Capitulo 10

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"Protegete de ellos"

ROSALINE

Odio los funerales, todas las personas tristes llorando por alguien que fue a un "lugar mejor" como siempre suelen decir, vistiendo de negro para mostrar respeto. El negro, desde pequeña me decían que representaba la oscuridad por eso nunca entendí porque la gente iba vestida de negro a despedir a un ser querido que supuestamente fue al cielo a ser un ángel más. ¿No deberían ir de blanco? Par de hipócritas.

Desde la muerte de mis abuelos, algo que no me gusta hablar. No me gustaba los funerales, aunque era una excusa para ir al cementerio. ¿A quién le gusta el cementerio? Pues digamos que por ciertas cosas de mi familia iba seguido por lo que llevaba un libro para distraerme y no perder mi tiempo llorando por alguien que se fue. Que nos abandonó.

Así lo sentía yo, despedir a alguien que ya no volverá, hablarle y llorarle a un cuerpo sin vida dentro de una caja de madera. Llenándola de rosas como si aquella persona saldría a agradecerles por ello. Más cuando era un suicidio, esa persona quería morir. ¿Porque le lloraban? Si al final la persona hizo lo que quería.

Si lloras es porque sientes culpa, ese era mi caso. No dejaba de pensar en esa fiesta. Todo era borroso, pero si algo recordaba bien era Sarela, pidiéndome ayuda. Y yo no pude dársela, quise ayudarla, pero no pude. Por eso llore al enterarme, llore por la culpa que sentía, no pude evitar nada para que ella haga lo que hizo. A veces venían recuerdos nuevos a mi mente, pero aún borrosos sin entender, eran casi como el sueño que tenía con mi papá, que cada vez aparecían más cosas. Pero aún algunas borrosas.

No fui al funeral de papá, no me dejaron. Mi abuela materna dijo que lo mejor era no ir por la cantidad de gente que iría, en ese momento no lo comprendía, pero hasta hace un año descubrí que algo había hecho mi padre que no querían que me enterará y que mientras más lejos estuviera de la verdad sobre su muerte, era mejor.

Por eso también no les veía el sentido a los funerales ajenos siempre era lo mismo. Ir darles el pésame a los familiares, llorar un poco con el discurso, dejar una flor en el féretro y luego irte a casa y vivir tu vida normal como si nada.

—Rosaline ya vamos— oí los gritos de mi madre desde abajo avisándome que era hora de ir.

Me coloqué un vestido negro de encaje, unos tacones del mismo color, aunque no tan alto, no iba a una fiesta, y mi cabello rubio suelto con una diadema negra.

Baje rápido dirigiéndome a donde estaba mamá para subir al auto e irnos al lugar donde sería el funeral de Sarela.

Al llegar vimos todo decorado con un cuadro con la foto de ella en la entrada. Mi madre se acercó al cuadro para persignarse y luego ingresar finalmente. Había pocas personas, entre ellas estaba Emily y el director. Lo cual me causó gracia pues cuando anunciaron el funeral de Sarela en la escuela ella fue la primera en decir que no le interesaba y que ni iba a ir sin embargo aquí estaba. Pero era algo obvio pues su padre era el director de la escuela era obvio que debía estar presente. Al poco rato llegó Hermione y su madre que por cierto era la primera vez que la veía. Una señora alta con buena figura, a decir verdad, ojos oscuros, parecía de unos treinta y picos. Ambas se acercaron al único familiar que conocíamos de Sarela, su tía. El rostro de Hermione demostraba que no tenía el interés más mínimo de estar aquí pero aun así estaba aquí.

Más tarde llegaron algunos chicos de Taryth sin embargo no eran muchos, hasta que vi a Elizabeth llegar, se acercó también a hablar con la tía de Sarela y supongo que dándole el pésame. Al momento de voltearse cruzamos miradas y me regaló una sonrisa y se la devolví y ver como se iba a sentarse casi al fondo.

—Buenas tardes a todos los presentes, estamos aquí reunidos por un tema que tal vez no sea el más agradable de todos, Sarela La... —fue interrumpido por el sonido de un auto.

TAURI TOWNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora