Sin vuelta atrás

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Farah*

Soy totalmente consciente que si doy este paso no habrá vuelta atrás. Lo mío con Jayden acabará para siempre. Después de esto no habrá la más mínima posibilidad de reconciliación. Quizás ese es el motivo principal. No me siento suficientemente fuerte para evitar recaer. Quiero acabar con este círculo de peleas y reconciliación, sé que yo he provocado todo esto. Si Jayden volviese a acercarse a mi sé que acabaría rindiéndome a su maldito efecto en mi, me siento adicta, y ninguna adicción puede ser buena.
Pensé, realmente creí que podría tener algo sano con Jayden. No lo culpo en lo absoluto. Soy yo la persona tóxica, saco lo peor de cada ser humano. Incluso Jayden.
Debo asimilar cuanto antes que no puedo estar atada a ninguna relación seria, acabaría estropeandolo. Siempre lo estropeo.

Jayden jamás perdonaría esto.

Estoy asustada, Jay dijo que no se reconocía, pero yo tampoco. No estoy segura si siempre fui así de tóxica o me he ido convirtiendo con los golpes de la vida. Nada justificaría lo que soy igualmente.

No quiero hacer daño a Jon, pero sé que él aunque diga sentir por mi, no lo hace, no como Jayden.
Jon puede soportar mis idas y venidas. El no tener unos sentimientos tan fuertes lo hará más fácil.
Dejé que se nos fuera de las manos a Jayden y a mi, fue intenso, rápido y fugaz. Una combinación peligrosa.
Debería constar en algún récord, he conseguido que el hombre más Zen y paciente del mundo acabe enloqueciendo por mi culpa.
Soy un desastre absoluto.

Llevaba horas en mi habitación envolviéndome en mi propio desprecio. Tenía que parar.

Venir a casa de Jon no fue quizás la mejor de las ideas, y juro que no tenia planeado nada de esto. Pero cuando Jon me ha besado, lo supe.
Se que Jayden no se daría por vencido, volvería a intentar volver juntos, y yo solo haría empeorarlo, quizás con una nueva crisis de confianza, un nuevo ataque de ex... Sea lo que sea, solo complicó su vida.
Jayden no merece eso.

- Farah te deseo más que a nadie en este mundo, y no me importa si lo haces por despecho o por el motivo que sea, solo quiero asegurarme que de verdad quieres.
- Jon si sigues preguntando cada cinco malditos segundos...

Parece que mi comentario le enoja, o quizás le motiva, no se qué pasa por su cabeza, ni siquiera sé qué pasa por la mía.
Jon me besa, sus besos son diferentes, tienen necesidad implícita. Sus manos son frías y mi piel se eriza con cada caricia.

No mentiré Jon me atrae físicamente, pero siento que mi cuerpo y mi mente no tienen conexión. Veo la escena desde fuera.
Debería estar disfrutando, Jon me acaricia suavemente la espalda mientras besa mi cuello, sé que está exitado.
Cierro los ojos para intentar concentrarme en sus caricias, sus besos... Pero parezco anestesiada.
Me repito que es lo que debo hacer, dar este paso. Yo vine hasta aquí, yo provoqué todo esto. No hay vuelta atrás, repito una y otra vez.
Jon saca su camisa, observo sin mediar palabra, es perfecto. Y aún así, nada.
Comienzo a agobiarme.
¿Estoy rota?¿Qué diablos me ocurre?¿Porqué no siento nada?

El aire se me hace pesado, no puedo respirar con normalidad.
Algo me ocurre, no me encuentro bien. No consigo llenar mis pulmones, tampoco consigo hablar. Me siento atrapada en mi propio cuerpo.

- ¿Farah? Joder nena que te ocurre, no me asustes, estás bien?

La voz de Jon es cada vez más lejana, no se cuando paró de besarme, sus caricias se han convertido en aspavientos.
Mi vista se nubla.

- Farah cielo, no me hagas esto, reacciona porfavor.

Jon suena cada vez más angustiado, pero sigo sin poder hablar. Comienzo a temblar sin poder parar, siento frío. Mucho frío. La falta de aire se hace insoportable. Realmente siento que me voy a morir ahogada de un momento a otro, no sé cuánto tiempo faltará hasta que pierda la consciencia.
Siento en mi pecho como si mi corazón estuviese a punto de implosionar.
Dolor.
Oigo a Jon gritar a alguien al teléfono.

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