Paciente, impaciente

14 1 0
                                    

Jayden*

La cara de Farah es realmente entrañable. Pero no imagina que estoy vacunado en caras adorables, no caigo en chantajes emocionales. Si me dejase manipular por estos adorables mocosos estaría perdido como pediatra.

-No te va a servir esa carita conmigo, me puedes explicar porqué has hecho que te quiten el suero, ahora será más difícil aplicarte el calmante.
-¿Porqué? Es que esa bolsita ahí colgada me molestaba Jay.
-Podria haberlo inyectado sin más en la bolsita esa que dices, pero como la Sra. Ha decidido desobedecerme, ahora tendré que inyectarla directamente.

Su cara se vuelve pálida y aunque no disfruto en lo absoluto la situación, he de reconocer que su intento por disimular su terror a la aguja me divierte.

-Pero he pedido una pastilla. Además tú no puedes atenderme, soy tu familiar, me lo ha dicho la enfermera. Así que suelta esa aguja.
-Lo único correcto en esa afirmación es que soy tu familiar. Eres mi familia.

Parece que mis palabras le agradan y me siento bien por ello.
Me concentro en ponerme los guantes de látex, abro el paquetito de la aguja esterilizada y me dispongo a llenarla del líquido pinchando el frasco que dentro contiene el calmante.
Farah me mira atónita.

-¿Cómo lo haces tan rápido?
-Cuestión de práctica, lo he hecho miles de veces. Ahora ponte de lado porfavor.
-De lado, para qué.
-Pues para inyectarte.

Digo mientras hago salir un poco de líquido de la punta de la aguja, haciendo el gesto para que se gire en la camilla.
Sus ojos se agrandan.

-Pero, ¿no me la pondrás en el brazo?.
-Será más efectivo si te la inyecto en el trasero.

Farah niega con la cabeza repetidamente. No puedo evitar sonreír.

-Quizás si he hecho bien en traerte a la zona pediátrica, te estás comportando como una niña pequeña.
-Ya no me duele tanto, con la pastilla es suficiente Jayden.

Uso un tono más serio, sé que debe dolerle, tiene una brecha que ha necesitado cinco puntos de sutura y este calmante hará que descanse toda la noche.

-Confia en mi preciosa, prometo que no te dolerá, además se donde guardan el frasco de piruletas, si me dejas inyectarte te daré una.
-¿Usas esa técnica con todas tus pacientes?.
-Suele funcionarme, dime qué no eres mi excepción.

Consigo que Farah sonría y eso me tranquiliza.
Ella asiente y se da por vencida, se gira de lado en la camilla.

Subo delicadamente su vestido hasta su cintura. Acaricio su contorno.
Hago a un lado su ropa interior dejando expuesta una de sus nalgas.
Farah cierra los ojos y suspira.
Me aterra que me parezca jodidamente perfecta incluso en una situación así. Es la primera vez que poner una inyección causa esto en mi.

Paso el algodón por su piel y el frio contacto de alcohol hace que Farah se estremezca.
No quiero alargar más su pequeño calvario así que inyecto el calmante de una vez.

Me deshago de los guantes y la aguja.

-Eso es todo preciosa.
-¿Ya?

Pregunta aliviada.

-Ves, te dije que no te dolería.
-Lo que dijiste es que me darías una piruleta.
-Y lo haré. - añado soltando una carcajada.

Regreso su ropa interior a su sitio y bajo lentamente su vestido, soy adicto al contacto con su piel así que no puedo evitar acariciar de nuevo su cintura.

-Ya puedes girarte preciosa. - susurro a su oído.

Farah se reincorpora y alza sus manos buscando mi brazos. Y yo sin dudarlo me lanzo a ella con todo el cuidado posible.

-No me vuelvas a dar un susto así jamás.
-Los vikingos no tienen miedo nunca.
-Solo cuando sus Valkirias están en peligro.

Ahora parece que es ella quien me consuela, pero realmente he sentido pánico cuando su cabeza golpeó aquella silla en el restaurante debido al empujón que el idiota de su ex le propinó.
Ahora entiendo porque no podemos atender familiares, casi me infarto cuando la vi sangrar.
Cada segundo solo hago confirmar con más certeza que siento algo único y especial por ella. Algo nuevo para mí que jamás había sentido por nadie más.
Me acomodo a su lado mientras acaricio sus manos, no pienso soltarla en toda la noche. He pedido que nos dejen pasar aquí la noche, para poder observar la evolución, un golpe tan fuerte en la cabeza no es cualquier cosa.

Una adormilada Farah me saca de mis pensamientos.

-¿Dónde fuiste antes, Jay no te irás de nuevo?
-Shhh descansa mi amor, no volveré a salir en toda la noche, te lo prometo tesoro.

Sus ojos se cierran y agradezco que el calmante le esté haciendo efecto rápidamente.

Quizás debí explicarle que fui en busca de Jon, pero eso no ayudaría en nada a tranquilizarla en estos momentos.

Acuno a Farah entre mis brazos, la observo dormir profundamente.
Un escalofrío me recorre todo el cuerpo al pensar lo importante que se ha convertido para mí en tan poco tiempo. No está siendo un inicio fácil, han sido muchas subidas y bajadas. Pero me hace sentir tan vivo, ella me hace sentir tantas emociones al mismo tiempo.
En mi cabeza se agolpan tantos deseos de futuro, pienso en lo mucho que mi madre la adorará cuando la conozca, mi hermano amará hacer bromas con ella.
Con todo este caos, apenas he hablado con mi familia. Debería llamarlos. Los extraño.

Rebusco en mi bolsillo hasta que encuentro el móvil. Es muy tarde y mi madre debe estar dormida así que pienso que mejor no la llamaré para no asustarla, pero decido dejarle un mensaje de voz:

🔊 Hola mamá imagino que estás dormida solo quería decirte que Te amo, te echo de menos. Espero que estés disfrutando de tus nietos, seguro que Francis y Elsa adoran tener a la abuela en casa, dale un abrazo a mi hermano. 🔊

Me quedo mirando la pantalla luminosa del teléfono y al instante siento el impulso de enviar otro mensaje.

🔊La verdad Mamá, quería decirte que he conocido a alguien, su nombre es Farah. Te reirás cuando sepas que tienes parte de culpa, tú me animaste a ir a la casa de Sea Tower, y te lo agradezco, la conocí allí.
Ella es maravillosa, es inteligente, dulce... Es preciosa. He dejado lo mejor para el final, ¡Es pastelera! Si probases los dulces tan deliciosos que hace [...]🔊

Hago una pausa, necesito coger aliento. Medito bien mis palabras y continuo el audio.

🔊Realmente Mamá con todo esto quiero decir que estoy asustado, sabes que nunca he sido de ocultar mis sentimientos, es algo que tú y papá me inculcasteis y siempre os estaré agradecidos. Todo ha pasado muy deprisa, eso me provoca algo de vértigo, sé que me dirás que el miedo no es siempre mal compañero, el miedo nos protege, nos mantiene alerta, es de humanos para sobrevivir. El miedo a lo nuevo o a lo desconocido. Jamás he sentido nada parecido. Pero sé que es Ella mamá, Ella es mi Razón.🔊

Espero no preocupar a Mamá con estos audios, necesitaba desahogarme, solo eso. Han sido demasiadas emociones en tan poco tiempo, y mi fachada de tipo 'emocionalmente estable' se tambalea. Pero no dejaré que caiga, ahora soy más fuerte.

Regreso el móvil al bolsillo y me vuelvo a centrar en Farah, acaricio su rostro con mis dedos, y al hacerlo veo el tatuaje de mi antebrazo.
Temía por el día en el que ella me pregunte su significado. Espero que no se decepcione al saber que no siempre he sido este Jayden que ella conoce, para conseguir estar donde estoy he tenido que descender a los infiernos.
Tuve una época muy oscura después de la muerte de papá.

Me tatué ese Valknut, tres triángulos enlazados, para nunca olvidar que fui un guerrero muerto, me rendí, dejé de luchar... Perdí la batalla. Pero no la guerra.

Después de eso prometí a mi familia que me recuperaría y lo hice, también prometí buscar una razón para vivir. Y la encontré.

El Postre Primero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora