Capítulo 32: ¡Demonios!

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#Narra Jessica

–¿Podemos tener peor suerte? –le susurré a Mark–

–Parece que siempre las cosas pueden empeorar. Ven, cámbiame de lugar.

–Y bien, ¿de qué haremos el trabajo? –interrogó Lucas a Mark soberbiamente luego de que él se puso enmedio–

–¿Siquiera sabes qué hay que hacer? –pregunté–

–No, ¿me explicas? –me respondió en un tono coqueto–

–No te preocupes, mi amor. Yo le explico.

–No, no es necesario. De hecho sí sé en qué consiste todo, solo quería que Jess me explicara.

–Eres un... –sostuve el brazo de Mark que ya estaba elevado con la mano dispuesta a golpear a Lucas–

–No nos metamos en problemas, ignora sus comentarios. –le dije al oído y deposité un beso en su mejilla–

Mark respiró frustrado y desordenó su cabello con sus manos, lucía realmente enojado. El ambiente era tan tenso que la espalda y el cuello comenzaban a dolerme. Tomé su mano por debajo de la mesa intentando calmarlo y le regalé una sonrisa cuando me miró.

–Mi preciosa... –me sonrió y me besó en la frente–

–Oigan, estoy aquí.

–¿Y? ¿Tienes algún problema con que bese a Jessy?

–Fíjate que sí, lo tengo.

–Entonces si quieres puedes largarte de aquí porque te recuerdo que ella ahora es mi novia. –elevó la voz haciendo que algunos se voltearan a mirar–

–Y yo te recuerdo que...

–¡Chicos! –interrumpí antes de que fuera demasiado tarde– Tengo una... una idea para el trabajo.

–Al menos alguien que piensa en este grupo... –murmuró Lucas intencionalmente–

–Exacto, así que no pierdas tu tiempo intentando volver con ella.

–¡Chicos! –esto no está resultando, quién sabe cómo terminará– ¿Qué les parece si nos juntamos en un par de días en el centro comercial? Ahí transita muchísima gente a la que podemos ocupar para nuestro experimento social.

–Por mí está bien. –respondió Lucas con esa actitud tan tranquila que irritaba a Mark–

–Bien, empezaré la introducción, ¿me ayudas, cielo?

–Por supuesto, hermosa. –volteó su silla quedando frente a mí y dándole la espalda a Lucas quien rió sarcásticamente–

–Por favor, no caigas en sus provocaciones, ¿sí? Solo quiere amargarnos el día, no dejes que lo logre. –le dije en voz baja acariciando sus mejillas–

Le expliqué mi idea a Mark y entre él y yo redactamos gran parte de la introducción del informe, al menos de esa forma olvidó por un momento la desagradable presencia que nos rondaba. Lucas por su parte fue interrogado largamente por la profesora que estaba bastante interesada en lo que había sido su vida en New York, agradecí su curiosidad pues iba a evitar que Lucas siguiera provocando a Mark por el momento.

Creo que una clase nunca antes me había parecido tan larga como esta, ni siquiera las aburridas clases de la ancianita Jones. Cuando finalmente el receso llegó, me apresuré a sacar a Mark del salón, definitivamente no quería seguir allí.

–Esta vez yo iré a la cafetería, no quiero que ocurra lo mismo que ayer. Si Lucas se te acerca, por favor no...

–Tranquila, princesa. No planeo agarrarme a golpes con él otra vez, aunque ganas no me faltan de partirle la cara y quitarle esa estúpida sonrisa, pero prometo conservar la calma lo que más pueda.

Señorita SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora