RICHARD
A las dos de la mañana decidimos irnos a dormir, no nos asignaron habitaciones separadas así que lo hacemos en la de Eleanor.
Cuando salgo de la ducha Samael ya está en la cama así que me toca el sofá.
Jalo una almohada y una sábana y regreso al sofá.
Apago las luces y me dispongo a dormir. Cuento hasta dos mil y comienzo a conciliar el sueño, hace mucho me cuesta hacerlo.
Los golpes de la puerta los escucho como ecos dolorosos en la cabeza hasta que me despierto, no son tan ruidosos como los escuchaba, Samael se levanta dejando entrar la luz tenue del pasillo. Rascándome los ojos me acerco.
- ¿está bien?– Samael cuestiona–
- ¿qué sucede?– Pável está en la puerta, aún viste la ropa de esta mañana-
- Eleanor llegó ebria, está en el salón de la televisión. Tal vez quieran ir con ella–
- Ya la esperaste, tú también quieres, espéranos– digo poniéndome los zapatos, Samael también lo hace–
- Les llamé porque a mi me odia, ebria debe estar peor– Dice, nos guía al salón, desde la puerta no se escucha ruido, abrimos para encontrar el lugar a oscuras pero con una fuerte luz que proviene del televisor. No hay audio, solo se reproduce un viejo video.
Está sentada en el suelo frente a este. Nos acercamos sin hacer ruido notando una lata de energizante.
Aquí se ven muy pequeños esos cinco niños, en el video que vi eran adolescente.
- ¿estás bien, Ell?– Samael habla y niña linda se gira un poco para mirarnos, regresa al video–
- sí, siéntense conmigo. Los tres por favor– Arrastra un poco la lengua pero no parece realmente ebria–
Nos miramos entre nosotros, lo pensamos un momento pero lo hacemos.
Nos quedamos ahí sin decir nada, la televisión sigue dándonos imágenes felices que para niña linda no parecen serlo. Apesta a perfume barato, alcohol y cigarrillos. No lleva el vestido del día, por el contrario unos jeans y una camisa verde que no es de su talla.
- Al abuelo le gustaban las cámaras– rompe el silencio– Nos regaló esta una navidad. Nos divertíamos mucho grabando todo. Solíamos pelear por ella también–
Toma de la lata.
- Era la única cámara que nos gustaba, no venían con abrumadores sujetos o luces que te dejan ciego–
No decimos nada.
- Éramos los favoritos del abuelo, hijos de sus favoritos. Los príncipes que heredarían los puestos más...altos– su mirada sigue pegada en la pantalla– Necesitamos ser más que niños bonitos, más que fuertes– se limpia las lágrimas que me pesan–
Vuelve a beber de la lata.
- Éramos un equipo y hermanos. Nos volvimos los mejores, perdimos inocencia, pero no había misión que no pudiéramos lograr– vuelve a limpiarse las lágrimas–
- Hay que ir a dormir, Ell– Samael le acaricia el cabello– Vamos, te llevamos a la cama–
- Narccise tenía mi edad– solloza– Éramos primos pero nuestras madres nos criaron como hermanos. Lo quería demasiado– se le quiebra la voz pero no rompe en llanto– De verdad lo amaba, y yo solo se lo dije una vez. Era tan mala con él–
Cambia de posición abrazando sus piernas contra su pecho.
- En otoño el abuelo nos llevaba a pescar a mar abierto por cinco días, nos gustaba ir. El video que vieron fue grabado tres días antes de marcharnos– sorbe por la nariz– El abuelo siempre planeaba todo, pero por mi culpa nos castigó, organizábamos el viaje o no íbamos—
- Niña linda, podemos hablar mañana— Insisto, no es algo que quiera contar ebria–
- ya no éramos niños así que lo hicimos, habíamos hecho cosas más difíciles, podíamos con eso. Omitimos muchas cosas, solo teníamos tres días– continúa— llegamos al bote e hicimos lo mismo, finalmente salimos. Todo iba perfecto hasta que al segundo día nos abandonó, dijo que ese fue el plan desde el principio. " Es momento que dejen de ser niños"– el dolor en sus palabras me hieren, amo a niña linda tanto que su dolor es el mío— confiamos en años pasados, omitimos el pronóstico. El mar embraveció en la madrugada del cuarto día. No había más que oscuras montañas de agua amenazándonos con tragarnos. La tormenta empeoraba con el paso de los segundos, era imposible mantenerse de pie— Solloza— Confiábamos en el barco, pero el mar era por mucho más fuerte. El centro de control emitía ruidosas alarmas y la energía comenzaba a fallar. Estábamos solos. Una fuerte y enorme ola nos impactó rompiendo cristales que debieron resistir y nosotros nos estrellamos en lugares que...eran imposibles. Debíamos restablecer la energía y apagar el gas–
Tiembla abrazándose con fuerza.
- Narccise iba junto a mi, resbaló, pude tomarlo de la chaqueta pero no aguante nuestro peso, los dos nos deslizábamos directo al océano. Pude sostenerme y a él. Una ola volvió a golpearnos. Los demás intentaron ayudarnos. Gritaban pero los truenos y el agua azotando apocaban cada llamado lejano. Narccise intentaba subir pero las botas se le resbalaban mientras yo lo jalaba. No podíamos movernos, cada zote nos impedía cualquier plan . Una última ola empeoró todo, estábamos en el aire sostenidos solo de un cinta que quemaba mi piel deslizándose. Le dije que esperara pero soltó mi brazo, pudimos tomarnos de las manos pero el mar volvió a golpearnos. El mar se había tragado a mi hermano. Nos reclamaba una vida para cesar su enojo, obtuvo la de él. No era Dios, no el que conocemos—
- Lo siento tanto, niña linda–
- Era un excelente hermano y yo no con él.– Llora y no sé qué hacer– veo ese video cuando comienzo a olvidar a ser buena persona– rompe en llanto lastimándome con su tristeza– Lo extraño demasiado. Fue mi culpa, todo lo fue, por mi culpa el abuelo no organizó el viaje y fui yo quien no pude sostenerlo, soy tan débil que no pude salvar a mi hermano. Eso jamás me lo voy a perdonar–
- Eras una niña- Samael la consuela– Todos ustedes lo eran–
- No, no lo éramos– susurra–Nada volvió a ser igual. Sé que los demás me culpaban de su muerte, y por eso me fui...por varios meses–
Intenta relajarse.
- Él dijo que lo olvidáramos, pero...yo no puedo ni siquiera pronunciar su nombre, y no se merece ser olvidado,por ello Narccise se llama así–
Intento tomar su mano pero se niega.
- No he sido buena con ustedes– toma aire relajando su respiración– ustedes se lo buscaron– la tristeza desaparece soltando palabras frías– he visto mil veces ese video, y no puedo sentir culpa. No cuando ustedes han sido peor conmigo–
Trato de ignorar lo que dice viendo la pantalla.
- Dejé que sus lindos rostros y lindos penes nublaran mi juicio– Suelta una risa amarga inclinándose la lata- Que tonta– suspira, alzamos el rostro cuando se levanta para marcharse– Te espero en mi habitación, Pável– Suelta en ruso–
- yo ya no soy tu esposo– Isabell le toma de mandíbula, él quita el agarra pero ella enreda sus dedos en los cabellos rubios tirando de ellos, el ruso se queja con un gruñido inconsciente–
- La sortija en tu mano dice lo contrario. A mi habitación, vamos a tener se...hacer el amor— Se burla estampándole un beso que el ruso no recibe–
PÁVEL.
El sabor a tabaco y a energizante inundan mi boca como el alcohol caro que consumió. Odio los cigarrillos.
- No haré nada contigo– Espeto, me da un empujón–
- Si no llegas te mando a buscar– amenaza antes de largarse–
Samael toma la lata pasando los dedos por encima, frota el líquido entre estos.
- Debe tener extasis, vas a tener una noche larga– Samael dice no tan contento–
- Deberíamos hacerla dormir– Richard pausa el video–
- Ustedes háganlo, yo me voy– aviso, se levantan cuando yo lo hago– Está ebria, yo no lidio con ebrios–
- Claro, ve con cuidado– Samael se talla el puente de la nariz–
- Alexander me pidió presentarme en la mañana, ¿les dijo algo?–
- Tal vez nos siga regañando– Richard se acomodaba el cabello– Y darnos instrucciones como siempre–
- A ustedes, como sea, buena suerte– Niego dándome la media vuelta para irme, no debería estar pasando por toda esta mierda–
- Señor– El guardaespaldas de Isabell me acompaña a la puerta donde están los míos, si bien estamos separados, estos sirvientes son útiles aunque no confiables, al final le trabajan a mi ex.
Antes que mi escolta abra la puerta lo hace Daniela y James cerrándola tras de ellos.
- Es muy tarde para irse, señor. Mejor vaya a descansar con la señora– James habla–
- mi señor desea irse, así que apártense– mi escolta discute con los de Isabel–
- En estadía ustedes se acoplan a la escolta principal, por lo que obedecen– James regaña a mis jóvenes y nuevos hombres– el señor, por seguridad no se marcha de la propiedad hasta que el sol salga—
- ¿están bromeando verdad?– Me mofo– es mejor que se hagan a un lado o haré que mis hombres derriben esa puerta. Largo– espeto–
-órdenes de su esposa– Daniels suelta, los miro, van en serio–
- le llevo a su habitación, señor– George intenta tomarme del brazo pero no se lo permito– Por favor–
La escolta de Isabell se me acerca, la mía les corta el paso a pesar que no pertenecen a mi ejército.
- Déjense de estupideces— Hago corajes en dirección a las escaleras, George me sigue de lejos, en el pasillo me giro, se detiene de golpe.
- Lárgate–
Da dos pasos hacia atrás y obedece. Giro los ojos cuando llego a la habitación de Isabell, drogada y alcoholizada es una estúpida.
Suspiro entrando a la habitación, cruzo el pequeño pasillo, encontrándome con Isabell de espaldas en ropa interior quitándose los pendientes.
Es hermosa, esa tanga negra me deja ver su trasero, aparto la mirada, nada debe ponérseme duro.
- ¿vas a venir o te quedarás ahí?–
Otro día no lo pensaría ni una vez, ya me la estaría cogiendo, pero no merezco estar con ella después de lo que le hice.
- Solo ordénale a tu escolta que me deje ir–
- ¿por qué?– mi mirada azul se conecta con la tormenta que se carga en los ojos– ¿no quieres hacerlo conmigo?–
- Estás ebria, no quiero que confundamos las cosas. Nosotros estamos separados– insisto, si no estuviera pensando en la vez que abrí por error la puerta de la tía Niurka cuando se duchaba, estaría como un puto poste–
- ¿y? Antes le era infiel a mi novio contigo–
- Y a tu esposo–
- Estábamos separados– se me acerca, miro a otra parte–
- ¿vas a decirles si o no? Se hace más tarde y ya me quiero ir–
- No– me alejo cuando va a tocarme– ¿que rayos te pasa?– se molesta–¿ahora le eres fiel a tu ex? ¡Yo soy tu esposa!–
- jamás lo dejé de hacer – la miro sin expresión, los ojos se le encienden— me preocupo por ella–
- No debería preocuparte –
- ¿por qué no?–
- ¡porque yo soy tu esposa–
- ¡y ella es la madre de mis hijos!–
No debería estar diciendo esto, Isabell no se merece estas palabras.
- Lo único que me interesaba de ti no me lo diste. Esto está de más. Eres bonita, Isabell, pero ya no hay objetivo, y por tanto no puedo– miento, desde que la conocí fantaseé con ella, y cuando ella dio todos esos paso que yo no pude, mis fantasías se cumplieron. ¿Objetivo? Ella puede darme un solo beso y yo me pongo listo.
- ¿cómo podías hacerlo conmigo si no te gusto, Pável?–
No respondo ¿cómo responder eso?
- Que tonta he sido– gruñe– ahora entiendo porqué no querías cuando nos conocimos, practicante te obligué. Ahora todo tiene sentido–
Está ebria, nada tiene sentido.
- Aceptaste una vez supiste mi identidad ¡lo planeaste!—
Eso es solo coincidencia, mis mentiras se me están saliendo de control, era hacer que me dejara ir, no me que mate aquí por traición—
- Por esto el abuelo no nos permitía casarnos entre clanes a menos que él lo organizara– musita alejándose furiosa–
- No sé porqué te molestas—
- A mí sí me gustas. Pero está bien, no te voy a obligar– toca algo en la mesita de a un lado de la cama– No soy un animal, y no es que pudiera. Mides casi dos putos metros—
Se inclina la botella de whisky que tenía ahí mismo.
- ¿no que ya te quieres ir? Desaparece– Me señala la puerta.
No me quiero ir con todo lo que he dicho, sin embargo comienzo a marcharme, la rabia se me sube a la cabeza cuando me encuentro a los dos idiotas entrando, sin embargo ignoro mi sentir y a ellos. Voy a hacer una rabieta pero George y Daniels están escoltando la puerta.
- Lo acom...
- ¡ni se atrevan!– advierto para ambos, no estoy de humor–
.......................................