Señorita Smith

Capítulo 30: Cosas que no nos gustan.

#Narrador Omnisciente

Lucas y Mark siguieron al director Parker hasta la dirección mientras se dirigían miradas casi asesinas.

Jessica lloraba, la situación la había superado completamente, llevaba apenas dos días con Mark y ya todo comenzaba a complicarse. "¿Por qué tenía que aparecer Lucas JUSTO ahora?", se preguntaba angustiada y sin poder hallar respuesta. Levantó la mirada y vio a Michelle venir rápidamente hacia a ella, empujando a los demás alumnos para poder pasar.

–¡Jessica! –se abalanzó sobre ella y la abrazó– Te juro que estoy tan sorprendida como tú, pero tienes que calmarte.

–Están en la oficina de Parker. Michelle, no quiero que expulsen a Mark. –las lágrimas caían una tras otra por sus mejillas, y el rímel comenzaba a correrse–

–No, tranquila, ven aquí. –la acogió entre sus brazos y le acarició el cabello– Eso no va a pasar, Mark no tiene antecedentes de otras peleas ni cosas graves, cosa que Lucas sí tiene...

–Pero... –se secó las lágrimas y miró a Michelle– a Lucas jamás lo van a expulsar, él es el favorito de Parker, esta maldita escuela es como el reino de Lucas Moore.

Los alumnos comenzaron a retirarse al notar que el show había acabado, todos comentaban el incidente con sus amigos, sacando conjeturas de cómo llevaría Parker la situación.

–Chicos, ustedes ya casi son adultos, ¡no pueden estar golpeándose de esa manera en el comedor de un centro educativo! –suspiró aproblemado porque todavía no conseguía saber cuál fue el motivo de la pelea, parecía que esos dos no podían hablar sin discutir– Ahora sí, por tercera vez, ¿quién va a explicarme qué fue lo que pasó?

–Este... idiota, trató de besar a mi novia y...

–De a uno... –interrumpió Parker haciéndole un gesto a Lucas que ya había abierto la boca para hablar– y sin insultos. Continúa, Mark.

–Eso ya es mucho, ¿no cree? ¿Qué haría usted si otro tipo intenta besar a su esposa? ¿Acaso no lo golpearía también?

–Yo no soy cualquier tipo, no soy un desconocido. Tú eres el único intruso aquí, eso te pasa por meterte con lo que fue de Lucas Moore. –escupió sin poder contenerse más–

–¡Jessica no es un objeto que te pertenezca! ¿O acaso tu cerebro es tan pequeño que no puede entender cómo se trata a una mujer? –el director rodó los ojos, otra vez iban a comenzar–

–¿Tú me vas a hablar de cómo se trata a una mujer? Te recuerdo que no precisamente te destacabas por eso en New York, sino exactamente por lo contrario.

–Basta... –dijo Parker, pero ellos lo ignoraron y continuaron elevando la voz al punto en que no se distinguía qué decía cada uno– basta... ¡DIJE BASTA! ¡Silencio los dos! Así que todo esto es por Jessica...

–Tú sabes bien que Jessica era mi novia antes de irme a New York. –apuntó desafiantemente a Parker con el dedo índice–

–Sí, Lucas, puedo dar fe de eso, pero Mark tiene razón, eso no te da derecho a nada con ella ahora, ha pasado más de medio año y ella ha decidido estar con él, deberías respetar eso. No puedes esperar que él esté contento si tratas de besar a su novia, tú habrías reaccionado igual. Si tanto te interesa Jessica, haz las cosas bien.

–¿Me estás hablando en serio, Parker?

–Sí, y no tengo nada más que decir al respecto, son temas netamente personales, pero no quiero que se vuelvan a agarrar a golpes, no aquí. –Mark sonrió de medio lado, mientras Lucas se ponía rojo de rabia– Mark, tus antecedentes no eran muy buenos en New York pero esta es primera vez que a mí me das un problema, así que por ahora lo dejaré pasar, pero como les dije, no debe volverse a repetir. Puedes retirarte, ve a enfermería a que te curen esas heridas, y si es necesario, puedes irte a casa.