Scarlett
Durante lo que se siente como apenas una fracción de segundo, los cuerpos de las bestias que osaron alzar sus garras contra Areus caen al suelo, convertidos en cenizas tras probar el filo de mis dagas.
Corto, desgarro y asesino a la velocidad de la luz. No me detengo hasta destrozar de un pisotón la cabeza del último demonio. Sin necesidad de mirar, giro sobre mi eje y lanzo una de mis dagas hacia atrás. Esta se estrella contra la hoja del cuchillo que Lucifer estuvo por clavarle a Areus. Solo un segundo después, nuestras armas acaban en el suelo, y Lucifer con mi otra daga contra su garganta.
—Impresionante, número dos —dice, esbozando una risita— ¿Ya terminaste de presumir?
—Todavía no — Aprieto aún más la daga, regándole un corte poco profundo en el cuello— Esto es lo que va a suceder: Me moveré contigo mientras liberas a Areus, si sufre algún daño en el proceso o intentas algo, te rebanaré la garganta. Responderás unas cuantas preguntas para nosotros y luego nos dejarás ir. Sencillo, ¿cierto?
—No, me temo que no —Ríe de nuevo y chasquea los dedos frente a mí.
Estoy por decapitarlo cuando siento un cosquilleo en la piel. No soy la única que lo percibe. Los ojos de Areus se mueven de un lado a otro, tratando de ubicar lo que sea que se está acercando. Me giro sin soltar a Lucifer y veo a la persona materializarse frente a nosotros. Paymon, su mano derecha y uno de los demonios más poderosos del Inframundo.
—¿Crees que tu amigo evitará que patee tu trasero demoníaco? —inquiero cerca del oído de mi rehén.
—No, nada lo haría. Salvo una oferta que sé que podría interesarte. Pero, primero, cambiemos las posiciones.
Sucede demasiado rápido, tanto que ni siquiera yo logro entender cómo termino de rodillas, inmovilizada por una masa de energía obscura, con Paymon detrás de mí y una de mis propias dagas sobre mi cuello. Escucho el sonido de varias cadenas moviéndose y después veo a Areus cayendo hacia el Pozo de almas, las cadenas vuelven a tensarse y lo dejan suspendido a solo unos centímetros de la obscuridad. Desesperado, carga su peso sobre los ganchos que le atraviesan las muñecas para doblar sus piernas y alejar sus pies de Pozo. Las heridas sangran con abundancia y se hacen más grandes, pero esto no parece preocuparle más que la idea de estar cerca del Pozo. Peleo contra la fuerza que me impide moverme, pero todo lo que consigo es hacer que la presión que envuelve mi cuerpo aumente y me dificulte respirar.
ESTÁS LEYENDO
Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]
FantasyVillanos disfrazados de héroes y héroes jugando a ser villanos. Ojalá supiera de qué lado estamos. Todos han escuchado alguna vez acerca de la eterna rivalidad entre ángeles y demonios, lo que no saben es que no siempre fue así. ¿El cielo y el infi...