Mantenía su teléfono pegado a su oreja, su hombro sosteniéndolo y sus largos y finos dedos tecleando con velocidad, buscando y recopilando toda la información que fuera posible.
—Son agresivos —dijo con seguridad desde la otra línea su amigo, Yangyang.
Agresivos. Jaemin no era agresivo. Es cierto que era medio raro y borde al hablar, pero no era agresivo ¿Siquiera lo había escuchado levantar la voz? Sólo cuando lo tocó por primera vez sintió que le gritaría hasta dejarlo sordo, mas el chico pareció calmarse en un santiamén.
—Pero él nunca me atacó... Capaz que algunas personas nomás lo son...
Desde que Ten lo había amenazado, él no había vuelto a asomarse por la puerta del vecino, tampoco salía de su cuarto cuando el pequeño castaño llegaba a su casa para pasar un tiempo con su madre. No era que se sentía amenazado, por supuesto que no. El problema era que no sabía cómo manejar la situación o si debía manejarla. Porque de eso estaba seguro; si nunca se hubiera enterado lo habría tomado como un adolescente raro y tímido.
—Tampoco les gustan estar rodeados de gente... Ya sabes, lo autista prefieren vivir solos.
Vivir solo sonaba muy triste, y problemático. Sobre todo, problemático. Porque Jeno ya había hecho el intento de vivir solo y lo único que logró sacar de aquello fue criar a un perro que le pedía comida a cambio de un poco de amor. ¡Y qué amor! Pues el canino se paseaba por sus piernas como si fuera un gato con la única intención de rascarse el ojo. Aunque si lo pensaba bien, Jaemin se había escapado de la cena por esa razón "Mucha gente" La gente grita, insulta, y huelen mal. A Jeno tampoco le gustaba estar rodeado de personas ¿Y si él también era autista? No.
—¡Ah, y tampoco sienten! Por lo que sé, ellos no aman, no quieren y no odian. Son como maniquíes con vida... ¡No! Como robots.
—¿Estás seguro de todo esto? —preguntó Jeno leyendo por encima algunos artículos sobre lo que era aquella enfermedad. Pero ¿Estaba bien llamarlo enfermedad? No cuadraba ni un poco, y aquella cosa denominada "Autismo" era la cosa más extraña que había escuchado. Sentía vivir en una burbuja, pues jamás había oído hablar de ella, mas allí se encontraba en una situación fuera de su zona de confort. Tal vez debía alejarse tal como Seo Ten, alias Ten hyung, le había dicho; porque no se consideraba capaz de tratar a Jaemin.
Agresivos.
Antisociales.
Alexitéricos
Las tres primeras cosas que había conocido en tan poco tiempo y a boca ajena sobre la cosa. Graciosa situación la cual las tres empezaban con y Autismo también. Tal vez todo lo malo empezaba con A. Y quizás lo que tenía Jaemin era lo más perverso que pudiera existir. O quizás estaba exagerando como siempre.
—Qué eres, Na Jaemin —murmuró cuando Yangyang cortó la llamada y la luz blanca del inicio de Google se encargó de dañar su maravillosa vista.
No emoción se repetía constantemente como un pelotita rebotando dentro de su cabeza, golpeando cada rincón sin dejar de molestarlo. Jaemin no sentía emociones, sentimientos, era como un robot manejable. Jeno apoyó su mentón en la palma de su mano a la vez que cerraba el portátil. La oscuridad de su habitación fue atrayente y peligrosamente capaz de ocultar sus pensamientos. Eran demasiados, pero ninguno capaz de encaminarse en una única dirección.
—Qué eres, Na Jaemin —repitió en un susurró. Mas el sueño comenzaba a hacerle una mala jugada. De pronto sus párpados pesados cerraron e hicieron contactos mientras su cabeza seguía siendo sostenida por su mano. ¿Cuánto tiempo tardaría en darse contra el escritorio?
Con el cuello adolorido despertó por el sonido de la alarma. Se vistió y preparó en silencio por ser de mañana para irse a la universidad. Su madre trabajaba más tarde y él prefería no despertarla. Esa mañana corría mucho viento, llevaba su bufanda roja y unos guantes negros, el clima provocaba que su piel se viera más pálida de lo normal y sus labios más secos y quebradizos.
Cerró su puerta con llave y aspiró el suave aroma a naturaleza del día. Frente a él su vecino buscaba las llaves del auto para irse a trabajar y Jeno mordió sus labios ansioso. Las ganas de preguntar y conocer más acerca de Jaemin lo carcomían desesperadamente. Sólo una pregunta. Una sola y bastaba. Con duda en su andar se acercó al canoso hombre que no parecía tener ganas de sonreír aquella mañana.
—Hola... —saludó Jeno.
—Qué tal... —imitó el hombre.
Las palabras eran difíciles, y más tratándose de un tema que poco conocía de tratar. ¿Cómo decirle que quería conocer a su hijo y todo sus problemas? No lo sabía. Le habían dicho que era un chico inteligente desde su corta edad, pero aún así no tenía idea de cómo tratar a las personas. Era tan difícil.
—Disculpa, chico. Debo irme al trabajo.
El hombres se subió a su coche y partió. Dejando al pobre de Jeno con la duda hecha nudo en su garganta. Su lengua mojó sus labios, tomó con fuerza las tiras de su mochila y suspiró derrotado. Un día más estaba corriendo a tiempo, un día más en el que prefirió no volver a saber de Jaemin, porque temía no saber manejar la situación.
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SILENT BURST || NOMIN (ADAPTACION)
FanfictionEl chico de enfrente no habla. No juega, ni ríe. tampoco se lo ve con amigos. El chico de enfrente es muy raro. y Jeno demasiado curioso. Esta historia no me pertenece todos los derechos para @minhino