SAMAEL
según lo mensajes de Eleanor, iban a llegar en la tarde, por lo que no tardan en aterrizar.
Estoy en la universidad tratando de alcanzar a mis compañeros quienes me superan por todo ese casi año y medio ausente, no es que me importe mucho, pero si dejo caer mi prestigio, Oliver no tendrá su lugar asegurado.
A las 3:30 me llegan varios mensajes de Richard que ignoro, pero dejo lo que hago al ver en la barra de notificaciones un " invoco el pacto". Como si tuviéramos diez años, juramos que al decir o escribir esas palabras, aunque estuviéramos tan molesto que quisiéramos matarnos, levantaríamos bandeja blanca para ayudar a quien lo invoque. Es una estupidez enorme que copiamos de Oliver y sus amigos, comenzó como juego, pero ahora ya no lo es tanto, más si él ya está cerca de los cincuenta y yo casi pasando los cuarenta.
Lo cito antes de irme al colegio, lo espero paciente, no me quiere decir nada por mensajes así que debe ser algo importante. La curiosidad me está matando que no puedo concentrarme en mi trabajo. La puerta se abre y se vuelve a cerrar, solo una persona invádame mi privacidad así, llegó en siete minutos ¿cómo es eso posible? Me paro.
- ¿como llegaste tan rápido?–
- estaba en el estacionamiento–
Si que es importante.
- ¿y qué sucede?–
- Le debo a Ell...– saca su teléfono– 23 millones de dólares– Me rio, he visto que Eleanor le ha dado de todo para su granja, hasta camionetas, imposible– No, no te rías, es en serio– lo dejo de hacer, es que el hombre hasta está sudando– Esto es lo legal–
- espera ¿pero qué rompiste o qué? ¿Su colección de autos?¿de cómics? ¿Sus Polly pocket? Contexto idiota– Le entrego la botella de agua de mi escritorio, la toma hasta terminarla–
- niña linda...– eructa y toma aire– Tenía un amante Alemán–
–¿Qué?—
- esa fue mi reacción. Fue cuando Francia y según él hasta que se embarazó de Narcisse pero se seguían viendo así que no sé–
- ¿qué?– no sé qué más decir–
- hasta me dijo que éramos los amantes y pues le dije qué hay niveles, que yo era el papá de su hijo y que también su esposo. O sea, ni sabía de tu existencia como su esposo, Pável según si es su esposo y Oliver y Narcisse sus hijos– Habla tan rápido que se me hace difícil entenderle– y yo le dije que éramos tres, no sabía, le reclamó a Ell y rompieron su amistad o amorío o ya no sé– toma aire–
- ¿me estás diciendo que Ell tenía un amante aparte de ese imbécil?– niego– Cuando ella regresó estaba con nosotros–
- Ajá. Pues resulta que rompió todo trato con Ell, y ahora ella me los está cobrando. Ah y lo peor, también ese Alemán alimentaba su viñedo en los peores momentos y no, lo peor es que ese tipo le metía cocaína a Alemania y le distribuía en Gran Bretaña. Tengo una semana para hacer lo mismo que él–
- ¿el amante se ofendió? Por favor– me hierve la sangre– tú no le vas a dar nada y mucho menos le harás de traficante, no seas idiota–
- No Sam, fue en serio, me lo dijo calmada y en silencio–
- No te haría algo así, relájate– trato que deje de sudar –
- Discutimos, Sam, te lo dije, me pidió el divorcio, y me dijo que no regrese a la casa. Estaré en mi departamento por cierto—
- Si tuvo un amante no tiene derecho de echarte–
- Si lo tiene, le dije algo horrible, por eso me abofeteó–
Me cruzo de brazos
- ¿qué le dijiste?–
- que nadie la iba a querer si tenía hijos de diferentes padres y que ya estaba muy usada–
Niego.
- Hasta yo quiero golpearte ¿cómo se te ocurre decirle algo así Richard? Ell está obsesionada con todo lo referente a su físico, Obvio lo iba a entender sobre eso , ¿en qué diablos estabas pensando?— lo regaño, es que ni yo soy tan estúpido como para decirme algo tan horrible que ella puede interpretar aún peor de lo que ya es–
- Me iba a disculpar pero casi me revienta el hocico por pendejo–
- Pues debió–
- Debo solucionar eso o en verdad me va a dejar. Ayúdame– Me recargo en el escritorio – Dijo que si quería ayudar, era momento de demostrarlo–
- como sabemos mucho de narcotrafico y de la mafia roja ¿no? Imbécil, no podemos volvernos mafiosos de un día para otro— no sé con quién estoy más enojado, si con él o con mi esposa. ¿Un amante?–
- Sam, eres el inteligente, piensa– rodeo mi escritorio para sentarme. Si en verdad quiere resolverlo debo ayudarlo, pero Pável tiene razón, somos unos inútiles respecto a ser mafiosos. Miro a Richard– Eres un marine, usemos eso–
- ¡cierto!¿te acuerdas del amigo con el que te pusiste celoso?– niego, es la verdad– ¿al que no dejaste llevar a la casa?– vuelvo a negar–
- ¿cómo no te vas a acordar? Te sabes libros enteros–
- pues no, y no cambies de tema, no involúcrenos a un marine en cuestiones de mafia ¿cuántos kilos de cocaína es?–
- ¿Cuántos kilos es una tonelada?– entre abro la boca ¿qué carajos Eleanor? Imposible que dos idiotas como nosotros resuelva algo así, niego–
- Iremos con el tipo y hablemos con él. Ni tienes tanto dinero y ni la inteligencia para meter cocaína a Alemania ni distribuirla en Inglaterra–
- por eso vine contigo– sonríe—
- Si, y lo más inteligente es lo que te digo y eso haremos–
- ¿y si hacemos lo mismos que él pero con tus whisky?–
- No, mis botellas están empaquetadas y puestas en contenedores sin luz, por lo que se les hace la revisión con...mierda esas máquinas— que estrés cuando se le olvidan las palabras– como sea, es imposible ¿él en que las transporta?–
- Creo que en uvas y fresas–
- Supongo es más fácil. Sin embargo, hay una línea de whisky barato, pero solo la distribuyo en Gales y Estados Unidos.
- Oye que feo eres–
- No voy a permitir que a mi whisky le pongan Coca Cola–
- y más por eso–
- No te desvíes, cuesta más o menos diez dólares la botella, y se empaqueta solo en cajas, tal vez podamos hacer, pero, primero hablaremos con el Alemán–
- Sam no, mejor lo hacemos nosotros–
- No, ahorita estás en modo estúpido. Iremos después que termine de trabajar–
Asiente, creo que si está bastante preocupado.
A las cinco vamos a Irlanda, llegamos a la mansión del Alemán a las 7. Tocamos su puerta, se ve que no es un mafioso porque no hay una enorme seguridad.
- Oye, tiene un televisor que sale de la pared–
- ¿en serio?–
- Si, se abre la pared, quiero una ¿crees que Ell deje hacerla?—
Sonrió divertido
- Primero que te deje regresar– chasquea la lengua empujándome– Espero que no la agarre conmigo, según estoy trabajando–
Un hombre alto pero no tanto como yo, de piel bronceada, ojos azules, delgado y lamentablemente para mi, apuesto. Este sujeto tal vez más sexy y guapo que yo se acostaba con mi esposa, se me revuelve el estómago. Tal vez por eso Ell nos mandaba al demonio.
- ¿Richard?¿Qué haces aquí?– No es grosero, es amable y bastante relajado–¿y tú eres?–
- Samael– respondo extendiendo mi mano–
- ¿estoy en problemas?– bromea estrechándola– Pasen– nos da una cálida bienvenida, es bastante agradable, tal vez por eso a Ell le gusta.–¿y para que soy bueno?–
- Muy aparte que eras el amante de mi esposa, queríamos charlar contigo respecto a tu decisión de romper amistad con Ell–
- Ah claro. Oigan, deben entenderlo, ella jamás me dijo que tenía esposo y mucho menos tres, de haberlo sabido...–
- ¿no te acuestas con ella?– interrumpo
- Le pido ser su esposo– resopla como si fuera obvio – no soy celoso, pero si sensible a mentiras y traiciones. Cuando nos conocimos dijo que no tenía esposo si no novio y cuando llegó el rubio no me importó, es lo que es ser un amante , pero me ocultó la realidad y eso no lo puedo permitir. Hacemos negocios en los que se necesita total sinceridad y ella no es sincera– se encoge de hombros el cínico. Voy a calmarme o lo mato–
- ¿Dejaron de verse cuando Narcisse?– Richard cuestiona–
- supongo, ¿qué edad tiene?. Como sea, lo siento, pero no voy a regresar a ser su socio. Si ella me hubiera dicho que nos escondíamos de tres hombres sería diferente. Pero no me quieran asesinar, está en el pasado. Hirió mi corazón– Dramatiza y ríe– ¿quieren cenar?–
- Te cogias a mi esposa, lo mínimo es que nos ayudes– Espeto–
- Lo siento, pero los tratos no los hago con ustedes, si no con Isabell. Y si bien tuvimos algo, no fue más que sexo, bastante divertido por eso de a escondidas– se cruza de brazos pero sereno– Oigan, jamás creí que era de ustedes, si no del francés, y para mi, el único esposo era Pável, siempre está con él–
Richard y yo nos miramos, no nos gusta lo que nos dice– Sabía de ti– Me Señala– pero me dijo que eras solo un amigo a quien le cuidaba su empresa–
- ¿y yo qué?–
- Te conocí el otro día, pero dijo que trabaja contigo– Niega– Me enojé más porque a pesar de ese niño y el ruso, le pedí casarse conmigo, y ahora los tiene a ustedes tres. Ahora entendí porqué se negó–
- No estoy entendiendo nada– soy sincero, ya me enredé–
- Si, yo tampoco. Lo siento, pero mujeres como Isabell soy muy peligrosas, agarran a uno como su imbécil y lo peor, me dejé. Si no aceptan la cena, pediré que se retiren– Nos señala la puerta, tiene un poco de razón–
- ¿no sabes dividir el trabajo de tu vida personal?–
Ell Alemán se toca los cabellos y sonríe.
- Ahora lo hago– nos mira a ambos de pies a cabeza– Ustedes no son como Pável, ¿les doy un consejo? Dejen de meterse en cosas que no pueden entender– al notar nuestra cara de ofendidos, resopla– No lo tomen como ofensa, pero esos zapatos que traes, ese abrigo y esos pantalones...– me señala– es obvio que no eres un tipo malo y tú– señala a Richard– Tienes la pinta, pero andas tras de él como perro mojado y eres impulsivo y arrogante, así que no–
Richard me analiza y el como estamos parados, da unos pasos hacia adelante para estar junto a mi.
- Eleanor se molestó con él por arruinar la amistad contigo, necesitamos que regrese todo a como estaba– trato de hacerlo entrar en razón– No sabemos nada de sus negocios y mucho menos sabemos cómo manejarlo, le está pidiendo resolverlo y no sabemos cómo–
El ruido de las escaleras crujir llama nuestra atención, entre los barandales había al parecer un niño–
- quién arruinó la amistad fue Ella– los pasos casi corriendo vuelven a distraernos, una niña rubia de más o menos 4 años aparece enrollándose en una de las piernas del Alemán, Supongo que es su hija por el color de los ojos– ¿van a cenar si o no?– carga a La Niña, no puedo creer que haya pasado tanto el tiempo, Oliver ya no es tan pequeño, ojalá volviera a tener esa edad.
- Supongo que si– suelto–
- Bien, síganme–
Richard me detiene.
- No va a ayudarnos– susurra, lo hago caminar– Y se acostaba con Ell–
- Hay que agradarle, está molesto con Ell como nosotros–
- ¿un club anti Rachel?– Me tira una referencia de esa serie que me obligó a ver–
- No, solo seamos amigos...o algo así, y también detesta a Pável–
Entramos a un comedor bastante pequeño para máximo de cinco personas , no hay formalismos, por lo que nos sentamos donde queremos. La comida no tarda en llegar, la verdad es que tengo bastante apetito, y más si hay un filete sobre mi plato. El sujeto toma la mano de La Niña y pide la de Richard, quien lo mira mal.
- ¿qué?¿Ustedes no dan gracias?– golpeo a Richard sutilmente para que le tome la mano, me obedece, tomo la de él y La Niña estira su brazo para alcanzarme, creo que esta amabilidad no la tiene Oliver, le recibo la mano y el Alemán comienza a orar en su idioma, dos minutos después terminamos con un " amén"
- Hace mucho no tenemos visitas– Comenta–
No tiene nada de ser un hombre sin amigos o solitario, es bastante alegre y hablador.
- ¿es tu hija?– Richard cuestiona metiéndose un bocado –
- así es–
- Entonces tú también le eras infiel a tu esposa– pero esa lengua tan larga que tiene aveces–
- No, ella murió hace cuatro años– Miramos incómodos a la pequeña, quien come sin mirarnos- No sabe inglés–
- Lo siento – me disculpo por Simple cortesía–¿y vives aquí?–
Asiente
- ¿tú eres escocés verdad? Tu acento aveces lo es–
- Si...todo está muy rico– lo último que quiero es que nosotros seamos los interrogados–
- Gracias, esta vez no lo quemé–
Rio junto con él
- Bien, ahora sé porqué le gustaste a Ell– Bromeo – por cierto ¿dónde se conocieron?–
- En un pueblo de Francia— toma de la limonada– en un mercado, me compró una caja de fresas–
- No pareces un vendedor— Richard habla–
- Era una Expo, me gusta ir. Charlamos un poco y ya–
- ¿y ya?¿así nada más?– Estoy sorprendido–
- Si te refieres a acostarnos, me reservo eso. Ella me mintió pero tampoco es de caballero estar hablando de lo que una vez tuvimos–
Nos cerró la boca de la mejor manera, no tenía que estar preguntando eso.
- somos amigos y prometimos serlo antes que amantes– Richard se mofa– Excepto socios ¿qué es gracioso?–
- Eso me dijo a mi, terminé casado y con un hijo–
El Alemán ríe mientras niega
- Isabell Es de las que te enamoras fácil, pero no soy tan tonto, además, ella me dejó muy claro que nuestra relación sería eso y nada más. Tonto tú que te confundiste—
- Pero dijiste que le pediste matrimonio– Lo miro, él resopla–
- No hay palabra para describirme. Y no fue su culpa, yo antes de conocerla ya estaba perdido, así que creí entre mi arrogancia, que podía conquistar a una rusa. Después, Dios creyó que no era suficiente estupidez en mi que me hizo creer que yo podía hacerla dejar a su novio. Como no fue suficiente, creí que podía dejar a su esposo un excelente director ruso– Niega, la forma en que lo dice es bastante graciosa– y como si no fuera tanta ya mi estupidez, yo creí que dejaría al padre de su hijo y lo hiciera pasar por mío–
- Si fuera una competencia de a quien le falta más neuronas de los tres, tú ganas– comento, el hombre ríe–
- estoy de acuerdo, ella era bastante seca conmigo, no me aceptó ni una cita, lo único que podía hacer era regalarle fresas. ¿Cómo lo hicieron?–
- La embarazamos– Richard me quita las palabras de la boca, le doy la razón–
- oh...si jamás se me pasó eso por la cabeza–
- y que no te vaya a pasar– Richard es pasivo agresivo–
- Yo tengo muchas dudas– nos mira con curiosidad mientras mastica su comida y la ingiere– ¿cómo es eso de tres esposo?–
No sé si podemos responder o explicar eso.
- somos tres y ya– Contesto–
- entiendo eso, ¿pero cómo lo hacen? Es decir, ¿como un sultán o algo así?–
- En resumen si. En su familia rusa se le permite una cantidad de esposos respecto a su fortuna– explico–
- O sea la mafia roja– Susurra– ¿y viven todos juntos?–
- Así es–Richard asiente–
- ¿y con Pável?–Los dos afirmamos – ¿cómo pueden?– hace una mueca de asco–
- Es una casa enorme–
- ¿y duermen juntos?–
- No, obviamente no– Richard habla de inmediato– Ella duerme con él— me señala–
- No entiendo ¿no hacen todo juntos?¿y por qué tú?¿No debería ser igual con todos? ¿No debería dormir ella sola?–
Richard se gira a mi
- Si ¿por qué tú?– sé que bromea por su tono de voz–
- ¿y qué hay de la intimidad?¿Juntos?–
- ¿y verla la verga a Pável?ni que ella no los pida–
- todo eso es muy extraño– Se ríe, no parece contento, ha dejado de comer, solo juega con los cubiertos y la comida, creo que si está celoso– en fin, ¿esperarán el postre?–
Checo la hora de mi reloj.
- No, es tarde, tengo que regresar a casa. ¿Vas a ayudarnos? –Insisto—
- No, se lo he dejado claro a Isabell–
- ¿y si ella se disculpa?— Richard da una buena idea, pero el Alemán se mofa—
- Isabell es una niña caprichosa, una barbie, ¿tú crees que me pedirá disculpas? Obviamente no– Deja a un lado su plato– compren la cosecha para sus viñedos a precio normal si gustan, pero solo será esta vez, después encuentran a alguien más–
- Necesitamos que nos ayudes a pasar la mercancía– niega a mi solicitud–
- Mi secretaria les mandará los números si gustan, pero respecto a eso es un no—
- Entiendo, no te preocupes, agradecemos tu hospitalidad–
- Y yo agradezco que ustedes no quieran matarme, eso quiere decir que son hombres maduros que entienden que todo está en el pasado–
Asiento, pues mi madurez es cuestionable, pero la de él creo que no.
- ¿y Pável sabe que ustedes fueron amantes?– Richard pregunta y el Alemán asiente limpiando con una servilleta los labios de La Niña–
- se enteró hace un año creo o menos, no recuerdo. Me golpeó hasta que Isabell pudo quitármelo de encima, desconozco lo que dijo en ruso en ese momento para calmarlo, pero de no ser por eso me mata a golpes– regresa a su asiento– ahora que ella viene, siempre está él o algún tipo vigilándonos, supuse que tú eras alguno de esos- Mira a Richard–
- ¿y te preguntas por qué no le agradas?–
- Richard, dejar las cosas en el pasado es mejor– Habla divertido– Ustedes me agradan, deberíamos ver el partido del viernes juntos–
- Si, pero tú no me agradas– Richard se levanta– te espero en el auto–
Aveces me da vergüenza cuando se pone de Americano sin educación.
- Discúlpalo, está muy molesto en estos momentos. Ell no está en buenos términos con Rick–
- Entiendo, pero no soy un rival, estoy fuera de sus vidas, de no ser por mi bocota, todo estaría igual–
- Es el pasado– sonrió. Me hierve la sangre, pero no parece arrogante, no está presumiéndome que se acostó con mi esposa, ha sido respetuoso y eso me hace controlarme– Dame tu número– Saco mi celular, él en dicta los números y los anoto–
- Si aún no hablas con Isabell de esto, no vayas a revivir algo que no vale la pena...es un consejo–
Asiento poniéndome de pie.
- Gracias por la cena...¿cómo te llamas?
- Friedrich– también se levanta– te acompaño a la puerta, La Niña se despide de mi y yo hago lo mismo alzando mi mano, ojalá uno de mis bebés sea niña.
Nos despedimos con un apretón de manos, me molesta su amabilidad un poco, pero eso significa que no nos ve como rivales.
Encuentro a Richard apoyado en el auto fumando un cigarrillo.
- Aveces pienso que jamás fuiste a Harvard–Lo regaño—
- ¿perdón?–
- La educación es la clave para una negociación, y tú no la tuviste— me meto en el asiento del copiloto– ya súbete animal– si ya estaba enojado con él, más ahora.
- No me digas animal–
- Es lo que eres, un irrespetuoso y poco amable americano sin educación– espeto poniendo en marcha el auto–
- Él se estuvo cogiendo a Eleanor ¿y quieres su amistad?–
- Es para salvarte el trasero imbécil—
- ¿ahora yo soy el loco celoso? Por favor–
- Pues si, ¿qué vamos hacer idiota? ¿Hacer un lío por algo que ya pasó? Nos enteramos más de un año después, ya está maldita sea–
- Estaba acostándose con quien sabe cuantos al mismo tiempo que con nosotros–
Lo miro unos segundos
- ¿y? ¿Eso te importa mucho? El Virgen te dicen, especialmente a ti–
- No es lo mismo– Chasqueo la lengua molesto por su contestación– ¿en serio no te molesta que no pueda ser solo tuya?–
- Claro que me molesta, pero eso se acabó cuando tú llegaste–
- ¿ahora yo soy el problema?– se ofende–
- Si, lo eres–
- Discúlpame no meterte mierdas para estar dormido todo el puto día—
- pues deberías, porque tu maldito humor me tiene harto . Eres amargado, posesivo y celoso–
- Oh mira quien lo dice–
- yo cambié–
- ¡te drogas–
- ¡Ell y yo ya no te sopórtanos!¡eres un fastidio!¡una maldita carga!¡Así que contrólate maldita sea o te quedarás solo!¡eso estás provocando!–
Me irrita, me desespera.
- Déjame aquí–
Lo ignoro.
- ¡qué pares el auto!– al no hacerle caso, le sube a la radio de golpe aturdiéndome, freno para entre tanto maldito ruido bajarle, salgo del auto.
- ¡eres un maldito!–
- ¡igual tú!– Camina de espaldas enseñándome sus dos dedos de en medio–
- ¡No te voy a ayudar!¡¿oíste?! ¡Ni siquiera me llames!–
- ¡No lo iba a hacer!–
Mi cabeza comenzó a doler más de la cuenta y antes que me diera cuenta que voy a tener uno de esos episodios tan humillantes, yo ya me encontraba sin poder respirar bien tratando de no caer al suelo agarrándome de la puerta, pero marearme es parte de esto, así que terminé sentado en la carretera sudando a pesar que hace frío, con un dolor en el pecho que no deja a mis pulmones tomar aire, mi corazón me late tanto que lo escucho en mi cabeza junto el ruido de la radio constante combinándose con voces que no puedo entender.
No puedo pensar en nada más que en lo que escucho, por lo que se me es imposible salir de esto. Soy un maldito adulto, no puedo seguir teniendo esto, sin embargo, no es algo que pueda controlar, vuelvo a ser un niño. No me queda de otra que esconderme entre mis rodillas mientras tapo mis orejas, algo totalmente inservible porque el exterior no es el problema. Si esto no para, lo más probable es que muera, porque como duele. Maldita sea soy un adulto, tengo una esposa, un hijo y tendré dos más, no puedo seguir siendo esto, un maldito fracasado que no puede mantener a la mujer que ama solo para él y que arruina su familia con cada estupidez que hace, eso soy, un estúpido adulto que llora como un niño.
Tantas cosas en mi cabeza que procesar es imposible, pero lo que logro, es solo tortura. En estos momentos me doy cuenta toda la razón que mi padre tenía, jamás seré lo suficiente hombre para tener una familia, soy un imbécil al creer que puedo protegerlos si ni siquiera yo puedo cuidarme solo. Como detesto que tenga razón.
Abro mis ojos, está tan borroso, no puedo, carajos, no puedo ser un maldito hombre, subirme al tonto auto e ir con mi familia.
Ya quiero que esto pare o la cabeza me explotará. Las voces no paran llevándome al borde del colapso. Entre tanto ruido, puedo escuchar una maldición y el pavimento ser lastimado.
Siento unas manos sobre mi, no estoy pensando claramente, solo soy un loco, así que no dudo en alejarme.
- Sam, Sam– Reconozco ese acento, Richard había regresado para tratar de sacarme de esta, es brusco conmigo hasta hacerme mirarlo, pero estoy lo bastante mareado como para verlo bien, no puedo respirar y mi corazón en cualquier momento va a pararse.
- Voy a morir– Hablo con dificultad por la dolorosa presión en mi pecho, el calor pero al mismo tiempo el sudor frío me obliga a quitarme el abrigo, Dios me está encerrando en un cubo y lo está haciendo cada vez más PEQUEÑO.
- No, Sam, solo respira– Richard me toca pero siento que me quita más el aire, lo intento alejar, pero vuelve a agarrarme de los brazos– Respira, Sam, solo tienes que hacerlo como yo ¿bien?– me hace mirarlo– ¿de acuerdo? Solo hazlo igual– pone una de mis manos en su pecho sin soltara, comienza a tomar aire con un ritmo que pueda sentir y seguir.– Toma tu tiempo– me alienta, mi respiración comienza a normalizarse, el obstáculo que siento está desapareciendo– ¿ves? No ibas a morir, solo tenías que respirar— lo escucho mejor, ya no me duele tanto el pecho, pero no me siento aún tan bien. Creo que lo sabe, se sienta a un lado mío y me abraza, no le correspondo, ni siquiera puedo moverme lo suficiente. Pero me ayuda, siento su corazón y el mío lo copia, mi cuerpo ya no arde pero tampoco siento mi piel fría salvo por el viento.
Estoy tan agotado, tan débil, tan frustrado y mil sentimientos más que se me son imposible identificar, que mi ser solo conoce dos formas de expresarse, y esta vez escoge la que tanta vergüenza me da. Me suelto en un humillante llorar en los brazos de Richard, no me suelta, me tiene atrapado entre sus brazos que ni los míos puedo mover, me reconforta.
- Perdóname, Sam, discúlpame por favor– Si bien me ha sacado de esta, no le perdono él me hizo esto, él sabía cómo hacerme daño y lo utilizó.– ¿si hermanito?– no somos niños, y me niego a que me trate como uno, mucho menos como si estupido e incapaz hermano menor. Me lo quito te encima, me levanto, me limpio las lágrimas y él también se pone de pie, está desconcertado por mi reacción.
- perdón Sam–
- Confíe en ti, te enseñé cómo hacerme daño pero jamás creí que lo harías– Niega–
- No lo pensé, perdóname, estábamos...–
- No, tú y yo ya no somos amigos, se acabó– sentencio, estoy dolido, ni siquiera Dorian ha hecho algo así a pesar de ser una pésima persona conmigo, Richard ha cruzado la línea de ser no solo un mal amigo o un mal hermano , si no también de una mala persona, porque si alguien te da la confianza de saber su debilidad, no espera que uses eso en su contra.
- Sam, discúlpame–
- ¡no! No te disculpo, no te perdono ¡y ya no te quiero!– tengo cinco años en estos precisos momentos– Ya no quiero ser tu amigo– levanto mi abrigo. Se merece quedarse varado en una carretera de Irlanda del norte. Richard no es mi amigo desde hoy, y se lo cumpliré.–
- Sam...–
- No– lo callo, me quito las lágrimas que hacen mi vista borrosa– Tú eras mi mejor amigo...–
- Lo soy. Solo discúlpame yo estaba enojado y...–
- mi mejor amigo jamás me hubiera hecho eso– lastimado me subo al auto, y sin pensarlo lo pongo en marcha. Por el retrovisor lo veo peinarse su negro cabello.
Dejo el auto en la agencia de rentas y me voy al aeropuerto, espero una hora para el vuelo y para las 2:30 ya estoy en la propiedad. Estoy tan cansado como física y mentalmente que solo quiero dormir. Antes de ir a la cama, entro a la de Narcisse, él no tiene la culpa que su padre sea un maldito imbécil, así que me aseguro esté bien. Está durmiendo en su cuna con el trasero hacia arriba con una sábana de osos enrollada y con el dedo entre la boca, es bastante tierno, especialmente porque cuando está despierto ríe de todo. Le toco el cabello con tanto cuidado de no levantarlo, me retiro sin hacer casi nada de ruido.
Abro la puerta de la habitación encontrándome con Ell viendo una película sentada en el suelo al pie de la cama, cuando cierro la puerta se gira un poco, apaga el sonido .
- Sam, te envié miles de mensajes– habla preocupada– ¿estás bien?– Asiento, camino hasta ella para sentarme a su lado, no digo nada– ¿qué tienes, papi?– Su voz se hace más dulce de lo que ya es, pongo mi cabeza en su hombro y miro la caricatura que ve, es cenicienta– ¿papi?– Me toca la cara y la mano me la besa. No sé qué diablos me pasa, pero vuelvo a soltarme en lágrimas, me aleja de ella pero tengo tanta vergüenza que me vea como toda una niña, me obliga a alzar el rostro— ¿Pero papi qué tienes?— Niego, mejor no intento hablar, monta una de mis piernas para poder estar frente a mi y abrazarme, correspondo el abrazo– dime qué pasa, amor— sin dejar de abrazarla limpio mis ojos, tomo aire–
- Rick–
- ¿Rick?¿le pasó algo?– se preocupa, niego–¿entonces que fue, mi vida?¿te hizo algo?– asiento entre sollozos–
- Él prendió la radio– logro decir–
- ay amor– Me acaricia los cabellos– Tal vez lo olvidó–
- No, lo hizo con toda la intención– me quejo, me separo de ella– No lo defiendas– me limpia las mejillas–
- Entonces es un idiota– me da un beso, me sobra el pecho– Tranquilo, ya pasó–
- Ya no lo quiero – sonríe, no entiendo qué se le hace tan gracioso–
- Papi, solo estás molesto, tranquilo, verás que lo arreglarán–
- No, no quiero–
- está bien, pero ya no llores ¿si?– me quita el cabello de la frente , vuelve a besarme, sus besos en los labios y en toda mi cara me tranquilizan–¿quieres contarme lo que sucedió?–
- No es importante– la miro— Él me lo contó– sabe a lo que me refiero, pues su gesto cambia a uno serio– Tu aventura con el Alemán– quiere quitarse de encima pero la detengo– ¿por qué?–
- Sam– no sabe que decir–
- Era tu amante...estábamos en nuestro peor momento y tú tuviste un amante. ¿Por qué?–
Suspira
- No lo sé. Si estás molesto, eso ya pasó—
- Claro que estoy molesto, muy enfadado, tuviste un amante mientras nuestro matrimonio estaba yéndose al carajo. ¿Qué acaso ya no me amas?– Reclamo, pero realmente estoy triste–Estaba dando lo mejor de mi mientras tú me eras infiel–
- perdóname– susurra, deja de tocarme como si yo se lo negara–
- No sabes lo que me duele, sin embargo, debo ser consciente que al hacerlo yo primero, no está en mi derecho exigirte exclusividad, mucho menos en ese entonces. Solo dime algo...– toco su cabello— ¿por él querías dejarme?– niega de inmediato–
- Él solo fue sexo. Yo jamás amaré a un hombre como a ti o Richard. Ustedes han estado en mis peores momentos, por ello siempre los llevaré en mi corazón, siempre los amaré–
- Júramelo—
- Te lo juro– Me acaricia la mejilla– En ese momento no estábamos nada bien, y Él era...él es bastante aburrido para mi, me daba tranquilidad, pero nada más. Nunca te cambiaria por algo tan simple–
Sus ojos brillan como siempre cuando me ve, el mismo brillo cuando ve a nuestro hijo, así que le creo.
- él dijo que te pidió matrimonio–
Me mira desconcertada
- ¿tú como sabes eso?—
- ¿eso importa? Dime ¿por qué no aceptaste?¿porque no querías o porque no podías?–
Resopla
- Obviamente no quería, pero seguíamos viéndonos hasta que despertaste–
- ¿qué?–
De sus labios no pueden salir palabras, parece un pez fuera del agua.
- Ell– gruño–
- No es lo que crees, es decir...si, pero no éramos frecuentes, Pável me tiene prohibido ir con él a solas. Todos le tienen miedo, así que como es tan loco, monitorea todos mis vuelos, sólo eran...muy pocas veces– habla rápido y nerviosa– pero ya no lo hago–
- ya estamos a mano– Mi voz sale más grave de lo que creí– Así que tu esposo celoso, neurótico y posesivo regresa–
- ¿a mano?–
- Si. Pável, el francés y ahora este, ya te aguanté muchos. Y más este último que si cuenta como una infidelidad, porque lo seguías viendo cuando yo me hice parte de la mafia y ya estábamos bien–
- Está bien– susurra– acepto mi error—
- Y a pesar que sea un buen tipo, ya no lo quiero cerca de ti– Asiente–
- Si, papi–
- Bien– eso fue bastante fácil. Me duele la cabeza por toda la información que recibí respecto a eso, calmo mi mal humor, me enfurece, pero no creo correcto encender algo que ya Ell decidió apagar– Pero júrame que ya no más infidelidades–
- Lo juro, ahora dime por qué lo conoces Y que está vivo–
Giro los ojos con molestia como ella me enseñó
- Obviamente está vivo, no quiero ir a prisión y conocer a mis hijos cuando tengan 40 años–
- ¿en serio?¿o ya no te nace el ser celoso porque ya no me quieres?–
Chasqueo la lengua por la barbaridad que acaba de decir.
- No digas estupideces– suelto aire– conocí al tipo porque quería ayudar a Richard a que no te pagara todo eso que te debe. Se negó pero fue muy amable con nosotros y nos invitó a cenar. Hablamos de ti y bueno, no dijo mucho. Más coraje me dio porque presumió su caballerosidad y su talento para la cocina. Supongo que por eso te gusta tanto el imbécil ese–
Ríe un poco.
- Me gustó porque me mandaba muchas fresas a mi departamento–
-¿y? ¿El pene también le sabía a fresa?–
- Oye– se queja– claro que no, pero es de esos hombres que hacen muchas tonterías por mujeres, y yo necesitaba a uno de esos para...–
- Yo igual soy de esos hombres–
- pero no conmigo, pero como sea, él transportaba...–
- un momento– la interrumpo– Yo haría por ti lo que me mandaras. ¿Qué quieres que haga?meter coca a Alemania lo siento, eso si no, pero si pudiera lo hiciera–
- Solo era broma– me besa los labios entre una sonrisa, no correspondo– Sam, no te enfades—
- Dime que hago–
- Ya te dije que era broma, olvídalo. Pero en fin, ahora por culpa de Rick, ya no tengo negocios con él, y no solo fue porque cogiamos, si no también porque Eric ya no le exige Pisso–
- Pues deberías hacer que vuelva a pagarlo–
- No, no soy así, a pesar de todo lo considero mi amigo. Te compraba mucho whisky, tal vez te llame, tiene algunos restaurantes en dónde se consume mucho y también los vende en varias tiendas en Alemania, yo expandí a París, Italia y parte de Rusia, solo llegan a las capitales– explica nerviosa–
- ¿tú sola?–
Sonríe
- obviamente no, saqué de quicio a Pável varias veces. Pero no te preocupes, no lo hice que se involucrara mucho, solo iba a reuniones por si no me hacían caso–
- ¿y qué hay de Dorian?¿no te ayudó? Le corresponde el 25% de la empresa—
- Le consulté, y si me apoyó. Los dos fueron de gran ayuda, no quería que todo se fuera al demonio por mala administración–
- Gracias, conejita– tomo su mano para besarle la palma, puedo ver como sus mejillas se enrojecen– Creo que también debo de agradecerle a Pável–
- No le importa. Él solo lleva mis finanzas, las tuyas los contadores de la familia, sabes que jamás le entenderé a economía–
- ¿él lleva tus finanzas?– Hablo sorprendido, eso yo lo hacía desde el momento que nos casamos– pero siempre lo he hecho yo— me quejo –
- No voy a pedirle que lo deje de hacer así solamente, se puede sentir mal–
- ¿si? ¿Y qué hay de mi? Era lo único que hacía por ti a demás de darte buen sexo–
Hace un puchero
- Pues hace mucho no me lo das–
Juega con el cuello de mi camisa, uno de sus dedos pasa por mi garganta tocando mi manzana, la cual sube y baja al tragar en seco, ¿como puede ponerme tan nervioso en tan poco tiempo?
- Estás embarazada–
- ¿y ya no te gusto? Es que es inevitable no subir de peso— Me rio– ¿qué?–
- nada, solo...no sé, creo que a la única que le importa el peso es a ti—
- Como si a los hombres les gustara gordas con estrías–
- A ver quiero ver las tuyas– intento bajarle la pijama, me detiene en un arrebato–
- Oye no–
- Cuándo hicimos a los gemelos me dejaste ver–
- Cuándo estamos teniendo sexo te centras en otra cosa, no en mis feas estrías–
- Déjame ver– insisto–
- que no–
- Conejito–
- No– Me sostiene las manos con fuerza–
- ¿el Alemán si puede ver?–
- Lo hacíamos con la luz apagada–
- Eso es tan aburrido, si lo rico está en verte–
- Si te detuvieras a verme, regresas de seguro con...–
- Cariño– La interrumpo antes que diga una tontería– Yo te veo cada milímetro aunque no lo creas mientras follamos– la acerco a mi– solo los hombres adictos al porno quieren mujeres de las que tú llamas perfectas. Perfecta mi conejito– beso su mejilla impregnándome de su olor– ¿estrías? Mi vida, es que te estás rompiendo de lo bella que estás– se ríe y yo le sigo–
- Perdóname, lo corriente de Richard se me pegó–
- Ay, es que yo si quiero estar como ellas–
- Pues si eso quieres, adelante mi vida. Yo te pago lo que quieras si eso te hace feliz–
- ¿tú quieres que me ponga tetas más grandes?– se toca los pechos y después me mira. Me encojo de hombros, para ser sincero, me gustan, me encantan sus pechos como están ahora, supongo que por el bebé, crecieron un poco, así como cuando comenzamos a tener sexo, pero no es mi decisión y yo la voy a amar a como sea– ¿eso que significa?–
- Mientras me entren en la boca todo bien–
- Ya Sam, en serio–
- Es enserio–
- ¿y el trasero?—
- Pues mientras pueda meterme y no ahogarme todo bien– me da un golpe en el brazo– auch, pues es verdad–
- Las estrías si las puedo operar–
- Si tú quieres, pero creo que eso lástima tu piel, y por el tiempo del tratamiento no podré darte nalgadas–
- ¿tú como sabes que tengo ahí?– me mira asustada y apenada a la vez–
- Ehm...¿si sabes que veo tu trasero cuando te doy por atrás o no?—
- ¡¿no cierras los ojos?!—
- ¿por qué diablos haría eso?—
- ¡¿tanto años y no me habías dicho eso?!—
- ¿qué tienes estrías ahí? Pues te la vives frente al espejo—
- ¡que miras!–
- Ah...pues...es que obviamente miro, no estoy rezando, o sea...obviamente, a mi me encanta mirarte toda –
- ¿todos los hombres lo hacen?–
- Pues no sé, supongo–
- ay no–
- No te preocupes por mi, me importa un carajo, siempre me ha importado un carajo. Ya es de tus otros amantes si no saben valorarte–
Lleva sus manos a su frente
- gorda, con estrías, y con la vagina flácida, Dios–
- Con la...¿qué?— la miro sin entender–
- Ya sabes, mucho sexo y bebés, eso se hace grande y ya no...ya sabes–
- No pues no sé –
- ¿qué no lo sientes diferente?—
Necesito contexto,
- ¿diferente qué?–
- Ya sabes...la entrada...menos apretada–
Me rasco la cabeza confundido.
- Pues...la única vez que sentí como si me ahorcaras el amigo fue cuando te puse en el camino del mal, pero pues creo que eso era normal porque literalmente eso estaba sellado—
- Por eso, ahora parezco un túnel– Rio, lo creo una broma, pero al verla preocupada lo dejo de hacer, creo que es una nueva inseguridad – Voy a operarme ¿se siente diferente?¿Se ve diferente?–
- No sé ¿mi pene sigue igual?¿mis pelotas se me cayeron? ¿Se me sigue parando igual?¿duro lo mismo?–
- Si pero yo no tengo 40–
La miro incrédulo, ofendido.
- ¿ah entonces no se me para igual?–
- tu pene está igual de lindo, si pudiera ponerlo de fondo de pantalla lo haría, pero mi flor si que cambió, ya no tengo 17–
- Pues yo ya no tengo 36–
- muchos hombres a tu edad es cuando consiguen esposa, es diferente–
- No sé si cambió, pero vamos a resolverlo– Me desabrocho el cinturón, el botón y me bajó el cierre– móntate–
- ya Sam, es en serio–
- yo también hablo en serio– la jalo– Lo siento niños, mamá necesita escarmiento– la obligo a que se me ponga encima–
- Sam, creo que ahora tengo cero ganas–
- yo tengo muchas–
- apaga la luz y si–
- está bien, no hacemos nada–tomo aire y sonrió– voy a cambiarme– Le beso la mejilla—No me enamoré de tu cuerpo conejito, si de la mujer caprichosa y tierna que ahora es madre de mis hijos– me levanto con ella en brazos, la dejo con cuido en el suelo– Estaba pensando que deberíamos llamar a Oliver ¿qué hora es allá?–
- Como las 12–
- ¿podemos contactarlo?– comienzo a quitarme el reloj y anillos para dejarlos en el buró, excepto el de bodas, si es que lo podemos llamar así, el cual ella también utiliza.
- Si, iré por la tablet–
Mientras busco mi pijama, al salir del vestidor me subo a la cama junto con ella, conecta y llama a Oliver, no creo que sea hora de descanso, pero espero conteste. La pantalla no tarda en mostrar una habitación, no sale Oliver, si no por el contrario el hijo menor de Pável, Yakov. Se sienta en el escritorio y nos saluda en ruso al mismo tiempo que abrocha su uniforme extrañamente negro.
- Oh...pensé que era papá, ¿ya murió?–
- No, cariño, está trabajando, pero me dijo que mañana se conecta– Se ve desilusionado.- ¿y Lio?–
- Con Lenin, quiero irme a casa– Sus ojos se humedecen, no parece ser ni un poco como Pável, con este se rompió el molde de malote–
- Ay mi amor ¿pero qué tienes?– Eleanor le habla preocupada— ¿qué pasó?–
El Niño se limpia las lágrimas
- No soy un Volkov, este lugar está lleno de ellos. Son malos conmigo, todos– De nuevo seca sus lágrimas– Dicen que estoy aquí porque mi padre es un caza fortunas–
- hablaré con la academia–
- ¡No!– niega con sus manos– Quiero regresar a Inglaterra–
- Hablaré con papi ¿si mi vida?— ¿por qué es tan cariñosa con un niño que no es de ella?–
- No, ya regrésame– insiste–
Se escucha una puerta ser abierta y una conversación de niños en ruso, el hijo de Pável se limpia por completo el rostro, antes que pueda levantarse, ya tenía a mi hijo y a Lenin molestándolo embarrando algo en sus cabellos.
Se burlaron en ruso, creo que aún no ven la video llamada, porque se dan la media vuelta hacia las literas para comenzar a quitarse la ropa sucia de lodo.
- Oliver Kester Volkov Parisi Ryman– Eleanor recita el enorme nombre de nuestro hijo omitiendo el patronímico ruso. Oliver se encoge de hombros al escuchar a su madre pronunciar su nombre en un acento ruso. Se relaja y se gira.
- ¡mami!–
- Hola tía Iss– Lenin saluda subiendo a la cama de arriba–
Eleanor se sienta molesta quitándome un poco de la visión del aparato.
- ¿por qué lo molestas de esa forma? Va para ti también Lenin–
- Él no es de la familia, es un impostor sangre sucia, como Harry Potter– El Niño ruso ríe–
- Impostor, así le dicen a niños como él, hijos de esposos y esposas caza fortunas– Oliver explica divertido–
- ¿eso te enseñan en la academia?–Eleanor regaña– no me hagan sacarlos de ahí y enviarlos a un internado inglés– amenaza–
- Tú no eres mi mamá– Lenin le resta importancia con una mueca y se acuesta– Así que cierre la boca– eso me infarta, pero no es mi hijo, lo dejo pasar.
- Aquí no puedes castigarme, así que...– Oliver levanta los brazos unos segundos– no es mi culpa que no seamos iguales y tú me pusiste aquí, si no te gusta sácame, no me importa, pero si no lo vas hacer, mejor cierra la boca— Su acento ruso altanero y con lo que dice a lo último hace me hierva la sangre, me impresiona lo grosero que es , como si estar a kilómetros le diera la autoridad de hablarle con ese tono a su madre.
Le quito el aparato.
- Mañana iré con tu madre a donde sea que estés y le vas a pedir perdón— Lo regaño en el idioma que supongo solo los dos entendemos– después te romperé los dientes por faltarle de esa manera–
- No puedes—
- Claro que si. Te recuerdo que tú no perteneces ahí por sangre, así que eres igual a ese niño, naciste en un orfanato, no en un palacio en Siberia– no me mira con tristeza, si no por el contrario furioso– Nos vemos– Le cuelgo–
- Esto es mi culpa– Ell suspira, se acuesta dándome la espalda, dejo la tablet en el buró, ella está equivocada, me pongo a su lado metiéndome entre las sábanas–
- Tú lo has educado de la mejor manera, tú no lo hiciste un Bully–
- Es esa tonta academia elitista— la abrazo— Lo sé, estudié ahí, sé muy bien lo que le enseñan–
- Pero no podemos sacarlo–
- Sé que le dará muchas oportunidades en el futuro, pero mira como trató al hijo de Pável– Se gira un poco para mirarme— No quiero que mi hijo sea un mal hombre–
- Conozco a algunos de tus primos, no parecen malos–
- Porque saben que somos familia, pero los Volkov se creen indestructibles y la raza superior– se mofa– lo siento tanto, pero no estudiará todos los años ahí. Los estudiará como yo– se talla la frente– Lio en un año estará en la secundaria, y ni siquiera tiene edad ¿crees que es correcto que estudie con niños llenos de ideas erróneas?–
- Si nuestro hijo recibirá la mejor educación de todo Rusia y tal vez europa, debemos buscar otra alternativa para enseñarle lo correcto– le acaricio la mejilla con mi nariz– Tranquila conejito, además, es parte nuestra culpa, le dimos todo como un príncipe así como todos al ser el único Niño, y supongo la academia está alimentando ese ego–
Me da la razón con un asentamiento de cabeza.
- Lio no es el único, Mira a Lenin ¿y El Niño tierno qué le pasó?– Resopla– tendré que traer a Yakov de regreso, la está pasando muy mal entre las juventudes hitlerianas–
- Creí que sería igual de psicopata que su padre–
- No, es muy tierno, y en verdad le tiene terror a Pável–
- Deberías hablarlo primero con Pável–
- mejor dime qué le dijiste–
- Nada, mañana iremos y te pedirá perdón–
- Mañana trabajas—
- Mierda, es verdad, pues después nos vamos. Llegaron mucho después de lo que dijeron–
- Lo sé perdón– se pega más a mi, roza con mi entre pierna, no sé cómo después de un ataque de pánico o cómo se le diga, yo tenga ganas de follar– ya apaga la luz–
- Yo aún no tengo sueño–
- Tienes que trabajar– se acomoda–
- Puedo faltar, me depositas más de lo que gano en un año– Ríe, bajo mi mano hasta su cintura– ¿cómo haces para poder hacer eso?–
- ¿depositarte? Los contadores lo hacen–
- me refiero a los tres–
- Herencias, creo que ya lo sabes. Démosle las gracias a mi abuela y a sus demás parientes–
- ¿qué harás mañana?– Le beso el hombro, subí hasta su cuello y después su rostro–
- Un Par de cosas por la mañana– me toca el rostro y sonríe por las caricias que le doy, me pego más a ella rozando mi bulto en su trasero, no tardo en sentir como comienza a hacerse grande, lo hago brincar– ¡Sam!–
- ¿qué?–
- apaga esa luz y Ya duérmete–
- No quiero– Bajo mi mano hasta su trasero, ella me la detiene–
- Sam, no querrás levantarte mañana–
- lo haré– Comienzo a llevarla al frente, ella no deja mi mano, pero tampoco me impide llegar a su intimidad. La toco sobre la tela de la pijama, suspira por debajo, sé que la he calentado cuando busca mi erección con su trasero, la cual no tarda en encontrar por lo duro que estoy. Quita su mano para acariciarme la cara, la mía la introduzco entre sus ropas para sentir lo húmeda que está por mi, ya no hay quien me pare, me restriego en ella casi inconscientemente. Le abro un poco las piernas para así poder introducir mis dedos en ella. Suelta un quejido y me enciende aún más. Mis dedos se empapan de ella, así que mis ganas de hacerle el amor son enormes.
La burbuja que había creado para un futuro excelente sexo con mi esposa, es arruinada por el sonar de un celular. Lo ignoro, pero Ell me saca la mano, la detengo antes que se vaya.
- ¿no podemos ignorarlo?–
- Si llaman de ese celular, es importante–
Había olvidado por completo que por alguna extraña razón ahora va por el mundo con dos aparatos. Se acerca al buró de su lado, contesta. Estoy caliente, así que para no arruinarlo por completo, me pongo a su lado para besarle los hombros, blasfema en ruso, o al menos eso supongo, cuelga y gruñe. Se levanta de un tirón dejándome ahí desconcertado y duro.
- ¿qué sucede?–
- Rick–
Chasqueo la lengua, pero si es algo importe, puede que su avión se haya estrellado y esté muerto.
- ¿y?– la veo ir a una de las sillas para poner unos zapatos–
- Golpeó a unas personas en un bar de Londres. Iré a buscarlo antes que lo procesen–
- o...mejor regresas a la cama– niega divertida– Ell, no es tu culpa que esté ahí–
- Desde el momento que nos casamos, es mi responsabilidad. Además, tenemos una imagen que cuidar– termina de poner sus tenis , se para y comienza a caminar hacia mi– Richard no puede aparecer en los diarios o revistas de Chismes. Guardemos las primeras planas cuando se enteren que no es solo mi ex si no un integrante de una relación poliamorosa– Termina de explicar frente a mi, me besa, sabe que no estoy contento. No había sentido celos por Richard hasta estos momentos, es como si volviera a ser el americano insolente que una vez no me recibió el saludo.
- Pues yo estuve tras las rejas en París y no fuiste a buscarme y cuando fue con Pável, tampoco lo hiciste–
- ¿quieres ir conmigo?–
- No—
- Está bien, iré con la escolta, descansa– me besa la mejilla para después levantarse–
- pero no me queda de otra que acompañarte. Estás embarazada y no puedo dejarte ir sola–
- ¿ah entonces que a mi me coman?–
- Cuándo estén los bebés, puedes hacer lo que quieras– toma aire fingiendo estar indignada, le doy la espalda para ponerme los pantalones que había dejado en una silla–
- eres malo– me da un azote–
- auch– me subo los pantalones al mismo tiempo que me quejo, pero debo admitir que me gusta. Se sienta frente a mi pasándome la camisa. Me abrocha el botón poniéndome nervioso pero finjo no importarme, me pongo la camisa arriba de la playera de pijama, me subo el cierre con las esperanzas que sus manos dejen de tocar mis piernas, creo que estoy comenzando hasta a transpirar– Si no vamos a hacer nada, no me toques ¿quieres?–
Me hago hacia atrás.
- que te calientes como adolescente no es asunto mío– me ofende, soy un hombre que sabe controlarse– precoz– eso me ofende aún más– Se ríe parándose, me jala de la camisa, mete sus manos bajo esta– Es broma– se para de puntitas, pero ni así logra alcanzarme el rostro— No me hagas subirme a la silla–
- Deja que pase unos días en prisión–
- No, papi, pobrecito– me acaricia el torso y besa mi pecho– Anda, vamos–
- Ahora entiendo a Pável– me molesto de nuevo, tomo las llaves que he dejado en la mesa de la lámpara– Todo es Richard Richard Richard– reclamo–
- Sam, no te enfades–
- Si me enfado– alzo un poco la voz– si te importara, si me amaras un poco como lo quieres a él, Narcisse fuera mío y no de ese estúpido americano que solo nos ha traído problemas–
- No lo insultes– Lo defiende, eso me molesta aún más, si no estoy mal, él la insultó cuando estaban en Irlanda ¿y aún así lo defiende?–
- ¿qué eso no es? Richard podrá tener muchos millones, pero jamás va a pertenecer a nosotros, es un americano, y uno de los más detestables—
Me gira los ojos.
- Tengo que cumplir con mi responsabilidad. Si quieres acompañarme, está bien– pasa a un lado de mi– y tráete un abrigo, hace frío—
- No me dices que hacer– Gruño–
Camino tras de ella, me enfado más porque le resta importancia a mi berrinche.
La cara se me congela, creo que debí hacerle caso a Ell, si que hace frío, lo que me impresiona, es que ella solo trae una playera manga larga y parece no afectarle el aire.
- ¿mamá?– Los dos gíranos hacia la dirección de la voz, es Serkan quitándose unos auriculares, por su vestimenta, venía al parecer de ¿correr?son como las 4 ¿qué carajos?– ¿a dónde va?–
- Nada importante, no te preocupes–
Se acerca, dos años más, y termina de mi altura.
- Bueno, es de madrugada, ¿todo bien con los bebés? No creo que a Pável le agrade–
- ¿hablas de tu padre?– lo regaña–
- Si como sea. La llevaré a dónde guste–
- O mejor vete a dormir– Intervengo–
- insisto, no es horas para que esté en la calle. Si no son los bebés, puede esperar a mañana–
Asiento dándole la razón, Eleanor me mira mal–
Un auto se acerca sorprendentemente a estas horas, le reconozco, es el de Pável, un lujoso Mercedes negro. Eleanor suspira. El ruso baja con una mala cara.
- Metete– señala al palacio al mismo tiempo que ordena–
- No–
- Ahora, Isabell– Comienzan a hablar en ruso, por lo que no sé si discuten o solo tienen una conversación normal– Perfecto– si alguien estaba igual de molesto que yo, son los otros dos varones– Vengo de joderme todo el puto día, y él simplemente se la pasa bebiendo, ¡estupendo! ¿Te gusta cuidar ebrios? Mañana mismo comienzo a hacerlo–
- Tiene toda la razón– Hablo– Tal vez yo igual debería hacerlo, pero dudo que a nosotros nos vayas a buscar–
- Voy a ir por él, quieran o no.–
- Desde que me avisaron, supe que no tardarías en ir por él– Pável gruñe, toma aire– está bien– Se calma– supongo que si a él no le importa tu bienestar, yo me haré cargo. Súbete al coche, yo los llevo–
- No tienes que...–
- Ya súbete—
Nos subimos a su auto, arranca despacio, creo que es algo que hacemos desde que nos enteramos que está embarazada.
- Si quieres yo conduzco— me ofrezco, si es verdad que viene de trabajar–
- No, tranquilo. Dormí un poco en el avión–
- Creí que vendrías mañana–
- Bueno, si no fuera todo Richard Richard y Richard, ye tomarías el tiempo de revisar mis mensajes, Isabell–
- ¿pueden dejarlo en paz? Parece que los dos están celosos de él–
- Ja– Soltamos en unísono, eso nos ofende–
- ¿por qué carajos tendría celos de un americano corriente?– espeta– Celos de Samael que tiene la verga grande y como 20 doctorados, no de ese imbécil que cree que America es solo su país–
- Pues yo creo que si lo tienen, porque se la viven quejándose de él–
- No te confundas, Ell, Richard en lo personal, me enferma que no aporte nada más que problemas–
No dice nada. Llegamos hora después a dónde lo tenían. Eleanor no nos Deja entrar, así que ella se encarga mientras esperamos.
- Creí que Rick y tú tenían una gran amistad– Lo miro por un segundo para después mirar hacia el frente. Yo creía lo mismo.
- No soporto ver cómo Ell lo prefiere antes que a mi–
-yo ya estoy harto de que le perdone cada humillación. No le he cortado la lengua porque Isabell no me lo permite– se quita el abrigo y me lo entrega– es para que te lo pongas–
- No es necesario–
- Tienes la nariz roja, yo creo que si– se da la confianza de tomar mi mano– estás helado. Póntelo— es mayor que yo, pero no tanto para sentirse mi padre o el tener que cuidarme, pero después de tantos años con una mujer que me enseñó al menos a ser un poco amable, no digo nada y obedezco, también debo de dejar mi orgullo a un lado y admitir que no resisto tanto al frío como un ruso, mucho menos después de estar todo un año como vegetal.
Tardan en salir, por lo que mi único entretenimiento es charlar con Pável de tonterías, aveces creo que se hace estúpido para alimentar mi orgullo.
- ¿puedo hacerte una pregunta?– Cambio de tema a algo que me interesa. Asiente– ¿conoces al amigo Alemán de Ell?–
- ¿Fritz?–
- No sé, vive en Irlanda–
Bufa
- Si, ese maldito. Supongo que ya sabes–Asiento– Yo los encontré— confiesa con disgusto, me sorprendo, ¿cómo ese tipo sigue vivo? Yo no maté a Emile aquella vez por idiota– Han pasado meses, y yo aún no sé cómo me siento al respecto–
- Yo me enojaría–
- claro, esa la reacción que demostré, pero aún no sé cómo sentirme al respecto...sabes...–suspira— aún tengo ese día atorado en la garganta– Me mira y yo dejo de mirarlo– me lo tuve que aguantar porque según los Volkov ellos si pueden tener amantes–
- ¿puede tener amantes?– Cuestiono horrorizado–
- Los que desee. Fritz lo fue durante todo el tiempo que estuviste dormido y antes. No podía matarlo porque pasa mercancía a Alemania–
- ¿Sabias que tenía un amante y no dijiste nada?–
Me Sonríe
- oye, según sé, en esos momentos ustedes no estaban juntos– tiene razón–
- ¿y en serio pasar mercancía a Alemania es más importante para ti?–
Se rasca la poca barba que tiene.
- No es lo que parece. si lo mandé al hospital un par de días, pero cuando me dijo que era su amante tuve que parar. Siempre que va con él trato de ir con ella.Esta vez se me escapó, pero seguramente siguen cogiendo– dice lo último con asco. Ni siquiera yo lo viví y me arde la sangre– No soy celoso, pero debo admitir que si nos va a cambiar por alguien, es por él–
- ¿por qué?–
Se mofa
- Si lo conocieras– Mira a otro lado como si estuviera furioso con la idea– El maldito es el hombre Perfecto. Lo detesto, sabe que lo hago y aún así es amable conmigo– me mira– Es la zorra del Rey, le dio esa enorme casa en Irlanda y todo un personal. Le da hasta costosos regalos– Gruñe y vuelve a mirar a la nada– el mes pasado hasta le dio un Porsche–
- me perdí ¿el mes pasado?¿el mes pasado?¿como sabes?–
- llevo algunas de sus cuentas, porque Isabell es inteligente para esconderme amantes, pero no para economía. Pero te acostumbrarás—
- ¿acostumbrarme? Pero ya somos tres– me da nauseas la idea.
- cuando los negocios lleguen a acabar, créeme, él desaparece junto a su bastarda–
- Él ya no transportará más mercancía– me mira–
- ¿cómo sabes?–
- Rick arruinó el negocio– sé que no debí decirle eso a un mafioso ruso, pero si él puede mancharse las manos y yo no, me parece Perfecto—
- Al fin hace algo bien. Supongo que le está cobrando todo lo perdido, yo se los daré– pone su dedo indicie en sus labios y me calla, lo deja de hacer de inmediato cuando se da cuenta que Ell y Richard se aproximan.
se paran lo suficiente lejos de nosotros para no poder escuchar, solo podemos ver cómo le acaricia la cara y los brazos, es bastante cariñosa. Que coraje.
Caminan hacia nosotros con calma, puedo ver en la cara de Richard lo avergonzado que está, tenía el labio Partido, así que lo golpearon.
No está ni a dos metros de nosotros cuando Pável se acerca y le da un buen puñetazo en la cara. Richard se tambalea pero no cae. Eleanor se aleja y yo me le acerco para protegerla de cualquier peligro que conllevan una pelea entre hombres.
- Isabell está embarazada, imbécil– Lo empuja, Richard no reacciona, solo trata que su nariz deje de sangrar— ¿y la haces venir hasta aquí por una pelea de bar? Ella se iba a arriesgar sola–
- tienes razón, soy un imbécil– Dice, nos sorprende,esperaba que le devolviera el golpe y terminaran como perros en el suelo– No soy el mejor hombre para Niña linda, ni esposo y mucho menos un padre para su hijo. Pero, ¿qué mierda te pasa? No era necesario golpearme–
- ¿tengo razón?–
Richard asiente.
- Tú te la vives para ella y yo solo fumo como chimenea y me alcoholizo. Ni siquiera la paso lo suficiente con nuestro hijo. Soy un patán, incluso más que tú psicopata ruso desabrido– suspira– Tú ganas. Firmaré el divorcio y me iré a Nueva York–
- solo tú estabas en una competencia conmigo. Pero nos haces un enorme favor—
- Bien– pasa a un lado de nosotros y se sube al auto–
- Eso fue muy fácil– Pável nos mira confundido así como nosotros— Vámonos– no sé si es porque es el más maduro de todos y mayor que yo que siento se comporta como el padre sobre protector, nos espera a que todos subamos y después lo hace él.
Se habla con Ell en ruso, no entiendo, y Richard supongo no está dispuesto para traducirme por la pinta que tiene, mucho menos si estamos peleados.
Nadie habla, así que el aire frío que entra por la ventana del piloto comienza a dormirme, trato de no hacerlo, pero no me doy cuenta que he quedado como un anciano hasta que casi caigo de cara en el sofá del auto, pues al parecer entre mi sueño busqué el hombro del idiota, el cual se bajó sin al menos empujarme. Creí que lo dejaríamos en su departamento, pero estamos en la propiedad.
Cada quien se va a su habitación, Ell en la Nuestra sólo se quita los zapatos y se tira a la cama, no dejo de pensar en que pudiese tener un amante ¿me pagó con la misma moneda?¿por qué?Eleanor no haría algo así. Emile aunque me cueste admitirlo no cuenta como amante, ni siquiera Pável...pero el Alemán...claro que si ¿cómo Pável puede estar de acuerdo con eso?
- ¿estás bien?–
Asiento quitándome la ropa. ¿Con cuántos hombres ha estado realmente? No es que mi importe mucho, pero si lo suficiente para hacerme sentir mal, pues buscó en otros lo que no encontraba en mi, ¿pero qué?¿un buen polvo? Lo dudo, ¿aventura? Nosotros éramos alocados ¿no?
- ¿puedo hacerte una pregunta?– ella asiente tapándose con las cobijas – ¿crees que somos aburridos ?–
- estamos por dormir a las casi 6 am, no creo– suelta una risita–
- Hablo de cuando éramos novios y ahora. ¿Crees que somos aburridos?–
- se llama hacer una familia, no ser aburridos–
- entonces si somos– me subo a la cama– Tal vez el problema de que tú tengas amantes es porque yo te aburro–
- Yo no tengo amantes y tú no me aburres– me tapa–
- Pável me dijo que tu amigo Alemán es tu zorra y que le regalaste un Porsche el mes pasado–
Gira los ojos.
- Pável tiene una gran imaginación, ese Porsche no se lo regalé, fue un cambio por un cargamento que se hizo hace dos meses. El auto fue el pago final. Le doy pagos de esa manera porque seria muy extraño tanto movimiento de efectivo, y no puedo darme el lujo de estar en la lista negra– explica–
- ¿y la casa en Irlanda? Dijo que se la diste–
- No se la di, se la rento, así tengo un poco más de efectivo limpio, esa casa está a unos dos kilómetros de sus plantíos y esas mensualidades van directo a la colegiatura de Lio– ríe– Oye, sí, fue mi amante, no estoy contenta con eso, pero con él aveces parecía que...nada estaba sucediendo–
- ¿O sea el pene lo tiene Mágico o cómo?–
- No, pero debes entender que la estaba pasando mal. Era como un respiro para todo el caos. Pável casi lo mata cuando se enteró–
- Eso me dijo– chasqueo la lengua– prométeme que se acabó–
Nos miramos, ella sonríe.
- Claro que si. Ya estás aquí–
Pienso en lo que dijo con detalle, suspiro para mirar el techo.
- Si no tiene el pene mágico, entonces él lo es–
- No te entendí–
- No te gusta nuestro mundo, ¿cierto? El Alemán te lleva a otro–
- Tienes como veinte doctorados y acabas de soltar frase de película para adolescentes, wow– se levanta tomando una almohada– muy 2015 de tu parte–
- me fuiste infiel– mascullo en mi idioma como si ella pudiese entenderme, pero no quiero que lo haga, pues sé que mi reclamo está de más si yo hice lo mismo–
- Tú igual lo hiciste y aún así tendré hijos contigo– la miro irse sorprendido.
¿Qué mierda?
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A la mañana siguiente me voy al trabajo, Mando un par de mensajes a Ell disculpándome de algo que obviamente no debería estar pidiendo perdón, pero, quiero estar bien con ella, así que como es de costumbre pregunto cómo está y si necesita algo. No me responde.
Mi día en clases generales terminan a la 1, por lo que las siguientes son en los colegios hasta que sea requerido, termino a las 3:30. Si bien mi relación con Dorian volvió a ser la misma, debo confesar que ahora noto la diferencia, él solo es mi hermano.
- ¿tienes el día mañana?–
- Eso creo ¿tienes algo en mente?–
Sube los pies a mi escritorio, los cruza y se inclina.
- Ballet–
- ¿ballet?–
- ¿Tu sobrina?– Me mira, aún no capto– Ella lo practica–
- Oh, si ya, lo siento, pensé que lo había dejado–
- Bueno, eso lo mantiene entretenida y me deja trabajar, no todos podemos enviar a nuestros hijos a costosas academias en Rusia– Bromea, niego–
- Yo no pago esa escuela, me da miedo preguntar el costo– suspiro cerrando el libro que leía– y deberías sacar a Maria del ballet–
- ¿por qué?– me mira confundido– será mucho más delgada y bonita–
- Es una niña aún, pero cuando tenga 15 vomitará su comida y terminaré teniendo compañera de clonazepam–
- Nah–
- Ella es muy linda, y las dos veces que yo la llevé, las otras niñas son unas perras como sus madres. Además, sus pies se harán feos–
- Eso es verdad– Lo piensa, si tengo una hija, jamás irá al ballet– ¿y qué me recomiendas?–
- No lo sé, lo que ella quiera, si quiere ballet– me encojo de hombros– pues eso–
- Oye, pero a Oliver jamás le preguntaste–
- por ello fue a terapia– se ríe, hago lo mismo anotando un par de cosas en la libreta a mi costado– No sé. Regresando al tema, está bien, iré contigo–
- Genial, todos están invitados–
- ¿todos ?–
- Supongo, ¿hacen todo juntos no? Cogen, comen y duermen–
- ¿hablas de Ell y yo?–
- de los cuatro–
Me mofo regresando a las anotaciones
- No seas imbécil ¿cómo se te ocurre? Bueno comer si, pero lo demás no–
- Pues yo pensé– hace una mueca– pues como una vez Ell y nosotros tres...–
- Aunque me lo pidiese, Pável y yo en una habitación con Ell desnudos–
- ¿seguro?– me mira divertido–
- seguro, en Pável no hay ni un poco de bisexualidad– La puerta es tocada, Dorian baja los pies y se sienta bien– pase–
Dorian ríe por debajo, trato de yo no hacerlo, se me borra toda diversión cuando veo a Richard abrir y entrar. Nos miramos entre los tres teniendo unos cinco minutos de incomodidad.
- Yo ya me voy– mi hermano se para, le palmea el brazo a Richard como despedida y se marcha cerrando la puerta . Creo que se siente que Rick y yo no estamos como siempre, es obvio, al menos para mi, pues en lugar de tocar hubiera entrado sin permiso y con alguna broma tonta.–
- ¿qué necesitas?– cuestiono, lo observo, porta el uniforme pero solo con la playera y sin cinturón–
- Nada del otro mundo. Vengo a pedirte disculpas, no debí encender el radio en tu contra– está apenado pero no me aparta la mirada– Soy un pésimo amigo– hace una mueca– te haré caso Sam–
¿Hacerme caso?–
- Te he dicho muchas cosas–
- Voy a medicarme – Suspira, se rasca la nuca– Hace años no tenía a quien lastimar, ahora si. Ell y tú me dieron su apoyo y aún así no pude salir de Siria, una vez a Pável le cerré la puerta en la cara, y creo que también lo hice con ustedes– No sé qué decir– estaré en California, me transfirieron esta mañana– de su bolsillo saca algo, camina hacia mi y lo deja en el escritorio, lo veo rápido, es el anillo que Ell nos ha regalado. Creo que esta vez si se va. Estaba tan enojado tanto con él, que ahora puedo sentir esto como una ruptura al ver esto más serio de lo habitual. ¿Se va?– Entrégaselo por mi. Y solo vine a eso, no quería desaparecer así porque si–
- ¿y no te despides de ella?– trato de disimular mi enojo–
- Ya hablaré con ella respecto a Narcisse y el divorcio, no te preocupes, Sam. Yo me tengo que ir en un par de horas–
¿Horas?
- Está bien–
- mandaré a alguien por mis cosas. Bueno...– rodea el escritorio, abre sus brazos para una muestra de afecto pero yo aún estoy procesando todo, los baja– oh mejor no–
Controlo mi ira por una sola razón, estamos en la universidad, o juro golpearlo. - Puedes llamarme por alguna emergencia–
- está bien, yo se lo entrego ¿algo más?– niega– bien, tengo trabajo– le señalo la puerta con amabilidad. Me guardo todo haciéndome idiota en los libros, pero si no muestro mi enojo voy a explotar– oye Richard–
- ¿si?– se gira–
- Me alegro que te hayas dado cuenta, tal vez no me agrades, pero en verdad espero que mejores. Buen viaje– me siento para disponerme a ignorarlo–
Cuando la puerta se cierra alzo la mirada, el maldito se ha ido. Dios pero que coraje.
No puedo seguir trabajando, por lo que me marcho una hora antes de la comida para llegar a tiempo.
El auto de Eleanor están estacionado afuera del palacio como el de Pável, así que los dos están adentro. Al entrar puedo ver a dos mujeres del personal separarse de inmediato y seguir sacudiendo las estatuillas, es evidente que chismeaban de algo. Me siento observado cuando camino en dirección al estudio.
- ¿qué?– me detengo–
- Nada, señor– Una responde de inmediato. Sigo caminando y me encuentro con un George entretenido con su celular.
- ¿sabes dónde está mi esposa?–esconde el aparato, se despega de la pared y asiente–
- en el estudio, señor. Pero no le recomiendo ir, el señor y ella discuten–
- ¿sobre qué ?–
- No lo sé– le sostengo la mirada, yo creo que si sabe, traga en seco y da un paso hacia atrás pegando con la pared– en serio –
- George, ¿en serio estás mintiéndome?– niega – Algo de una mercancía y la policía, solo eso escuché...es que...– se rasca la cabeza tras soltar aquello– Hablan siempre en ruso–
- Gracias– Le palmeo el brazo para seguir caminando, cuando llego a la puerta escucho una discusión, diablos, para escucharse hasta aquí en verdad están gritando, abro solo un poco la puerta y entro, veo como el infierno está en el estudio, no sé qué mierda dicen, pero supongo algo que Pável dice enciende más a mi pequeña y joven esposa para terminar de rodear el escritorio, jalar una silla y patearsela al ruso, quien al ser golpeado se queja apartándose, Ell se sube a la silla y vuelven a gritarse.
- ¿qué diablos sucede?– no soy escuchado– ¡oigan!– cierro la puerta llamando la atención de ambos.
Me gritan en ruso en unísono mirándome, estoy ofendido.
- ah Sam...perdón, yo...– Ell se disculpa– Ayúdame a bajar idiota–
Pável chasquea la lengua en molestia pero igual lo hace, estoy confundido.
- ¿pueden explicarme por qué están por matarse?–
– Solo discutíamos algo sin importancia– Sonríe–
- Le aventaste una silla– Sigo con la mirada a Pável, quien se dirige a la ventana–
- Pues tenía que estar a su altura para gritarle bien. No pasa nada. Ya casi está la comida– carraspea–
Pável habla en ruso de espaldas a nosotros , se nota que está molesto, Eleanor supongo yo lo calla porque gruñe.
Lo mejor es indagar cuando los dos estén fríos.
- Richard se fue ¿lo sabes?– cambio de tema–
- Si, ya he hablado con él– Le resta importancia la partida de nuestro amigo, ¿por qué?–
- ¿y así nada más? Creí que...–
- Ese imbécil es lo menos importante ahora– Pável me regaña girándose–
- No le hables así–
- ¿sabes qué es importante ahora, Frankie? Que ese puto francés no se meta en nuestros asuntos–
Vuelven a discutir entre ellos en ruso, eso me da tiempo de analizar lo que dice.
- ¿qué Francés?¿Emile?– Pável asiente– ¿por qué?–
- Desde hace mucho quiere desmantelar al clan de Isabell, insiste que está metida en la mafia, nos está pisando los talones–
- Ya te dije que lo tengo bajo control– Eleanor se talla la frente frustrada–
- ¿a si? ¿Y cómo? Si en lugar de irte a coger con tu amante hubieras estado aquí, nuestros hombres ya estarían afuera–
- ¡que te importa dónde estaba!–
- ¡soy tu esposo Isabell!–
- ¡¿y dónde estabas tú?!–
- ¡Ella es la madre de mis hijos!–
No hay respuesta de Eleanor, creo que aquello le ha molestado de alguna forma que no sé descifra, pero estoy seguro no son celos, creo que la hirió, pero no comprendo, eso debió enfurecerla no ponerla triste. No entiendo.
Pável parece notarlo, pero no se disculpa, obviamente es algo que solamente ellos saben, y no preguntaré el contexto.
- Lo voy a arreglar–
- No, no hagas nada–
- agh, ¿entonces para que me gritas?–
Eleanor se cruza de brazos como si tuviera cinco, Pável se talla el puente de su nariz tomando aire.
- Me desesperas, no tomas en serio nada, especialmente esto. Eres una niña caprichosa–
- Bien, como digas–
- yo he contribuido en eso, Samael también, Richard, Eric, Alexander, todo el puto mundo te hizo inútil, ¿por qué? Porque eres bonita, simplemente por eso–
Eleanor Gira sus ojos.
- Y si me lo preguntas, ese imbécil solo te quiere cogerte–
- Pues no te pregunté, ah, y si no te gusta estar conmigo, la puerta es enorme–
- Bueno, soy masoquista y pendejo–
- Entonces...¿no me contestabas porque estabas con el Alemán?– los dos me dan atención–
- No es lo que crees, estaba arreglando lo que Richard hizo–
- ¿y te amarró las manos para no contestarme?– me enfermo con la información que Pável acaba de dar–
- No estábamos haciendo nada malo–
- Eso no lo sabemos– Pável acusa–
- Entiendo que desconfíen, están en su derecho, pero yo ya he terminado con él–
- ¿cómo?¿lo mataste?–
Eleanor se restriega la mano en la cara
- No...–
- genial, pues lo haré yo– la interrumpe– te lo dije, si ya no hay negocios, deja de respirar–
- Si así no hay amante, debo de apoyarlo– hablo firme– Hablo en serio. Sé dónde vive, esta vez no pararé–
Nos mira a ambos, podremos ser los hombres más temibles y amenazantes, pero Ell no nos teme . Gruñe frustrada mirando al cielo.
- ¿ah no nos crees?– Pável se acerca–
- Claro que si, háganlo, está bien, pero no me regresan a esta casa – me mira– a ti te recuerdo que tienes dos hijos que conocer, si es que quieres– mierda, había olvidado que ahora tiene con qué chantajearme, y vamos que es un buen arma, por nada del mundo me perdería tener hijos con la mujer que adoro–
- Si ya no son nada ¿por qué lo defiendes?– Pável insiste y yo la verdad le doy por ganada la batalla a Ell, mis celos me dan dolor de cabeza, pero no voy a arruinar mi familia por segunda vez.
- Tiene una hija, jefe, si fuera solo él no me importaría, pero esa niña no tiene la culpa–
El rubio chasquea la lengua molesto– Entiende, él y yo ya está en el pasado, solo somos amigos. Además, aceptó seguir con el trato a cambio de expandir su mercado en Italia–
- Mejor pensemos en cómo recuperar la mercancía que la policía tiene, si bien nuestros hombres son pérdida total, no deben enterarse de nosotros–
- son camiones de la empresa, Emile hizo la detención fuera de su poder, no hay orden y ninguna infracción ¿o no?–
- No, iban bien hasta que los pararon en la carretera–
- Perfecto, según el reporte de las cajas, no han sido abiertas, y no tendrían porqué serlo. Los chicos y los camiones sólo están ahí por capricho de Emile, a menos que haya visto algo durante la carga pero lo dudo–
No sé mucho de lo que hablan, pero los escucho atento.
- Habla a los abogados, pero si se sacan de alguna parte una orden, ellos están muertos y nosotros igual–