Capítulo 23: "Eres hermoso"

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Jessy levantó una ceja y me miró con indiferencia, ella sí que sabe jugar, a veces me sorprende cómo puede llegar a ser, pero aun así no me daré por vencido, dicen que todo lo bueno cuesta.

De pronto divisé que entraba al restaurant una cabeza rubia y... oh, esto va a agradarle mucho a Jessica...

–Mira quién está allí –señalé disimuladamente al individuo que se encontraba sentado un par de mesas más allá–

–¿Quién es? No quiero voltearme.

–Es alguien que empieza con "Luke" y termina con "Hemmings" –dije en voz baja para que nadie más oyera, el chico venía algo tapado seguramente para que no lo reconocieran fácilmente pero yo había logrado verlo, cómo no hacerlo si Jessica todo el tiempo me muestra acerca de él–

–Oh vamos, no esperes que crea eso.

–¿Por qué no? Estamos en Sydney, Australia, un restaurant elegante, es bastante creíble.

–No me harás quedar como estúpida, buen intento.

–Como quieras, eres tú la que está obsesionada con él, pero sólo te digo que no está acompañado...

–Voy a mirar, pero si se trata de una broma te juro que... –decía mientras disimuladamente se giraba para ver, y de repente se calló, no sé qué tan bueno es eso–

–¿Qué ibas a decir? –otro punto para Mark Blair, cariño–

–¡Oh por Dios! –se volteó y comenzó a hablarme muy rápido en voz baja– Mark, ¿estoy bien? Dime, ¿estoy muy despeinada? ¡¿Por qué justo hoy?! Mátame, Mark, mátame...

–¿Quieres calmarte? –dije en el mismo tono– ¡Lo vas a espantar!

–No, no, es que no puedo. –se puso a... no, no puede ser, comenzó a llorar–

–Tranquila. –me levanté, la abracé y le hablé al oído– No llores por favor, todo va a estar bien, solo tienes que ir y hablarle lo más normal posible, digo, si quieres... no tienes que hacerlo si no lo deseas.

–Qué vergüenza, yo no soy así, ¡para nada! –empezó a reír nerviosamente, aun así era linda– Es sólo que... por Dios, ¡es Luke Hemmings! ¡Mi amor platónico! Todo va a estar bien ¿verdad? ¿VERDAD?

–¡Claro que sí! ¿Por qué no vas al baño y luego regresas más calmada? –le sonreí para darle confianza–

–Sí, está bien, tienes razón.

Se levantó sin darme tiempo de ayudarle y le preguntó a ese hijo de... digo, al mesero, le preguntó dónde estaba el baño y él le señaló.

Me volví a sentar en mi silla y comencé a observar a ese tal Luke. Cabello peinado hacia arriba (no exageradamente), rubio, con algunos cabellos de un tinte más oscuro, ojos azules, pero un azul más claro que el de los míos, delgado, alto, muy alto, tenía un simpático piercing en el labio inferior, hoyuelos en las mejillas y... bien, lo admito, es bastante atractivo, peeeero yo no me quedo atrás, ¿o sí? Espero que no...

Y bueno, Luke se encontraba solo, tal vez esperando a alguien, únicamente había pedido algo para tomar y movía sus manos de manera inquieta, hasta que tomó su celular. Hizo una llamada y no alcancé a captar lo que decía, nunca he sido bueno para leer labios. Bebió la mitad de lo que había pedido, dejó GRAN cantidad de propina y se fue. ¿Por qué Jessica demoraba tanto? Esto. No. Es. Bueno.

Pasaron un par de minutos más y Jessy caminaba hacia nuestra mesa con una gran sonrisa, se había hecho una trenza a un lado, algo no demasiado perfecto, pero que la hacía lucir como un ángel. Se había maquillado ligeramente e inspiraba tranquilidad, pero, ¿cómo demonios le decía que Luke se había ido sin que ninguno de los dos saliera lastimado?

Señorita SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora