que llega a ser doloroso.

-¡Wao! No sabía que tenía tanto poder de convicción. Ese Jon será algo odioso pero, he de reconocer que es tan inoportuno como generoso, han traído muchísimo material para vender. Y parece que a la gente le encanta.

Las palabras de Mimi consiguen apartar mi mirada de Farah por un segundo para posarla en Jon. Está completamente atento a cada gesto de Farah . Tanta atención me pone nervioso.
Jon alza la vista y su mirada se clava en la mía. Y no sé si lo hace adrede pero se vuelca aún más en sus atenciones con Farah.
Pasa una mano por encima de su hombro, y le susurra algo al oído que la hace reir. Sin apartar la vista de mi, le retira un mechón del pelo a Farah, la cual parece totalmente ajena a mi presencia.
Jon parece disfrutar con mi lejanía. El está cerca de Farah y yo no.
Siento mis manos arder hasta que me doy cuenta que estoy apretando los nudillos.

-Jefe, mejor vamos a visitar otros puestos... Hay uno donde están vendiendo esos sandwiches de queso de los que te he hablado varias veces -dice Mimi que ha observado la misma escena que yo e intenta apartarme de ahí-. También hay otra carpa donde sirven cerveza, quizás necesites un trago.

Mimi vuelve a tirar de mi y me arrastra tras ella de nuevo. Esta vez en dirección opuesta. Y aunque pongo un poco de resistencia, acabo por ceder y seguirla. No tendría caso montar una nueva escena de celos. Solo haría empeorar las cosas.

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