El chico de enfrente no habla. No juega, ni ríe. tampoco se lo ve con amigos.
El chico de enfrente es muy raro.
y Jeno demasiado curioso.
Esta historia no me pertenece todos los derechos para @minhino
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Cuatro de sus dedos golpeaban uno tras otro la superficie de madera donde se acomodaba su mano. Los ruidos de los platos al chocar acompañaban al sonido, su madre tarareaba una canción que desconocía y no ayudaba para nada a su cabeza.
Estaba viva la imagen de hace unas horas. El desconocido siquiera había hecho el intento de saludarlo, sólo paso de él como si no existiera. No parecía tener más que quince años por lo que Jeno podía notar. Era suficiente motivo como para desesperarse por la falta de respeto ante su persona.
— ¿Quién era él?
— ¿De qué hablas, bebé?
— El chico que estaba hoy contigo.
Ella Pareció dudar unos momentos, pero al fin dejó su labor con los trastes y se giró hacia su único hijo.
— Jaemin, se llama Jaemin...es un niño muy especial... — dijo ella
¿Especial? Todos éramos especiales en algún punto de la vida. Tal vez a lo que ella se refería era que el extraño era especial en su vida. Jeno también era especial.
— ¿Qué hacía aquí? — preguntó no muy convencido de la poca información que ella le daba
— A Jaemin siempre le gustó pasar tiempo conmigo, Jeno. Lo verás muy seguido por aquí, por eso te pido que por favor a menos que él te busque no intentes acercarte...promételo Jeno.
Pero Jeno no podía prometer algo de lo cual dudaba que cumpliría. No conocía nada de ese chico y para su mala suerte era demasiado curioso con lo que lo rodeaba. Ella no podía llegar a su vida y decirle que no hiciera algo porque obviamente lo haría.
— Lo prometo. — Y así se podía agregar una nueva mentira a su lista interminable.
Su madre sonrió no creyendo en las palabras de su hijo. Y lo único que podía esperar era que Jeno no se metiera en un problema por culpa de aquella curiosidad que lo llevó por una mala niñez en el pasado.
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