Una retirada a tiempo

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*Jon

Me alejo por el largo pasillo del hospital sintiendo que dejo atrás parte de mi.
Aprieto fuerte los puños aunque aún me duelen por los golpes que di en la pelea.
Odio no ser yo quien cuide de Farah, odio no ser yo quien este arropandola en este momento.
No podré estar tranquilo hasta que la vuelva a ver, sin esa herida en la cabeza. Sin tantos problemas.

Me acerco al ascensor y pulso el botón repetidas veces. Maldita sea ¿Por qué diablos tarda tanto?. Estoy ansioso por largarme de este lugar.
Escucho unos pasos apresurados tras de mi.

-¡Hey! Espera. Jon ¿Cierto? Nos presentaron antes pero igualmente, encantado, soy Jayden.

El rubio extiende su tatuado brazo y me ofrece su mano, sonríe incómodamente.
No quiero parecer mal educado así que estrecho mi mano pero no digo una palabra.

-Verás, sé que conoces a Farah de hace más tiempo y este altercado con el ex me ha preocupado mucho, no sé si conoces al tal Israel. Solo quería saber si el tipo es peligroso, ¿Crees que la vuelva a molestar?
-No lo conozco tanto, pero es un imbécil, y como buen imbécil es impredecible.
-Comprendo. Quizás debería animar a Farah a que denuncie.

Medita sus palabras, parece realmente preocupado. Me consuela comprobar que parece menos imbécil que el ex. Pero sigue dándome rabia que sea él quien está con Farah.

-Farah no hará tal cosa, ojalá.
-Bueno, lo intentaré. Gracias por todo Jon.

Me vuelve a ofrecer su mano, odio que sea tan buen tipo.

-Nada, lo hago por Farah.

Una enfermera bajita de ojos color miel se acerca por el pasillo y ambos dirigimos la mirada a ella.

-Siento molestar Jay, pero Farah acaba de pedirme un calmante y le dije que sería mejor en inyección pero insistió en que prefería una pastilla.

Jayden hace un gesto de preocupación, frota sus dedos en la frente y suspira. Y yo solo pienso en que ella debe estar sintiendo dolor y eso me desespera, así que sin darme cuenta me encuentro haciendo el mismo gesto de preocupación pasando mis manos por mi frente.

-No te preocupes Mimi, se lo inyectaré al suero y será mejor.
-Ya... eso es justo lo otro que venía a decirte. Farah me pidió que le quitase el suero.
-¿Y le hiciste caso?

El tono de Jayden sube alterado pero enseguida retoma su tono cordial, que parece ser que es el que le caracteriza.

-Está bien, no te preocupes Mimi, déjamelo a mi. Yo le llevaré el calmante. Muchas gracias.

La enfermera le regala una sonrisa y pulsa el botón del ascensor.
Estupendo, estoy deseando irme también. Las puertas se abren y ella entra al ascensor y me cuelo tras de ella.

-Bueno... gracias Jon.

Añade Jayden, yo hago un gesto de despedida, pero sigo sin mediar media palabra más.

Por suerte las puertas del ascensor se cierran y respiro aliviado.

-¿Te han revisado ese corte del labio? No tiene buena pinta.

Instintivamente llevo mi mano al labio y joder me arde, con todo este lío ni siquiera había reparado en esta mierda.

-No gracias, estoy bien.

La morena insiste.

-Será solo un segundo déjame curarlo al menos.
-Te lo agradezco pero no es necesario.

No tengo el humor para conversar con nadie y aunque está siendo amable preferiría que no me hablase más. Pero no se da por vencida.

-Te estás pareciendo a la novia del jefe. ¿Sois hermanos o algo así?

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