capítulo 25

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Así fue asesinada Gretchen, ¿ahora sientes la culpa?

Siéntelo. Siéntelo...

Llegué a casa luego del incidente con "naco". No tenía ánimos y fingí un estado de normalidad que ni siquiera podía frente a las dos personas que más amaba.
Mamá me hablaba durante la cena, pero yo solo podía escuchar a mi cabeza haciendo eco sobre lo sucedido.

El remordimiento es el siguiente paso.

—¡No! —grité a punto de llorar, soltando el tenedor. Debía aguantar un poco y contener las lágrimas hasta que acabara esa tortuosa noche. Aparentar normalidad, pero me estaba sucediendo todo lo opuesto.

Ella dejó la cuchara a medio camino, observándose entre sí con mi padre.

—Está bien, no llenaré tu plato con más comida. —murmuró con una ceja alzada y la confusión plantada en sus ojos.

—Lo siento, últimamente ando estresada por el trabajo y los estudios.

Respiré profundamente cerrando los ojos por un instante.

Mentirosa. Qué rápido se te olvidan las cosas, Ariadna.

—Pronto tendrás vacaciones, solo debes aguantar un poco más hija —papá sobó mi espalda y me dedicó una mirada compasiva.

No los merecía. Ni su afecto, ni el cariño que me daban. No debían vivir bajo el mismo techo que una asesina.

Sí, eso me consideraba porque estaba tan implicada como Zhein. Fui cómplice desde el segundo en que no lo detuve y dejé que lo hiciera. Y desde este momento, donde no diría absolutamente nada. Donde el silencio sería mi aliado si quería continuar.

—Lo sé, no queda mucho tiempo. —les sonreí tragando todos los secretos que llevaba conmigo.

—¿Tienes planes para tus vacaciones cariño? —quiso saber mi madre prestando total atención a mi persona.

—Claro. Visitaré un pueblo a unas horas de aquí. —di un bocado a mi comida buscando alguna excusa para no hablar de más—. Llamó particularmente mi atención.

Otra media mentira.

—Con tu padre pensábamos que podríamos unirnos, solo si tú quieres...

—No. —otra vez la cagaba con mis reacciones abruptas—. Quiero decir, iré con mis amigas. Pero prometo que para las siguientes vacaciones visitaremos un lugar mejor en familia.

—Está bien. Pero queremos fotos de tu viaje —papá guiñó el ojo presionando mi mejilla con suavidad.

—Claro que lo haré.

Quise decir algo más, pero fui interrumpida por el sonido del timbre.

¿Y si era la policía?

Me levanté de mi lugar antes de que alguno de mis padres lo hiciera y me apresuré hasta llegar a la puerta con los nervios comiendome por dentro.

—¿Quién es?

—Es la policía, ¿podemos hablar con Ariadna Lanet?

Abrí la puerta desesperada cuando me encontré con el rostro de Zhein al borde de la risa.

—Pero que coj...

De la desesperación y el miedo pasé al enojo. Debió notarlo porque se cubrió la cara con los brazos a modo de defensa.

—¡Está bien está bien! Prometo no volver a bromear con eso.

Lo hice pasar y me sentí más aliviada de, al menos, compartir el secreto con la única persona que lo sabía.
Mamá lo invitó a acompañarnos ofreciéndole un puesto a mi lado, a lo que no se negó.
Se veía bastante sosegado. Como si leyera mis pensamientos desvió su atención de mis padres para dirigirse a mí.

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