Definitivamente el peso del llanto del cielo caía en su ropa creando más incomodidad a la hora de marcar su paso. Cada vez que sus insistentes pies daban algún paso más, el agua de la acera salpicaba más sus prendas. No había llegado a tiempo a la parada, y en esas condiciones dudaba que algún autobús tuviera la desdicha de frenar para él porque ¿Qué sabio conductor dejaría subirse a un bueno para nada empapado de pies a cabeza que lo único capaz de hacer sería manchar su asiento?
Bajo la intensa lluvia, Jeno no frenaba el paso, sus brazos rodeaban su cuerpo para intensificar el calor que brotaba por hechos naturales de sí mismo. Estaba a veinte cuadras de la casa del menor y la suya, también. Y aunque pareciera un tanto precipitado, Jeno tenía varios planes a poner en marcha si, por algún motivo universal, le impedían que viese a su pequeño. Porque era SU pequeño, y él quería cuidarlo de cualquier tormenta que se avecinara a ellos, ya que estaba ensimismado a creer que, de ahora en adelante, eran uno solo.
Jaemin en esos momentos, cuando las cosas parecían fuera de control, tal vez estaba con su mejor amigo, sus padres, o la madre del pelinegro. Tal vez Jaemin nunca tenía la oportunidad de estar solo, pero a Jeno no le bastaba con tantos tal veces, él necesitaba comprobar que el castaño estuviera a salvo, y qué mejor siendo él quien llegase a su hogar dispuesto a salvarle la tarde. No necesitaba que Jaemin se lo dijera, porque si le decía que venía para entregarle su completo, y más sincero amor, seguramente el menor estaría encantado de recibir aquella caricia al alma; porque Jaemin, a veces, resultaba ser una garrapata que absorbía cada mísera gota de cariño.
Era, de alguna manera, un pequeño no bastardo interesado en Jeno, o en todo aquel que le diera atención. Y quizá lo peor que el mayor pudiera hacer por él, era entregarse por completo a sabiendas que podría llegar a ser un simple juguete inservible que desecharían al primer momento donde se le zafara una pierna. Porque él también, de chico, le había perdido la piernita a su juguete de Iron man y nunca más lo volvió a usar ¿Quién querría un Iron man al cual le faltara un extremidad? Tal vez pudo llegar a usarlo como un nuevo héroe que luchó por su pueblo y acabó sin una pierna. Oh, debería ser guionista.
Luego de una larga, muy larga, caminata en la lluvia, Jeno llegó a su destino. Las luces se encontraban apagadas y no parecía haber rastros. Jeno hasta el momento sabía que los padres del menor dejaban todo encendido para que el chico no se sintiera sofocado y hundido en esa penumbra que generaba un día como esos. Así que, ya de por sí estaba sorprendido por las luces, se acercó y tocó el timbre. Nadie atendió y salió en su búsqueda. No era por decir que era un pesimista, pero cabía la posibilidad de que su pequeño no se encontrara en casa y estuviera en un mejor lugar. Tal vez con Ten, o con otros amigos ¿Hendery, quizá? Tampoco era para tanto.
Si mal no recordaba, hace tiempo que tenía el número del mejor amigo del menor. Si nadie atendía en la casa, Jeno podía imaginar que Jaemin estaría con Ten, o al menos lo intentaría averiguar. Sacó su teléfono de la mojada mochila y buscó entre sus pocos contactos, el número de aquel rebelde que le robaba tiempo con Jaemin. Esperó unos cuantos tonos hasta que por fin, de la otra línea, atendió el tan esperado Ten.
—¿Lee? Es raro que me llames... ¿Es por Jaemin? Seguro... ¿Por qué otra cosa me llamarías? ¿Eh? Pedófilo necesitado.
—¿Cómo que pedófilo?
—Es como tu madre te llama... ¿Sabes que nos alertó a todos de tus intenciones con Jaemin? No sé si sean ciertas o no... Pero espero que no, porque Jaemin te ama mucho para que vengas y traste de aprovecharte de él ¿Sabes? —eso era algo bueno, demasiado a decir verdad. Al menos tenía el apoyo psicológico del mejor amigo de su futura pareja (o no). Pero algo en sus palabras lo estaba atormentando; ¿Él? ¿Pedófilo?, si bien entendía que la pedofilia comenzaba a tomarse en cuenta si existía una relación de cinco años de diferencia con el menor, Jeno no quería aprovecharse del menor.
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SILENT BURST || NOMIN (ADAPTACION)
FanficEl chico de enfrente no habla. No juega, ni ríe. tampoco se lo ve con amigos. El chico de enfrente es muy raro. y Jeno demasiado curioso. Esta historia no me pertenece todos los derechos para @minhino