𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒

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  Jungkook se sorprende al doblar en la sección de literatura clásica, encontrando al mismo alfa que la vez anterior pareciendo buscar en cunclillas entre los tomos en fila en el estante más bajo

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  Jungkook se sorprende al doblar en la sección de literatura clásica, encontrando al mismo alfa que la vez anterior pareciendo buscar en cunclillas entre los tomos en fila en el estante más bajo. Los pasillos eran angostos a medida que menos concurridos se hacían los estantes, por lo que el espacio que disponía para avanzar era nulo. Apretó las manos en un gesto nervioso antes de decidir como obtener la atención del alfa, y este volteó hacia él luego de un momento, sin siquiera intertar algo.

  Llevaba la misma campera ancha, Jungkook notó, además de la capucha puesta, que le empujaba los rizos sobre los ojos y apenás lo dejaba ver.

  Lo espera el tiempo que le toma al alfa pararse, volteando sobre sus manos un comic que no reconoce, pero prefiere no preguntar, aunque la curiosidad lo lleva a morderse el labio inferior, apretando los tomos que lleva contra el pecho mientras se estira sobre si para quizá sí, quizá no, tener alguna idea de lo que el muchacho lee.

  Y Jungkook no se jacta de ser una persona curiosa.

  Frustrado por no alcanzar a leer los títulos, voltea al estante con desánimos que erupcionan cuando la vista le recuerda que la colección que busca está a más de cuatro cabezas sobre la suya y resopla irritado, olvidando que el alfa a un lado tiene cada uno de los sentidos puestos en él.

  Se acomoda el hoodie para que le sobrepase los muslos, y con el ceño fruncido en concentración se estira todo lo que puede sobre las puntitas de sus pies. Porque si Jeon Jungkook aprendió algo en estos meses de total convivencia con alfas, es que el orgullo, es el orgullo, y pedir ayuda es denigrante.

  Obviamente todo ese temple de autosuficiencia y cosas en las que el realmente no cree se le caen por la borda cuando escucha la risa del alfa, su voz profunda vibrandole en el pecho.

  Se siente atrapado, porque quizá está algo enojado con el personal de la biblioteca por continuamente estar cambiando de lugar los libros, y quizá de manera intencional, aunque el angelito que tiene sobre el hombro le dijera que fue un accidente, estaba colocando los tomos un estante por debajo de su verdadero lugar.

  —Eso no se hace —y Jungkook cae sobre sus talones, volteando enfurruñado al alfa que lo mira con una ceja en alto, y su expresión le encrespa poquito los vellitos de los brazos.

  —No es mi culpa que las estanterías sean tan altas, no tiene sentido colocar los libros a cuatro metros sobre el suelo, con intenciones de que alguien los lea alguna vez —masculla, y aunque él esta completamente volteado en dirección al castaño, este ni siquiera lo está mirando cuando dice:

  —Para eso los rotan cada cierto tiempo —y aunque el omega siente cierta ofensa, no puede acusarlo realmente porque el tono que usa es demasiado inofensivo como para estar burlandolo. E intenta decir algo, mas la voz del alfa se escucha nuevamente —¿Te decepcionó al final? —no espera la pregunta, mucho menos la mirada del alfa de vuelta sobre sí, y boquea un segundo antes de que le señale con un movimiento de cabeza los libros que cuelgan de su brazo.

𝐓𝐡𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐭𝐭𝐢𝐞𝐬𝐭 𝐚𝐥𝐩𝐡𝐚ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora