Dolor

10 1 0
                                    

*Jon

Estoy hundido, debo asumir que aunque nunca tuve a Farah, definitivamente la perdí. Es tan confuso sentir un dolor por algo que perdiste sin tener, sufrir por algo que nunca fue tuyo.
Puedo llegar a entender que lo que me causa el daño es apagar esa pequeña llama de esperanza.

Jamás imaginé que Farah me mirase con temor a la vez que con cierto desprecio, o algo peor, con lástima.

El encuentro en el baño ha sido la gota que colmó el vaso. Verla así de golpe me ha subido la adrenalina, estaba tan jodidamente perfecta con el cabello mojado. Gracias a su irremediable torpeza he podido abrazarla, cinco segundos, suficiente para hacerme sentir tanto. Pero en cambio, para ella ha tenido que ser una tortura.

Ha intentado dejarme claro que yo solo sería un estorbo en su vida, básicamente yo supondría un peligro para la estabilidad de todo lo que ella ama.
Prácticamente era lo que me temía, en mi interior sabía que no era bueno para ella, pero confirmarlo de su propia voz ha sido más de lo que puedo soportar.

Odio mi contradicción, no me atrevo a estar con ella, pero tampoco quiero dejarla ir.
Mi cobardía me ha hecho perder lo que más deseo.

Estoy encerrado en el despacho, mi humor está de perros y no quiero hablar con nadie.
He escuchado como mi hermana y Farah se despedían así que supongo que ya se ha ido a casa.

Salgo por primera vez del despacho en toda la jornada y encuentro a Nadia terminando de anotar algunas recetas en un cuaderno, ella se da cuenta de mi presencia y me observa detalladamente, me conoce y me va a ser difícil ocultarle el mal humor que cargo a cuestas.

-No sé si deba preguntar ya que igualmente no me vas a responder con sinceridad pero, qué te ocurre Jon, estás aún más aislado de lo normal.
-Estoy bien Nadia, sabes que tengo mucho trabajo estos días.
-Lo sé Jon, pero te escudas en eso continuamente para evitar cualquier tipo de conversación. Me preocupo por ti Jon, solo haces trabajar y encerrarte en ti mismo.

Su mirada se vuelve nostálgica, no me gusta preocupar a mi hermana, hemos pasado por mucho juntos y solo nos tenemos el uno al otro.

No quiero pagar mi enojo con ella así que intentaré cambiar la conversación.

-Te prometo que estoy bien Nadi, solo necesito descansar un poco, quizás salga con Tony a cenar. Ya ves, al final no estoy tan aislado.
-Tony no cuenta como cita.
-Ese amor odio que os traéis Tony y tú jamás llegaré a comprenderlo.
-No hay mucho que entender, mejor cambiemos de tema.

En el pasado creo que Nadia y Tony tuvieron algo, intento no indagar mucho, él es mi mejor amigo y ella mi hermana, algo tan cliché no podría salir bien.

No sé qué les hizo pelear pero prefiero dejarlo estar y no insistir, es parte de mi personalidad el mantenerme al margen de todo, quizás aveces demasiado.

-Está bien, cambiemos de tema.
-Estupendo, hablar de Tony hace que se me amarguen los dulces.

Me hace sonreír, realmente es gracioso ver el intento de mi hermana por demostrar odio cuando se le nota que simplemente está dolida.

-¿Sabes que Farah tiene novio?

Joder, las palabras de mi hermana me golpean el estómago como una bola de demolición.

-Supongo que hablas del tipo ese que conoció en las vacaciones.

Añado intentando demostrar absoluto desinterés.

-Exacto, ahora están juntos. Tipo, oficialmente. Él le ha pedido que sean pareja...

Mi hermana continua narrando lo maravilloso que es el tal Jayden pero su voz se me vuelve lejana y apenas oigo un barullo. Mi mente va a mil por horas y tengo que forzarme a mí mismo por disimular el dolor que esto me provoca.

El Postre Primero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora