Richard
Buscar a Sam es un caso perdido, han pasado cuatro días que ni siquiera me voltea a ver. Es como si yo le hubiera hecho algo malo. Raramente me detesta. Se va a primera hora y no hay quien sepa de él. Me preocupa, pues puede ser asechado por ese desgraciado.
Me da tanto coraje que Eleanor parece no importarle ni un poco que su marido esté por ahí haciendo que sabe qué, cómo matarse por ejemplo.
- Creí que papá estaba de vacaciones– Oliver habla mientras comemos. Ni siquiera Eleanor está, solo Pável, Eric y yo. Los hermanos de niña linda si bien viven aquí, aveces no se presentan a las comidas. – ¿está con mamá?–
- Mamá está seguramente con su amante– Pável suelta metiéndose comida a la boca–
- Niña linda no tiene un amante. Un imbécil como supuesto esposo si– Lo regaño– No puedes decirle eso a Oliver–
- sé que es eso– Lio se molesta– Como no estamos en Arabia Saudita, y evidentemente somos católicos...
- Vaquero– Lo hago callar, podré odiar al ruso, pero no le permitiría ser grosero. Pável no dice nada, creo que el balazo en el brazo le ha dado escarmiento, además, le saco los ojos si le llega a levantar la voz o la mano a alguno de mis hijos.
- Estupendo, llegué— Serkan se ve acalorado, arrastra una silla y se sienta– ¿y qué hay de comer?– la servidumbre no tarda en hacerle llegar la comida – Gracias–
- ¿de dónde vienes?– Pável cuestiona–
- De un cansado vuelo– Toma de la limonada, se la acaba, sirve más— Tu loca esposa dice que vayas–
- Es de tú madre de quien hablas– lo regaña— –le dije que irás mañana–
- Yo mañana no puedo–
- Me da igual, es la última vez que yo voy a verla– La curiosidad por conocer a esa mujer me matan–
- buenas tardes– Todos miramos a la entrada del comedor. Actor porno mal bronceado– Antes que sean groseros conmigo, traje una tarta–
- ¿por qué no te la metes por tu trasero Alemán y te largas?– Pável lo señala con el tenedor–
Puedo oler las fresas desde aquí.
- ¿tú la cocinaste?–
- Maggi, la nana de mis hijos, pero está muy rica. Es cosecha de hace un par de días–
- Yo si quiero – Serkan alza su mano, los demás niños lo siguen. El Alemán pone el postre sobre la mesa.
Una empleada la quita para repartirla.
- Yo también– digo antes que se vaya.
- Vine a invitarlos a tomar unas cervezas ¿y Sam?–
- Para ti es Samael, o señor– Corrijo–
- Bien, pues los invito, yo pago–
- ¿con qué? ¿Con el dinero de nuestra esposa?–
Pável es un maldito cada día, te insulta cuando puede, pero ahora es mucho más despectivo, no hay ni un poco de humor entre sus insultos. De hecho, esa manera de insultar tan seca y directa es más de Samael que de alguno de nosotros dos, mucho menos es la mía.
- ¿sabes dónde está Ell?– le pregunto antes que lo mate. Niega–
- No sé para que le preguntas si no sirve ni para una mierda– Bueno, alguien se levanto con el pie izquierdo, le dio diarrea, tosió, se cagó y por último cayó por las escaleras. Maltrata al pedazo de carne–
- ¿Eso es un no?–
........................
Estoy boquiabierto, casi la mandíbula me cae al suelo ¿Pável tomando como cuando éramos adolescentes?
- Deberías ir más despacio– sugiero llevándome un whisky corriente, el Alemán no trajo a un hoyo en Londres–
- ¡Llevo más de 19 años sin beber, déjame tranquilo!– por el ruido tenemos que gritar–
- ¡¿cuántos!?–Se sirve más de la botella que recién trae el Alemán.- ¿se puede saber porqué nos trajiste aquí?– Reclamo—
- ¡Es divertido! ¡Y este alcohol además de corriente, pone ambiente!– revuelve el whisky de mi vaso con un líquido de botella amarilla o el líquido amarillo–
-¡¿qué es?!–
- ¡Tonayan!–
- ¡¿qué?!– me acerco–
- ¡Una bebida de México!–
Lo pruebo, me arden los labios cuando el líquido lo toca, me empuja el vaso hasta tomarlo todo. ¡Arde!
¿Quién diría que esa botella que entra en mi mano me pondría hasta los huevos? sirvo otros tres caballitos, tiro un poco en la mesa del privado mientras se los doy a cada quien.
- Yo no la entiendo– Pável bebe el líquido de golpe– Es tan maldita– solloza–
- Amén por eso – Bebo– Es muy mala, y todo porque Sam le fue infiel–
- Lo maldigo. Muñeca es muy mala conmigo. No quiere a mis bebés–
- A mi ya Ni me quiere, solo quiere a mi pito–
- A mi ni me toca–
- Llevo como dos semanas sin nada– los dos le palmeamos la pierna al ruso– ¿creen que porque soy feo?–
- ¡No!– soltamos en unísono–
- Eres guapo. ¡Mírate! Rubio ojos azules, podrías ser El Capitan America– Lo ánimo–
- ¡si! Fuerte también eres y seguro la tienes enorme– El Alemán le zangolotea animándolo–
- Son solo 19 centímetros–
- 18.5 y sólo si está bien dura– El Alemán sirve más alcohol–
- 19.5– presumo–
- ¿sabes cuánto le mide a monstruo? Esa cosa la he visto marcada y carajo– Pável cuestiona antes de llevarse el alcohol a los labios
- 23– Los dos escupen el trago—
- ¡¿ estás jodiendome?!– el Alemán se limpia los labios–
- Es proporcional por su altura, supongo...eso debe de dolerle a jefa, su coño es estrecho y pequeño– Prende un cigarrillo– me gusta su coño–
- Si igual a mi– asiento–
- ¿en serio tú y el monstruo se besan cuando están ebrios?–
- Besa rico–
- Yo nunca he besado a un hombre– Fritz sirve más y nos los da–
- Mi padre me mataría– Pável gruñe soltando lo caliente de esta cosa llamada tonayan, ya ni siento la lengua ni los dedos–
Los dos me miran
- ¿qué?–
- ¿qué se siente?– Los dos me observan–
- Pues es un beso...es lo mismo–
- muéstranos– Pável reta–
- Ni lo sueñes–
- Uno chiquito– El Alemán se me acerca–
- ¡No!–
Quien sabe cuántas botellas de Tonayan después y quien sabe cuantas cervezas cada quien, es un milagro que estemos vivos. Sin contar las líneas que coca que dos inexpertos idiotas se metieron, uno de esos era yo. Abro los ojos para ver el techo de un lugar que no conozco. Por el dolor que tengo, ojalá me hubiera dado una sobredosis y morirme. Después de esas líneas yo ya no recuerdo ni una mierda. Me quedo quieto cuando me cae un brazo en el estómago. No quiero mirar, no quiero mirar, no quiero mirar.
Volteo lentamente, cabellos rubios...cabello corto ¡corto!. Siento que hasta el dolor de cabeza se me quita cuando veo el inicio de la cabeza de un dragón.
Me alejo queriendo bajar pero algo me obstruye. Voy a morirme, me arrastro hasta llegar al pie de la cama.
- ¡auch!– Voy a vomitar, el Alemán se levanta, me mira– ¿por qué no tienes ropa?–
Mis bóxers son lo único que me cubren.
- ¡shhhh!– El ruso blasfema en su idioma tapándose más con las cobijas.
El Alemán y yo nos miramos, entre abre la boca cuando entiende. Pável se levanta de un tirón.
- ¡qué mierda!–
Me llevo las manos a la cabeza caminando como león enjaulado.
- ¡es más de medio día!– El Alemán suelta preocupado–
- ¡¿que no ves el problema?!– Pável se pone histérico, yo estoy histérico. – ¡lo hicimos!–
- ¡yo no me acuerdo!–
- ¡yo tampoco!– gritamos– ¡condones!¡busquen....!–
- ¡¿crees que ebrios nos pondríamos a ver pro condones?!– se levanta Pável –¿a quién le duele el culo?–
Nos miramos entre sí.
- igual solo dormimos– me calmo–
- Tienes que irse de aquí– Fritz comienza a recoger la ropa, se toca la cabeza– Largo, por favor–
- ¿y tú qué?¿es tu departamento?— Me pone ropa en el pecho, sigue recogiendo–
- ¡No! Por favor váyanse– le entrega más ropa a Pável, se dirige a la puerta de la habitación abriéndola–¡ahora!–
Obedécenos ante su histeria
- Al menos déjanos ponernos los pantalones– Gruño–
- No, mis hijos vienes a este hora, no puede...–
Se escuchan las risas de unos niños y la voz de una mujer.
- ¿tienes novia?– Pável cuestiona– ¿es la mamá de tu hijo?– el Alemán palidece– ¡habla!–
- shhh cállate por favor...yo...denme un segundo, los...los llamaré– baja las escaleras. Platica con la mujer mientras nosotros nos acercamos.
Nos quitamos cuando vemos al Alemán obstruyendo la pasada.
- Solo iré por unas cosas– ¿niña linda?– ¿o qué?¿estás con alguien?—
- No, claro que no, amor– La televisión se enciende–Solo dame un minuto para vestirme–
- Tienes tres segundos para hacerte a un lado–
- Amor–
- se hizo a un lado– Pável comienza a ponerse los pantalones, hago lo mismo–
- ¡No te enojes conmigo!– el Alemán ruega como si niña linda fuera un monstruo–
- ¡En mi departamento no Fritz! ¡Te regresaré a Alemania en cuanto ase...–
- Hola muñeca–
- Niña linda que sorpresa–
- Quiero una explicación no gay de esto–
- No digas estupideces ¿por qué no sabía de esta departamento?– Pável enfurece colocándose la camisa. Ahora que lo pienso yo tampoco lo sabía–
- ¿qué no te das cuenta? Es para que se revolcara con este pendejo– me abrocho el pantalón mientras trato de ponerme los zapatos– Tiene otra puta familia aquí–
- No, Isabell solo...–
- ¡Es mejor que te calles!– Pável dice entre dientes–
- vístete Fritz, te llevaré al aeropuerto–
- Yo solo quise ser amigo...–
- ¡obedece!–
Los ojos del Alemán se ponen rojos y húmedos
- Sí–
- Aquí te la vives con él ¿cierto? Mientras tus hijos están solos en casa– Reclamo– Nosotros¡con la maldita excusa de trabajo!–
- Voy disfrutar matarlo, te lo juro–
- más te vale no hacerlo–
- ¡¿he sido fiel a ti y así me pagas?! ¡¿Con otra maldita familia?!¡¿por qué?!–
- Pável...–
- ¿es tu amante?¡dímelo!–
- No–
- ¿por qué el tatuaje? ¿Qué significa?– Cuestiono–
- Es un soldado– me enferma lo tan serena que está mientras nosotros ardemos de ira–
- Mentirosa– acuso–
- Tengo este departamento porque mientras tú estabas con tu rubia, yo estaba aquí– mira a Pável– Y mientras tú estás con tu esposa, yo estoy aquí. Mientras Sam estaba muerto, yo estaba aquí. ¡Sola!– se talla el puente de la nariz con los ojos cerrados–
- Estoy listo– Me giro un poco, el Alemán se limpia los ojos con el brazo, en su otra mano hay una pequeña maleta–
- Andando–
Pasa entre nosotros con temor, me mira un segundo como si estuviera pidiendo perdón. No es el mismo hombre que conocí en Irlanda.
- ¿por qué te desquitas con él? Eres tú la que está mal– Me mata con la mirada–
- ¿ahora eres su amigo? ¿Lo arrastran a una borrachera y crees que es suficiente?– no me deja hablar– Es mejor que dejan en paz a Fritz. No es igual a ustedes, aléjense de él–
- ¿estás diciendo que tu amante es más importante que nosotros?– Pável mira al hombre tras hablar–
- No los quiero cerca de él. Es bueno a comparación de ustedes tres–
El dolor de cabeza me llega con una enorme punzada. ¿Ahora soy malo? ¿Mala influencia?
- Creo que necesito un doctor– Pável se talla las sienes–
- sí, yo también.
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Hay algo que jamás voy aprender, no usar la escolta que niña linda proporciona, pues caímos directo al hospital de los Ivanovic. Los dos pálidos, como zombis con suero directo a la vena. Jamás, jamás, jamás, tomaré esa cosa.
Después de rogarle al Ivanovic de no decir nada a nuestra esposa, llamé a Sam pero no contestó, así que envié mensajes antes de tomar una siesta.
Me golpean varias veces el brazo hasta hacerme despertar.
- Sam– sonrió– no creerás...
- Ya les dieron de alta, vámonos–
Me siento, lo veo levantar también a Pável.
- ¿estás molesto?–
- No, es tarde, quiero dormir no estar salvándote de una resaca. Apestas a vago–
Ya no estoy conectado a la bolsa de suero así que me levanto, al parecer dormí bastante tiempo.
- Te quitará el sueño lo que te vamos a decir–
- ¿si? No lo creo–
- Ell tiene un departamento donde pasa tiempo con su otra familia...con el Alemán– suelto, espero su reacción, lo único que puedo lograr ver es un poco de decepción–
- Muévanse–
En el auto no se digna en verme y mucho menos dirigirme la palabra.
- No entiendo porqué estás molesto conmigo–
- ¡estoy cansando!– Suelta irritado– quiero dormir–
Guardo silencio, dado que son las Diez de la noche, le doy la razón, aunque no por completo.
Bajo el cristal un poco cuando entramos a la desviación que nos lleva a la casa, aquí comienza la propiedad de Eleanor. Hay árboles enormes que hacen tenebroso el lugar, no sé ve un carajo, pero sé que ahí adentro hay soldados que vigilan todo el lugar entre la oscuridad. En el día, si uno camina entre esos árboles, en las copas hay torres bien escondidas con hombres armados. Aveces da miedo, pero hay algunos que si pueden ser vistos, solo los que están disfrazados con el uniforme de seguridad privada. Llegamos al inmenso portón, los guardias nos alumbran con sus lámparas.
- Bonita noche, mis señores–
- Tú igual Jeff– Lo saludo antes que Sam arranque el auto. Después de otro extenso camino viendo árboles y campo limpio , llegamos a la mansión. Sam rodea Esa vieja fuente que ahora es solo usado como maceta gigante para estacionarse siempre en el mismo lugar a pesar que no esté permitido salirse de las piedras blancas. Creo que ninguno de los dos hace caso a eso. Pável es el primero es salir huyendo, Yo por otro lado salgo tras de Ese escocés que me tiene los nervios hechos mierda.
- ¡un minuto, Samael!¡¿por qué mierdas estás tan molesto conmigo?!– no se detiene– ¡SAMAEL!– se detiene, se gira y se regresa a mi, no le tengo miedo a pesar que venga furioso–
- ¡¿por qué no me dejas en paz?!
- Quiero saber qué carajos te hice–
- Yo quiero que te alejes de mi– me gruñe– Deja de rondarme como si fueras un puto guardia ¡me estorbas!–
Auch
- ¿dónde estabas?– me mira como si quisiera asesinarme por preguntón– ¡dime!– exijo–
- Déjame tranquilo– se da la media vuelta para seguir el camino.
- ¡No!– se detiene– Soy tu amigo, y no es Justo que te escondas solo en quien sabe dónde mierda, estamos nosotros para apoyarte–
- ¿qué no tienes mejores cosas qué hacer?– se gira– No te importa mi vida, deja de entrometerte en ella–
- ¡Oh mierda!¿cómo no lo pensé antes?– Suelto una risa amarga– ¡seguro te consuelas con una puta, cierto! ¡En lugar que lo hagas con tu mejor amigo!– me señalo furioso y dolido de tal traición.– ¡¿dónde mierda estabas?! –
- ¡No! ¡¿Tú dónde mierdas estabas?!–Da grandes pasos hasta tomarme de la camisa con fuerza–¿qué te crees para reclamarme?...–
- soy tu amigo, Sam– aparto el rostro–
- No, tú no eres nada para mi. No eres mi amigo, no eres mi hermano, no eres mi novio, no eres mi esposo, y no eres mi maldito ángel guardián– me empuja con brusquedad, estoy atónito ante tan hirientes palabras– Si te vuelves a acercar a mi, voy a matarte a golpes–
- ¡bien, vete a la mierda!¡te detesto!–
- Es mutuo–
Me mira despectivo antes de marcharse. Mi yo hormonal primero se traga tanta frustración para después soltarla en forma de gotas saladas. Las luces de un auto me obligan a limpiarme la cara, me encamino a las escaleras, no fue un día para nada especial ni productivo.
- Rick– A media escalera me giro, Ell Cierra la puerta de su auto tras de ella, el cual arranca casi de inmediato– Perdóname–
- No quiero hablar ahora. Estoy cansado–
- Insisto que me escuches. Te mereces escuchar mis disculpas y una explicación– Niña linda siempre me hace cambiar de parecer en segundos. La esperó hasta que queda en mi mismo escalón– ¿quieres sentarte?–
- ¿así de fea será la explicación?– me siento imitándola–
- Soy una pésima persona ¿si?– le doy la razón con un gesto–
- Lo eres–
- Perdón por hablarte así y dejarte solo en el hospital. A ti y a Pável–
- Juró ese tonto que no diría nada, hasta el dije su estúpido apodo " rey "–
- La escolta me lo dijo. Si les pasaba algo ellos iban a morirse– Sonríe– ¿si me perdonas?–
- pero tratas como basura, no es así de fácil–
- Lo sé, no te merezco. Aveces tengo la intención de llamar a Alicia para que me enseñe a tratarte–
- Pues pensándolo bien, deberías– suspira, estoy molesto- ¿por qué me hiciste usar condón? Soy tu esposo–
- Tony, quisiera tener diez niños contigo, pero no es el momento–
- No dijiste eso antes–
- Mi Tony, perdóname, en verdad quería un bebé contigo...tal vez así lograba amarrarte a mi– sonríe, chasqueo la lengua, con Eleanor, somos los hombres quienes queremos embarazarla para que no nos deje– pero tenemos a nuestro bebé...él es suficiente–
De eso no estoy muy seguro
- lo hemos hecho muchas veces ¿qué si ya lo estás?– la esperanza nunca muere ¿o no?–
- Debo informarte, que el mal humor de hoy, se debe a que estoy en mi periodo–
- Oh...¿quieres que te sobe las piernas?–
- Eres muy lindo, Tony– su voz es tierna, me acaricia la mejilla y me besa– Debo explicarte lo que viste–
- Soy todo oídos–
Carraspea
- Bueno, yo conocí a Fritz en Francia, debo admitir que ahí comenzó mi carrera de zorra porque estaba saliendo con tres tipos–
- Antes me importaba muy poco tu vida sexual, pero ahora, me enferma que puedas enamorarte de ellos– soy sincero— Y eres mi esposa–
- ay no, claro que no– hace una mueca– Mira, yo me separé de Sam y tú estabas muerto. Mi corazón estaba muy lastimado...así que me busqué hombres...pero ese no es el punto...–
- regresé por eso, Sam y yo debimos ser los únicos–
- Fritz y yo nos conocimos, jamás en mis intenciones fue hacer una relación con él...–
- ¿ahora si?– me molesto más— Ahora tienes hasta una familia con él–
- Escúchame– niega– Eric le pedía mucho dinero a cambio de poder cultivar en sus propias tierras ¿te lo puedes creer? Fritz es muy orgulloso y decidió no pagarle por mucho tiempo...–
- Es estúpido–
- Sí, lo es, y la deuda se hizo muy grande, Eric le quitó su licencia acusándolo de hacer mal uso con ella– Ahhhh– Puso en el maletero de su auto una gran cantidad de drogas controladas. Decidió pagarle pero ya era muy tarde. Eric estaba decidido a matarlo. Ahí es donde yo le ofrecí un trato. Pagaba por su transporte más de la cuenta...y en poco tiempo tanto él como yo ganábamos–
- trato que yo arruiné ¿cierto?– asiente– perdóname–
- No te preocupes, no fue Justo molestarme de esa forma contigo– Suspira– pero el trato no era solo eso, Fritz es un amigo, y cuando papá lo secuestró tuve que alegar por él– no digo nada– Le inventé que era mi amante, discutimos porque...bueno, él no me creía y al final tuve que hacerlo mi amante oficial–
- No entiendo ¿qué significa eso?–
Toma aire.
- Él se hizo un soldado de la Bratva–
- ¡¿cómo nosotros?!– me quiero levantar pero me detiene, eso explicaría su tatuaje–
- No, claro que no. Ustedes no son soldados, son mis esposos, ni siquiera mis novios. Son familia–
- Es tu amante...–
- No realmente, estoy ayudando a un amigo– aclara– Está terriblemente visto tener amantes, pero igual se les respeta, de hecho, si yo llego a descuidar a mi verdadera familia, habrán consecuencias–
- ¿lo amas?– se mofa–
- Rick, Dios no–
- Parece que si, y él parece estar enamorado–
- Si alguien sabe de amor no correspondido soy yo, la otra persona no está obligada a sentir lo mismo–
- ¿cómo es posible que arriesgues nuestra familia por él? ¿A él tampoco lo puedes dejar verdad?– inquiero molesto–
- No te alteres, mis responsabilidades con él son prácticamente nulas. Recibe lo que yo quiero darle, en este caso protección–
- ¿a cambio de qué? ¿Acostones?– me niego a aceptar que solo sea eso–
- No niego que lo he hecho con Fritz, pero eso ya no ha vuelvo a suceder–
- No te creo–
- Pues deberías. Respecto al departamento, no existe para lo que crees, aveces necesito dónde hacer negocios exclusivos, y no traeré ese tipo de trabajo a mi casa–
- No debiste ocultarlo–
- también era lugar para Fritz y sus hijos. Pero no voy ahí como si fueran mi familia.–
Miro mis manos.
- ¿y qué hay de lo que dijiste?– alzo la mirada– ¿para estar sola?–
- Aveces necesito pensar– Se encoge de hombros– no tienes que molestarte–
- ¿Segura? Que tengas un amante nos deja de la peor manera ante tu familia–
- A la que ven mal es a mi, pero estoy ayudando a un amigo–
Asiento
- ¿dónde está ahora?–
- En Alemania, conozco a Pável puede matarlo por lo que vio–
- Fritz dijo que los vio en plena Cogida–
- Sí, estuvo a muy poco de también asesinar a George– se cruza de brazos soltando aire– discúlpame por todo lo que dije , Tony. Pero si dejo que Fritz se haga amigo de ustedes, confundirá las cosas, se creerá igual a mis lindos esposos– me besa–
- Es un idiota, dijo que era un viejo– Recuerdo esa vez que fue a buscarla a mi departamento– Maldito– ríe quitándome un poco del enojo–
- es amable y sensible, pero también tiene un ego enorme–
- Es así contigo, porque conmigo fue grosero ese tonto Niño–
- Para ti si es un niño, es 16 años menor que tú– vuelve a besarme ¡¿16?! ¡Mierda! Si que es menor, podría ser mi hermano ¡o mi hijo!– En serio tengo ganas– me da un escalofríos cuando me lame el cuello, lo muerde. Eleanor con su periodo es un llamado al pecado de la lujuria– Lastima que no puedo–
- Como si eso me detuviera–
- ¿ya no estás enojado conmigo?–
- ¿por qué estaría enojado?¿porque tenías un departamento secreto y un amante registrado ante los Volkov como si fueran el servicio médico? No para nada–
- Tony–
Suspiro
- Lo estoy. Estoy muy celoso también . Los hombres te caen del cielo...fui el amante de muchas mujeres, pero jamás me habían puesto los cuernos. Me duele– se ríe– ¿de qué te ríes?–
- No me caen lo hombres del cielo, y a ti te llegó el karma–
- Pues está de la mierda, porque yo me las cogía y no las volvía a ver, yo veo a tu amante por ahí–
- No es mi amante–
- lo hombres te caen del cielo, aparecen como ratas o zombis. Me enferma hasta que te miren–
- Que raro, antes hasta te alimentaba el ego–
En eso tiene razón, pero hace unos años he dejado de ser lo suficiente apuesto.
- Antes era Sam o yo, nadie más– la miro para si al fin después de tantos años me responde la pregunta que siempre he tenido y que Sam ni ella me han querido soltar – ¿qué sucedió para que te fueras a Francia?– hace una mueca restándole importancia–
- Sam y yo peleamos–
- Eso lo he escuchado desde hace como tres años–
- Es que eso sucedió. Se salió de control y me fui. Creo que sabes la razón de nuestra pelea. La defendió como nunca lo haría conmigo, sentí feo y listo¿qué más quieres saber? No hay más–
- Siempre te ha tratado como mierda, es raro que al fin lo hayas querido dejar– Apoyo mis antebrazos en el escalón de arriba– Cuando regresé estaba emocionado de verte.–
- Yo...solía llorar mucho por ti, Rick. Tenía momentos felices y después...ahí estabas tú– la atraigo hacia mi– Yo he sido muy mala contigo, ¿por qué sigues aquí?– alza el rostro para mirarme, no la miro–
- Te amo, y sé que eres así conmigo porque crees que te fui infiel–
- Lo hiciste con la prostituta–
- fue un error, uno muy grave...eso jamás volverá a pasar, te lo aseguro– Asiente- Te amo, niña linda–
- Lo sé– se estira hasta llegar a mis labios. Me sorprende cuando se para metiéndose hincada entre mis piernas–
- ¿qué haces?–
- Quiero–
- No, estoy sucio. No me acuerdo de nada, pero seguro fui a los sucios baños de ese bar. Déjame ducharme–
- Ay– Se queja abrazándome acostado sobre mi– Bueno, si apestas un poco a bar barato–
- hay que subir, ducharnos y poner una toalla en la cama– le palmeo el trasto y lo apretujo– No me importa hacerme de nuevo ese amarre–
Se ríe.
La primera vez que sucedió al parecido me asusté muchísimo, pues comenzamos sin su periodo, fue a la mitad que nos dimos cuenta del desastre que eran las sábanas. Después de una breve explicación, seguimos con lo nuestro.
Me pregunto si lo habrá hecho con algún otro. Con Sam tal vez, ¿pero qué hay de los demás?
- ¿y puedo tocarte las tetas?– Cuestiono haciéndolo despacio–
- Dale cariñitos ¿si?– me escala hasta montar una de mis piernas. Se baja el escote del vestido liberando a mis lindas y preciosas tetas. El frío o sus hormonas las hacen estar firmes. Me dejo ser estampado a una de ellas. Podría quedarme siempre pegado a ellas.
- Vamos a ducharnos ya....oye Niña linda– La mantengo entre mi boca–
- Ujum–
- ¿puedo poner mi verga entre ellas?– paso mi lengua sobre su pezón, cuando la miro está divertida–
- Son pequeños, no digas tonterías–
- Son hermosos– Los juego juntándolos y meterme ambos pezones a la boca, los cubro– vámonos– insisto–
- Oye–
- Dime– piensa algo–
- nada, olvídalo. Hace frío, vámonos– se quita de encima – ¿dónde estabas?¿por qué no te ha cambiado?–
- Por ahí–
Solo de recordar ese alcohol me da náuseas, ningún alcohol en botella de plástico es confiable. No recuerdo nada.
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