Dulces Sueños

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Aquel rato en la cocina con mi madre me había animado un poco, aunque ese nudo en el estómago no desaparecía.
Me lave los dientes, mientras me observaba en el espejo del baño, mi reflejo era el de una persona cansada, las ojeras formaban una sombra oscura debajo de mis llorosos ojos, el cabello lo tenía alborotado y sinceramente me veía en la mierda.

Cerré el grifo y sacudí la cabeza frente al espejo, respiré hondo y me repetí a mi misma que me calmase. Quería mantener el poco de ánimo que acababa de reponer mi madre en mi.

Entré a la cama, la cual me parecía diminuta comparada con la enorme cama de mi casa, mi ex casa, mejor dicho... Me había esforzado tanto en decorarla a mi gusto.
Suspiro de nuevo, mientras intento acomodarme y encontrar la postura perfecta e intentar dormir.
Mañana debo reincorporarme al trabajo, debo descansar.
Mi jefa me dió unos días libres para solucionar todo lo de mi mudanza. La verdad es un encanto de jefa, tengo suerte, aveces la considero mi única amiga cercana.
Mi mejor amiga Bibi vive en Irlanda, se mudó allí hace unos años y con ella se llevó el último resquicio de vida social que tenía.
Nunca he tenido un grupo enorme de amigas, pero conforme pasaban los años ese grupo se iba haciendo cada vez menor y Bi era la única que seguía a mi lado, por eso cuando se marchó a Irlanda a vivir fue un golpe durísimo. Nos hablamos a diario por mensaje y las video llamadas son el pan nuestro de cada día. Pero la echo tanto de menos... Ella sabe animarme como nadie y seguro que tenerla cerca haría todo esto más fácil. Tengo su apoyo incondicional.

Intento calmar mis pensamientos y cierro los ojos con fuerzas. Mañana será un día duro. Tener que dar explicaciones a los clientes en el trabajo, no sé cómo enfrentar los fantasmas de las rupturas, es mi primera ruptura.

Trabajo en una tienda de pueblo local, es una pequeña pastelería donde hacemos los dulces más deliciosos que te puedas imaginar, adoro mi trabajo, el ambiente laboral es estupendo, mi jefa Nadia es casi de mi edad y nos llevamos genial. Todos me conocen en el pueblo, ya que es una pastelería muy frecuentada por la gente de la zona, así que seguramente la noticia de mi ruptura ha corrido como la pólvora, y no es de extrañar que me tenga que enfrentar a alguna que otra pregunta incómoda.
Aunque por otro lado, me anima la idea de volver al trabajo, tener algo en lo que distraerme y poder aliviar estos pensamientos de mi cabeza.

Suena el despertador y ni siquiera sé cuándo me quedé dormida, pero por el cansancio que siento en mi cuerpo se que me costó conciliar el sueño. Doy un respiro profundo e intento llenar mis pulmones al máximo, suelto todo el aire de golpe y me levanto de la cama de un salto.
Ese maldito diminuto colchón me está dejando la espalda destrozada. Anotó mentalmente que debo comprar un colchón nuevo.
En la cocina ya están mis padres desayunando, cuando notan mi presencia inmediatamente me miran y sonríen.

- Buenos días, ¿Cómo amanece la pastelera más dulce? - dice mi padre a tono de burla.
Intento no reírme de su comentario y voy directa al café.
- Hija espero que hoy tengas un día genial, estoy segura que te hará bien volver a tus dulces, eres una artista, tus postres son deliciosos. Haces un buen trabajo.
- Gracias mamá, un poco exagerada pero igualmente gracias. - digo irónicamente.
- Farah, deberías valorar más las cosas buenas que haces, tienes mucho talento, no deberías desvalorizar tu esfuerzo. - dijo algo más seria.
- Vamos déjala acaba de despertar y ya estás sermoneandola al estilo coach motivacional, dale un respiro a la niña - interrumpe mi padre en mi defensa - aunque algo de razón tiene tu madre, esos dulces son deliciosos hija.

Mi padre sonríe y no puede evitar contagiar a mi madre quien le mira y asiente con la cabeza con una amplia sonrisa.
Los miro mientras sorbo mi café y pienso que realmente soy afortunada de tenerlos, tengo unos padres buenos y comprensivos, aveces pienso que soy un dolor de cabeza para ellos.
Tardé en encontrar mi lugar en el mundo, nunca supe a que me quería dedicar, probé mil cosas y aún así siempre me apoyaban, incluso cada vez que aboné un curso por otro o un estudio por otro, gracias a ellos pude probar mil caminos diferentes que me llevaron a la pastelería, mi auténtica pasión, descubrí que hacer dulces es como algo casi terapéutico para mí. Ver cómo la gente disfruta probando mis dulces es una recompensa enorme y gratificante.

Miro el reloj y casi se me hace tarde, bebo apresurada mi último sorbo de café y me despido de mis padres, ellos me desean buena suerte y salgo corriendo camino del trabajo.

No tardo en llegar, se me olvida que la pastelería está mas cerca de casa de mis padres que de mi antigua casa, ahora estoy a solo tres calles del trabajo, así que llego a tiempo y por suerte no hay nadie todavía.

Me dispongo a cambiarme. Mi uniforme me hace sentir que pertenezco a este lugar, esta pastelería ha sido un bálsamo en muchas ocasiones, es como un segundo hogar. Cuando discutía con Israel me quedaba aquí horas extras, preparar postres me calmaba la ansiedad.
Es un lugar tan cálido, no solo por el calor de los hornos, realmente es un lugar que me hace sentir bien.

Acomodo el delantal y me preparo para ver qué postres debería elaborar hoy.
El ruido de la puerta me hace levantar la mirada, llega alguien y supongo que es Nadia, pero el que aparece es Jon, su hermano.

Jon es el hermano de Nadia, prácticamente podría decirse que el es mi "Jefe". La pastelería es de ambos, el se encarga de la parte financiera y Nadia de la creativa. Hacen un buen equipo.

- Buenos días Farah, me alegra que estés por aquí de nuevo.
- Gracias Jon, a mi me alegra estar aquí también. - digo algo apenada.
- Oye no quiero sonar pesado e imagino que es ciertamente incómodo para tí, así que este será mi único comentario sobre tu ruptura, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites, lo digo enserio Farah.
- Gracias Jon. - digo sonrojándome al instante, realmente me avergüenza hablar de mis temas personales. Pero entiendo que él solo está intentando ser amable.
- No tienes que darlas, realmente te has convertido en parte de nosotros, mi hermana y yo te apreciamos de verdad. - suena sincero.- Me alegro de lo ocurrido.
- ¿Te alegras? - digo algo confundida.
- De la ruptura - dice con nerviosismo. Respira hondo y parece que está pensando que palabras utilizar. - Siempre he pensado que vales mucho, en las ocasiones que hemos coincidido con Isra y tú he sentido que estabais a diferentes niveles, ni siquiera me gustaba como te hablaba.

Jon agacha la cabeza, quizás avergonzado por lo que acaba de decir y retira la mirada de la mía.
Lo observo y no sé que responderle a eso, no sabía que Jon pensase así de mi relación con Isra. No suelo hablar de mis temas personales con Jon, aunque con Nadia si solía desahogarme algo más, aveces pasamos muchas horas juntas preparando recetas y la verdad que estamos muy unidas.

Nerviosa quiero responder al comentario de Jon, quién cabizbajo juega con unas bolitas de azúcar entre sus dedos, pero no sé que responder.
El silencio incómodo se esfuma cuando la puerta suena de nuevo y aparece Nadia.
Gracias al cielo, su llegada rompe la tensión que se había creado.

- Hola hermanita, ¿Llegando tarde?
- Dios Jon, solo son diez minutos, además alguna ventaja tendrá ser la jefa. - dice burlona. - de todos modos, qué haces tú aquí, no te esperaba, pensé que hoy ibas al notario.
- Vine a recoger unos papeles. - suelta algo nervioso, abre un cajón y rebusca entre las carpetas. - Aquí está el documento que necesitaba. - lo levanta y muestra en el aire agitando el papel.
- Bien entonces vete y déjanos crear. - se burla Nadia.
- Por supuesto, no quiero interrumpir a las maestras pasteleras. - su sonrisa se hace pícara.
- Adiós hermanito. - suspira Nadia.

Jon sale de la pastelería y respiro aliviada, me había sentido rara después de su confesión sobre lo que pensaba de Israel y yo. Nunca me había comentado que pensase de esa forma.

- ¿Manos a la masa? - Dice Nadia con entusiasmo, sacándome de mis pensamientos.
- ¡Claro! Vamos a ello.
















* Gracias por leer este segundo capítulo. Vamos conociendo un poco más de Farah y de la gente que le rodea.
Pensará todo el mundo igual que Jon sobre Farah e Isra?
Que ganas de que sigáis conociendo a más personajes!!
Saludos :)

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