CAPÍTULO 28

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Areus

El sonido de la marcha de múltiples enemigos acercándose se mezclaba con la estruendosa alarma que hacía eco por los pasillos metálicos iluminados únicamente por la parpadeante luz roja de los focos en la parte superior de las paredes.

La mayoría de los Seddem usaban gabardinas largas con capuchas no solo para ocultar su identidad, también las usaban para ocultar armas y Eus no era la excepción. Le arrebaté la prenda y me la coloqué sin mucha prisa, tomé todas sus armas y me tomé el tiempo de revisar cada uno de sus bolsillos tomando todo lo que me resultó útil. 

Solté un suspiro, hice crujir mis dedos estirando los brazos y preparé una Glock 19 cuando escuché las pisadas más cerca, casi a mis espaldas.

Entonces, en el preciso instante en el que terminé de alistarla, giré sobre mis talones encarando al atacante que estaba por clavarme una daga en la espalda y disparé a su cabeza antes de que siquiera pudiera acercarse lo suficiente para lograr su objetivo.

Cayó al suelo dejando ver al resto de los guardias que venían detrás de él, todos armados.

No dudé al tirar del gatillo, disparé con rapidez y precisión hasta que esa pistola dejó de escupir balas. Me preparé para pelear cuando un agigantado hombre de complexión musculosa se abalanzó contra mí con ferocidad, esquivé su puño lanzándome a un lado para luego golpear la parte trasera de su cabeza con la empuñadura del arma. 

Continué peleando, lanzando cuchillas, golpes y balas hasta que en mi campo de visión ya no quedaron enemigos y solo cadáveres en el suelo. Corrí hacia las celdas de los demás derrotando a cada guardia que se cruzaba en mi camino. No tenía intenciones de mostrar piedad, mi objetivo era claro: Sacar a los raros de ahí. 

Los Seddem no eran los únicos que nos pisaban los talones, también era una carrera contra el tiempo. Era posible que Dorian ya supiera lo que estaba ocurriendo y no tardara mucho en aparecer, si eso ocurría, mi plan de escape iba a irse a la mierda. Estábamos en territorio enemigo y en una gran desventaja, por lo que huir era igual a ganar, por el momento.

Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora