*Jayden
Farah duerme tranquilamente en la habitación, estaba agotada y no me extraña.
Su cansancio no es solo físico, mentalmente está destrozada.
No consigo entender cómo alguien puede dañar a un ser tan valioso como ella. Me da mucha rabia no poder hacer más por sanarla.Reviso sus facciones detalladamente, el largo de sus pestañas, las pecas salpicadas por su nariz, el marco de sus cejas... Parece tan frágil, que siento la necesidad de abrazarla y no soltarla nunca más.
Pero sé que ella es de todo menos frágil, es fuerte y ha soportado mucho.-Buenos días dormilona.
-Buenos días vikingo, he dormido demasiado ¿Qué hora es?
-Aún es bastante temprano, podemos remolonear un poco más.
-Esta cama es demasiado cómoda.
-Entoces has dormido bien solo gracias a la cama. - digo intentando parecer herido. - Que disgusto me das Farah.
-No seas dramático, tu compañía ha sido la mejor parte, gracias por cuidarme tanto, desde que apareciste no has hecho otra cosa que velar por mi.
-No es altruista, me gusta hacerlo, así que también salgo beneficiado.Se despereza con cuidado y busca mi abrazo, rodando entre las sábanas. Adoro que sea tan cariñosa, y haya despertado de mejor humor.
-¿Quieres desayunar preciosa?
Mueve su cabeza en señal de negativa.
-Entonces que desea hacer la señorita en esta mañana de domingo.
Me muestra una sonrisa tímida y se cubre el rostro con las sábanas.
-Si Farah se va entonces no sé a quién le daré mis besos.
Digo jugando como cuando se es pequeño, la risa de Farah debajo de las sábanas me calientan el corazón, es demasiado inocente y adoro de ella eso, a pesar de los golpes que recibe sigue manteniendo esa pureza.
-¿Farah? ¿Hay alguna Farah por aquí?. - pregunto mientras rebusco entre las sábanas fingiendo torpeza. - Creo que hay alguien por aquí.
Entre cosquillas consigo besar su sonrisa y ya siento que el día ha comenzado bien, besar esa sonrisa sabe a gloria bendita.
-Te quiero Jayden. - dice entre risas, pero las frena de golpe - Lo siento Jay...
-¿Qué dijiste?
-Lo siento de verdad me he dejado llevar por el momento, no quería incomodarte.Me toma por sorpresa, es la primera vez que me dice que me quiere.
-Entonces dejate llevar más veces porque me encanta, yo también te quiero Farah.
La sonrisa vuelve a su rostro aunque algo más leve.
-Antes de seguir debería decirte algo Jay.
-Soy todo oídos. Dime, sin miedo.Las risas y juegos de hace solo un instante se detienen en seco. Su tono suena nervioso y yo solo deseo que nada arruine este momento.
-Ayer antes de salir de trabajo, me ocurrió algo y no sabía cómo decirte, porque la verdad ni siquiera sé que ha pasado bien.
Es complicado.
-No le des más vueltas Farah, simplemente dime qué sucede.
-Ayer mi jefe Jon me besó.
-¿Te besó o lo besaste?
-Me besó, lo juro.
-Está bien, ¿Sentiste algo?¿Él te gusta?
-No Jayden - suena sincera - Porfavor no te enfades.No lo voy a negar, me da rabia, siento mucho por Farah y deseo que sea solo mía, pero no puedo culparla por algo que ella no ha hecho o provocado, respiro hondo antes de comenzar a hablar.
-Quizás es culpa mía, debí sellar lo nuestro formalmente.
-No entiendo.Su cara de confusión está mezclada con la de preocupación.
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El Postre Primero
RomanceCuando su pareja de toda la vida decide terminar la relación, Farah se siente totalmente pérdida. Pero todo cambia cuando conoce a Jayden, un dulce vecino con pintas de vikingo que le abrirá los ojos a un mundo nuevo de aceptación, amor y superació...