RICHARD
París, no es que deteste parís, pero tampoco es que lo ame, Eleanor nos lleva a esas costosas tiendas que yo a mis veintidós, a pesar de tener el dinero, no me atrevía a entrar, pero ahora, compro ropa para la mujer que no debería.
- ¿alguien podría ayudarme?– esa es de la mujer que quiero desde los probadores, voy a auxiliarle, pero Samael me golpea y se levanta él.
- ¿qué carajos te sucede?– Espeta–
- Uy perdón– Contrólate Richard–
Me estoy desesperando y solo van dos tiendas.
Samael Sale y se vuelve a sentar.
- ¿no te aburres?– cuestiono–
- A Ell le gusta comprar ropa, no me molesta–
Si, entiendo, pero es que esta vez yo no vengo por ella, y eso me enferma.
Alicia sale modelando un hermoso vestido, es delgada y alta, así que todo le queda bien. Alzo mis pulgares–
Eleanor sale pero con su ropa normal.
- ¿y el vestido?– Samael cuestiona–
- Todo me queda horrible, Papi– Hace un puchero como una niña y se sienta sobre sus piernas– agh–
- Bueno, eso no lo sé, no me mostraste–
- ¿a ti te gustó ese? A ver vuelta– Alicia me obedece– ¿lo quieres?–
- siento que no se me ve trasero–
- A mi me gusta– sonríe y asiente–
- Entonces me lo llevo–
La mujer que atiende se nos acerca.
- ¿aún no le gusta nada, señorita Parisi?–
- mmmh no– Ríe nerviosa– pero gracias–
- Hay una línea exclusiva, su padre la hizo llegar el mes pasado de Arabia–
- está bien, déjame verlas–
- en un momento–
- Uy si, porque Papi las trajo de Arabia– la molesto para tener su atención–
Diez minutos después, la hacen pasar a los probadores, pero de nuevo no sale modelando con ninguna.
- No me gustaron–
- Conejito, ¿puedo verlo? Dios– Samael se queja–
- Alicia, pruébalas tú, seguro a ti te quedan genial–
- No, ya con esto es suficiente–
- Anda– insiste ¿por qué? Alicia me mira como si tuviera que pedirme permiso–
- Si tú quieres, adelante–
- está bien– se para y le doy una nalgada–
- Ricky– me gruñe.
Samael y Eleanor me restriegan cómo están acaramelados, hoy en la madrugada me montaba y ahora me ignora, que fastidio.
- Señor– la mujer que nos atiende llama nuestra atención, nos gíranos, Pável entra observando las prendas.
- aquí estamos– Eleanor sacude su brazo y se vuelve a sentar, que fastidio de hombre—
- Jefa– se sienta entre nosotros, le da un beso– ¿no deberías estar probándote cosas?–
- nada me gustó–
- creí que tendría que venir a cooperarle a Samael de tantas cosas que te llevarías–
Alicia sale con un vestido espectacular.
- ¡te ves hermosa!– Eleanor le celebra, ¿puede Eleanor ser tan pura que no sienta envidia de otra mujer?– debes llevártelo–
- no, es muy costoso, vale lo que mi auto–
- No te preocupes, yo te lo regalo, te queda bellísimo–SAMAEL
¿Eleanor sin comprar nada? Eso jamás,¿regalando costosas cosas a extraños ? Eso se lo conozco. Es pasiva agresiva y eso es encantador, porque mi encantadora esposa no necesita demostrar sus celos y mucho menos bajarse a la altura de cualquiera, sabe cómo ser malvada aún pareciendo un lindo conejito.
- ¿no creen que le queda hermoso?– Nos toca la pierna a los dos hombres que estamos como sus perros, nos presume y eso me llena de ego–
- Tendrás a muchos hombres detrás de ti– Pável la recorre con la mirada al igual que yo, es una americana cualquiera.
- Finas telas para una linda mujer– sonrió
- ¿ves?– eleanor llama a la mujer que nos atiende– Ella se lo llevará– de su bolsillo trasero saca una tarjeta– cárgalo a mi tarjeta–
- Si señorita–
Se habla algo en ruso con Pável que obviamente no entiendo, solo veo al ruso sonreír y tocarle la nariz con sus dedos.
- No tenias que hacer eso– Richard habla–
- No empieces, tu novia me agrada, y se veía muy bonita–
- Pero...–
- Richard– Eleanor lo interrumpe– En verdad no me molesta, tranquilo–
No tardamos más ahí, a la siguiente tienda, llegamos al paraíso de Ell, los zapatos. Estamos en las tiendas en dónde Eric prácticamente es dueño, así que puede hacer lo que le plazca.
Por fin sale con un vestido que ni a la esquina le dejaría salir con unas zapatillas que no le permitirían hacer nada, pero se ve bellísima.
- Deberíamos ir a un club y así llevo esto–
- Ni lo sueñes– Pável niega–
- Es muy corto– Añado–
- ¿y? Aún puedo bailar sin que se me vea nada– Mueve el trasero, si a mi me provoca cosas, no imagino a Los demás hombres.
- Te pongo a diez guaridas alrededor de ti, tú decides– Pável se me adelante–
- Oye Ricky, tú no me celas así– Alicia se queja
- Tú no quieres eso– Eleanor se acerca a Pável, y monta su pierna– por favor–me mira después a mi–
- Te llevo a donde quieras pero no así–
- Pável por Dios, es solo un vestido–
Meto mi mano bajo la pequeña falda haciéndola respingar.
- muy corta–
- demasiado, muñeca– Eleanor vuelve a respingar, noto porqué al sentir la mano de Pável cerca de donde está la mía, los dos estamos manoseándola frente al hombre que no la puede tener, los dos sabemos que se muere por tenerla.
- Y el escote muy revelador– Puedo ver cómo el ruso aspira su aroma de la piel desnuda de mi esposa, le dice algo en ruso y ella gira sus ojos.
- Los zapatos no me gustaron–
- llévate entonces otros– Pável se busca en los bolsillos de su pantalón una tarjeta negra– ni uno más así, muñeca–
Antes que pueda irse la sostengo
- Yo he dicho que no–
- No podrá separarse de nosotros a más de dos metros–
- Tóxicos–
Gruño, no me apetece que miles de hombres se la estén comiendo con la mirada, pero Pável es aún más celoso que yo, así que confío en su palabra, hombre que se acerque, desaparece. Bueno, realmente es más extremista, pero vamos, si yo tuviera a varios matones a mi disposición, igual lo haría. Eleanor se sienta entre nosotros y me da sus pies enterrándome los tacones en las piernas.
- Perdóname–
- Tal vez si deberías comprártelas–
Suelta una risa nerviosa, ¿por qué aún se ruboriza después de tantos años? Se las quito y sobo sus pequeños pies–
Eleanor de la tienda se llevó un simple vestido, pero zapatos...bueno, George, Daniels y dos rusos más no podían con tanto. El gigantesco vestidor que compartimos no da a basto para sus zapatos, seguro debe tener un montón más en su habitación, y usa solo dos pares. Unos converse viejos que usa para todo y esas botas negras que ahora están desgastadas.
Richard y su novia caminan tomados de la mano, bastante acaramelados, y a pesar que conocí a Richard siendo el sujeto que en su vida daría afecto a alguien más allá de solo sexo, ahora no solo lo haría con mi esposa, si no también con su nueva novia. ¿Sorprendido? Lo estoy, y mucho.
Con Eleanor jamás he tenido la costumbre de tomarnos de la mano cuando vamos por la calle, al menos no por completo, pues aveces solo toma uno de mis dedos o como si tuviese el miedo de perderse, de mi cinturón, y sería ilógico lo tuviera en una ciudad que se conoce mejor que yo.
- me parece sorprendente que aún puedas entrar a Francia– Pável llama la atención de ambos, no logró comprenderlo hasta después de un par de segundos–
- Limpiar expedientes se le hace fácil a Eric– Eleanor comenta sacando su celular–
- ¿no nos encontraremos a la rata?–
- No le pagan lo suficiente para estar en esta zona de París–
- ¿ni ahora?–
- Lo que ustedes traen puesto ahora, él lo obtiene en un año. ¿Por qué hablamos de Emile?–
Nos voltea a ver a ambos.
- yo no he hablado. A mi no me gusta recordar como casi me dejas por ese Niño imbécil–
- ¿ya trajiste al Alemán aquí? Digo, ya que París es parís–
Chasquea la lengua .
- Sabes que lo conocí aquí–
- Es verdad, y yo que me creí el único amante–
- A mi nunca me trajiste a París- Añado–
- Ni a mi– Richard exclama, como es chismoso–
- No iba comer pasta en un restaurante frente a la torre, eso es cursi–
- Ah pero con el Rata–
- Estaba pasando por una enfermada– no la entiendo–
- ¿con él si hacías cosas románticas?¿y qué enfermedad?– cuestiono–
- estupidez. ¿Ya dejan de recordármelo?–
- Jamás, soy rencoroso– Eleanor imita a Pável– No solo él tenía unos grandes cuerno, también yo–
- Yo los tenía más grandes– Pável me da la razón palmeando mi hombro–
- No digas nada, Sam–
- Que no te intimide, Monstruo–
- cuando...– guardo silencio, dios quiera Eleanor jamás se le ocurra embarazarse del ruso– No quiero terminar como Richard–
- ¿qué yo qué?– Richard se detiene un momento para mirarnos–
- Eric está con los niños cerca de aquí, tienen hambre. Si quieren pueden ir a la torre y nos vemos más tarde– Anuncia y sugiere a la pareja–
- Yo igual tengo hambre– Richard mira a su novia–
- Eric es dueño de un par restaurantes con vista a la torre, te enviaré ubicación–
- Dudo Richard quiera algo así de romántico– Alicia gira sus ojos– Podemos comer con ustedes–
- Que raro, de los tres era el insoportable romántico– Pável lo molesta–
- Los tres son terribles respecto a romance–
- Oye yo no– me ofendo por lo que dice Eleanor, comienza a caminar y la sigo–
- Romántico el francés– Pável insiste en recordar a ese Niño estúpido– hasta te ibas a casar con él–
- Eso no es verdad–
- Lo es, le regresas...–
Se detiene, ¿espera qué?
- Tú ganas–
Pável sonríe triunfador.
- Gracias, muñeca–
Le gira los ojos.
- ¿pues tú qué tanto sabes?–
- Bue...–
- No sabe nada– Eleanor me espera y me jala de la mano–
- Eso me dice que si–
- solo está molestando– se abraza a mi brazo– creo que dejaste muy claro hace muchos años a quien debí elegir ¿No, papi?–
Le creo, siempre le creo a mi conejita. Ese tono de voz que solo usa conmigo hace que le crea.
No tardaron en llegar a una pequeña plaza. En una banca está Eric con Narcisse en las piernas, me comienzo a preocupar cuando no veo a Oliver.
- ¡mami!– El Niño es bajado por su abuelo y sale a como puede corriendo hacia su madre, quien lo levanta y besa–
- ¿y Lio?–
- compra historietas. Ahí viene– volteo a dónde Eric nos señala con la mirada. Puede tener nueve, pero es lo bastante pequeño para seguir aparentando los seis, viene totalmente distraído con lo que acaba de comprar, pero a pesar de esto puede percatarse de un Niño quizá de la misma edad de Narcisse que corría como loco, se detiene sin dejar de ver la historieta, deja pasar al niño y sigue su camino hasta nosotros.
- ¿es de iron man? Préstamelo– Richard se lo intenta quitar sin permiso pero Oliver es más rápido–
- Es mío y no te lo presto– suelta en francés–
- Si como digas– Richard chasquea la lengua, para empezar, ni francés sabe. Eleanor le da un leve empujón a nuestro rebelde hijo en el hombro, lo mirara mal discretamente–
- Solo un rato– Oliver se lo extiende a Richard, ha comprendido el mensaje–
- No gracias– se indigna con un Niño–
- Mami tengo hambre– Narcisse lloriquea–
- Lo sé, mi vida, ya iremos a comer–
- Abuelito dice...– El bebé acaricia los cabellos de mi esposa– Que podemos comer sopita–
Aún no paso a creer que la mujer que creí solo para mi, tenga un bebé con Richard, jamás lo vi venir, no pasó ni por un minuto la idea que podrían tener un hijo juntos, Dios, aún recuerdo cuando ese arrogante director no me quiso dar la mano cuando lo conocí, solo plasmó en su rostro esa burlona sonrisa que lo distingue y le dio su número a Ell. Si tan solo en esos momentos Yo no hubiera hecho lo que hice, estoy seguro que ese bebé tan tierno que Ell sostiene, sería mío.
- ¿quieres sopita, Lucy?–
- yo quiero ramen–
- Yo también–
Oliver niega divertido. Le dice algo a Eleanor en ruso, ella le acaricia el rostro y mi hijo como si aún tuviera los 4, se abraza a ella, con la única diferencia que ahora se amarra a ella de la cintura. Narccise es un niño bastante sentimental, así que en lugar de hacerle alguna maldad a su hermano mayor, hace todo lo posible para tocarle los cabellos.
Los dos niños comienzan a comunicarse en ruso, detesto no saber ese idioma.
- Dámelo o te harás más enana– Richard se acerca para cargar a su hijo–
- que Gracioso–
- cuándo tenga diez tendrá tu estatura– Eric se burla– Lo siento por no aportar en ello–
Esa siempre será mi duda, si Los Volkov son altos, si los Parisi son altos ¿por qué Eleanor no lo es? Su madre era lo bastante alta, al menos lo que vi en fotos. Bueno, al menos Oliver tendrá algo en común con ella, pues tiene casi los Diez y aún no parece ser un niño alto.
- ya vamos a comer. Voy por unas cosas y los alcanzo– Eleanor acaricia la espalda de nuestro hijo, el cual por poco deja de mío de no ser porque le rogué y le pedí perdón de mil maneras, lo separa de ella– quédate un rato con Samael ¿si?–
No me ha perdonado de todo después de tantos meses, tendrá mi nombre, pero desde la vez que discutimos y negué a Oliver, ya no soy " papá" y las decisiones ya no las tomamos juntos.
- ¿puedo ir contigo?–
- No, será muy rápido– le da un beso–
- ¿a dónde vas?– Cuestiono–
- debemos comprar unas cosas– Pável me responde–
- Los vemos en el restaurante que elijan–
- Mami no te vayas– Narcisse pone esos ojos de perro mojado que bien le salen–
- Si quieres vamos contigo– Richard propone dando un paso hacia ella–
- No, vamos rápido, llévalo a comer–
Veo cómo mi esposa se va con ese ruso insoportable, ¿qué podría ser tan importante?
- Yo voy a comprar agua, ya vengo– Alicia anuncia, Richard asiente. Eric se pone de pie–
- Oli, ve que no la traten mal, anda, corre–
- era más fácil sólo cuidar a un americano– Mi hijo gira los ojos y se va por donde Alicia, desde que nos hicimos amigos de Richard es un constante cuidar que no le traten horrible por ser Americano, especialmente aquí en Francia–
- Si papi es Americano, ¿yo también?– Narccise cuestiona con su acento ruso y un poco de balbuceo.
- Lamentablemente– Eric niega– Pero así te quiero–
- Eres racista conmigo ¿lo sabes? ¿Y así te importa que los demás nos mal traten?–
- A ver, el único francés que te puede insultar soy yo. Y tengo varias razones– el cómo se expresa con los ojos es la misma que la de Eleanor, ella puede ser físicamente toda una Volkov, pero ese carácter definitivamente es de una Parisi– ¿puedo hacerte una pregunta, Richard? –
- Ya la estás haciendo–
- ¿desde cuándo vas por ahí con la chica?–
Richard y yo nos miramos cómo si alguno entendiera el porqué de su respuesta.
- ¿desde cuándo salgo con ella ?–
Eric asiente
- Unos meses ¿qué tiene?–
- Mmmh nada, no hay nada de malo– Hace una mueca– solo una cosa – ¿ya se han divorciado?–
- El matrimonio que tengo con Ell es ilegal, por lo tanto inexistente, no es real– Richard le resta importancia, él es el único que cree que nos engaña, porque Dios sabe cómo la mira, yo lo sé, pueden pasar años, y este imbécil seguirá mirándola con tanto...amor.
- oh, para los Volkov si que lo es– La voz de Eric se hace un poco más seria– Tienes que divorciarte de ella, Richard. Tal vez ante la corte no tengas derechos y obligaciones como esposo , pero si ante ellos– El francés chasquea la lengua– Ya veo– lo mira, no detecto ese tipo de mirada–Entiendo tu situación, gracias a ser un niño tengo como seis hijos con cuatro mujeres diferentes–
Tal vez soy lo bastante estúpido para no entenderlo.
- No sé de qué hablas–
- Los Volkov son muy celosos del Honor de cada integrante. No permitirían una vergüenza como el saber que se le es infiel–
- ¿y qué?¿van a matarme?–
- No lo sé– Eric se encoge de hombros– pero cuando yo no respeté el mes de luto de mi esposa, me dieron una paliza– Niega– El tío de Ell me dijo que me dejaba vivo porque debía hacerme responsable de la heredera–
- Yo no tendría cabeza para sexo si se muere mi esposa– Comento, es más, seguramente yo ya no existiría–
- No es tan fácil como crees. Pero no regresé por más–
- ¿cómo diablos se enteraron?– Richard cuestiona sorprendido–
- Después que ella murió, yo quedé bajo la protección de los Volkov, aún más porque era un idiota de 25 con una niña de 4, pero bueno, me escapé un día y la escolta me descubrió, pero ellos no hicieron nada. Me enteré que ellos se enteraron cuando me golpearon hasta que se cansaron–
- auch–
- Te recomiendo ampliamente que te divorcies a como se debe–
Creo que Eleanor en algún momento nos comentó sobre lo peligroso de serle infiel, no por ella,si no por su familia–
- Es una...– Richard se corta cuando Oliver entra en nuestro campo de visión, atrás de él está Alicia–
- Si no hay excusa, hazlo– Eric toma aire– pues yo conozco un restaurante bastante tranquilo a unas cuadras, ¿caminamos o pido el auto?–
¿ por qué no le da el divorcio? ¿Amor¿entonces por qué diablos se fue? No comprendo ni una mierda. ¿Se sentía culpable? Podía darle el mundo rogándole perdón, pero no tuvo que irse y mucho menos encontrar a alguien de reemplazo.
Caminamos hasta llegar a un restaurante de ramen, noto que Oliver ya conoce el lugar por la manera que corre hasta unas puertas, al entrar donde él lo hizo lo veo sentado en una esquina, área en dónde entraríamos perfectamente todos. Veo que es el área del bar. Nos sentamos tomando el lugar que queremos. Oliver queda en medio de Eric y de mi, Narcisse entre su abuelo y Alicia y Richard en la orilla.
No tarda en llegar un mesero.
- Buenas tardes, Señor Parisi– Mira a Oliver– Príncipe– El hombre habla en francés–
- Tráenos un poco de agua–
- Señor– asiente para después irse–
- yo quería otra cosa– Richard se queja–
- esperamos a Eleanor–
- Llevamos todo el día yendo a lugares dónde te conocen ¿ya nos llevas a uno donde no? Comienza a ser aburrido– Vuelve a quejarse–
- París es mía– Eric sonríe tecleando un par de cosas en su celular– todo lo que compraste pudiste llevártelo gratis, pero embarazaste a mi hija– lo mira y regresa a su celular–
- No necesito que me regales nada.—
- Perdóname, con ese sombrero suelo olvidar que eres un respetable director, y no un granjero–
- Este sombrero vale más de lo que crees–
- Si, y los raperos usan Gucci hasta en gorras, solo te ves corriente–
Richard gira sus ojos.
- Pues así de corriente tu nieto lleva mis genes–
- Ni es tuyo– Narcisse es abrazado más por Su abuelo–
- tendrás que soportarlo el resto de tu vida, ni modos– Richard sonríe orgulloso, Eric niega, el que fue mi mejor amigo se acomoda en el gabinete pasando un brazo tras su novia, se relaja, solo le falta escupir y su cerveza por Dios, pero no niego que se vea atractivo, es sexy con ese porte de macho, podrá llevar ese sombrero, pero que la use con pantalones y camisa no lo hace parecer tan corriente como lo dice Eric.
El mesero vuelve entregándonos los vasos de agua que Eric nos pidió. A Oliver se lo entrega en un vaso decorado con unos piratas y el contenido distinto al nuestro.
- Quiero un pastel–
- ¡yo también!– Narccise se para dando pequeños saltos.
- Está bien está bien, antes que venga su madre– El mesero espera recibir la orden, Eric lo mira–
- ¿qué esperas?–
El sujeto parece tenerle miedo porque primero respinga y después se va.
- ¿ya checaste la carta?– su tono cambia al dirigirse a Alicia– Todo es muy bueno—
- Gracias, pero mejor recomiéndeme algo–
- terminarlo– Alicia ríe por la broma, es bastante ruidosa, en fin americana.
- Me gusta tu risa– Oliver sonríe tierno, que mentiroso–
- ay Gracias–
- Es lo bastante alta para que todos te escuchen y alegres su día– Me lo imaginé–
Eric le habla en ruso a mi hijo, por la mirada retadora y a la vez traviesa que tiene, me dice que lo está reprendiendo–
El mesero vuelve a regresar, entrega los pasteles y se va.
- A como lo has tratado, no dudo que hayan escupido en esos pasteles–
- No creo, así como en casa, hay gente vigilando– Oliver corrige a Richard–
- yo le pagué una vez a esas personas para que me dejaran escupirle a la comida de tu abuelo–
- ¿qué tú qué?– Eric suelta–
- Aveces eres pésimo sujeto, te lo merecías–
- Eres un cerdo, ¿sabes la cantidad de gérmenes qué hay en la saliva?–
Richard ríe
- Es broma–
- no te creo–
Veo cómo Richard se endereza en el sofá, deja de abrazar a Alicia y toma agua.
- Llegamos– Eleanor suspira, se sienta a un lado de mi– ¿qué hacen ustedes comiendo pastel?–
- Papá nos dio permiso– Oliver suelta esa gran mentira contra mi–
- ¿perdón?– ni siquiera he hablado–
- ¿en serio?– Eleanor me mira terrible, niega lentamente y me gira los ojos– Vas a comer primero–
- Pero mamá– Oliver se queja–
- Eric, yo te dije que no comieran dulces antes de comer–
- Oye, ¿yo contra los padres de los niños? No estoy de humor–
Estoy indignado. Eleanor se para para quitarle los platos.
- Oye, Eleanor, ellos prometen comerse todo– Richard siempre de consentidor– ¿verdad, niños?–
Los dos asienten.
- Está bien – le deja el plato a Narccise pero no a Oliver–
- Pero mamá...– Me mira–¿papá?–
- En un no– Ni me da tiempo de hablar, lo regaña en ruso y mi hijo ya no asunta más. Puedo ver cómo es tan orgulloso que discretamente se limpia una lágrima.
- Ya dijo que se comerá todo ¿no? Yo le creo– esto me costará muy caro, Dios sabe que jamás me perdonará haber negado a nuestro hijo, a nuestro primer hijo, y a decir verdad, fui un maldito desgraciado al pronunciar esas palabras, Oliver es más que nuestro hijo, él nos salvó, cosa que seguro ni siquiera los mellizos hubieran podido hacer. Le entrego el plato a Oliver, no sé cuál fue el regaño que le dio para hacerlo llorar, pero no lo considero Justo si a Narcisse si se lo permitió.
- Está bien, pero vas acabarte toda tu comida–
- Si, mami–
- y no se ensucien– Los dos niños asienten. Tal vez no se enojó tanto conmigo.
Media hora después ya todos estábamos comiendo.
- ¿si te haces a un lado? Me estorbas– Pável se queja–
- Hay tantas mesas y tú queriendo estar aquí–El ruso suelta algo en su idioma. – si te entendí, imbécil–
- Entonces muévete– Gruñe, Richard se acomoda liberando el espacio suficiente para que ambos estuvieran cómodos. Ahora que lo observo, puedo notar como en su cuello hay una mancha ligeramente oscura, claramente no es una mancha, y eso no lo tenía antes que se fueran.
- ¿encontraron lo que buscaban?– Cuestiono a ambos, Eleanor por un segundo detiene la cuchara en su plato–
- No– Pável me contesta sin más–
- ¿y qué buscaban? Puedo ayudarlos–
- Yo igual conozco París, Eric.–
- No es necesario, es una tontería– El ruso habla al mismo tiempo que su celular suena– una disculpa– se levanta, mira a Eleanor y le guiña un ojo mientras contesta rumbo a la salida–
Sus mejillas están ruborizadas, con el único que debería ruborizarse es conmigo. Dudo que hayan ido a buscar alguna cosa . Los celos hacen que se me quite el apetito ¿coger en cualquier lugar? Los dedos de una sola mano me bastan para contar las veces que yo y ella lo hicimos en lugares donde no se debería.
Hago a un lado el plato, que rabia. ¿Acaso me estoy volviendo aburrido? Dios, se supone que todo estaría mejor con nuestros bebés. Me arrepiento tanto de haberle engañado porque esto sería muy diferente.
- ¿no te gustó, Sami?– Eric me cuestiona, niego–
- No es eso, solo...ya no tengo ganas de más–
- Yo me lo como– Oliver arrastra el tazón, no me había percatado que estaba por acabarse el suyo–
- ¿no crees que es mucho para ti?– Eric pregunta sorprendido igual que yo.
- no venimos todo los días a París–
Eric niega divertido
- ¿qué harán esta noche? Puedo cuidar a los niños si gustan–
- yo si quiero ir a un club– Alicia anuncia, al final de cuántas se hará lo que Eleanor quiera–
- ¿no están viejos para ir de fiesta?– Dios le dio voz a esta Niño solo para molestarme, ¿o se la he dado yo? No no no, no cerrar la boca se lo aprendió de Richard–
- Lio– Eleanor lo mira –
- No tu mamá, hace un año seguías siendo adolescente. Hablo de ellos que están más cerca de la tercera edad–
- Oye, no me insultes– Richard bromea–
- No estamos tan viejos– trato de defendernos, pero tiene razón–
- El abuelo si está en su edad, él ya es abuelo. Es maduro–
- Obviamente– Eric asiente orgulloso–
- Eres muy enano para tener 10– Richard ataca–
- tengo nueve–
- Es lo mismo– Hace una mueca– enano–
- Anciano–
- debilucho–
- por fumar tanto, en 3 años ya nada te servirá. Sabes a lo que me refiero–
- Eres un nerd de lo peor. ¿Por qué dejan que lea?–
- aveces me pregunto cómo es que aún tienes dientes–
- porque me los sé cepillar, no como otros–
- ¿por qué discutes conmigo? Tengo 9 y tú 50–
- Eleanor, ¿no le vas a decir nada?–
- Oli, sabes que debes respetar a los señores, digo mayores–
- ¿Papi Richard es viejo?– Narccise habla mirando a todos–
- Más de lo que crees– Oliver Gira sus ojos–
- ¿y mami?-
- Ni siquiera nos debería de tener a nosotros–
- No entiendo–
- ¿no quieren pasar la noche juntos? París Es muy romántico de noche– Eleanor cambia de tema, creo que nadie quiere seguir siendo insultado por un niño de nueve años.
- ¿y tú cómo sabes? Oh es verdad– Siento su mirada por lo que dije–
- Pero si quieren ir a un club, hace unos meses abrí uno aquí, les daré entrada al vip–
- ¿o sea que tú no vas?– Pável cuestiona–
- No me apetece ir–
- compraste un vestido para ello– ni siquiera yo quiero ir pero apoyo a Pável –
- pero no pensaba que justamente hoy, pero vayan ustedes, yo me regresaré en tren a Inglaterra–
- Genial, yo me voy contigo, mami–
- vayamos todos a uno de Londres– Richard insiste– Y hace mucho yo no viajo en tren–
Como dije, Eleanor decidió por nosotros.
Media hora más, ya hemos salido del restaurante. Dandole gusto a Alicia, estamos en la torre.
- ¿no quieres ir a otra parte?– pregunto, después de horas de estar acompañados, Al Fin Hemos quedado solos gracias a que Eric cuida a los niños y Pável intenta ayudar.
- No–
- ¿estás molesta conmigo?–
- Si, te metes en lo que no te importa—
Me giro para poder estar frente a ella.
- ¿perdón?–
- Te dije que no te metieras respecto a mi hijo–
- Oliver es mío también–
- No me digas ¿desde cuándo?¿Cuándo viste que casi te mando al diablo? Es tuyo cuando te conviene– me reclama– No es un amuleto, Samael –
- ¿algún día más a olvidarlo? Estaba muy molesto, perdóname– Por milésima vez pido perdón–
- solo encárgate de tus hijos–
- Yo te di a ese niño–
- ¿quién lo dice?– me enfrenta–
Me molesta tanto que se niegue a perdonarme.
-él es mi hijo–
- No lo es, tú me lo dejaste muy claro, solo son los mellizos– se cruza de brazos y vuelve al frente– No deseo discutir, solo no vuelvas a creerte su padre–
- Perdón– ya no digo nada más, no puedo darme el lujo de seguir enterrándome vivo– si no quieres ir al club, podemos quedarnos en casa– me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla– ya no te enojes conmigo–
- eres horrible–
- ¿te dejé de gustar por viejo?– la jalo hacía mi–
- Sigues viéndote igual a como te conocí–
- ¿en serio?–
Asiente
- Quizá una que otra cana–
- ¡¿qué?!–
Se ríe
- Es broma, y si las tuvieras, te verías muy sexy– me acaricia el torso, ella puede tocarme y encenderme en cuestión de segundos– te amo ¿lo sabes verdad?–Eso me toma por sorpresa– ¿qué con esa cara?– me golpea levemente el pecho–
- Hace mucho no me dices eso–
- Recuerdo decirlo cuando me salían tus bebés del cuerpo–
- Pero después de eso solo dices lo tanto que me detestas–
- No digas eso , Sam, no te detesto, solo aveces me sacas de quicio– se pone de puntitas, me agacho dejando que me bese, me acaricia los cabellos provocando que suelte aire enamorado. – Te amo y mucho– susurra contra mis labios–
- No tanto como yo lo hago, conejita– restriega su nariz con la mía haciéndome sonreír como todo un niño–
- ¿quieres una cita romántica en París conmigo?–
Me enderezo.
- ¿y qué me lleves a lugares dónde llevaste a ese francés? Prefiero que no–
- Que orgulloso eres– la miro unos segundos, gruño, veo cómo a un metro de nosotros pasa una rata con dos crías tras de ella–
- Hay más que París, Déjame ser romántica una vez– la miro –
- ¿por qué? ¿Vas a morirte? ¿Por qué hasta ahora?–
- Dios mío– suspira– No Sam, solo quiero hacer algo lindo por ti. Después del cumpleaños de Narccise podemos ir solo por ahí–
- ¿qué hiciste?– No me lo paso a creer–
- Olvídalo–
- ¿solo tú y yo?–
Se para a un lado de mi y asiente.
- Como si volviéramos a ser dos solteros–
..................
A las nueve y treinta estamos arropando a Oliver después de hacerlo con los mellizos, se me es complicado creer que ya no es un niño que debíamos corretear para ducharlo y ponerle la pijama.
- ¿van a tardar?–
- Un poco– Eleanor le acaricia los cabellos de la frente– Debemos cortar esta melena –
- pero me da miedo estar solo–
- No te preocupes, el tío Sila dormirá contigo esta noche– aseguro–
- Quiero regresar a Siberia– mira a su madre– por favor–
- ¿no te gusta estar con nosotros?–
- Es que...aquí está él...el hombre malo–
- ¿no crees que estás muy grande para esas cosas Lio?– Me siento a un lado de sus pies–
- ¿cuál hombre malo?– Mi esposa cuestiona–
- No sé– Oliver mira sus manos – es que...tal vez solo son pesadillas– trata de sonreír– que se diviertan– sé que se acuerda, y Dios sabe que si estuviera en mis manos lo haría olvidar todo lo que ha sufrido–
- Duerme mi corazón, cuando despiertes ya estaremos aquí–
- Cántame–
Podrá tener 9, yo tendré más de 40, pero siempre amaremos escucharla cantar, no entiendo esa canción rusa de cuna que le canta, pero es bonita y a nuestro hijo lo logra dormir desde que tiene cuatro años.
Se termina de dormir después de unos minutos, Eleanor le da un beso en la frente.
- Sé que aún estás muy enojada conmigo por lo que dije, pero este Niño es de ambos–
- Estoy tan enojada contigo porque Oliver es idéntico a ti– me mira– Quizá no llevará tu sangre, pero es igual a ti en muchas cosas, especialmente ese carácter del demonio. Negaste a nuestro hijo–
- Por favor no creas que lo amo menos que a los mellizos. He comprendido que Oliver no es un niño adoptado y que jamás debimos llamarlo así, es nuestro–
- Lo es– se acerca a mi y yo a ella para terminar en un tierno beso– Pero te costará más que unas bonitas palabras el que te perdone– vuelve a besarme–
- Los amo–
- vamos, papi– Se levanta y camina hacia la puerta. Ese vestido no es pegado, si no por el contrario la falda corta se mueve con su caminar, se le ve un trasero que a muchos hombres les hará babear, y esa espalda descubierta pero con tirantes cruzados la hacen ver tan sexy. La sigo una vez salimos de la habitación de nuestro hijo.
- Conejito– Se detiene y se gira, invado su espacio personal– Tal vez nuestros amigos puedan esperar unos minutos más–
- ¿qué?– Le tomo de la cintura y la alzo para estar frente a mi rostro– Sam–
- Quiero hacerlo antes de irnos– la obligo a enredar sus piernas en mi cintura, ella ríe traviesa tomándome de las mejillas–
- Está bien– no tardo en encontrar nuestra habitación. La dejo en el suelo para cerrar con seguro, cuando me giro, mi joven esposa ya me ha estampado contra la pared, mi verga está más que dura en estos momentos.– hay que hacerlo rápido–
- No te prometo nada– ahora es ella quien está contra la pared, me restriego contra su trasero, suelta un leve gemido que me enciende aún más. Sin quitarle mi cuerpo de encima me desabrocho el cinturón y pantalón. No he hecho nada, pero mi respiración está pesada. Alzo su vestido y ella me da su trasero, pero que delicia. La acaricio dándome cuenta que solo está usando una tanga, jalo esa delgada tela, me separo un poco para bajarla, le doy un azote y la aprieto. Me hinco ante ella–
- ¡Papi no!–
- oh si, papi si–
Suelta un chillido cuando mi boca la tengo entre sus piernas. Me paro de nuevo, azoto su trasero haciéndola gemir.
Se restriega en mi dura erección, no dudo en sacármela porque como duele entre la tela. La pongo entre sus glúteos para poder ver lo magnifica que se ve en este precioso trasero. Mi conejito mueve su trasero pegándose más a mi, puedo sentir lo caliente de su parte íntima en toda mi entre pierna. Tomo entre mi mano mi falo, le unto de mi saliva y la guío hasta su pequeña y linda entrada, la restriego un par de veces en su humedad para después hundirme.
Me apoyo en su hombro para comenzar a enterrarme una y otra vez, detesto no tenerla cerca así que subo mi mano por su espalda hasta llegar a su cuello, la pego a mi cuerpo, al menos lo que me permite nuestras diferencias de alturas, pues deseo escucharla y que ella me escuche. La tomo con fuerza para que me dé sus labios mientras mi verga se hunde en ella, sin embargo se nos he imposible besarnos por nuestros constantes jadeos.
- Te amo, papi–
- Y yo a ti, mi conejita– la pared en dónde apoyo mi mano sabe lo tan caliente que esta mujer me pone. Por desgracia, el tiempo que tenemos es prácticamente nulo, así que apresuramos terminar.
- No adentro– suelta entre jadeos–
- ¿qué?– Estoy mareado del deseo que no comprendo lo que me dice, cuando estoy apunto de llenarla de mi líquido se separa de mi pegándose a la pared, me dejó caer sobre ella besando su mejilla– ¿por qué?– Tragó saliva a como puedo–
- No queremos más hijos ahora–
Me quita, la veo acomodarse la ropa interior.
- ¿pero si con Pável?–
- ¿en serio quieres discutir por no dejarte acabar adentro?–
- Discutiremos porque me tratas inferior a él– Gruño–
- Pável quiere un bebé tanto como tú querías a los mellizos, así que si Dios quiere, lo vamos a tener–
- Bien, pues entonces vete con ese imbécil. Yo ya no voy–
- Como quieras, Querido–
- ¡No me digas así!– Me enferma que me llame así cuando discutimos, como si me tratara como una puta. Tanto sarcasmo me hace hervir la sangre– Yo soy tu esposo–
- Él igual lo es– Se acomoda el cabello– y debo decir que es él quien menos pesares me da–
Eso me ofende. – porque tú y Richard...– Suelta un gruñido lo bastante alto– Son un dolor de cabeza–
Sale de la habitación y yo la sigo
- ¿en serio Eleanor ?¿tanto pesares te doy?–
- ¡si! Eres el peor, te lo aseguro–
- ¿si? ¿Y qué hay de ti?¿acaso eres una santa? Dime, tú me has roto el corazón más veces de lo que yo a ti–
Ríe
- Si como no. Además, esto no es competencia, pero si lo fuera, te aseguro que ganaría–
- ¿segura? Te acostabas con otros hombres mientras yo estaba muerto–
- y tú con la mujer que amas cuando tenía cáncer–
- Los dos sabemos que ya no lo tenías, y Ana está en El Pasado–
- No es sorpresa que no hayas negado que es al mujer que amas–
- No usaré filtros contigo, entiende lo que te venga en gana–
- Gracias–
- algún día vas a cansarme tanto que...– se detiene a unos metros de la escalera—
- ¿qué qué?– camina hacia mi, medirá 1.50, pero esa mirada que hace cuando se molesta más de lo normal, me hace tragar en seco– ¿vas a golpearme otra vez? ¿O harás algo peor?–
- Como te atreves a insinuar algo tan atroz–
- Entonces termina la frase–
Tomo aire.
- Vas a cansarme tanto que un día voy a robarte–
- Cuándo estaba ciegamente enamorada de ti, pude haber escuchado eso como algo tierno, pero ahora, si que es una amenaza– Comienza a bajar las escaleras–
- ¿Me desprecias tanto?¿Eleanor?–
- agh– suelta irritada, y comienza a hablar en ruso–
- Claro, porque sé bastante ruso–
Se detiene y se gira.
- Solo por una vez deja tus celos a un lado y deja de enojarte por todo, Dios mío– Me habla en el idioma que aprendí de Niño. Me sorprende lo bien que lo hace–
- Oye, eso sonó muy bien– tal vez con un cumplido pueda distraerla,
- ¿en serio? Gracias– Sonríe orgullosa–
- Ahora podrás insultarse también en mi idioma–
- Si, tengo un grandioso maes...– se corta y me entré cierre los ojos– Agh eres de lo peor–
- ¿y yo que hice?–
- Discutimos y después cuando vas perdiendo haces algo–
- lo hago para que te calles y dejes de estar de histérica conmigo– Abre su boca indignada– el que debería callarse soy yo– suspiro
– Oh. Por. Dios– Se gira lentamente para comenzar a caminar por el enorme recibidor en dirección al salón donde deberían estar todos–
Suspiro, soy un idiota, la sigo hasta el salón dónde está el televisor.
- Al fin– Richard se pone de pie–
- Samael dice que ya no va–
- No era cierto, tendrás que aguantarme lo que resta de la noche–
- ¿están discutiendo?– Richard cuestiona lo obvio–
- desde hace 4 años–
- Si te molesto tanto no voy–
- Entonces cuida a los niños–
- No voy por ti, voy por Richard–
- Bien–
- Bien–
- ¿nos vamos en mi auto?– Pável cuestiona levantándose del sofá–
- ¿en serio vas por mi?– Richard me aborda lejos de los demás– porque lo dudo–
- Fue una excusa, idiota–
- Eso es cruel–
.....................
Detestar estos lugares es lo mejor que hago, hay tantos olores mezclados, que me dan ganas de vomitar, y esas canciones a un nivel de volumen ensordecedor provoca dolor de cabeza en mi. No es el mismo club al que siempre ambos, supongo que Eleanor no llevaría a una marine al club donde venden drogas y es propiedad de su padre. A pesar que el lugar ya es lo bastante lujoso, Ell nos dirige a una puerta vigilada por dos mujeres quizá de la misma altura que yo, entramos encontrándonos con un lugar un poco menos saturado de personas y la música en un volumen en los que mis oídos se sienten agradecidos.
- La barra es libre y si quieren la música más alta háganselo saber al Dj–
- No– Pável y yo respondemos al unísono. Es lo suficiente alta para que la gente baile y podamos escucharnos entre nosotros sin la necesidad de gritar–
- Hay que quedarnos en el otro lado, se ve más divertido– Alicia habla–
- Si, donde hay como mil niños ricos transpirando y apestando el lugar– Pável dice lo que yo no iba a decir–
- esta disco es sorprendente, yo jamás hubiera podido entrar a una–
- Este club no es tan exclusivo, puede entrar cualquiera– Eleanor toma de la mano a Pável y lo jala para comenzar a caminar, la seguimos hasta llegar a donde nos sentaríamos.
- Si iban a tener esa cara, mejor ni hubieran venido– Richard nos mira–
- ¿cuál cara?– Cuestiono–
- como si estuvieran oliendo mierda–
- Yo iré al cuarto de baño–
- Te llevas a Daniel y George– Pável advierte–
- como digas– se levanta– ¿te quitas?–
- Un "un por favor " estaría mucho mejor– hago a un lado mis piernas para que pase–
La observo irse con su escolta.
- Nosotros iremos por tragos, ¿qué quieres imbécil?–
- Que te regreses a tu país–
- Te tráete pito mejor¿ y tú Sam?–
- No voy a ingerir alcohol, pero gracias–
- Te voy a traer Vodka–
- ya te...–me quedo callado cuando ha dejado claro que no va a escucharme.
- ¿vodka?– Pável me mira–
- Detesto el vodka...sin ofender–
- Te he visto tomarlo como agua–
- Por eso mismo, iré a que no lo pida antes que me embriague–
................
RICHARD.
A pesar de haberme esmerado para tener su atención, no he tenido ni una sola mirada, carajo, follamos tan bien que juré me miraría de otra forma. Toda la mañana y toda la tarde desee su atención, pero no, solo estaba en ese ruso y en mi amigo, lamentablemente ahora está sucediendo exactamente lo mismo.
Pasamos por toda la gente hasta llegar a la barra, pido los tragos y esperamos.
- Hay que ir al otro lado– Alicia me abraza por la cintura–
- ¿por qué no te gusta aquí?– Al parecer ya me he acostumbrado a venir a sitios donde el ambiente no es tan sofocante gracias a Samael. El vip de los club a donde solíamos ir era solo para charlar y beber, rara vez nos poníamos a bailar–
- Se ve aburrido, para que tu ex esté en los 20, es bastante aburrida, creí que nos llevaría a algo mejor–
- ¿mejor?– trato de no mofarme, mierda, en California íbamos a discos de mala muerte con alcohol adulterado y los baños con olor a mierda y orina–
- Si, más divertido–
- Estamos en la mejor zona de Londres, tranquila, es temprano, seguro mejora el ambiente–
- esperemos, o creeré que es una mojigata–
- ¿con poliamor y tatuada? Lo dudo– le entrego el trago que pidió cuando lo dejan sobre la barra–
- Gracias– toma un poco– no siento encajar en esto de la alta sociedad–
- Yo tardé mucho en adaptarme– Tanto tardé y tanto me adapté, que algunas cosas de mis compatriotas me molestaban al regresar a mi país–
- Muchos te siguen molestando ¿cómo lo soportas?–
- Yo también los molesto. Somos amigos–
- Pues ella debería de darles un alto–
Sonrío
- ¿no te agrada mi ex?–
- No es eso–
Regresando a quien me interesa, si ella está en el tocador y yo según por tragos, los otros dos no sospecharían que estemos juntos. Pareceré de película, tal vez hasta ridículo, pero quiero verla y tocarla con ese lindo vestido que hace su figura se marque sin necesidad de ser ajustado, mi plan era derramarme un poco de mi trago en mi camisa, pero antes que pudiera hacerlo, el destino lo hace real, haciendo que un sujeto se tropiece conmigo y me derrame el líquido en la camisa más de lo que yo lo hubiera hecho.
- Imbécil– mi primera reacción es quitármelo de alado de un empujón– Fíjate por dónde vas–
- Bueno tú no te atravieses– Me espeta, no está ebrio, o al menos no tanto porque no arrastra las palabras, solo ese acento extraño de alguna parte de Inglaterra–
- ¿en serio? tú eres el idiota que no sabe por dónde va–
- Mejor sigue con lo tuyo,Americano–
- ¿sucede algo?– Reconozco esa voz, al girarme un poco puedo ver a Samael–
- Nada, este idiota me ha mojado, pero no es nada–
- ¿es tu novio este Americano o qué?–
- Si, ¿algún problema con su nacionalidad o su orientación sexual?–
- Ah ya entiendo porqué tan marica– El sujeto se ríe, pero antes que pueda decir algo, ya esa sonrisa se ha estampado contra la barra–
- ¡Samael!– Ni de meterme, ya lo ha bañado de una botella de Whisky que tomó de dónde el Barman preparara las bebidas, la música sigue pero las personas comienzan a mirarnos, Qué vergüenza, Dios.
- Una vez más, idiota, ¿algún problema con su nacionalidad o su orientación sexual?– Lo jala de la camisa hasta ponerlo frente a mi– no me hagas repetirlo–
- ¿acaso estás loco?– la nariz del sujeto está sangrando, y creo que también su boca–
- No fue lo que te pregunté–
- Ya sam, te meterás en problemas– Insisto, la cara del tipo vuelve a estrellarse con la barra–
- ¡No! ¿Bien? ¡Ya suéltame!–
- a mi no, a él– Me lo vuelve a poner enfrente–
- No, ya, lo siento–
- Para la otra te fijas por dónde vas– lo empuja haciéndolo caer a unos metros de nosotros, toma unas servilletas de la barra y se limpia las manos– No quiero vodka y nada con alcohol–
- ¿qué...sucede contigo?– lo regaño–
- Te insultó– habla como si fuera obvio–
Miro a Alicia, está detrás de mi sorprendida.
- señor– Me tallo la frente al ver a dos guardias tras de él. Samael se gira– tendrá que acompañarnos–
Media hora después, ya estamos en las oficinas del club, Todos esperamos afuera mientras vemos a Eleanor por un cristal hablar con un hombre.
- Gracias por defenderme– Susurro para la jirafa a un lado mío, se me acerca a la oreja–
- después que me lo chuparas, debo hacerlo– le doy un codazo para que se me aparte, se ríe – sabes que detesto te molesten, aunque no seas mi amigo, lo haría por cualquier Americano imbécil–
Daniel y George pasan frente a nosotros entrando al cubículo, le entregan algo a Eleanor, no sé qué hace realmente, pero se inclina un poco para hacer algo en el escritorio. Esos dos guardaespaldas deben ser gays al no ver ni por un segundo el trasero de Eleanor. Ella se para y entrega un papel al hombre. Sonríe amable, dice un par de cosas y sale.
Suspira viéndonos. Acaricia la barbilla de Samael.
- Ya hay que irnos– ¿Dónde está el regaño?– Saldremos por la puerta de atrás. Daniel ¿traes el auto?–
El mencionado asiente para después retirarse.
- ¿no vas a decir nada?– Samael pregunta sorprendido–
- he decidido gastar toda mi herencia en comprar material que exponga al Duque de Inverness–
- ¿qué hay del sujeto? ¿No va a presentar cargos?– Pável se pone de pie—
- Eso lo veré mañana con Alex–
- ¿es un duque?– Alicia me llama en un susurro, asiento– wow–
- Lo siento– Samael se disculpa–
- Entiendo que fue con razones nobles, tranquilo–
- Pero eso no te quita lo estúpidamente irracional que fuiste– El ruso lo regaña– Hay otras maneras, puedes meterte en grandes problemas, como en París–
- ya dije que lo siento, pero Richard tiene la culpa–
- ¿perdón?– lo miró indignado–
- Si te defendieras yo no debería hacerlo–
- lo tenía bajo control–
- Si claro– se cruza de brazos– Igual ya lo hice, cómo sea–
- A quien debes pedirle disculpas es a Alicia, le arruinamos la noche–
- No nada de eso, en realidad fue emocionante– mi novia le resta importancia a lo sucedido–
- No lo dirás cuando sea costumbre– Eleanor nos da un poco de atención a cada quien. No creo que hayan sido muchas veces que algo similar suceda ¿o si?– ya te acostumbrarás, tienen diez años–
- No dudo que ya se enseñaron los penes como niños de preescolar–
- Eso solo fue una vez y en las duchas del Club–
Samael me empuja y me mira mal.
- Dijiste que jamás lo dirías–
- Tranquilo, tu verga rosada le gana a la mía–
- Señor– Al escocés se le ponen las orejas rojas avergonzado, tal vez porque entre nosotros hay una desconocida–
- Ell ya dile que deje de joderme–
- A nadie le importa el pene de Samael, menos en estos momentos– Pável me hace hervir la sangre cada vez que habla–
- No lo incomodes– Alicia me da un manotazo en el brazo–
Salimos al callejón, donde fácilmente podríamos ser asesinados por algún ladrón cual los padres de bruce Wayne. Hace un poco de frío, aún más si las mujeres entre nosotros llevan telas bastante cortas y delgadas. Eleanor se ha bañado en ríos congelados pero aún así no puedo dejar de pensar en que podría darle mi abrigo, pero lamentablemente ya no me corresponde.
Discretamente la observo, el aire le ha provocado que sus pezones se marquen en el vestido, Dios ahora está anotando en su libreta un punto más a la lista de cosas que me llevarán al infierno. Ni siquiera el frío logra que la sangre se me caliente y me recorra hasta la verga. Gracias a la distracción que Samael hace al cubrirla con su chaqueta dejo de pensar parcialmente en cómo podría chupar y morder esos pechos. Por la oscuridad nadie podrá ver qué casi se me pone dura.
- ¿dónde está ese imbécil?– Pável gruñe–
- No tardará, tranquilo, jefe–
- Que impaciente– Me quejo–
Dos minutos después, ya tenemos el auto enfrente.
- Monstruo, vendrás conmigo adelante–
- ¿yo?¿por qué?– Samael se queda con medio cuerpo afuera– Porque no quiero al idiota de copiloto–
- ¿y si yo manejo?– sugiero–
- Mi auto solo que me esté muriendo–
- No lo tomes personal– Eleanor habla adentro del auto– tampoco a mi me deja–
- como sea– malhumorado Samael termina de copiloto y yo en una tortura. ¿Por qué me gustará tanto ? No ¿por qué la amaré tanto? Si tan solo pudiera estar otra vez con ella yo no estaría viendo su escote como un adolescente. Retiro mi mirada para que no llegue a ser obvio, abrazo a mi novia pasando mi brazo tras de sus hombros, tal vez así mi mente deje de estar en Eleanor.
- ¿no hace calor?–
Claro qué hace calor niña linda, estoy que ardo de querer tenerte otra vez conmigo, obviamente hace calor porque el simple roce de tu piel con mi brazo y pierna esta volviéndome loco, tanto calor que quiero arrancarme la ropa para sentirte.
- Yo no siento calor– miento–
- Yo si– Pável prende el aire acondicionado–
- Gracias, jefe–
- De nada, muñeca–
Que fastidio de ser humano.
- ¿te molesta el aire?– Alicia me cuestiona–
- ¿no? ¿A ti?– Me acerco a ella para darle un beso. Niega acariciando mi mejilla–
- Lo digo por tu cara– susurra
- ¿cuál?– rio, no creí ser tan expresivo–
Volvemos a guardar silencio. Pienso en mis siguientes proyectos como director, me distraigo al oír a hablar a Eleanor, no le entiendo por no tener el tiempo de traducir. El auto se detiene y ella sale apresurada del auto. No cierra la puerta así que puedo escuchar como su estómago sale por su boca.
Pável como Samael se bajan, yo por el contrario no puedo hacerlo a pesar de querer, pues se supone no me interesa.
- Uy, creo que habrá un mini ruso por ahí–
Miro a Alicia sin entender su comentario– ¿no que están tratando de tener un bebé?–El estómago se me revuelve del coraje solo de pensarlo.
- Pues que tontería– niego–
- ¿si? Pues si ellos quieres – Alicia se encoge de hombros–
- A esos tres que ves allá afuera son unos pésimos padres. Ella no es apta para ser madre de otro niño– miento demostrando un poco de mi disgusto.
- A ti ya eso no te importa– me acaricia la pierna, claro que me importa, no quiero que tenga un hijo con el hombre que tanto odio, no quiero porque ella es mía. Que coraje.
- Eso está claro– Me besa, doy un pequeño brinco al sentir su mano sobre mi verga– Ali,–
-¿qué?–
- No quiero la verga parada ahora mismo–
- No me dijiste que me viera bonita– Me hace un puchero–
- ¿No te es suficiente como te miro?–Niega – Sabes que eres preciosa, y me da gusto saber ser el hombre que te folla– Sonríe ampliamente. Antes que pueda acercarme a continuar con el beso, Samael se sube y da un fuerte puertazo que casi hace tirar la puerta.
- ¿sucede algo?– Dice algo en su idioma que obviamente no entiendo. – ya veo– suelto con sarcasmo–
No tardan en subirse los otros dos.
- así que...¿un mini Pável?– los Molesto y a mi de paso–
- ¿por qué vomito y ya piensan en un bebé?— Eleanor resopla– ¿no pueden pensar que algo me hizo mal?–
- Si, no habértela tragado— Samael susurra–
- Como eres grosero— Eleanor le patea el sillón– Debí hacer que te llevara la policía–
- Si claro, como si quisieras manchar tu imagen–
– deberían darles vergüenza discutir frente a una desconocida– Pável los reprende–
- Tú mejor cállate, imbécil–
Pável levanta sus manos en rendición unos segundos para volver a ponerlas sobre el volante.
- Pues yo no me siento embarazada–
- Si no vas al doctor, no te enteras de Narccise–
- Gracias por ayudarme, Richard–
- Deberías emocionarte por mi como yo lo hice con los mellizos—
Samael lo imita demostrando lo tan maduro que puede llegar a ser cuando algo le molesta, es como ver a Oliver en un hombre de 40 años.
- Nadie dijo que si lo estoy–
- Pero si si, debería emocionarse–
Agh, solo de imaginarme a Eleanor teniendo un bebé de ese idiota me da asco.
En silencio llegamos a la propiedad.
- Iré por un vaso de agua, en un momento voy– suelto la mano de Alicia antes de comenzar a subir las escaleras, Ella asiente. Si me mirasen, podrían jurar que la estoy viendo subir, pero realmente mis ojos están en esa joven mujer que deseo tanto.
Dios me castigará por esto, pero si ella se encuentra embarazada, ojalá lo pierda, porque primero muerto a que tenga un hijo con ese maldito.