Capítulo XXVIII

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-¡Oye, Díaz! ¡Tu turno está comenzando!-

Miguel levantó la vista cuando la puerta de la trastienda del restaurante se abrió y su jefe entró, ladrándole sus instrucciones. Miguel estaba listo para otro turno matutino dolorosamente largo en el restaurante, para ganar esos salarios lamentables para destinar al Fondo Universitario Miguel Díaz. Acababa de atar su delantal y se preparaba para entrar al restaurante cuando su gerente se acercó a él.

-Sí señor.- (Miguel murmuró, arrastrando los pies hacia la puerta para comenzar su turno).

-¡Y date prisa! Pensé que contratar a un inmigrante significaría que no serías un perezoso de mierda-. (El hombre refunfuñó cuando Miguel pasó junto a él). 
Miguel se mordió el labio, con fuerza, conteniendo una respuesta. Necesitaba este trabajo. No podía darse el lujo de decir algo que haría que lo despidieran, o no podría obtener el dinero limitado que obtenía de ello. Cada centavo importaba en su desesperación por llegar a una universidad respetable.

Así que Miguel entró en el restaurante casi vacío y vio la parte de atrás de una cabeza sentada en la mesa de la esquina, por lo que Miguel se acercó a ellos, sacó su libreta y su bolígrafo, listo para tomar su pedido.

-¡Hola! Bienvenidos a Hendrick's Diner. ¿Puedo comenzar con algunas bebidas, tal vez entrantes?-

-Bueno, bueno, bueno. Así que los rumores son ciertos...-

Al reconocer la voz a una milla de distancia, la cabeza de Miguel se levantó y su boca se curvó en una pequeña sonrisa cuando se encontró cara a cara con Demetri. Miguel se rió.

-Déjame adivinar... ¿Hawk te dijo dónde encontrarme?- (remarcó miguel. Demetri asintió).

-¡Y también! ¿Qué, planeabas ausentarte sin permiso todo el verano sin decírselo a nadie? ¡Porque casi lo haces! ¡Ha pasado como un mes desde la última vez que te vi!,

Miguel se encogió de hombros.

-Bueno, acabo de llegar a la ciudad hace una semana o dos. Estuve al otro lado de la frontera durante las 3 semanas anteriores-.

-¿Canadá?- (preguntó Demetri, confundido). 
Miguel levantó una ceja:

-Sí, porque me veo como el tipo de persona que iría a ese páramo cubierto de nieve-. Miguel comentó, sarcásticamente. Demetri asintió.

-Entonces... México-. (respondió Demetri). -Déjame adivinar... Mai tais en la playa para celebrar que All-Valley finalmente terminó-.

La sonrisa de Miguel se desvaneció un poco cuando su mente volvió a lo que realmente estaba haciendo en México. La cara histérica y sádica de Manuel pasó por su cabeza por un momento, causando que la voz de Miguel se apagara.

-Si algo como eso- (Miguel alcanzó a responder. Demetri asintió).

-Bueno, lamento decírtelo, pero las vacaciones de verano terminaron. Es hora de volver a Karate, porque en caso de que no te hayas enterado, ¡Cobra Kai ganó!-

Miguel asintió y miró hacia abajo.

-Sí, me enteré de eso. Lo siento-. (dijo Miguel)

-Bueno, ¡no te arrepientas! No es tu culpa. Lo que necesitamos es que regreses-

Miguel negó con la cabeza.

Cobra Kai (Temporada 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora