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ELEANOR

Volver a tener 18 años no es algo que desee, días que recuerdo con asco. Lo único bueno fue haber conocido Richard Greene, americano con el ego hasta el cielo, prepotente, grosero sin modales, pero lleno de ocurrencias y aventura, su sonrisa coqueta y carisma llegaron en el momento correcto. Me salvó y lo sigue haciendo. El amor se acaba, pero a pesar de la tormenta, el nuestro sigue en pie.
Han pasado años, y la historia se repite, los demonios del pasado atacan, y yo los recibiré con los brazos cruzados, no lucharé por cosas que no merecen de mi sangre.
Quizá él no me estime, pero yo sí, y haré de todo para su mejoría, porque si bien me ha hecho daño muchas veces, es padre de mis hijos, y los recuerdos buenos no se borran de mi mente.
La culpa me carcome, y se eleva como la primera razón de ayudarlo a seguir adelante.
- No creo que sea buena idea– Pável apoya sus manos en el escritorio– Creo que ya suficiente te ha humillado para vuelva a hacerlo–
- No me digas que no quieres tentaciones– Bromeo
- No soy débil, mi mujer es la que me la pone dura todo el día y esa eres tú– Niega– No me gusta tu decisión, ellos solo te humillan y no estás para eso–
Giro mis ojos.
- ¿cuándo vas a entender lo que tienes en tus manos? Date cuenta que eres grande, tienes un ejército, aliados...–
- Solo porque me quieren coger–
- ¿y?– Se levanta para estar frente a mi– Usa eso a tu favor. Yo sé que eres más que una cara bonita, lo he visto. Por ello no estoy de acuerdo que te dejes pisotear– Me levanta el rostro poniendo sus dedos en mi mentón– Si noto tristeza en ti, me haré cargo ¿trato? Porque nadie daña a mi jefa –
Pável me hace fuerte, alimenta mi narcisismo como lo hace Eric. Al ruso le gusta verme con poder, idolatra eso, pero le enferma verme débil. Me pone en un trono, pero sentarme ahí me vuelve alguien que no me gusta. El ruso me llena de seguridad, me venera creyendo en lo poderosa que soy y en la bestia que puedo llegar a ser.
Vengo de familias poderosas, nací con poder, en Francia, Rusia e Inglaterra yo ya tenía tronos que ocupar. A mis veintidós años tengo Inglaterra y Rusia, desde las sombras controlo toda la Bratva ¿dejarme pisotear? No, es suficiente.

Primero yo, después yo y siempre yo.

- No sucederá– Aseguro, se acerca a mis labios sin soltarme el mentón–
- Eso espero, jefa– dice antes de juntas sus labios con los míos. Los dos aquí seremos simples esposos, pero allá afuera, somos peligrosos, su gente me cuida la espalda como la mía a él. Intocables en el mundo de las mafias. Mundo que ni Sam y Rick podrán tragar con facilidad.
- Vamos a la habitación– bajo mi mano de su pecho hasta su entrepierna, está duro poniéndome a Salivar– ¿qué te parece si jugamos antes?– sonríe pícaro al empujarlo contra el escritorio, pero desaparece al ver mis intenciones, Toma aire en cuanto me ve bajar acariciando sus muslos–
- Muñeca– La debilidad de Pavel es el sexo oral, se vuelve un precoz y es la única manera en la que se le puede someter, al menos cuando no está furioso conmigo, porque enojado me folla la boca sin control–
- ¿quieres?– Le beso la dureza marcada en los pantalones, le paso la lengua sin despegarle la mirada que el aparta en seguida, está tan excitado que veo la humedad en la tela.– respóndeme– Vuelvo a besarlo sin dejarle de acariciar sus piernas, le entierro las uñas, su pene brinca clamando que comience a chuparlo–
- sí...– Traga en seco–
- ¿sí que?–
- Por favor, hazlo ya– le quito el cinturón, le alzo la camisa hasta descubrirle el abdomen trabajado, no le digo nada, él solo la mantiene en dónde la dejé. Bajo el cierre, los Bokers me enseñan lo hinchado que está, estar así de duro y con la tela encima debía estar doliéndole, meto los dedos entre el elástico y jalo dejando libre la gruesa, venosa y larga verga de mi esposo, me brinca frente a mi, su punta brilla por el líquido que desprende.
La masajeo, está firme dejándome besarle en dónde inicia en tanto mi otra mano le sostiene los testiculos, lo beso a excepción del glande, lo torturo, y sin que se lo espere le paso la lengua de arriba a bajo y me la meto.
Se aferra a la madera, suelta un gruñido de placer que le tiran la cabeza hacia atrás.
Una mano viaja a mis cabellos, mete los dedos entre ellos y se aferra.
- ¡Jefa!– Exclama agitado, se la chupo como le gusta, su cabeza me roza el paladar sintiendo su sabor. Paso la lengua por la zona más sensible sin parar de meterlo y sacarlo de mi boca. Apoyo mis manos en sus piernas enterrándole las uñas mientras me la meto toda, me la saco. Le agarro de la base llena de mi saliva, mi Mano vieja en toda ella, bajo a sus testiculos para lamerlos y chuparlos.
No tardo en volver a su falo, le veo y él a mi con la respiración agitada, el ceño fruncido y la boca abierta, jadea y eso me fascina, me encanta escucharlo.
Acelero mis movimientos, se tensa, se aferra a la madera y echa cabeza hacia atrás, su sabor se intensifica, y me preparo para recibir su líquido. No le doy paz, lo engullo y...
- ¡por el amor de Dios!– jamás me había alejado tan rápido de alguien, me levanto limpiándome los labios, Pável se queda en su lugar disfrutando de su orgasmo salpicando el lugar antes de derramarse en su mano. Suelta desde su garganta lo que me indica que lo disfrutó sin importarle que mi padre está matándome con la mirada–
- ¡pero...!– El ruso alza la mano descarado regularizando su respiración– ¿cómo te...
- ¡lárgate!– Pável ruge–
- ¡¿perdón?!– Alex azota la puerta, solo me escondo tras el cuerpo de Pável – ¡¿pero que rayos estabas haciendo, Eleanor?!–
- ¿qué eres estúpido?– Pável se acomoda la ropa girándose– Eres marica, conoces las mamadas–
¿Pável y Alex? Guerra segura, si a mi padre no le cae del todo bien Richard, mi esposo ruso ni lo mastica.
- ¡Deja de esconderte!– me regaña, pero que vergüenza. La puerta es tocada, es mi momento de escapar ¡por la ventana!, Eric entra–
- ¿aún no te largas?–
- ¡encontré a esta escuincla de rodillas!– Me señala–¡y No rezándole a Dios!– se altera
- Yo cuento como Dios– cínico–
- Además de animal, blasfemo ¡te dije que no te casaras con esta cosa!–
- ¿por qué estás histérico?– Eric nos observa– ¡ay por favor, Isabell!– Niega con asco–
- ¿qué? ¿Cuál es el puto problema? Parece que recién se enteran que perdió su virginidad— La vergüenza de Pável es nula, pero la mía no, especialmente teniendo a Alex enfrente–
- Eres un animal, Ruso, eyaculas sin importar que he entrado– Alex se molesta, aceptó a Sam y hasta a Richard, pero a Pável se lo metí a la fuerza, para él es un sádico, una bestia y tantas cosas más, y para hacer que lo odie más, ni a la iglesia va.
- No voy a interrumpir el orgasmo que me dio tu hija– le pico la costilla al imbécil, respinga–
- ¿por qué no te vas?–
- Dijiste que...– Se calla cuando se da cuenta que no juego– Me voy a California– Avisa– dame un beso ¿quieres?– Le correspondo, se va sin antes mirar despectivo a mis padres. Pável es un anticuado y tiene mucho autocontrol respecto al sexo , pero cuando se le mete el demonio, hace desplantes como los de hace minutos, mi culpa, yo le enseñé que no sólo la habitación era lugar para darnos ese tipo de amor.
- No lo puedo creer– Me gruñe Alex–
- Yo aprendí a tocar, doy tres segundos para que se despeguen. Encontrar a mi hija y a sus amantes como perros me hizo ir a terapia– Eric se acerca– con este creo que aún no te sorprendo. Se ve que es el más descarado pero ese es Samael–
- ¿qué si hubiera sido alguno de los niños?¿cómo le ibas a explicar que tenías un pene en la boca?– Me vuelve a regañar, si supiera que ya Rick y yo los traumamos– El sexo es algo muy intimido que debe hacerse en una puta habitación– Se acerca solo a la mitad– ¡que descarada!–
- Ay, Alex, pero si una vez...–
- ¡ a mi no me vas a venir a decir!¡compórtate!–
- El pueblerino tiene un poco de razón– Eric se sienta cruzándose de piernas– sin embargo, gracias a encontrar en cada caso, me dio la curiosidad de experimentar la adrenalina que alguien entre y la incomodidad de algún sitio público, y debo decir que a mis cuarenta y dos años...–
- No ayudas, alientas a que sea una exhibicionistas–
- Bueno tampoco lo hice en un parque–
- ¡en el estudio!¡cuenta!–
- Igual no es que haya hecho sus bebés por obra del Espíritu Santo, y conociéndolos, de a misionero no fue. Esos seguro jugaron al Twister procreándolos–
Eric me hace reír, definitivamente con Samael fue algo similar.
- ¿de qué te ríes?– espeta–
- ¿para que me necesitas, papi?– Me dirijo al mini bar, me sirvo un poco de agua–
-¿me sirves?– Eric me pide–
- Yo te recomiendo que mejor no– Hace una mueca de asco– ¿por qué de la reunión?–
- Voy a adoptar a un mocoso y tú tienes una red, dame uno bonito y recién nacido–
- Ah si, de hecho acá tengo un catálogo– me acerco al escritorio– ¿recién nacido cierto?–
- sí, y Europeo–
- de suerte porque lo tengo por categorías...– Lo miro– No funciona así– Giros mis ojos–
- Henry quiere uno–
- ¿Niño o niña?– saco un papel un lápiz, comienzo a escribir las características, si mi padre quiere adoptar, yo lo ayudo–
- El que sea menos Géminis– Eric y yo lo miramos–¿qué? Ya tengo 4 de esos y son bien extraños–
Niego
- La herencia se divide más y más–
- ¿qué te puede dejar un sirviente?– Eric gira los ojos–
- Que sea Niño, no soportaré encontrar a otro hija con el pene del marido en la boca–
Anoto en el papel, llamo a Sergei desde el Sistema de comunicación del celular.
- Te encargas del papeleo– Advierto–
- Si si, como digas ¿mañana lo tienes en mi casa?–
- No es Amazon– Gruño–
- Mi Señora ¿me llamó?–
Sergei cierra la puerta tras de él
- Sí, necesito que vayas a los sótanos–
- ¿a cuáles?
- a los de selección– Le entrego el papel– Es personal, vete con discreción–
- Sí, mi señora–
Sergei se retira
- tendrás un bebé– Hablo emocionada– toda una familia digna de ser portada de...
- Es deseo de Henry– Me calla– es más marica que yo, y le gustan esas cosas–  se cruza de brazos–
- nah ah, si te agrada la idea. Es momento que críes a tu propio hijo–
-Ya que te robaste el de otros– Eric susurra–
Alex nos cuidó a los cuatro sin importar que no fuéramos sus hijos, especialmente yo, que era solo su alumna. Verlo con una familia me alegra el corazón.
- No llores, conejito– Se talla  la frente, me soplo la cara con las manos–
- Mandé a pedir a mi hermanito como en Amazon–
- Tienes hermanos de sangre y a esos no les dices así–
Ignoro al francés
- Te abrazaría, pero supongo no vas a querer–
- Estás en lo correcto, vengo mañana...ah, antes de irme ¿por qué Samael está indispuesto?–
No le puedo mentir pero tampoco dar la verdad entera
- Desintoxicación–
Se sorprende
- Me parece bien, aunque dudo eso de logre, desde que lo conozco se mete esa cosa–
- Concuerdo–
Alex se retira enojado conmigo, quedándome sola son el Francés.
- Tengo una noticia buena y mala–
- la mala– Suelto sin rodeos sentándome–
- El Cura fue capturado por ese tipo, el tal Maurice. ¿Sabes cómo?–
- Obviamente no–
- Entró a una de mis casas de seguridad en Irlanda y lo sacó de ahí ¿tú lo mandaste?–
- Claro que no. Maurice dijo que me lo traería pero no pensé que te lo robara–
- Otro idiota cae en el encanto Parisi–
- ¿qué te digo?– Niega divertido– ¿y la buena?–
Se acomoda en la silla
- A Emile no le quitan la misión de desmantelar la Bratva, pero, le han puesto a dirigir otros operativos relacionados con clanes pequeños. Hasta ahora los Volkov no son prioridad– Suspiro, ya era hora–
- Gracias, calma un poco–
- ¿vas a decirme realmente por qué Samael está encerrado?–
- No querrás a Samael en desintoxicación por ahí. De hecho, necesito que ya te lleves a los niños. No quiero que lo vean así–
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MY BUNNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora