Capítulo XXIX

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-¡Sam! ¡Oye, Sam! ¡Espera!-

Daniel prácticamente tuvo que perseguir a su hija mientras huía del patio trasero. Corrió por el dojo, esquivando a su padre, y casi había llegado a su auto cuando su padre finalmente la alcanzó, tomándola de la mano para detenerla. Se dio la vuelta, en guardia al instante, pero al ver la mirada preocupada y no enojada en su rostro, se suavizó un poco.

-Sam. Oye. ¿Qué está pasando?- (Preguntó, la preocupación llenando su voz. Sam negó con la cabeza).

-Dile a Demetri que dije que lo siento mucho-. (Murmuró, antes de darse la vuelta para huir de nuevo). 
Pero Daniel la detuvo antes de que pudiera.

-Oye, ¿podemos ir a dar una vuelta? Podría ayudarte a despejarte la cabeza-. (sugirió Daniel). 
Sabía que Chozen tenía cubierto el resto de la clase y se dio cuenta de que su hija estaba lejos de estar en un buen estado. Sam lo miró fijamente durante un par de momentos, debatiéndose entre decir que sí o no, pero cuando ella finalmente asintió, la pareja subió al descapotable amarillo y salió marcha atrás del dojo.
S

am tuvo que admitir que respirar el aire fresco mientras rodaban tranquilamente por el camino se sentía bien. Ayudó a calmarla, relajarla un poco y ayudarla a salir del último hechizo de ira intensa que había tenido durante la clase. Condujeron a través de Los Ángeles y, en un viaje improvisado, Sam notó que parecía extrañamente seguro de qué calles tomar. Parecía un hombre con una misión, girando por varias calles y caminos mientras serpenteaban a través de la vasta ciudad. Efectivamente, Sam tenía razón. Porque unos 15 minutos después de que comenzaron a conducir, Daniel se detuvo en un lugar de estacionamiento. Sam miró a su alrededor, buscando algún signo de familiaridad, pero no encontró nada. Mirando a su padre, confundida, Sam levantó una ceja.

-¿Dónde estamos?- (Ella se quejó, ya molesta por el sermón que sabía que vendría). -¿Por qué estamos aquí?-

Daniel levantó las manos en señal de rendición.

-Tranquila, Sam. No te traje aquí para darte un sermón. Nos detuvimos aquí para recargar combustible y luego podemos volver a la carretera-. (Daniel señaló el edificio frente a él y cuando los ojos de Sam se movieron hacia él, se dio cuenta de que era solo un Starbucks, nada más que eso).

Luego, los dos salieron del auto y entraron. Y después de comprar sus bebidas, se sentaron a la mesa en la esquina del café. Daniel miró a su alrededor, su rostro ligeramente asombrado y sorprendido.

-Wow, este lugar no ha cambiado ni un poco-. (Daniel comentó mientras su cabeza giraba).

-¿Has estado aquí antes?- (Sam le preguntó. Daniel asintió).

-

Sí, hace mucho tiempo. Casi exactamente hace 35 años en realidad-. (Respondió). -Aquí, en este mismo café, en esta misma mesa, es donde Ali rompió conmigo-

Cuando Sam comprendió esto, levantó la cabeza cuando sus ojos preocupados se encontraron con los cálidos y preocupados de su padre. Ella se dio cuenta…

-¿Como supiste?- (ella murmuró. Daniel suspiró y puso una mano reconfortante en su brazo).

-Conozco a mi hija, Sam. Sé que él es prácticamente la única persona en este mundo capaz de hacerte perder el equilibrio de esta manera-. (Él explicó). -Entonces, ¿qué está pasando, cariño?-

Cobra Kai (Temporada 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora