Capítulo IX

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Cuando Johnny miró al padre de Miguel por primera vez, sintió sacudidas a través de él, como si estuviera recibiendo descargas eléctricas. No era un hombre que le tuviera miedo a nadie, pero este hombre le erizaba los pelos de la nuca. Podía sentir el aura de miedo, crueldad y terror que proyectaba ese hombre, solo disimulada por su delgada sonrisa y su ropa informal. Siempre eran hombres como estos, vestidos con una camisa bonita, perfectamente afeitados, claramente duchados, peinados, los que daban mucho más miedo. Incluso si Johnny pudiera vencer al tipo en una pelea mano a mano, este era un hombre que exudaba poder. Johnny estaba muy en su territorio, en la guarida de la bestia, y ambos lo sabían. Manuel no tuvo que decir nada, pero ambos sabían que en el segundo que Johnny le puso la mano encima,


-Se lo voy a preguntar una vez más, señor. ¿Por qué acosa a mi hijo?-

Ver a Miguel en manos de este hombre aterrador sacó a Johnny de su aturdimiento. Lo despertó, la idea de que a Miguel le lavaran el cerebro para que se uniera a los caminos de este hombre era más petrificante que el hombre mismo.

-Oye, escucha... si alguien está acosando a Miguel, ¡ese eres tú! ¿Estás tratando de lavarle el cerebro para que se quede contigo y se convierta en un criminal?- (Exclamó Johnny)

-Mira amigo, no tengo ni idea de quién eres, pero para tu información, no le estoy lavando el cerebro a nadie. Le estoy mostrando todo, lo bueno y lo malo, partes de mi vida aquí en Juárez. conocerse, como padre e hijo, pero él siempre tiene la opción de regresar a casa si lo desea. Pero ahora, mirando a la clase de tontos absolutos que conoce en Estados Unidos, no me sorprende que quiera quedarse aquí más tiempo. Ahora te voy a preguntar por última vez, ¿quién eres y por qué estás acosando a mi hijo?- (Insistió Manuel)-

-Soy su sensei- (Johnny respondió con orgullo, las palabras significaban mucho más en sus labios que en los oídos de Manuel).

-¿Sensei? ¿Qué es esto? ¿Como un amigo sin hogar?- (Manuel preguntó, confundido. Johnny gruñó y curvó su puño en una bola tan apretada que sus uñas se clavaban en la carne de su palma).

-¡No, hijo de perra! ¡Yo era su profesor de kárate!- (espetó Johnny. La boca de Manuel hizo una 'o' al darse cuenta y se volvió hacia su hijo).

Karate? ¿Haces karate?- (Manuel le preguntó. Miguel simplemente asintió, dejando que esta confrontación entre su padre y Johnny continuara porque sabía que si alguien podía hacer que Johnny se fuera a la mierda y se fuera a casa, era su padre).


-¡Sí, él también es un campeón! El mejor estudiante que he tenido, y Dios mío, ayúdame, no voy a dejar que idiotas como tú lo corrompan y lo conviertan en una especie de monstruo-

-

Amigo, tienes 5 segundos para salir de este bar- (le dijo Manuel educadamente, como si estuviera invitando a Johnny a una fiesta de té en lugar de amenazarlo).
Era exactamente lo mismo que Manuel le había hecho a Miguel hace 24 horas antes de saber quién era Miguel, y Johnny supo por su tono helado que era una amenaza que, de ser provocada, no quedaría vacía. Johnny, sin embargo, se negó a retroceder, acercándose aún más a Manuel y levantando los puños, preparándose para atacar.

-Ahora óyeme bien, perra...

-No te pediría que te acercaras más. Por tu propia seguridad- (Manuel le advirtió, levantándose levemente la camisa para revelar una pistola atada a su cinturón).

Cobra Kai (Temporada 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora