𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏

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  Sabía que se le agotaba el tiempo

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Sabía que se le agotaba el tiempo. Eran más de las dos de la tarde y la lluvia parecía no querer aparciguar, cayendo con bastate intensidad en cortinas que lo bañaban y a su vez, no lo dejaban ver el camino de vuelta a la residencia.

Jungkook estaba asustado.

Corría entre los adolescentes con paraguas que parecían volver a sus habitaciones con más tranquilidad, acobijados bajo la impermeabilidad del objeto. Por lo contrario, el omega sabía que el buzo que llevaba había absorbido mínimo 3 litros de agua y los jeans no estaban en mejores condiciones, sus zapatillas soltando pequeños rechinidos gomosos ante la humedad rebalsando la plantilla.

Respiraba agitadamente mientras no soltaba su cuello, aferrando uno de sus antebrazos a la curvatura que este tenía con su hombro derecho, deseando por favor que el neutralizador aguantara un poco más. Tan solo unos minutos, el tiempo suficiente para estar protegido en su habitación.


Cuando dobla en el camino, por detrás de la facultad de humanidades, se siente un poco más motivado. El recorrido desde el aula magno a su habitación era bastante distante y por lo general, se quedaba un rato en la cafetería después de salir de análisis matemático, tomando alguna malteada de chocolate y terminando los ejercicios dados por la cátedra. Obviamente en condiciones normales, porque justamente hoy el aerosol neutralizador se le agotó en el segundo receso y casi muere al descubrir que no había empacado respuesto. Sabía que solo el aromatizador de menta no alcanzaba para apaciguar el dulzor de la cereza, no en una habitación llena de olores fuertes con los que no podría mezclarse con facilidad.

Tuvo suerte de que la clase terminara media hora antes por la tormenta, para que los estudiantes pudieran llegar bien a sus respetivos dormitorios sin accidentes ni desespero de por medio. Sin embargo, el nerviosismo no ayudaba en nada a retener sus feromonas, y su lobo estaba tan ansioso que le era imposible para si mismo no comenzar a sentir la cereza apenas haciendo presencia entre el petricor del pasto mojado que pisaba. La mochila siendo de un escudo no tan conveniente, sabiendo que parte de sus apuntes tendrían que pasar la noche al lado de la estufa.

Cuando al fin divisó la residencia "c" entre los otros edificios, se sintió un poco más tranquilo. El complejo de asilo estudiantel solía estar lleno después de la tardecita, más aún si una tormenta amenazaba con arrazar con media universidad.

El viento balanceando las copas de los arboles con demasiada violencia, haciendo que el lobo de Jungkook quisiera encogerse ante la inminente amenaza.

-Cobarde.

Entró al loft junto con otros chicos, que al parecer estaban demasiados entretenidos en otros asuntos como para detenrse siquiera a olisquear el aroma dulzón que claramente emanaba del pelinegro, aunque seguía oprimiendo su cuello con fuerza.

𝐓𝐡𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐭𝐭𝐢𝐞𝐬𝐭 𝐚𝐥𝐩𝐡𝐚ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora