Cobra Kai (Temporada 5)

Capítulo XXII

Mientras Miguel estaba de pie en el camino de entrada de Larusso, no caminó hasta el porche delantero y tocó el timbre. Eran las 11 de la noche, así que sabía que probablemente no era la mejor idea. En lugar de eso, caminó hacia el costado de la casa, donde sabía que estaba la habitación de Sam, y efectivamente, las luces estaban encendidas para que pudiera ver directamente. Y mientras los ojos de Miguel recorrieron la habitación, buscándola, notó algo. . Todo rastro con el que alguna vez habían fechado había desaparecido. No hay foto de ellos en su mesita de noche. No hay señor pulpo en su tocador. Ninguna de sus sudaderas que ella robaría para usar tiradas por la habitación. Ver estas cosas provocó que una puñalada atravesara su corazón. Simplemente quedó evidentemente claro que su relación había terminado. Sam aún no estaba en su habitación, pero un par de segundos después, como si estuviera haciendo cola, Miguel la vio entrar. Estaba bastante escondido en su lugar afuera para que ella no pudiera verlo, pero Miguel la vio entrar a la habitación y hacia su cama, donde se acostó y sacó su teléfono, comenzando a enviarle un mensaje de texto a alguien. Una vez más, ninguna tristeza persistente en sus ojos indicaba que todavía se preocupaba por él. Ella había seguido adelante.

Miguel estuvo a punto de levantar una mano para llamar a la ventana, pero cuando lo hizo, sintiendo el movimiento afuera, Sam levantó la vista y lo miró fijamente. De alguna manera, ella no lo vio, pero Miguel miró sus ojos azul marino y de repente se sintió transportado a una época de hace 6 meses...

"¿En serio? ¿Quieres enfrentarte al campeón de All-Valley?"

Fue a mediados de enero, unas pocas semanas después del fracaso total del equipo de Daniel Larusso y Johnny Lawrence, y Sam y Miguel se habían quedado hasta tarde después del entrenamiento para entrenar juntos. Dijeron entrenar, pero en realidad se trataba más de ellos riéndose y jugando en el dojo que de hacer algún entrenamiento.

"Me encanta cómo te llamas a ti mismo el campeón de All-Valley, pero la última vez que lo comprobé, estoy 2-0 en tu contra". Sam comentó de vuelta. Miguel se rió y se puso de pie, levantando a Sam también.

"

Está bien, ¡hagamos esto!" exclamó Miguel. Sam asintió y los dos se pusieron en posiciones de pelea, bastante descuidadas, ya que ninguno de los dos se estaba preparando para pelear. Las últimas semanas, habían estado tan ocupados entrenando y tratando de mantener juntos a sus senseis que apenas habían tenido tiempo para estar juntos.

" Listo... primero a 2 puntos... vamos." Sam dijo, y los dos caminaron uno hacia el otro, listos para pelear.

Miguel lanzó el primer golpe, una combinación de poder definitivamente no completa que Sam logró parar fácilmente con la suya. Fueron de ida y vuelta en la pelea de coqueteos durante varios momentos, con Miguel retirándose constantemente ante las combinaciones que su novia le lanzaba, hasta que pronto se encontró con la espalda presionada contra la pared del dojo. Sam rápidamente le sujetó los brazos a los costados y luego ella se inclinó y tiró de él para besarlo. Cuando se separaron, ella le sonrió.

" Punto Larusso. 1-0". Ella declaró. Miguel se rió y asintió.

" Está bien, si así es como quieres jugarlo". Miguel murmuró, y la pelea se reinició. Esta vez, Sam golpeó primero, una patada giratoria que Miguel logró atrapar en el aire. De ella, usó su pierna para barrer la otra, atrapándola antes de que tocara el suelo y colocándola suavemente sobre la colchoneta. Boca arriba, Miguel se tumbó encima de ella y se inclinó, besándola hasta que tuvieron que separarse por el pelo. Luego, como sus rostros estaban a solo unos centímetros de distancia, le guiñó un ojo.