Jungkook ingresa a ChongSeon, una universidad exclusiva para alfas, dispuesto a estudiar arquitectura, con el pequeño inconveniente de que, bueno... el no es precisamente uno.
Por otro lado, Taehyung no entiende porque después de tantos años de atra...
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Fue un año perdido.
Jungkook mantuvo la vista hacia abajo, sentado afuera de las oficinas de rectoría. La mirada borrosa, la cara hinchada y las mejillas rojas. Ya se había deshecho de casi toda la piel sobrante a los lados de sus dedos.
—Koo, no tienes que ponerte así de mal.
Y aunque su novio lo estuviera apoyando, a Jungkook lo angustiaba profundamente la situación. Se había decepcionado a sí mismo y a su familia.
Y quizá no se percató del dolor que le generó a Taehyung que esquivara el leve abrazo que intentó darle por sobre los hombros.
No lo estaba mirando a la cara, eso era obvio para él.
¿No quería?¿Acaso no podía?
La puerta de madera rechino mientras se abría pesada, los zapatos de Jungsik se escucharon casi arrastrados pero firmes en el suelo de madera, y Jungkook se encogió casi por instinto.
—Vamos a casa, Jungkook.
El omega no objeto, sino que agacho la mirada y se levantó, siguiendo a su padre que caminaba quizá despacio, quizá cansado.
—Pa…
Pero el alfa Jeon no se volteo, sino que siguió caminando por los pasillos.
—Pa…
—Hablemos en casa ---su voz fue tajante.
—Lo siento…
—Por favor, solo… no hables.
Y que lo dejara atrás, apretando quizá el paso hizo a Jungkook querer vomitar.
No tuvo el valor de voltearse una última vez, aunque sabía que Taehyung esperaba que lo hiciera y sin ser merecedor de aquel trato lo dejó parado, a un lado de rectoría mientras abandonaba la universidad de la forma que siempre temió.
El viaje fue tenso, Jungkook viajó en el asiento de atrás porque no se sentía lo suficientemente fuerte como para sentarse en el asiento del acompañante. Y lloró todo el camino, despacito, más fuerte, hasta que los ojos le ardieron y las mejillas se le irritaron por la humedad y el roce brusco de sus mangas tratando de secarlas.
Jungsik se mantuvo callado, eso torturó un poco más al omega que moría por saber qué era lo que estaba pasando por su mente.
Es tan doloroso decepcionar a alguien, aún más si esa persona ha dado tanto por tí, y no pudiste retribuirlo, sino que le causaste un problema.
Jungkook se tortura a sí mismo todo el camino a casa.
Cuando llegan, Jungsick se encarga de bajarle el equipaje y Jungkook espera en la bonita entrada que su padre abriera la puerta.
