Pasé el trapo que emanaba un aroma particular por enésima vez sobre la mesa, fregando con vigor sobre la sustancia que había despedido un niño hacía unos momentos atrás.
Era de esperarse. El hombre despreocupado solo había atendido el capricho del que parecía ser su nieto, para que el pequeño no armara alborotos y berrinches en el lugar. Después de todo el que pasaría vergüenza sería él, y con claros motivos.
Volví a mí labor, repitiéndome a mí misma que el encuentro con Eros había sido exitoso, por lo que en la salida les comenté a las gemelas que probablemente él haría uso de su labia para convencer a su amigo, pues siempre parecía tener las situaciones bajo control y era alguien perspicaz en cuanto a cómo resultaran.
Parecía poseer un afán por ver los productivos resultados en sus planes, y contaba con un ingenio más allá de su porte atractivo.
Dispersando los pensamientos, regresé al servicio para lavar el pedazo de tela que yacía grasiento en mi mano. Mientras realizaba asquienta la tarea, divisé a Natalie acercándose, aprovechando que ya no había más clientes por atender.—Oye, Nat —busqué su mirada, la cual se encontraba admirando preocupada el trasero de un sujeto junto a su grupo de amigos.
Mis ojos se volvieron en esa dirección.—Parecen dos balones fijos allí, ¿cierto? —respondió apenada a su pregunta con su atención todavía puesta en aquel lugar—. Tiene más que yo —aseguró observándose con cuidado.
—No, no tiene más que tú —afirmé ofreciéndole apoyo anclando una mano a su hombro, haciendo que diera media vuelta. Intentar convencerla de algo era complicado—. Ahora, ¿podrías prestarme atención? —su interés recayó desde el chico y su abundante trasero hacia mi—. Quería saber si te apetece venir a casa esta noche, estarán Savannah y Sophie —me apronté a continuar—. Ya sabes, te he hablado antes sobre ellas.
—Ah... —pareció ahondar en sus recuerdos—. ¿Las gemelas?
Asentí, retirando el agua que quedaba en el paño.
—Ayer me pidieron un favor, y a cambio me debían esta noche en mi casa, ¿vendrás?
Se limitó a pensarlo por un buen rato.
—Primero debería pedirle permiso a mi madre —su rostro adiquirió una seriedad notable, que luego se contrajo en grandes carcajadas finalizando en una expresión relajada que yo conocía muy bien—. Espera, seguramente la señora Brown se encuentra en un bar cualquiera, quién sabe dónde, bebiendo hasta perder la consciencia —su voz perdió el tinte de gracia que la hacía característica de ella. Simplemente no eran temas de los que le gustara hablar—. Sabes... —soltó suspiro de frustración— a veces no entiendo cómo papá sigue a su lado.
Las pocas veces que hablábamos al respecto, ella decía que su padre merecía más que eso, que no entendía cómo él podía seguir cuidando de su madre por las noches en los estados que llegaba a su casa, y las palabras de él hacia su hija eran siempre las mismas: lo entenderás cuando tengas responsabilidades que lleguen a importar más que uno mismo.
Natalie simplemente prefería encerrarse entre las cuatro paredes que conformaban su habitación y olvidarse de todo bajo la protección de sus mantas, encontrando allí una vía de escape.
Antes que pudiera abrir mi boca para emitir palabra, ella habló.—Sé que intentas ayudarme Ari, pero así estoy bien —sugirió, ofreciendo una sonrisa de lado. No era así, pero comprendí que necesitaba su espacio—. Ahora volvamos a lo nuestro, antes que el señor Steve enloquezca —sentenció comenzando a dirigirse a su puesto. Su rostro demostraba que a pesar de parecer fuerte, aquellas situaciones la superaban.
Sabía que ella necesitaba alguien que estuviera para ayudarla en esos momentos, o que al menos la hiciera olvidar los problemas con los que debía afrontar al llegar a su casa. Y era necesario que supiera que no estaba allí sola.
![](https://img.wattpad.com/cover/167826833-288-k226146.jpg)
ESTÁS LEYENDO
PERFIDIA
Ficção AdolescenteAlguien me dijo una vez que las personas somos despiadadas y crueles por naturaleza. Que aunque no lo quisiéramos, siempre lo llevaríamos con nosotros. Que de algún modo, una pequeña porción en nuestro inconsciente actúa injustamente gozando las de...