Capítulo 18: "Gran esfuerzo"

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Salí dejando todo cerrado y el latido agitado de mi corazón me exigía que mis pies tuvieran el mismo ritmo, pero en los aproximadamente 5 pasos que necesitaba dar para llegar a mi destino traté de calmarme. Me posicioné frente a la puerta e intenté expulsar casi todas mis ansias mediante un suspiro, luego propiné 3 golpes.

– ¡En seguida abro! –la voz de una chica me hizo imaginar cosas no muy apropiadas, hasta que abrieron la puerta y esos pensamientos desaparecieron– Hola… Jessica, ¿verdad?

– ¡Sí, hola! –yo solamente conocía su rostro, y ahora su voz, pero no su nombre, y eso me hizo sentir un poco ajena al mundo de Mark– Tú eres… la hermana de Mark, disculpa, no sé tu nombre.

– Así que Mark no te ha hablado de mí… –imitó un gesto pensativo, en realidad se notaba simpática– Soy July, bueno, en realidad mi nombre es Juliana pero puedes decirme July si quieres, me da mucho gusto conocerte.

– Gracias, a mí también, no habíamos tenido la oportunidad de hablar –ambas sonreímos–

– Exacto… pero pasa, pasa, ¡qué torpe soy! Adelante, Mark te estaba esperando –se orilló para abrirme paso a entrar–

– Permiso –entré lentamente mientras observaba las fotos que adornaban algunas paredes y muebles–

– Toma asiento, por favor, voy a avisarle a mi hermano que ya estás aquí para que baje porque es un poco despistado –asentí con una sonrisa–

Volví la mirada a las fotos, había varias, enmarcadas y con preciosos detalles. Había una en la que se veía a Mark y July de niños, y las demás eran casi todas fotografías en las que estaban Mark, July, su padre y una mujer que supuse que era su madre, eso seguramente, y además era muy hermosa, y tenía los mismos ojos azules que Mark y July.

Tampoco sabía nada acerca de la mamá de Mark, no sabía cómo se llamaba, no sabía qué había pasado con ella, aparte, no sabía el nombre de su padre, apenas recién conocí mejor a su hermana, y caí en cuenta de que no sabía casi nada de Mark, porque tampoco conocía su pasado. Apuradamente sabía su nombre completo, su edad, que antes de venir aquí vivió en New York y algunos de sus gustos. Me sentí mal, aunque me consoló un poco el hecho de que él tampoco sabía demasiadas cosas de mí y mi pasado, me acomodaba más así, para no revivir viejos demonios, pero yo quería saber más de él y entendía que para eso también debía contarle de mí.

Miré la hora, 16:15, después de todo sí lo había hecho esperar un rato.

– Mi adorada Jessy, qué placer tenerte aquí –vi a Mark bajar las escaleras con July detrás–

– Debes tomar en cuenta el gran esfuerzo que tuve que hacer para llegar –él y July rieron, yo solo sonreí porque emocionalmente sí me había costado–

– Jessica, ¿te ofrezco algo de tomar? –July era realmente atenta conmigo para acabar de conocernos–

– Estoy bien, muchas gracias.

– Bueno, yo… –apuntó la puerta mientras se dirigía miradas cómplices con Mark– tengo que irme. Mark, trátala bien. Jessica, si hace alguna estupidez luego me dices.

– Ve tranquila hermanita…

– Adiós chicos.

– Adiós, ten cuidado. –fue lo último que dije antes de que Juliana cerrara la puerta tras ella–

– Al fin solos… –tiró con suavidad de mi mano y ágilmente me apegó a él, se inclinó un poco minimizando el espacio que había entre nuestros rostros, quedando nuestras frente juntas, mis nervios comenzaron seguramente a hacerse notorios y él me soltó– No te asustes, solo estoy jugando.

Señorita SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora