Cobra Kai (Temporada 5)

Capítulo II

-Dios mío. ¿Así que Kreese está en la cárcel? (Preguntó Robby, sacudiendo su cabeza).

-Sí. El sensei Silver ahora es el único sensei de Cobra Kai- (Respondió Tory).

-Tory, eso... eso no es bueno. Con Silver...

-Nadie está a salvo. Tenemos que hacer algo al respecto- (Dijo Tory).

-Sí, pero qué?- (Robby murmuró). Finalmente se le ocurrió una solución, pero sabíaqueTory no aceptaría -Bueno, tengo algo.

-¿Y qué es?- (Preguntó Tory interesadamente). Sin embargo, cuando Robby miró hacia abajo durante unos segundos y se negó a mirar a Tory a los ojos, Tory se dio cuenta de lo que estaba sugiriendo.

-No, no, no, no, NO. No nos vamos a unir a Miyagi Do- (Tory rechazó la propuesta de Robby)- No me importa, honestamente prefiero estallar en llamas antes que entrenar con LaRusso.

-Lo sé, por eso no sugiero que nos unamos a Miyagi Do. Bueno, al menos no a tiempo completo- (Explicó Robby).

-¿Qué?- (Tory estaba confundida).

-Pues, creo que podemos estar de acuerdo en que ya no es seguro para nosotros permanecer en Cobra Kai- (Dijo Robby).

-Bueno, estoy de acuerdo con eso- (Tory asintió).

-Sí, bueno, hay otro dojo en el valle. Uno que entrena con Miyagi Do, pero en realidad no es Miyagi Do. Malo, pero no tan agresivo. Uno de los nombres y logotipos más estúpidos que jamás he visto- (Comentó Robby).

La comprensión apareció en el rostro de Tory y dijo:

-Oh, diablos.

...

Mientras.

Al mencionar al nombre de Manuel Díaz, Miguel notó que el rostro de la mujer parpadeaba con alarma, antes de forzar un muro sin emoción.

-Lo siento, no sé quién es- (Dijo la mujer antes de cambiar de tema)- Ahora, si no vas a tomar un trago...

Miguel suspiró y puso los ojos en blanco, medio esperando esta reacción. Después de todo, por qué hablaría con un desconocido sobre un hombre, que según las pocas historias que había oído sobre él, era bastante intimidante?

-Mira, estoy seguro de que eres una mujer muy ocupada, no, yo mismo soy un hombre bastante ocupado y no tengo tiempo para el dinero para que nos quedemos sentados aquí, mintiendo y fingiendo no saber cosas que sabemos. Quiero acelerar esto, así que daré el primer paso y les diré que no soy ningún idiota. Sé muy bien que este lugar es un bar de los X, y sé que Manuel Díaz es parte de esta pandilla. Entonces, si hay alguien en Juarez que sabe dónde está y puede enviarle un mensaje, esa eres tú- (Miguel sonaba muy serio).

Luego Miguel se sentó y dejó que esto se asimilara por un momento. Inmediatamente supo que la opinión de la camarera sobre él había cambiado.  No era un americano despistado que ella pensaba que era. Estaba en Juarez porque tenía una razón importante para estar en Juarez, como todos los demás en esta mierda.

En eso, Miguel notó en la mirada de la cantinera falta de certeza y seguridad.

-No. Lo siento. Incluso si conociera a alguien llamado Manuel Díaz, no estoy seguro de que aprecie a los estadounidenses al azar que pidan verlo- (Respondió la mujer).

-Sabes, creo que va a querer verme. Dile que su hijo está aquí y que quiere verlo. (Pidió Miguel).

La mujer rió brevemente al observar al joven adolescente, y su mente se dirigió al hombre amenazante y petrificante que era Manuel Díaz, estaba teniendo problemas para encontrar similitudes entre ellos.