—Oh, casi me da un infarto —Hoseok se abalanza sobre el cuerpo de Jungkook cuando lo tiene al alcance.
El omega se encoge en el tacto, y los ojos se le llenan de lágrimas.
—No sabía que eras tú, mi Jungkook, jamás pensé que estabas en la pelea —y se escucha tan culpable, porque el alfa ya le ha explicado que ni siquiera se sintió con la curiosidad de ir a investigar qué hacía ese tumulto de alumnos arremolinándose al final de la cafetería, y al mismo Jungkook lo hace querer llorar la angustia en su voz— Lo siento tanto.
—Está bien, hyung. Estoy bien —y el pelirrojo lo aleja para poder mirar su cara, asegurándose que efectivamente no tenía ni la más mínima contusión.
—Dios, de verdad me vas a dar un infarto —y el omega le sonríe poquito, con pena.
—Se esta poniendo difícil, hyung —Jungkook lo mira con los ojos brillosos y a Hobi le aprieta el corazón, incluso su voz suena como si estuviera haciendo demasiado esfuerzo— Me cuesta estar en las clases porque los olores de otros alfas me ponen sensible cuando me alejo de Taehyung, y ahora resulta que piensan que soy gay— los ojos se le llenan de lágrimas— Eso no me importa en realidad, solo… Estoy metiendo en problemas a Tae y a Eunwoo. Ya no sé qué hacer.
Hoseok se siente atacado por el puchero que el azabache hace para tratar de mantener los malos pensamientos fuera, más el pecho aún se le aprieta cuando piensa en lo sucedido.
Pronto se ve nuevamente rodeado por unos brazos tibios, y un beso es dejado sobre su cabeza.
—Solo dale tiempo, Koo. Vas a estar bien.
El silencio en la habiatación se daba quizá demasiado tenso. Jungkook lo siente frío, como el clima que había dejado una semana de lluvia y recién estaba comenzando a recomponerse de los oscuros nubarrones para abrir a un cielo azulado.
Los nervios lo mantienen estático, con los ojos clavados en sus zapatillas.
Puede escuchar la respiración de Taehyung en la misma habitación, y aunque no es pesada, como un pequeño susurro tranquilo, hace estragos en él.
Cuando levanta la mirada, el alfa ya lo está mirando. Y se ve tan apuesto, parte de su cara sombreada en la oscuridad del aula vacía cerca del atardecer y la otra iluminada por la pequeña luz anaranjada colándose a través de la ventana.
Tiene la misma campera que lo vió usar cuando lo conoció, y las mariposas le punzan en el estómago revoloteando como locas.
Taehyung da un paso para acercarse, y cuando la luz llega a darle mejor, Jungkook puede ver la cinta en su mejilla y el golpe en su labio amoratado.
—¿Estás bien? —la voz preocupada del alfa se escucha profunda.
Y es suficiente como para tener a Jungkook derritiéndose ahí mismo.
Asiente una vez, tragando nervioso cuando el alfa vuelve a dar otro paso y lo agarra de las muñecas, para apartarle los brazos del pecho y rodearlo con los suyos, atrayéndolo quizá brusco, mas bajo la inocente necesidad de contenerlo.
Y las ganas de llorar le ganan, porque el calor del cuerpo de Taehyung es demasiado honesto, y su aroma le reconforta y lo hace sentir tan cómodo, lo hace un hogar para él. La culpa lo acuchilla de mil formas.
Nunca quise mentirte, alfa.
Taehyung lo aprieta mejor contra su pecho, y la tela de su campera es demasiado suave y huele tanto a él que es inevitable no hacer puños de la prenda, sollozando porque se siente demasiado confundido, demasiado tonto.
¿Cómo, Jungkook?¿Cómo fuiste tan inocente de que todo iba a salir bien?
Ni siquiera estaba pudiendo soportar el primer año.
Taehyung le besa le frente, y cuando tiene la valentía de separarse a mirarlo, el castaño lo mira con dolor.
—Lo siento, tanto —le dice, y aunque pretende contenerse no puede evitar que la voz le salga llorosa.
Taehyung suspira, y vuelve a besarle la frente, apartando delicado el cabello que le cae sobre los ojos.
—Está bien.
A Jungkook las entrañas se le contraen.
—No, no está bien. Lo siento tanto —y el alfa es demasiado cuidadoso cuando le agarra una mano y lo lleva hasta una silla para sentarse él y se sonroja cuando tira de él para sentarlo en sus piernas.
Jungkook cede, porque es Taehyung, y cualquier cercanía se siente el edén.
El alfa lo abraza en la posición y le besa la mejilla, acariciando las partes de Jungkook que alcanza por sobre la ropa ancha.
—Yo te perdono, Koo —le susurra.
Y es incluso más doloroso, porque Jungkook no se puede perdonar a si mismo aún.
Lo mira a la cara, sentando de costado en el jean negro gastado del alfa, tomando su cara con las manos, acariciando poquito el moratado en su labio, puchereando por el recuerdo.
—Ya no duele —le dice bajito, e intenta sonreír poquito para él— Puedes besarme tranquilo.
Y el omega le mira con los ojos grandes cuando el alfa le alza las cejas y lo hace sonrojarse cuando se acerca despacio, dejando apenas un piquito en sus labios.
Taehyung esta sonriendo cuando se aparta.
—Estoy enamorado —le dice, y cuando se ríe casi tonto, hace a Jungkook fruncir el ceño— ¿Cómo es que eres tan bonito?
El omega se hace de gelatina y se esconde en el pecho del alfa, haciéndose chiquito en el aroma. Y Dios, es tan delicioso, tan bueno, mejor que el de Jin hyung, incluso mejor que el de su papá. Los únicos olores en donde Jungkook podría sentirse seguro.
—Podemos mantener el secreto ahora ¿mhm? —hace a Jungkook volver a verlo— Me dieron una advertencia, pero con el prestigio que tiene la universidad no van a hacer grandes escándalos al respecto, ni siquiera estuvieron demasiado interesados en las causas de la pelea —está serio cuando propone— Podemos salir, vernos a escondidas… si quieres.
Y hace a Jungkook morderse el labio porque, era tan fácil ceder ante un alfa así.
Hola tutukas, jashajhaa y si les digo así? ahre se hacía la famosa. Es que mi hna quiso decir taekooka y le salio tutuca y quedo.
Maraton? 1/3
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𝐓𝐡𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐭𝐭𝐢𝐞𝐬𝐭 𝐚𝐥𝐩𝐡𝐚ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
General FictionJungkook ingresa a ChongSeon, una universidad exclusiva para alfas, dispuesto a estudiar arquitectura, con el pequeño inconveniente de que, bueno... el no es precisamente uno. Por otro lado, Taehyung no entiende porque después de tantos años de atra...