Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]

CAPÍTULO 27

Dorian

Sostuve la parte izquierda de mi rostro por el golpe que me dio. Estaba vulnerable, tenía a mi hermano frente a mí sosteniéndome por el cuello de mi chaqueta. Sus palabras hacían eco en mi mente mientras ambos nos sosteníamos las miradas. Mantuvimos un frío contacto visual por unos segundos, pero me vi obligado a apartar la mirada pues era más intimidante de lo que me atrevería a admitir. Areus no dejaba a un lado su orgullo, no importaban las horas de tortura, en sus ojos nunca existió ese miedo que yo quería ver, solo esa enigmática frialdad.

Me soltó bruscamente y retrocedí tan pronto como caí, me puse de pie y antes de darle la oportunidad de hacer algo, alcé mi mano lanzándolo hacia atrás atrás. Una vez que su espalda chocó contra la pared, las cadenas sujetaron a sus muñecas de forma automática inmovilizándolo de nuevo.

Con su amenaza supe que al parecer nuestros objetivos no eran muy distintos, ambos queríamos arrastrar al otro hacia la muerte, pero al final de la batalla solo puede haber un vencedor.

−Dorian −me llamó− ¿Qué piensas hacer? ¿Matarnos? ¿Mantenernos aquí por siempre? 

−No, no por siempre −caminé hacia él a pasos lentos y seguros− Y yo no soy quien va a matarlos, solo los soportaré unos años y todo habrá terminado para ustedes cuando lleguen al final de esta vida y no se fusionen con sus demonios, entonces los arrojarán al abismo. Creo que ese es el castigo que alguien como tú se merece. Eh escuchado que es un lugar horrible, ¿Tú qué piensas?

−No lo sé, nunca he estado ahí.

−Lo harás, pronto.

Después de un corto silencio, soltó una carcajada forzada y negó con la cabeza para sí mismo al mismo tiempo.

−¿Ese es tu plan? ¿Tenernos aquí hasta que ese momento llegue? Pensé que eras más creativo− volvió a su postura seria y fría− Lamento informarte que no nos soportarás aquí por más de un mes, en especial a Scarlett.

Algo de eso era cierto, esa chica del cabello blanco y Areus compartían el mismo orgullo y carácter que conseguía sacarme de quicio. Scarlett maldecía y me insultaba cada vez que me veía cerca, aún así me agradaba estar con ella, aunque no parara de llamarme acosador y pervertido todo el tiempo.