Areus
Reconozco la tranquilidad que me adormece la cabeza, y no está bien.
No he tomado más de una copa, y ya comienzo a sentir esa exquisita calma nublándome la razón. Algo definitivamente va mal, muy mal, pero lo más extraño de todo es que no me importa.
—Deja de verlos así —El demonio que descansa a mi lado se sirve un trago de la botella de cristal que acaban de traerle. Sé que se refiere a esos tres descerebrados que bailan como si no hubiera un mañana en medio de la pista. Lucifer deja la botella a un lado y se recuesta con los brazos extendidos, ni siquiera me di cuenta de en qué momento apareció, solo lo hizo— Tuvieron un día largo, se merecen un respiro.
—No tenemos tiempo para un "respiro". Aún tengo que encontrar a Zeth —percibo mi voz más apagada de normal.
—Ya te lo dije, envié a mis mejores hombres a buscarlo —No recuerdo que dijera nada parecido. Se desliza sobre el sofá y me acerca un trago— Ten, trata de relajarte.
Tomo la copa, pero no la bebo. Continúo vigilando a esos tres. Observo a cada demonio que se les acerca o mira. Aunque no hay ninguna aparente señal de peligro, no puedo dejar de presentir que algo no está bien. Asocio esa sensación a la presencia de Paymon. El demonio lleva varios minutos mirándome desde un balcón en el extremo contrario de la estancia. Por la manera en la que lo hace, deduzco que está imaginándose la mejor forma de arrancarme los ojos.
—No sé por qué, pero tengo el presentimiento de que no le caigo bien a tu amigo.
—¿Quién? —mira en la misma dirección que yo— Ah, Paymon. En realidad, creo que le agradas.
—Trató de matarme.
—Pero no lo hizo. Créeme, él no acostumbra a dudar antes de apretar el gatillo. Suele beber cuando se contiene, por eso este fue el primer lugar al que vine a buscarlo después de la paliza que le diste.
Paymon separa los brazos del barandal y se marcha, perdiéndose entre la gente. Aunque es un demonio, su energía no se percibe igual a la del resto. Es un sentimiento sutil, pero casi podría jurar que ya nos habíamos visto antes.
—Por cierto, sobre el otro asunto, ¿cómo dices que piensas vencer a Shadow?
—Con esto —alzo el brazo y Caelesttia vuela a mi mano. Tuve que recuperarla del demonio al que Hidden se la intercambió por unas gafas negras.
—Tengo ganas de preguntar, pero la verdad es que no estoy seguro de querer saber de dónde sacaron una de las armas más peligrosas que existen —se acerca con curiosidad a la espada. Sus ojos brillan y se reflejan en la hoja— Es hermosa, tal y como la recuerdo. ¿Sabías que le pertenecía al arcángel que derrotó a Shadow en la primera guerra?
—Sí, algo así había oído. Está vez, no solo va a concederle la derrota, si no que también el final de su vida.
—Lamento decepcionarte, pero es imposible matar a un dios. Puedes atravesarle el corazón y asesinar su forma física, pero erradicarlo por completo es algo mucho más complejo.
—Pero, Táragor...
—Una derrota no es el final. Ni siquiera el abismo impedirá que vuelva. En unos cuantos millones de eones, o en otro tipo de manifestación, pero regresará, te lo aseguro —dice. Le doy un sorbo a la copa que me dio, creo que sí la necesito— Sin embargo, él era una deidad de luz. Esta espada es la única arma existente capaz de matar cualquier cosa con sangre demoníaca. Así que quizá tengas un poco más de suerte con Shadow.
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Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]
FantasyVillanos disfrazados de héroes y héroes jugando a ser villanos. Ojalá supiera de qué lado estamos. Todos han escuchado alguna vez acerca de la eterna rivalidad entre ángeles y demonios, lo que no saben es que no siempre fue así. ¿El cielo y el infi...