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Richard.
¿Es incomodo estar en la mesa donde una pareja no están en buenos términos? Sí, ahora lo siento tanto por la familia que tenemos en casa.
Es gracioso que ambos fingen estar bien cuando él ya nos dijo que ella lo odia, quien sabe que le dijo para que se comportara así.
- y...¿ustedes también son asesinos?– me ahogo con la mora azul que mastico gracias a la pregunta de la mujer–
- Pues yo soy maestra en Cambridge ¿por qué tu pregunta?– Eleanor se hace la inocente–
- Yo también– Samael dice–
- Sí lo son, y de los peores. Se llevan a malcriadas como tú–
- Pues te aseguro sería mejor que estar contigo–
- Te aseguro que no– Mi esposa habla–  Es decir, tener a don perfección de lo que sea es una tortura, pero no creo que sea para tanto–
- ¿me estás ayudando?– Massimo sigue comiendo–
- Eres un dolor de trasero cuando te lo propones. Sugiero no seas un pesado, o yo misma le ayudo a salir de tus manos–
- A ella le gustan mis manos, mis dedos en espe...–
Se calla de un codazo en el estómago.
- Soy un hombre maltratado– Dice quejándose. Por las veces que lo he visto es  bastante serio, quizá peor que Samael, así que ahora se le nota lo relajado que está–
La chica indiscutiblemente es de carácter, y que haya domado a este se le tiene que celebrar.
- ¿por qué tus dedos?– Oliver cuestiona recordando qué hay niños en la mesa–
- Necesitamos irnos ya– Mi esposa mira la hora en su reloj inteligente— El desayuno estuvo excelente, Max—
- ¿tan pronto? Quédense otro día–
- ¿qué tú no tienes que ir a trabajar?– Samael le cuestiona–
- Tengo vacaciones– dice obvio–
- Pues nosotros no– Niega divertida– Además, tengo otros asuntos que atender–
Al amigo de mi esposa no le queda de otra que aceptar la decisión, terminamos todo lo servido, recogemos la mesa y tomamos nuestras pocas pertenencias.
Narccise a como puede carga un balón de estrellas.
Salimos de la lujosa casa del italiano, es acogedora, los jardines son ideales para pasar un día tranquilo. Los muros verdes con flores la hacen ver aún más hogareña.
- Los autos están listos, Señora– Daniels señala los autos que están estacionados en el área de piedras incrustadas así como todo el camino a la entrada de la casa.
- Olvidé mi iPad–
- Yo te la traigo príncipe– El italiano se regresa a su casa, Narccise se tropieza soltando la pelota la cual rebota por el sendero hasta que Se desvía al pasto. Mi hijo llora.
- Tranquilo, iré por ella– Eleanor se encamina por la pelota y yo levanto a Narccise porque ni siquiera eso puede hacer solo.
- ¿puedes dejar de llorar? Ni siquiera a te has lastimado– Le regaño, algo tienen  sus lamentos que siempre me han irritado. Tal vez es el hecho que mi único hijo sea un débil marica. No es como sus hermanos, ni siquiera como los que ya no están aquí–
- Unidad, responda– George habla– ¿ya está en posición? Partiremos ya, responda–  se comienza a molestar–
- Unidad de traslado , responda confirmando posición– Franco toma el mando–  Unidad, responda–  suspira irritado– Nuevos, averigüen qué pasa–
- Tenemos nombres– Wilson responde comenzando a bajar los pocos escalones–
Narccise no se calla y Le vuelvo a regañar.
Eleanor tiene la pelota bajo el brazo mirando al lado izquierdo de la propiedad, se gira por completo y suelta lo que tiene.
Antes que pueda averiguar lo que mira un ligero ruido que resuena en mis oídos la hace caer en segundos. La respiración se me queda en el pecho asimilando que he visto como una bala le ha dado en la cabeza.
M
- ¡mamá!– Lio es el primero en tratar de ir pero su escolta lo detiene salvándolo de una bala. La desesperación nos hace querer ir tras ella pero la escolta nos obliga a quedarnos a pesar de nuestras insistencias–
- ¡Código negro!¡Código negro!– La escolta se moviliza en segundos arrastrándonos dentro de la casa viendo cómo su cuerpo se aleja.
Debe ser un maldito sueño porque esto no es real.
Massimo aparece yéndose a la puerta, las balas que caen a los pies obligándolo a retroceder.
El tiroteo inicia destruyendo las ventanas.
- ¡Massimo! ¿Qué sucede?– la novia del italiano se une a nosotros con él como escudo.
- Mi mamá esta allá afuera– Oliver se desespera– ¡tenemos que salir!–
- Unidades disponibles, evacuación, cubran el área trasera– James habla–
- Estos malditos no se van a salir con la suya– Espera el italiano– ¡Vámonos!–
Sigo en shock, miro a Samael, solo está callado.
Subimos unas escaleras, el tigre se nos une, nos guía a la última  habitación donde tiene paredes llenas de armas.
- ¡mi mamá está allá afuera!–
Nos da un arma a cada quien.
- Te vas a quedar con El Niño y el tigre aquí– Le explica a la mujer, carga el arma y se la pone en las manos– Todo lo que entre le apuntas y lo matas ¿entiendes?– asiente–
Narcisse no deja de llorar.
- El Niño no puede ir– James le arrebata el arma a Oliver– Y los señores tampoco. Hay un protocolo y es el evacuar–
- Vamos a luchar–
- La señora ha muerto y nuestro deber es proteger a nuestro nuevo Pakhan– Franco se enfrenta– Los sacaremos de aquí porque esa fue la última orden–
- y mi primera orden es traer aquí a mi mamá–
- Tu ma...
– ¡mi mamá no está muerta!– Gruñe– Un Volkov jamás moriria como un tonto ciervo–
Mi hijo de nueve años nos da esperanzas, qué tal vez lo que vi no sea verdad–
El arma vuelve a sus manos. Escucho sorber por la nariz a Samael, lo miro, sus orejas están rojas como su nariz, sin embargo no hay lágrimas en sus ojos, la pistola en su mano tiembla.
- He salvado a muchos entre fuego cruzado, puedo salvar a mi esposa– me acerco a mi amigo– tienes que quedarte aquí– Susurro solo para nosotros, niega–
Hay mucho ruido allá afuera.
- No soy un maldito inútil–
No digo más.
- Vamos a hacer esto bien. Somos los suficientes para cubrir las escaleras y avanzar–
- Sí, rompámosles el culo a esos come pasta–Wilson habla– Sin ofender–
Tomamos algunas armas y municiones.
La que tengo colgada en el pecho es de uso militar, por lo que sé perfectamente cómo usarla.
Bajo a la altura de mi hijo.
- Siempre detrás mío. Me muevo yo te mueves tú. Vas a cubrirme– Asiente–
- Sí papá–
- Esté muerta o no debemos salir con ella–
Jalo a Samael a mi lado, pase lo que pase, ellos dos son mi prioridad.
Me trago el nudo que tengo en la garganta y abro la puerta sintiendo las detonaciones retumbar en mi pecho y oídos.
La gente de Massimo nos han dado tiempo para que la casa aún no sea invadida, sin embargo deben ser menos que, quienes nos atacan, el hecho que fuera un ataque sorpresa las posibilidades de resistir baja.
Las balas entran por las ventanas destruyendo el interior y obligándonos a agacharnos entre los muebles.
Las escoltas disparan y nos acercamos a la puerta, nos cubrimos con lo que podemos, quedo bajo una ventana, espío notando que Eleanor ya no está. Hay un combate en el patio, las personas invasoras se aproximan y no nos queda d perra que abrir fuego contra ellas.
No nos tiran a matar, nos están acorralando.
Vuelvo a mirar por la ventana, hay tres hombres vestidos como el que nos secuestró,esquivan disparos, no bajan sus armas asesinando a los italianos.
Los que están de su lado les cubren las espaldas aproximándose a nosotros.
- Jamás podremos contra ellos– Bajo a Oliver cuando se asoma–
- Deben enseñarte sobre ellos ¿no?–
- sí, es mejor que corran– suspira– Me quieren a mi ¿verdad?–
El tiroteo no para entre los saldos.
- No...—
- Si mami ya no está...– la voz se le quiebra entre el combate– Entonces yo debo protegerlos– Se limpia las lágrimas– Mi hermano será bueno–
No entiendo lo que dice hasta que se me escapa de las manos, logro tomarle del tobillo pero me golpea
- ¡salgan de aquí!– intento salir tras de él como todos pero las balas no nos permiten avanzar.
- ¡Oliver!–
- ¿qué quiere hacer?¿que lo persigan como si fueran zombis?– Massimo niega–
- ¡no me distraigas con escenas de TWD!– tomo aire– Cúbranme–
Salgo disparándole a los hombres, retroceden por los impactos al chaleco.  Dos se vienen contra mi y el otro saca un cuchillo yéndose con mi hijo.
-¡atrás de mi!–
Recibo un culatazo en la cara con mi propia arma. ¿Cómo putas madres pasó eso?
Medio veo que se une Massimo.
Jalo al que me golpeó tratando de derribarlo, pero se detiene cuando escuchamos a Oliver.
De los tres, es el único que le está haciendo algo al sujeto ese.  Le quiere apuñalar pero su mano es tomado en el aire, mi hijo suelta el arma tomándola en la otra y se lo entierra en el muslo.
Me regresa a lo que estábamos un cabezazo, bueno, con ese casco hasta a mi nacimiento.
Massimo y yo retrocedemos.
- ¡Malditos, ustedes tienen has antibalas en el trasero!–
El otro se casa el cuchillo y los restantes hacen lo mismo.
Esquivo todo lo que puedo pero son demasiado rápidos.
- ¡auch!– El Niño se queja con el cuchillo en el brazo, el tipo con el que lucho me taclea impidiéndome rescatarlo, se le va encima arrancándole el cuchillo y tirándolo al suelo.
- ¡suéltalo!– Exijo con el tipo encima– ¡suéltalo ya!–
- ¡hablaré con su jefe, pero dejen al niño!– Massimo está en mis mismas condiciones–
Oliver lucha,
- ¡hazlo ya feo!– El tipo niega, el que tiene a Massimo le da un buen puñetazo y se levanta furioso quitando al otro, haré el trabajo, está decidido.
Cierro los ojos porque si lo veo me muero en este mismo instante. Un grito furioso me hace  mirar, Eleanor lo arrolla.
- ¡llévenselo!– Ordena– los alcanzaré–
- ¡mami no!–
Massimo y yo nos vamos contra el que insiste en matar a Oliver. Si llegáramos a ayudarla a ella y matan a Lio, ella nos matará.
Massimo lo mantiene en el suelo unos segundos que me permiten cargar a Oliver y correr a la casa. Por suerte llegamos, confirmando que nos quieren adentro para seguramente matarnos a todos de una buena vez.
Samael dispara al tipo que le devuelve cada tiro. Todos nos cubrimos.
- Es todo, vamos a huir. La señora nos encontrará de algún modo– Franco niega– hay que subir por El Niño Narccise y nos iremos– sentencia
- Me iré junto a mi esposa– digo sacándole el cinturón a Oliver para ponérselo en el brazo deteniendo la sangre.
- ¡van a matarla!– Wilson suelta horrorizado, la escolta de Eleanor y hasta la mía no dudan en ir a su rescate, Wilson intenta disparar pero llegan balas de quien sabe que dirección negándonoslos a salir.
Nos levantamos para ver cómo Los tres sujetos le tienen hincada. Uno le toma las manos hacia atrás, el otro la cara y el ejecutor se prepara.
- ¡No!– Samael y yo soltamos en un desgarrador grito que nos impulsa ir tras ella, pero la escolta se aferra a no dejarnos ir.
Cuando estoy a punto de desplomarme, el ejecutor cae de un tiro Justo en la cabeza, apareciendo un hombre con un rifle que carga y vuelve a apuntar, pero los hombres se alejan dejando caer a Eleanor en el pasto listos para luchar.
- Se la están pelando al don esos dos– Wilson se acerca a la ventana.
Varios sujetos le rodean imposibilitándome ver a Ell en su totalidad mientras el sujeto lucha con los otros dos . Disparan a quien intenta acercarse. Este debe ser el que le ha pegado el tiro. Es un fuerte anillo que está atento a todo lo que se aproxima resguardando al objetivo.
Se escucha un helicóptero, uno piensa que solo es para evacuar, pero por los insistentes proyectiles que cubren el área haciendo añicos a autos y cada hombre contrario a ellos es evidente que no.
La organización de esos hombres es sorprendente, antes que queramos acercarnos ya tendremos una bala en el craneo
Destruyen todo a su paso teniendo la victoria.
El hombre asesina a los soldados rusos partiéndole el casco a uno con su rifle, se lo ensarta en la cara, lo saca y le da al otro un tiro en la cara.
Los hombres se movilizan cuando el helicóptero comienza a aterrizar.
Niña linda está sin fuerzas pero aún así se niega a ser llevada por el tipo.
Mi amigo y yo no lo pensamos ni dos segundos, pero la puerta se nos cierra en la cara con fuerza.
Wilson y la otra escolta levantan sus armas para derrumbarla pero suena solo un seguro.
- Que nadie se mueva– Un acento italiano nos hace girarnos– Oliver Volkova, Narccise Volkova...–
- No te atre...–
- Shhh– calla a Massimo. Llega dos pares más de italianos armados– Si sus perros disparan, aquí nadie sale vivo– espeta–
- Nosotros no somos perros–
- Ladró el chihuahua– niega– Richard Green, Samael Volkov y Pavel...ni siquiera intentaré pronunciarlo. Todos al frente–
No nos movemos.
- ¡pero ya!– Nos hace señal con el arma, obedecemos– ¿y el otro Niño?–
No hablamos.
- Busquen a la cría rusa ¡tic tac!–
Nadie se mueve, entran más hombres por la puerta trasera.
Mira su reloj y después a nosotros.
- Se supone qué hay otro–
- No vino– Hablo—
Los tipos que subieron bajan las escaleras corriendo.
No entiendo lo que dicen asustados.
El tigre de Massimo aparece rugiendo.
- ay mierda– El italiano alza su arma pero Max se le viene encima–
- con mi tigre no–
Se discuten en italiano.
- ¡controla a tu maldita fiera!–
Lo avienta al tigre y el animal se le restriega al dueño.
El llanto de Narccise aparece, un soldado lo tiene de la camisa, lo arroja a los pies del tipo. Lo mira y no dice nada.
- Ya vámonos antes que la cría rusa me rompa los tímpanos ¡marchen!–
Nos empujan obligándonos a caminar, otra vez secuestrados.
Alzo a Narccise tratando de calmarlo pero obviamente no lo hace. Me pone de malas a mi y a los que nos secuestran.
Se llevan por otro lado a las escoltas, Massimo y a su novia.
Nos suben a un helicóptero a las malas. Observo el lugar, si no estuvieran los niños, no sería difícil tirar a estos imbéciles. Miro hacia abajo notando el desastre que es la casa del italiano.
Los rusos están involucrados, no nos quieren vivos, así que es aún peor que haber sido asesinados en la batalla, ahora nos torturaran, no solos a Sam y a mi, si no a nuestros hijos.
Puedo salvar a mis hombres en combate ¿por qué no hacerlo con mi familia? Tal vez no puedo porque con ellos no puedo ser indiferente, mi familia no son mi trabajo, son mi debilidad.
Desconozco dónde nos tienen, la altura nos da una fenomenal vista al mar, no pareciera que vamos a ser vil menté asesinados por rusos e italianos.
Aterrizamos en una casa que no pareciera de gente mafiosa como la de Massimo. Nos hacen entrar a las malas.
- Ya se pueden ir– Alguien suelta un suspiro volteamos con los nervios de un gato asustado. Mantengo a mi familia tras de mi.
- pero señor...
- Lorenzo por favor– Suelta fastidiado el tipo de lentes que trae consigo un rifle. Lo reconozco poniéndome más a la defensiva, le seguimos con la mirada.
Pasa a un lado llegando a una sala, se sienta en un sofá dejando el arma a su costado. Se quita los zapatos.
- ¡Bianca!– Grita exaltándolos– ¡BIANCA!–
Aparece una señora apresurada.
- Dígame, señor–
Le da instrucciones en italiano.
- Ella los llevará a la habitación de huéspedes. Dúchense. Ella les conseguirá ropa mientras lava la que traen puestas– su acento es marcado–
- ¿somos huéspedes?– Samael pregunta– Yo no lo creo–
- Solo obedezcan–
La mujer es amable, no parece un ama de llaves malvada cómplice de crímenes.
Abre la última puerta que está en el pasillo, al final de este hay una ventana en el que se puede ver una pequeña piscina y varios árboles frutales.
- Hay lo que necesiten en el cuarto de baño. Traeré ropa para ustedes en un momento– Explica abriendo las cortinas. Dice algo en italiano–
- ¿qué está diciendo?–. Codeo a Samael–
- qué si Narccise necesita leche–
- ¿y?–
Asentimos.
- hay Que curar al niño– Mira a Oliver– Dúchenlo–
Nos metemos todos al cuarto de baño obedeciendo, es mejor que tengamos privacidad a qué nos duchen con alguien vigilando.
Cuando salimos ya está la ropa en la cama.
Vestimos a los niños tan rápido como podemos y después nosotros quedando impecables.
Me asomo a la puerta del balcón, no hay gente vigilando, al menos no cerca. Me regreso, a Samael se le nota lo preocupado.
La señora regresa con un botiquín y un biberón de cristal para Narccise. Me lo entrega percibiendo lo tibio. Mi hijo en seguida lo pide gateando sobre la cama acomodándose para una siesta.
- No quiero que me toque– Oliver se resiste al tacto de la mujer–
- Necesito curarte eso, verás que dejará de doler–
- ¡qué no!¡no quiero!–
- Oliver– Samael se sienta a su lado– Debes curarte esa herida–
- ¡no quiero!¡no quiero!¡no quiero!—
- Si te dejas, traeré para ti el postre que más te guste–
- ¡que no!– lloriquea– yo quiero a mi mami–
- Esa herida se te infectará y así no podrás verla– interfiero— Vamos, dolerá un poco, pero no es para tanto–
Se limpia las lágrimas y asiente. La mujer se va una vez termina sin antes decir a qué hora se sirve la comida.
Nos negamos a bajar, pero para la cena somos obligados a hacerlo.
En la mesa ya se encuentra Massimo. Nos sentamos confundidos.
- Pensé que estarías muerto– digo–
- yo pensé que ustedes ya lo estaban ¿dónde diablos se habían metido?– Reclama– bajé a la comida con tal de saber si estaban aquí–
- ¿y tu novia?– cuestiona Samael–
- No le importa que estemos secuestrados, salió al patio para estar lejos de mi–
- con esas tetas, Yo también le soportaría esos berrinches– Samael me golpea la cabeza con la palma de su mano– Auch–
- Me ahogo cuando me los quiero comer– resoplo por la nariz con lo que dice–
- Eso es canibalismo–
Oliver comenta con su inocencia. No digo nada, solo recibo la mirada de regaño de Samael.
El comedor es lo suficiente grande para que los niños estén entre nosotros.
- ¿acostumbran a comer siempre pegados?– De nuevo la voz del hombre nos pone alerta– Hay sillas vacías– Se sienta en la cabeza–
- Sí, cuando estamos secuestrados– ya no tiene lentes de sol, pero sí unos anteojos que esconden su mirada, se los acomoda–
- ¿perdón?¿a ustedes quién les dijo que estaban secuestrados?–
- ¿se te hace poco arruinar mi casa y traernos aquí? Tu mono casi mata a mi tigre–
- ¿quién, Lorenzo?– Ríe– Massimo, yo no quiero una venganza a lo Jhon Wick, tu gato sigue vivo–
- ¿quién eres?– El italiano escupe– tienes un ejército ¿por qué no sabemos de ti?–
- Sabes de mi – corrige– soy Don Enzo Moretti–
- Yo estoy muerto– Massimo dice sin nada de broma–
- Eres un joven Capo Massimo, no puedes ser más porque no tienes una familia ¿o si?–
- Mi clan va a matarme por su culpa– Reclama–
- A mi me vale mil hectáreas de verga lo que tu jefe diga o haga– sentencia–
- No soy un traidor–
- tú ya tienes un clan, no le debes nada a nadie. Solo a mi que te salvé el culo. Tú decides si eres el primero en traer paz entre mafias–
- nosotros no sabemos quién eres– Mi amigo se fastidia–
- Es un Don muy poderoso...si quisiera, el jefe de jefes–
- Me alagas– se acomoda de nuevo los lentes. Nos sirven la comida. Sopa de verduras al parecer–
- ¿dónde está mi mamá ?– Oliver cuestiona–
- Tiene un tiro en el brazo, un roce en la cabeza y en las costillas–
- Tú fuiste– señalo–
- Si yo hubiera sido, no fallo– se mete una cucharada a la boca– se le dieron calmantes esta mañana, hay que dejarla descansar–
- Pregunté dónde está–
- Descansando– Lo mira– Come–
Oliver empuja el plato derramando la sopa sobre el comedor salpicando.
El hombre se levanta furioso y nosotros hacemos lo mismo.
- No te atrevas a tocarlo– mi alma vuelve a su lugar cuando escucho su voz, tal vez su voz cansada y lastimada, pero es ella– Que serás Don pero del infierno–
- Deberías estar en cama–
Oliver corre hacia ella, nosotros nos acercamos volviendo a la vida cuando le tenemos abrazada . Observamos sus heridas curadas, tiene un cabestrillo y una venda que cubre las heridas de su cien y oreja.
Beso a mi esposa como lo hace mi amigo.
- ¿por qué deben ponerse en peligro?– abraza a nuestro hijo mientras no dejo de pensar en la muerte que pudieron tener.
- Siéntense por favor– El italiano vuelve a hablar– No han comido nada–
- ¿así tratas siempre a quienes secuestras?–
- Yo no los tengo secuestrados, Isabell–
- Entonces nos vamos ya. ¿Dónde está el resto de mis amigos?– cuestiona a la defensiva–
- No había más que la lista que me dieron–
- Había una escolta– niña linda da unos pasos al frente– ¿dónde están?–
- ah, esos, en la casa de servicio, hay uno que es muy hablador, ya tiene harto a Lorenzo–
- Bien, pues ya nos vamos–
Se acerca a Narccise, mi hijo le toma la mano para seguirla.
- Deberías ser al menos un poco agradecida ¡yo te salvé!–
- ¡¿y a ti quién te dijo que yo quería ser salvada?!– Usa el mismo tono del hombre– 
- ¡Isabell, exijo al menos un poco de respeto de tu parte!–
- tú no eres nadie frente a mi, no mereces mi respeto– Habla altiva– Nos largaremos de aquí quieras o no– le habla en ruso–
- En esta casa está prohibido el ruso– Se acerca– Salvé a tu familia– sus pasos son amenazantes y por ello Sam y yo no dudamos en ponernos en frente.
- Me respetas porque queramos o no soy tu maldito abuelo– se da la media vuelta regresando a su lugar– De no ser porque me cogí a tu abuela no estarías aquí– espeta– Por mi tienes el puesto que tienes–
- Mi abuelo murió hace años, y tú no eres un Parisi— Por el tono que usa sabe que sí lo es,  pasa entre nosotros enfrentándolo–
- Esa rata gitana no era tu abuelo. Era simplemente la plaga que se la metía a tu abuela cuando yo no estaba–
- No te refieras a mi abuela de esa forma– Advierte–
- Tu abuela era una zorra infiel y eso ni muerta se lo va a quitar Dios. Es más, ahora mismo deben estar cogiendo en el infierno– señala el piso– La habrá tenido mas grande el hijo de puta porque además de gitano y pobre, rata de biblioteca–
- Oye que ardido estás–
- De no ser porque tu enfermo abuelo casi quería estar cuando me venía, tu madre no habitúa existido– señala otra vez las sillas–
- Nosotros ya nos vamos–
- pues caminando será, porque autos yo no te voy a dar– sentencia– Y preséntame a toda esta gente que no conozco, excepto a Massimo–
¿Me cae bien? Tal vez.
- ¿qué no tienes familia a quién estar jodiendo?–
- No, tu abuela me dejó traumado– Insiste en qué nos sentemos, lo hacemos cuando Eleanor accede– Obviamente, mi relación con los Volkov me mantiene bien humillado, pero no derrotado. Y el viejo ese no me permitió conocer a tu mamá, bueno no es que quisiera, pero echémosle la culpa a él–
Nos retiran la sopa.
- ¿y ustedes quienes son? Según fuentes son familia–
- Ellos son mis esposos y ellos mis hijos– habla Eleanor y el tipo se carcajea–
- No, tienes como 23 años ¿no? Estos son unos viejos, estoy casi seguro que estudie la primaria con ellos–  se mofa– ¿hijos? Te paso al de lentes, al otro no, tiene como ocho. Y no te ves idiota como los demás Volkov casándose a los 13 años y teniendo hijos a esa edad–
Nadie dice nada.
- okey, te pasaré el embarazo adolescente, tu mamá se murió y tu papá debe ser un idiota ¿pero los viejos qué? Cuando Lorenzo los trajo realmente pensé que era una equivocación–
- Es que no tiene papá– digo sin pensar–
- ¿tú cuántos años tienes?– me señala– ¿y tú?– Ahora a Samael.
Los sirvientes nos ponen de nuevo la sopa.
- 46– digo
- No te pases– Niega quitándose los anteojos, la luz reflejada en los cristales no dejaba ver la misma anomalía que tiene Narccise–  Pero si te llevo solo cinco años. ¿Ya te checaste la diabetes? –
- No ¿tú ya?–
- Me veo más joven que tú, amigo, y tengo dos ojos–
- Oye– Me defiende mi esposa–
- ¿y tú qué?–
- 41–
- por poco tendrías la edad de mi hijo mayor ¿tú cómo te llamas?–
- Samael–
- Creí que eras el tal Pável, así que supongo tú eres Richard—
- Pável No vino– Eleanor prueba la sopa–
- ¿y tú quién eres?– Cuestiona a Oliver–
- Mi nombre es Oliver—
- Ah ya, a ti te quieren matar junto a tu mamá, y adicionalmente a él– Señala a Narccise– Es lo que se dice. Ya estoy entendiendo –
- ¿cómo supiste que estábamos aquí?–
- Soy el presidente del club antiRusos, me avisaron algunos jefes que era la gran oportunidad de deshacernos de ustedes, subiría al poder un Volkov que haría negocios con ellos y bla bla . Pero ustedes los Volkov son unos malditos, usan como objetos a la gente, y son traidores–
- No todos lo somos–
- Los que se aliaron con los clanes lo son. Sé que yo inicié esta rivalidad, pero no creí que les afectara tanto que mi esposa fuera una prostituta barata–
- Se nota que la extrañas– comento–
-con todo mi odio– Sonríe–
- No eres una persona sensata si armaste una guerra porque te robaron a la mujer– Massimo lo juzga–
- Tenía como 13 daños con mucho poder y ella se embarazó de uno como de 20, era lógico que reaccionara así–
- ¿por qué te casarías a los 13?– Cuestiono– a esa edad jugaba al Atari–
- Bueno, mi padre y el de ella lo arreglaron– Frunce el ceño– ¿ustedes de qué familia vienen? Tú tienes un acento extraño–
- Soy Americano–
- ¿eres de la mafia de Nueva York? No te conozco– mira a Sam– ¿y tú?–
- Ellos no son parte de esta porquería– Eleanor niega con asco–
- ahora lo son, los arrastraste a tu porquería– se ríe, chasquea la lengua–
- Ella no nos arrastró a nada, nosotros quisimos casarnos con ella– Samael defiende–
- Porque seguramente no sabían en lo que se metían–
No digo nada porque tiene un poquito de razón.
- Los Volkov son asesinos, y Eso me quedó muy claro cuando a ella no le importó matarme a media familia–
- Si tanto nos aborreces, ¿por qué nos ayudaste? Salvaste a la generación que más debes odiar–
- Porque yo no soy un desalmado– dice obvio– Y porque mi esposa me dijo que dejara de ser tan rencoroso–
- asesinaste a tres asesinos de la Bratva tu solo– Eleanor cambia de tema– ¿cómo?–
- Aprendo rápido– suspira– mañana se irán, solo traten de descansar un poco–
- Podemos irnos ahora mismo–
- Lo sé, pero deben estar buscándolos, considero que mañana–
- Creo que tiene razón– Digo, el sujeto no parece ser malo– Y...creo que se merece un " gracias " de nuestra parte– A Eleanor no le gusta lo que digo pero lo acepta– ¿no crees, niña linda?– La miro, asiente mirando la sopa– entonces díselo– insisto–
- Gracias–
- No tienes que obligarla, sé perfectamente que los Volkov no dicen por favor ni gracias. Es difícil acostumbrarse a esa altanería–
- Gracias por salvar a mi familia. Se van a enterar que me ayudaste, te ofrezco hombres como agradecimiento–
- No, quiero otra cosa– Me arrepiento de ayudarle–
- Habla–
- Mi hija menor tuvo un accidente, tiene solo cinco años y se ha quedado sin vista – comienza– Los mejores doctores son rusos, los Ivanovic, sé que no la atenderán–
Eleanor asiente.
-Ayudaré a tu hija porque has salvado a los míos, estaremos a mano–
- Siento que estés en guerra. Debes saber que, por mucho odio que le tenga a tu familia, no sería capaz de matarlos a cómo otros lo han hecho–
- no debiste arriesgarte en ayudarnos, pudiste contactarme de otra manera–
- Lo iba hacer, pero te iban a matar–
Solo la salvó por beneficio propio y ambos lo aceptan, esto es impresionante. Hasta ahora, el único que puedo decir realmente ama a Eleanor es Alex, bueno, además de nosotros, pero su familia no está con ella. No hay ser humano con su sangre además de sus hijos que le quieran. Por ello ella no sabe como querernos.
Solo Samael y yo estamos para protegerla, solo nosotros daríamos nuestra vida a cambio de la suya sin importar nada. Le daríamos la mano sin pedirle absolutamente nada a cambio.
Sé que Alex haría lo mismo, pero él tiene una familia que proteger, es nuestro deber hacerlo con ella.
Me siento imbécil y un bueno para nada al dejar que casi asesinen a mi esposa e hijo. He salvado a tanta gente en fuego cruzado y no lo hice con ellos.
No sé cómo entremos en una sola cama los cinco, pero nos negamos a estar separados.
Narccise duerme encima de Samael y Oliver le abraza la pierna totalmente dormido, mientras juega en el celular.
Yo abrazo a Eleanor con mucho cuidado de no lastimarla.
- Los quiero mucho– Samael la mira unos segundos y vuelve al teléfono, pero no duda en apagarlo para ponerle atención–
- Lo sabemos– Sonríe a medias– Aunque nos trates mal–
Nos hace reír.
- Mejorará, lo prometo–
- Eso dijiste y mira como estamos– Recrimino– Solo hay una manera que nos dejen en paz, y es la guerra–
- Enséñanos, aprenderemos rápido– dice mi amigo seguro–
- Vamos a movilizar a nuestro ejército, mañana que sean ellos y no nosotros– sentencia– Pero deben saber que, si yo muero, ustedes van a luchar, necesito que me lo prometan–
- Si tú mueres yo me iré atrás tuyo, lo sabes, Ell– yo no digo nada–
- Deben hacerlo, ustedes guiarán a nuestros hijos. Ellos deben tener a sus padres–
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