TAURI TOWN

CAPITULO FINAL

-Vuelva pronto-

-una semana después-

ROSALINE

—Te ves preciosa con ese vestido hija— mi madre habló a mis espaldas mientras me observaba en el espejo, acomodaba mi vestido para sentirme más cómoda, era el vestido perfecto.

—Creo que es todo— iba a voltear, pero mi mamá me lo impidió.

—Falta esto— salió casi corriendo, al poco rato regresó con un pequeño collar brillante. —Quería darte esto, ahora será tuyo, tu abuela me lo regaló, ahora te lo doy a ti y quien sabe tal vez en un futuro puedas dárselo a tu hija— sonreí y me acerqué para que me lo colocara.

Era un lindo collar con una perla en el centro color blanca que brillaba demasiado o combinaba perfecto con el vestido que traía puesto.

Me observaba en el espejo hasta que comencé a oír unos pequeños sollozos a mis espaldas, supe que era mi mamá, di la vuelta poco a poco para encontrarme con su mirada fija en mi pero con sus ojos brillosos y cristalinos, una amplia sonrisa que demostraba el cariño que ella sentía hacia mí, me logró conmover a mi también así que me acerqué a darle el más grande abrazo que pude dar, un abrazo que expresaba todo lo que quería decirle pero temía romper en llanto, expresaba agradecimiento por haberme criado y cuidado sola sin rendirse nunca, por tratar siempre de darme lo mejor, por trabajar día y noche para poder tener una mejor vida; expresaba lamento, el lamento que sentía al haber pensado que ella sería capaz de dañarme, de pensar que la culpa de todo en mi vida era de ella, de haber discutido tantas veces con ella por mi pasado cuando ella solo quería alejarme de todo eso; expresaba amor, todo el amor y cariño que le tenía, era mi madre la persona que más amaba en este mundo y por la que estaría dispuesta a dar todo sin importarme nada, la amaba demasiado y quería que ella lo supiera siempre, que lo que soy ahora se lo debo a ella.

—Quería disculparme por jamás contarte bien la historia de tu padre, creí que de esa forma te protegía y te alejaba de todo lo malo, pero terminé atrayéndote a el— la abrazaba más fuerte para que sepa que no debía sentir culpa.

—Mamá no es tu culpa, es la mía por creer que tenía todo bajo control, por confiar en cada persona que me decía algo, cuando a la única persona que debía confiar y escuchar eras tu— no quería llorar, pero sentía un gran nudo en la garganta.

—No es tu culpa cariño, jamás debí ocultarte nada, si algo te hubiera pasado a ti jamás me lo hubiera perdonado, y quiero que sepas que, las cosas que hice en el pasado no tienen nada que ver contigo y no tienes que cargar con esa culpa— asentí y le limpié sus lágrimas.

Luego de que llegará la policía nos llevaron directo para el hospital para revisar si no había ningún tipo de lesión grave, fue cuando llego mamá, con un rostro de preocupación y al verla rompí en llanto de nuevo, le conté todo lo que había ocurrido y me disculpe cientos de veces ella comprendió y me comentó que también había recibido amenazas por parte de Hermione, fue la razón por la que ella estaba tan misteriosa y se sentía tan mal por pensar que las cosas que hizo en su pasado me traerían consecuencias. Mi madre no era la madre perfecta, eso lo sabe tanto ella como yo, pero es mi mamá y así la amo, no importa que suceda nunca más desconfiaré de ella.

—Ya mejor calmémonos si no se te correrá el maquillaje y no queremos eso— me alejo y comenzó a acomodarme mi cabello —No sabes cuánto miedo tenía de que este momento llegará y después de todo lo que pasaste por fin llegó el momento de tu graduación, y lo mereces cariño, eres la persona más fuerte y valiente que he conocido, recuérdalo siempre— sonreí ante sus palabras —¿Luego de esto volverás a Nueva York cierto? — desvié mi mirada.