Capítulo 5: "Maestra en cambiar de tema"

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- ¿Qué cosa? –no sé si se estaba haciendo pasar por estúpido o realmente no vio nada–

- Nada –suspiré prefiriendo la segunda opción y lo quité de en frente para seguir caminando–

- ¿Te preguntabas si vi cómo tú y Carlos se besaban? ¿Eso tenía que ver? –alzó la voz y por supuesto me volteé, sentía que estaba en aprietos–

- ¡No! ¡Ni siquiera tenías que ver eso! –grité impulsivamente, parecía que estábamos peleando como si fuéramos novios– Es más, ¿qué haces aquí? ¿Ahora invades mi privacidad? ¿Me espías en casa también?

- No eres el centro del universo Jessica Smith, solo… estaba preocupado y pensé en esperarte, Carlos no me da toda la confianza que quisiera. Además aún me cuesta llegar solo a casa, ¡pero no me cambies el tema!

- No tengo que darte explicaciones –dije en tono normal mientras me calmaba– pero lo voy a hacer, Carlos me besó, en realidad no hay mucho que explicar, comenzó a hablarme de un tema que aún es mi punto débil y al parecer se aprovechó de eso…

- Y supongo que ese tema es tu ex… –hizo una pausa y rodó los ojos– Pero tampoco te hagas la víctima, o sea, se nota que entre Carlos y tú hay algo.

- Y si fuera así… –me acerqué todo lo que estaba permitido a su rostro– ¿qué?

- Está bien, no voy a dejar que me alejes de ti por estupideces, no me importa si tengo que aguantar tu maldito carácter. –puso su dedo índice en la punta de mi nariz– Y con Carlos, haz lo que quieras.

- Estúpido, mejor ya vámonos.

Me dirigía a paso rápido a casa y Mark iba tratando de ir a la par conmigo. Mi mirada era seria, definitivamente el orgullo se estaba convirtiendo en una de mis mayores características, no pensaba decirle palabra al chico de los ojos azules. Adicionalmente no podía dejar de pensar en lo que había pasado, me pareció realmente que Carlos se aprovechó de la situación y eso no me gustaba nada y, ¿qué hay de la actitud de Mark? Eran demasiadas inquietudes para mi pequeña mente.

El intento de orgullo me duró poco, Mark logró hacerme reír a mitad del camino y desde ahí era como si no hubiese pasado nada, “tan amigos como siempre”. Él podía sacar lo peor y lo mejor de mí y eso no era precisamente lo que yo quería. Me dejó en la puerta de mi casa, como siempre, pero antes de entrar recordé algo y saqué mi móvil para hacer una llamada.

- ¿Bueno? ¿Jennifer?

- Con ella, buenas tardes, ¿quién habla?

- ¡Jenny! ¡Me ofendes!

- ¡Jess! Es que hace mucho no llamabas al número del local pero, ¿cómo estás? ¿qué ha sido de ti?

- Voy para allá, ¿tendrías una hora para mí? Quiero cortarme el cabello.

- ¡Eso sí que es novedad! Bueno, para ti siempre hay hora, te espero querida.

- Gracias. –hice sonar un beso en la pantalla, colgué y sin siquiera entrar a casa, me fui al local de Jenny–

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- Hola, ¿Jessica?

- Si, estúpido, soy yo –reí al ver que notó mi corte de cabello–

- Me gusta, pero supongo que al que le tiene que gustar es a Carlos…

- ¡Mark, ya basta! A la que le tiene que gustar es a mí, te juro que necesitaba un cambio.

- ¡Jessica, qué guapa! –Carlos actuaba realmente como si nada hubiera pasado el día de ayer, eso me molestaba un poco–

- Dicen que más ayuda el que no estorba. –Mark se dirigió a la sala–

Señorita SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora