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ELEANOR
Sergei me deja la carpeta con información mientras se sienta frente a mi.
- tardes un poco, dudaré de tu eficiencia–
- Tu madre no decía lo mismo– suelta petulante–
- A mi no me endulzas  con tu pene- abro la carpeta–
- Maurice Creag Kors, nació el 4 de julio de 1983 en Edimburgo. Huérfano desde los 5 años– comienza Sergei– sus padres, Marie Kors  y Walter Creag eran ex agentes de una organización privada antiterrorista , se conocieron en los 70s en Escocia después de ser atacados por la mafia Italiana– Veo la foto de Maurice cuando era niño, sus padres están con él– su madre es estadunidenses y su padre escocés. Murieron en un ajuste de cuentas. Maurice es como Harry Potter– Dejo de ver los papeles del orfanato para mirarlo–
- ¿por qué?¿Tú ya sabes quien lo persigue?–
- Los italianos–
- ah–
- Fue enviado a un orfanato de Dundee–
- Ahí está ese horrible pueblo-
¿Por qué El padre de Samael lo mandaría tan lejos por cosas insignificantes?–
- Tiene un hermano– encuentro la foto de otro Niño, quizá de la edad de Narccise– Pero los separaron de inmediato, así que no encontré más información–
- Si sus padres eran agentes, ¿cómo saber que él no es uno?– inquiero–
- No lo creo, tiene cargos de homicidio por matar a tres policías– me señala la carpeta, la reviso, aparece un informe de la policía con la foto de un adolescente atrás algunas desagradables imágenes– tenía 13 años, salió del reformatorio unos meses  después gracias a las falta de pruebas–
- No me agrada–
- Ni a mi. En Dundee formó una pandilla llamada los Kors, robaba, asaltaba y vendía productos piratas. Busqué la conexión con tu abuela, no encontré algo específico, pero supongo que su trabajo era de chivo expiatorio–
- Eso tendré que preguntarle–
- A los 16 fue capturado de nuevo y enviado al sistema, el orfanato se vio obligado a buscarle una familia. Es así que a los 17 Kang Ji- Hu y Laurens Morrison lo adoptaron,una familia de clase media alta en Arizona—
- ¿quién adopta a un niño mayor?– aparecen los mencionados y entre ellos Maurice, por su vestimenta, es una graduación–
- lo hicieron con dos adolescentes más años atrás. No es el único. Sus hermanos adoptivos se dedican al campo–
- ¿ningún cargo sobresaliente?–
- Fue acusado de narcotráfico solo una vez en el 2005, pero no se le demostró nada. Pero frecuenta lugares donde se reúnen políticos y mafiosos americanos, es bastante cuidadoso.–
- ¿qué me recomiendas?– Cierro la carpeta–
Suspira, se relaja en la silla–
- Emile está obsesionado contigo, se volvió personal, su misión de capturar a la Bratva ya no es su prioridad, si no el capturarte a ti–
- hemos sido a cuidadosos en todo, no tiene nada–
- Lo sé, y él no sabe qué perteneces a ese círculo familiar, pero está moviendo mar y tierra para demostrar que sí. No debería estar investigándote e igual lo hace–
Tiene toda la razón.
- ¿cuál es tu punto?–
- Maurice tiene un cargo por narcotráfico, él se enterará, lo investigará y terminará poniéndote como sospechosa–
Suspiro.
- Pero, Si es cuidadoso en lo que hace, y sus negocios los hace en América, podría ser un buen aliado– añade–
Vuelvo a abrir la carpeta. Tiene un empresa dedicada a la jardinería.
-¿es jardinero?–
– si y no. Es ingeniero ambiental, con un master en botánica. Pero su empresa si bien es funcional, también la utiliza para hacer movimientos ilícitos–
- ¿por qué estabas omitiendo esa información?–
- ¿qué no está en el informe que te di? Léelo—
- Estabas dándome un resumen–
- Eso ya te lo había dicho él ¿para que repetirlo?–
Mi celular suena, es Daniels, le contesto poniéndolo en altavoz mientras guardo la carpeta en el cajón.
- ¿señorita?–
- Dime–
- No me lo vas a creer–
- Habla ya, Sabandija– Sergei y su paciencia, lo regaño con la mirada–
- Su nuevo amigo americano está aquí–
- ¿cómo dices?– tanto mi consejero como yo estamos atónitos–
- Sí, y lo peor de todo es que la torre notificó también a los señores... van a su...–
La puerta es abierta por un furioso Pável. Apago la llamada. Atrás están los otros dos. Que raro que Samael esté aquí, hace días sale muy temprano.
- ¿por qué entran como el FBI?–
- ¡Mira las cámaras principales!– me exige el ruso. No estaría como loco si ayer hubiéramos hablado, ¿Pável celoso? Eso es muy nuevo, y todo gracias a esos bebés.
- ¡voy! No me grites por Dios– abro el sistema de seguridad en mi celular. Tiene tantos huevos este tipo, que está frente al portón sentado en el cofre de su auto con un ramo de rosas a un costado, fuma tranquilo sin importar que tiene a dos de mis soldados armados vigilándolo. No veo a nadie más, vino solo. Alza la mirada a una de las cámaras, sus labios se mueven, enciendo el Audio.
- ¡¿No vas a abrirme, bebé?!¡traje rosas para ti!–
- Que fastidiosos son los americanos– Sergei se levanta– Lo echaré–
Dios ¿por qué?¿por qué a mi?–
- Hay una explicación para esto– Veo a los tres hombres que me juzgan–
- ¿sí? ¡Pues quiero oírla!– Pável habla, Richard detiene el andar de Sergei–
- Queremos conocer a tu amante– Rick ordena, Sergei solo obedece cuando le conviene, asiente  y se va.
- Tú me prometiste algo– Samael no parece enojado, en sus ojos hay decepción–
- Sam, puedo explicarlo...–
- ¡No! ¡Estoy harto!– Suelta irritado– ¡no tengo tiempo para tus tontas explicaciones!– Sus orejas se enrojecen, su enojo se mezcla con tristeza, lo sé por su mirada–
- Sam...–
- Basta– me calla negando con su cabeza, toma aire reteniendo las lágrimas– Yo ya no puedo, Eleanor– Su voz se quiebra– Quiero el divorcio–
Se da la media vuelta para marcharse
- ¡Sam, esto es un mal entendido!¿a dónde vas?!– Exijo preocupada ¿divorcio?
- ¡como si te importara!– se regresa– ¡de haber sabido que esto sería así, me hubiera muerto!– Eso me duele, yo no podría estar sin él.– ¡te aseguro que estarías mucho mejor! ¡Debiste dejar Que muriera!–
- Oye, Sam, creo que deberías...–
- ¡no me toques!– Empuja a Richard, está alterado– No pretendas que te importo, que eso es ¡mentira!¡déjame en paz!¡¿Oíste?!–
No digo nada, asiento con la cabeza, lo último que quiero es que esto termine peor. Cierro los ojos al escuchar la puerta ser terriblemente azotada.
- ¿ves lo que provocas que seas u...–
Alzo la mano para que Rick no termine de hablar-
- A ustedes no les voy a permitir un númerito– advierto– Ese es el jefe de los Kors, y no es mi amante. Lo conocí hace una semana, no lo conozco. Tuve una simple comida con él–
- Te dice bebé y te trajo rosas- Pável se acerca sin creerme– Invéntate algo mejor–
- Es la verdad. Me dio su número y dirección, le dije que yo le llamaría, pero no lo hice–explico-
- ¿y fuiste tan estúpida de darle la dirección de nuestra casa?–
- No insultes mi inteligencia, Pável. No sé cómo la averiguó–
- ¿no sabes?– regaña–
- ¡no!– Gruño– No estuve con él ni una hora. En lugar de sentir celos, deberían preocuparse. Un pandillero del cual conozco sólo su nombre, está en nuestra casa– regreso atrás de mi escritorio para sacar otra vez la carpeta– Sergei investigó esto– La deslizó sobre la mesa– Los dos hombres me miran con desconfianza, se acercan–
- ¿por qué te trajo rosas ?– Richard insiste–
- Porque quiere coger con ella ¿que no es obvio, imbécil?–
Giro mis ojos, Richard se cruza de brazos.
- Los hombres te caen del cielo–
- Eso no significa que a cualquiera le haré caso, Rick–
- Eso es cuestionable, le hiciste caso a esta escoria- Me señala a Pável con la cabeza, niego, él hace lo mismo regañándome con la mirada, se acerca a leer con Pável- 
- No lo conocemos, traten de ser educados–
- Te creo – Pável alza el rostro para mirarme– No puedo culparte por ser bonita y tener pretendientes–
- Gracias-
- Sí...pero debes entender que ver a un tipo trayéndote rosas no es algo que quiera ver- Richard relaja el rostro– pensé lo peor-
- Son unos tontos–
- Debiste decirme que lo verías, muñeca ¿qué tal es un loco?–
- Bueno...–
- Muñeca, esto es serio– se me acerca después de días de discusión, debo confesar que ha sido mi culpa, él me ha buscado y yo lo he evitado–
- Sí, ¿por qué no recibimos al tipo?– Richard se interpone– ¿no crees imbécil?–
Pável resopla regresando a los papeles.
- Tratémoslo como un socio– Aparto a Richard – Y por ningún motivo digan que son mis esposos. Es por seguridad–
- Pues a mi me evitas, es como si ya no lo fuera- Suelta en ruso ojeando la carpeta–
Necesito deshacerme de este tipo lo antes posible, Sam se ha ido quien sabe donde alterado, y todo por la culpa de un tonto mal entendido.
- ah, y no estoy celoso-
- ¿no?–
- No, solo me hiere que vayas a estar con otro mientras a mi me tienes plantado– cierra la carpeta enderezándose– Deber ser bueno escondiéndose, tu escolta no se dio cuenta que te seguía-
- Sam debió esperarse a tu explicación– Asiento con una mueca– Perdón por dudar de ti– Richard es dulce, acepta su error dándome un beso en la mejilla–
La puerta es tocada, George entra.
- Está afuera– disimula una sonrisa¿qué diablos es gracioso?–
- En un momento vamos– Pável suspira– Seguro querrá hablar contigo a solas, prométeme tenerme al tanto–
- No tengo nada que esconder. Hablamos y hablaremos exclusivamente de los movimientos en Escocia—
- Está bien–
- No me cambies– Richard se sienta en el escritorio cruzado de brazos–
- Vamos– Le sobo el brazo.
¿Qué rayos le pasará a Samael? Tal vez sea porque está enfermo. Eso lo tiene mal hace días, y el pobre por mi culpa debe trabajar con el señor Collins. Carajo.
Al salir de la casa me topo con el pandillero apoyado en la puerta de su auto, tiene el teléfono en la oreja y unos lentes de sol. Alza la mirada, sonríe y guarda el aparato.
- ¡bebé Volkov!— alzo la mano como saludo, abre la puerta del auto y saca las rosas– ¡son para ti!-
No soy grosera, bajo las escaleras con dos hombres tras de mi.
- Que largas escaleras– Bromea extendiéndome la rosas–
- No tenías que molestarte– las recibo, el olor es delicioso–
- Estuve esperando tu llamada, ¿se te dañó el teléfono?–
- ¿por qué estás aquí?¿cómo supiste dónde vivía?– cuestiono–
- Te seguí– Sonríe– Bueno, uno de mis hombres. Pasaron los tres días que te dije–
- Y yo te dije que llamaría ¿por que rayos me seguiste?–
- ¿por qué rayos no me diste tu número? ¡Tu casa es increíble!– cierra la puerta del auto– me sentí como si llegara a muy muy lejano–
Mira a todos lados con las manos en el cinturón– ¿por qué no me presentas a los que me ven como si fuera una puta barata?– deja de mirar a los árboles para barrer despectivo a mis acompañantes–
- Pável– señalo al ruso– Y Richard. Trabajan conmigo–
- No lo dudo– Se quita los lentes– Tú debes ser el que le susurra cosas al oído – Mira a Pável y después a Richard– Y tú de seguro el matón, mira esa cicatriz, a qué te la hiciste luchando con un mafioso loco. Contigo no me meto–
No podía estar más equivocado, Richard no es ningún matón.
- lo olvidaba– resopla golpeándose levemente la cabeza– ¿y tu esposo? Te googlee, La única hija de Eric Parisi está casado con un maestro, ¿Samael Ryman no?–
- No es un maestro, es un catedrático de Cambridge– Richard me roba las palabras–
- ¡un compatriota! ¡Diablos! Ahora eres más interesante– Veo a Richard, tiene cara de pocos amigos– De seguro eres un ex marino prófugo por traidor que ahora trabaja para la mafia rusa ¡estupendo!–
Sonrío divertida.
- Y su cicatriz es porque luchó contra un oso en Siberia–
- ¡¿no?!–
- A puño limpio– agrego–
- ¡mierda! Si que los tienes grandes eh– Niega divertido– ¿me vas a tener aquí? Tenemos una charla pendiente–
- ¿ una cerveza?- Sugiero–
- No gracias, no tomo alcohol . Pero te acepto cualquier cosa– Es encantador, pero no como mi Americano. Me alienta a que camina señalándome con su mano las escaleras. Asiento como un Gracias.
- Espero te hayan gustado las rosas–
- Sí, son hermosas, y tienen un olor muy rico–
Sonríe
- También espero que tu esposo no se moleste ¿dónde me dijiste que se encontraba?–
¿Molestarse? Por culpa tuya me ha pedido el divorcio
- No...está en el trabajo– Pável abre la puerta–
- Wow– El hombre da una vuelta entera sobre él mismo encantado por el vestíbulo– Es bonita y enorme–
- Buenas tardes– Alfred aparece educado como siempre–
- ¡y tienes un mayordomo!–
- ¿eres pobre?– Pável cuestiona, le golpeo disimuladamente la pierna– Humilde...perdón–
- Pues a comparación de ella, definitivamente yo vivo en una choza. Tengo a un Niles, No a un Alfred–
Richard se ríe.
- Bonitas rosas, señorita. Supongo que las trajo su amigo– Mira mal a Pável y Richard, me las quita– Las pondré en un florero–
- Gracias, Por favor prepara bocadillos y llévalos al jardín interior–
- Con gusto–
Seguimos caminando.
- ¿qué su esposo no le da rosas?–Que incomoda pregunta, siendo la mirada de dos tipos esperando mi respuesta–
- Aveces–
- ¿aveces? Debería darte todo los días–
- Si no fuera alérgica a todo lo romántico, tal vez lo haría– Pável habla como si él fuera don cupido, don romanticismo–
- Yo no soy alérgica a eso–
- yo soy un romántico que hasta doy asco– Comenta llevándose las manos a la espalda– tú pareces ser una romántica–
Escucho como Richard y Pável resoplan.
- Soy romántica– aseguro– Y mucho–
- ¿sí?–
- sí, pero no me apetece hablar de ello– Carraspeo incomoda, la gata de Oliver aparece erizándose asustada–
- Que lindo gatito– Se adelanta Para tomarla en brazos.
Circe igual a Oliver.
- ¡oye no la levantes!–  mi hijo sale de una puerta.
- Oh, lo siento amiguito– se la entrega a mi hijo–
- Oliver no seas grosero–
Mi hijo parece Blanca Nieves, así que en dos segundo su torpe perra tropieza con la mesa, cierro los ojos cuando veo una estatuilla tambaleándose, pero no escucho el estruendo, los abro viendo que Maurice la a tomado antes que cayera. Tiene buenos reflejos.
- Que cachorro– lo deja en su lugar– ¿puedo acariciarla?–
- Si no te arranca la mano– Que se haya vuelto una fusión entre Sam y Rick se está volviendo un problema. La perra se deja acariciar.
Cuando aparece el lobo tras de Oliver, Maurice retrocede un paso.
- ¿Eso es un...lobo?–
- pero no hace nada– Tranquilizo, pero ver la diferencia de tamaño con la dóberman y el otro animal, comienzo a entender que las nanas le tengan miedo. El animal rodea a Oliver haciendo que Maurice se aleje más, el lobo es enorme a comparación de cualquier perro.
El animal es arrollado por la perra, comenzando  a jugar por el pasillo.
- Vaquero, llévate a tu zoológico a otro lado–
- Quiero ir con ustedes, no voy a interrumpir– Me pone esos ojos de Niño con hambre de un mes.
- Mientras no me coma tu mascota, no veo el problema– Maurice se encoge de hombros–
Le resto importancia, el jardín es suficiente grande para que juegue en otra parte.
Cuando pasamos los pasillos con los ventanales que dejan ver el lago, al fin llegamos al jardín interior. Nos sentamos en un área que tiene una mesa y algunas sillas. Oliver se aparta jugando con sus mascotas. Increíble que el lobo no se haya comido a las otras dos.
- No mencionaste que tenías un hijo...¿cuántos años tiene?–  mira a Oliver unos segundos y después a mi– sé que te googlee, pero quería saberlo de ti–
Eso de ocultar a nuestra descendencia no es algo que podemos hacer los Volkov, pues comúnmente nos hacemos de una carrera pública, así que, quedan expuestos a cualquiera de nuestros enemigos. Especialmente los míos, pues no solo son conocidos por ser Volkov, si no también Parisi y hasta Davies.
Maldito internet.
- Cuándo hablo de negocios no tengo porqué hablar de mi familia– carraspeo, busco en mi ropa cigarrillos pero mi vestido no tiene más que un bolso, era mi celular o la cigarrera– Tiene 9–
- ¿y tú?–
- 22 – Pável, quien está a mi izquierda me entrega un cilindro de tabaco– ¿por qué?–
Mi esposo ruso prende mi cigarrillo y después el suyo, ofrece por último al americano, con gusto toma uno, saca su propio mechero.
- ¿lo tuviste a los...trece?–
- Sí–
- ¿que bárbaro se atrevió hacerlo con una niña?– Suelta sorprendido–
- No hablemos de mi vida privada– Sentencio– ¿hablamos de Escocia?–
- Sí, lo siento. Pero es lindo...y parece que tiene rabia– sonríe– ¿ellos pueden escuchar, verdad?–
- Sí–
- Perfecto– saca el humo hacia un lado– Ya que no me llamaste, decidí ir por mi cuenta–
- Ajá–
- Dijiste en las tierras altas, no especificaste dónde pero comencé por Inverness, conseguí el nombre de un sacerdote, fui a verlo y me dijo que él no tenía nada que ver. Registré su iglesia y nada. Ahora me siento mal por golpearlo, pero me confesé–
- ¿con el mismo?– Richard cuestiona–
- Sí, no iría a otra iglesia. Me dio tres Padre nuestro–
- Eso fue poco–
-¿sí verdad? Bueno eso le entendí–
- al punto– Miro a Richard, gesticula un " qué?"–
- Ah si, pero el otro sacerdote  me dijo que unas niñas le dijeron que en Dundee habían sitios de prostitución, así que pensé que ahí te referías–
- sí, era ahí–
- Bueno, conseguí el nombre de otro sacerdote– Por favor que no diga el que creo que es– Resulta que El padre Ned era uno de los vendedores, conocía a Ramsey–
- ¿qué más te dijo?-
- No esperé a que me dijera más, lo maté–
- ¿por qué? Pudimos saber de otros–
-¿y dónde quedaría la emoción de ser como Sherlock Holmes?– Me tallo las sienes.– Pero antes me dijo los nombres de tres más. El padre Santiago, Hall y Leonel. Todos del norte al parecer–
¡Leonel!
- dijo que ellos volvieron con el negocio hace cuatro años– Sigue–
- Ramsey pudo ser el culpable que salieran a la luz– Comento–
- Sí, es un hecho. Encontré archivos viejos y recientes en esa iglesia–
- Entonces los demás sacerdotes no estarán muy lejos–
- No. supongo que no. Esos tres deben tener nuevas víctimas anexadas a las Biblias Blancas. Lastimosamente, me encontré con la sorpresa que muchos adolescentes lo hacen con gusto–
- Eso no quita el hecho de ser víctimas. Estoy segura que no todos lo disfrutan– me rasco la frente nerviosa, ¿con qué derecho digo eso?–
- En mis tiempo la iglesia solo prostituía niños y niñas, pero ¿venderlos como cerdos? Eso es mucho para simples sacerdotes–
Le doy la razón. Callamos un momento mientras nos traen los bocadillos.
- Ramsey era el único que hacía cargamentos– Apago el cigarrillo– déjame encontrar a los otros tres–
- Yo iré contigo–
- como desees. Envíame la dirección de la iglesia, las demás no deben estar lejos. Estoy segura que los cuatro trabajaban juntos–
- ¿ya me das tu número?–
Asiento, le escribo un mensaje, su celular suena-
- listo–
Come uno de Los panecillos, mientras teclea algo en el celular, suena un mensaje en el mío.
Leo, casi me ahogo con mi propio saliva, Thurso.
Creo que mis fuentes no estaban tan equivocadas después de todo.
- ¿qué son las biblias blancas?– Pável cuestiona–
- Un catalogó. Ahí está la foto y la información de cada Niño y adolescente– explica–
- ¿y tú cómo sabes eso?– Richard habla–
- Uno de mis amigos terminó ahí– Toma de la soda– Era de esos niños bonitos, nos contó lo que el sacerdote de nuestra iglesia lo obliga a hacer...pero se mató meses después–
- Lo siento– No sé qué más decir–
- Le dije a tu abuela, pero ella dijo que no era su asunto, por eso no me agradaba–
- trabajabas como ella–
- La comida del orfanato era asquerosa, y ella me daba trabajo. Aveces el orgullo hay que dejarlo a un lado para sobrevivir–
- No lo comprendo, dijiste que ella mató a sacerdotes–
Asiente limpiándose la comisura de los labios con los dedos.
- claro, a violadores, no a proxenetas. Después me enteré que ella recibía parte de las ganancias– No puedo juzgarla, yo sigo los mismos pasos, quizá trato de mejorar, pero eso no me hace menos culpable–
- los compradores deben ser millonarios, solo ellos podrían pagar por niños– Veo a mi hijo ser aplastado por sus animales, me destrozaría saber que le ha pasado algo igual y no dudaría de darle una muerte lenta a quien se le ocurrió ponerle una mano encima. Le tengo tanto miedo al karma o a los castigos divinos, que cuidar de mis hijos es lo que me mantiene alerta cada día– Que enfermos–
- Encontrarlos sería desperdiciar tiempo. Podría ser cualquier rico–
- Hay monjas en iglesias y orfanatos ¿cómo no han dicho nada a las autoridades?– Richard habla asqueado por la conversación– Deberían estar todos tras las rejas–
- Parece fácil, pero el sistema es corrupto– Maurice vuelve a tomar de su soda–Espero te haya servido la información–
- Te lo agradezco. Claro que es de gran ayuda–
- ¿ya vas a decirme porqué tanto interés?No tienes ningún negocio en Escocia–
- Hay que haber mérito con Dios– Sonrío– Señor Morrison, aveces hay que destruir el imperio de otros para construir el propio– Suspiro– Además, soy una católica que no falta los domingos a misa, la iglesia merece ser castigada en la tierra por tan terrible crimen–
- Me parece una excelente respuesta, pero no soy estúpido– Niega con su mano– No soy de los que presionan, te daré tiempo para que me digas–
- ¿No? Se apareció en mi casa, eso es presionar–
- Bueno, tenía la información y quería dártela. Espero ahora si podamos ir juntos a Escocia–
- Es lo mínimo que puedo hacer–
- ¿tu esposo viene pronto? Quiero conocerlo–
- Samael está trabajando– Responde Pável– ¿cuál es tu insistencia?—
Se encoge de hombros
- Es el esposo de mi nueva socia–
- Ya será el momento que se conozcan–
Se relaja en la silla Provocando que su camisa se habrá más. Es sexy el maldito, las venas de sus brazos se marcan, y sus músculos tensan la tela arremangada hasta los codos.
- ¿en serio no tienes miedo que el lobo de coma a tu hijo?– Dejo de admirarlo–
- Esperemos nunca pase–
Le tengo más temor al tigre, que a pesar estar acostumbrado a las personas, siempre será un animal salvaje.
- ¡al fin!– La voz de Serkan se escucha a los lejos, me giro para verlo, viene tan altanero como su padre– buen día– dice rápido–
- Estamos trabajando– Pável advierte–
- pero Lucifer está aquí– lo señala–  y no es contigo, es con mamá– Gira los ojos– Me preguntaba si puedo traer a unos amigos de las clases de Francés–
- Si tu padre no tiene algún inconveniente, adelante– Asiento–
- Gracias– se marcha sin esperar respuesta de Pável, Oliver y él se juegan la medalla del hijo que más rezonga.
- ¿ese igual es tuyo?–
- Solo que lo haya tenido a los 4 años. Me dice así de broma–
- ¿y de quien se supone que es?–
- Mío– aparto el plato de bocadillos que no he tocado– Señor Morrison, su visita a pesar de ser inesperada, fue agradable, pero tengo asuntos pendientes–
- sí, lo siento. Solo quisiera tener un momento a solas contigo-
- ¿por qué lo quisieras?– Pável espeta– Todo lo podemos escuchar nosotros–
- No todo, hay cosas entre los jefes que no pueden ser escuchados por los sirvientes– el americano saca las garras, Pável intenta pararse pero le detengo poniendo una mano en su pecho–
- Solo un minuto– Los dos hombres a mis lados se paran de mala gana, se retiran hasta llegar con Oliver– No insultes a mis hombres en mi propia casa–
- Bebé Volkov, ¿realmente tienes esposo?– suaviza su mirada oscura– Debo confesar que me ha decepcionado esa información–
- ¿por qué debería?– hago una mueca–
- Bueno, no eres una mujer desagradable a la vista, y mucho menos cuando se charla contigo...si yo tuviera una oportunidad...– carraspea esperando respuesta–
Si bueno, con tres esposos celosos, nadie.
- Señor Morrison..–
- Maurice–
- Maurice– afirmo– Me alagas, eres un hombre apuesto, pero he hablado contigo dos veces y peor aún, soy casada–
Se ríe
- No estoy pidiendo que lo dejes, y mucho menso que seas mi novia. Hablo de polvos–
Río nerviosa
- Dijo que una amistad entre nosotros no funcionaría–
Se rasca el cuello
- Sé lo que dije, casi te doblo la edad, pero...–
- No señor Maurice– Lo corto – espero esta charla no interfiera en nuestro negocio–
- ¿Segura?–
Me molesta, por cosas cómo estas, Pável siempre dice que es mi esposo, de lo contrario los hombres intentan algo más.
- Le pediré que se retire– me levanto, él hace lo mismo–
- No se moleste conmigo–
- Intento que me respeten señor Morrison. Lo creí diferente a los otros con los que me he topado. Follar no está entre los términos de mis negocios–
- Yo la respeto, jamás he denigrado su trabajo, de hecho, me parece fascinante que las tenga tan grandes para dedicarse a esto– chasquea la lengua– Tomaré su negativa, le aseguro que todo seguirá igual, no fue mi intención ofender su honor– Se disculpa–
- Gracias. Lo llevaré a su auto–
Diez minutos después regreso al patio. Que idiota.
Oliver ya no está, pero si los dos hombres, me miran hasta que llego con ellos.
- ¿qué te dijo?– Richard cuestiona curioso más que enfadado. Resoplo. Si le digo a estos dos que intentó algo, no me dejaran trabajar en paz–
- Quiere que en las siguientes visitas a Escocia ustedes nos vayan–
- Está loco– el ruso protesta–
- Para que no llamemos la atención en caso que hayan más personas involucradas. Pero le dije que no lo permitirías– Miro a Richard– Tú no vas de todas formas–
- ¿por qué no?–
- Porque no. Los expuse ¿qué si es un loco?–
- No fue tu culpa, debería matar a tus guardaespaldas–
- Pável, mi escolta es la mejor, pero tal vez este tipo sea mucho mejor escondiéndose– 
- A me no me agrada que haya otro americano en tu vida–
- A nosotros no nos agradas ¿crees que estamos para otro imbécil?–
- Idiota– Richard gruñe– Tengo cosas que hacer después de ir a vomitar, luego te veo— me da un beso en la mejilla y se larga sin más ¿qué prisa tendrá? Lo veo desaparecer en segundos.
- ¿ya podemos hablar?– mi atención ahora la tiene el ruso de ojos azules, el tatuaje que tiene a un costado cada vez está menos presente gracias a mis insistencias, lo último que quiero es que sea identificado fácilmente por ese dragón–
- Lo siento, prometí que ayer lo haría–
- Antier, pero no estamos para contar los días–
Mierda, inconscientemente evito esta charla, ayer estuve en la oficina todo el día, que por cierto no hay noticias de ese viejo Collins. Solo Me roba a mi esposo para satisfacer su fanatismo a Dante, le voy a sugerir le cobre por hora.
- Perdón ¿vamos a alguna habitación?–
- Como digas–
Entramos a la más próxima. He aceptado tener esta absurda conversación porque Eric me dio una extensa charla de la importancia de tener contentos a todos mis esposos y de mi obligación de darles bebés. Terminando con un " fuiste tú la que decidiste tener tres esposos, ahora te jodes y aceptas a tus hijos"
Por un momento creí que estaba en otro universo en el cual había dejado a mi esposa embarazada y me negaba a reconocerlos. No dejé que terminara con sus regaños, pero para mi fue suficiente. Pável no tenía derecho a hacer lo que hizo, pero él desea un hijo conmigo, y Dios se negó a dárnoslo. Cada vez que quedaba embarazada, no pasaba el primer mes para que mi cuerpo lo expulsara. Le sufrimos a cada uno, fallamos tanto que nuestra química comenzó a desvanecerse.
Pável no es sentimental, es un maldito y que ahora lo sea me enerva, era con el único con el que no me preocupaba de cosas tan banales. Lastimosamente, Pável parece que cayó en esa basura del amor.
- Yo...–
- Déjame hablar– Lo interrumpo, me voy a la ventana pensando lo que voy a decir– No sé cómo disculparme– Juego con el respaldo de unas de las sillas– No debí tratarte como lo hice, fui egoísta, arrogante y maldita contigo. Yo minimicé tus deseos y sentimientos– Lo miro, pocas veces he visto a Pável mirar al suelo–
- Yo no debí hacerlo a tus espaldas...solo pensé que te agradaría–
Solo a él se le ocurre
- Mi reacción no fue la mejor, solo...fue inesperado– me acerco a él, tener esposos que casi me doblan de estatura es aveces irritante, lo hago sentar en uno de los sofá. Me hinco ante él tomando su mano– perdón, jefe– sus ojos están rosados. Suspiro– Esto jamás volverá a pasar–
- Solo quiero saber ¿por qué con ellos si quisiste y conmigo no?–
- no digas eso, Pável. Intentamos tener a nuestro bebé por meses– me defiendo–
- No lo entiendo, muñeca ¿qué es lo qué pasa?¿por qué no podemos tener un bebé? No lo entiendo– Ni siquiera yo lo hago–
- Dios me estará castigando, Pável...y por mi culpa sufres– beso su mano– Por favor no pienses que yo lo he provocado, has sido testigo de mi felicidad y de mi pena–No dice nada– Sé que mi reacción ha provocado sospechas en ti, pero lo que dije e hice fue impulso de mi enfado, quería llevar a nuestros bebés...No que otra me robara todos esos momentos...quería que tú me consintieras y dijeras que me veía hermosa a pesar de parecer ballena–
- Jamás pensaría algo así de ti, muñeca– me acaricia el torso de la mano con su pulgar– No es Justo que deseáramos tanto un hijo y no poder recibirlo. Estaba tan desesperado,perdóname–
- Tranquilo, aquí la única que debe disculparse soy yo. Tendremos a esos bebés, y te aseguro que algún día llevaré uno en mi vientre–
Sonríe un poco, pero se le desvanece en segundos.
- No quiero obligarte a nada, podemos interrumpirlo–
- No seas tonto, esos bebés son nuestros– Le acarició las barbilla– Serán rubios como tú–
- ¿Eso crees?–
- Y guapos con esos bellos ojos azules que tienes– le sobo las piernas– jefe, el primer Niño que nazca, será dueño de toda Rusia. Será invencible–
- ¿de verdad los amarás como a tus otros hijos?–
- Son mis hijos, nuestros hijos ¿por qué serían diferentes?– Me aparta la mirada a dirección de la puerta. Le tomo de la mejilla para que me mira– Jefe, nosotros no somos esto–
- ¿a qué te refieres con eso?– su ceño de frunces, tomo aire–
- Nosotros somos más que las estupideces de un romance– me levanto– Tú y yo somos todo menos eso–
- Tal vez quiero un poco de eso – Susurra avergonzado, Pável provoca todo, menos ternura, pero ahora lo está haciendo.
- Perdóname jefe, aveces olvido que no estás hecho de metal– me siento en sus piernas– Pero debo recordarte que fuiste tú el que me limitaste en muchas cosas–
Asiente atrayéndome más a él.
- Me gusta lo que tenemos, siento mucho que haya sido amenazado por un deseo que no se cumplía–
- No somos los primeros en sufrir este obstáculo en nuestros matrimonio, y no seremos los últimos– le besó la mejilla– lo hemos resuelto, espero todo regrese a la normalidad. Te extraño, jefe–
Sonríe acariciando mi mejilla con su nariz
- y yo a ti muñeca– arrastra su mano desde mi muslo hasta mi rostro, espero el beso, pero me sorprende enredando sus dedos en mi cabello y jalándolo– demasiado– sonrío sintiendo sus labios en mi cuello, su otra mano la pasea por mis tetas dejándola en mis muslos.
¡Arde!
- No seré de metal, pero me la pones así de dura– Suelto una risita, su dureza brinca debajo de mi– ¿podemos hacerlo?– acaricia mi cabello, cruzamos miradas, asiento—
Gracias a Dios, mi periodo solo dura tres días.
Me quito de encima, observa Atento como me quito la ropa interior. El bulto entre sus piernas me humedece. Se lo toca ofreciéndomelo, apoya sus brazos en la silla esperándome. Sus ojos azules me observan, se detiene en mis ojos cuando estoy frente a él.
- Tus ojos son lo más bonito que los míos han visto– No sé que decir ante eso, suelo olvidar que más allá del mafioso ruso, también está el que dirige obras llenas de cursilerías. Odio tanto que se haya enamorado, pues yo detesto ser amada, no quiero que me amen. El amor solo es una ilusión que en poco tiempo se esfuma. Se quiere acercar a mi a alguna estupidez que no deseo averiguar, lo empujo montándolo a como puedo, la silla es incomoda.
Le arrebato un beso que lo toma con sorpresa.
- Muñeca– Susurra apartándome– Quiero...quiero que sea lento...hoy–
Giro mis ojos sin que lo note . No estoy para follar de a misionero. Me levanto.
- he olvidado que debo ir a Londres– Me pongo la ropa interior–
- ¿a qué?– se pone de pie, su altura me obliga a levantar la cabeza para ver su cara. Niego terminando de acomodar mi ropa–
- Hay un nuevo autor en la editorial, reviso su manuscrito– No es mentira, pero podría hacerlo aquí en casa–
- Voy contigo, podemos cenar juntos–
- No, jefe. Recuerdo haberte escuchado que irás a Rusia– le arreglo la camisa que yo arrugué apartándole la mirada– Tu esposa debe necesitarte–
- Ex esposa–
- Como sea–
- No desconfíes de mi. Sabes que...–
- Pável– lo detento, a mis veintidós años, estoy harta de las explicaciones– Yo no desconfío de ti– Sonrío– Debo irme– Me toma del brazo–
- No has pedido mi ayuda ¿me cambiaste por ese americano? ¿Ahora trabajas con él?–
- Simplemente no he necesitado ayuda– Me quito de su agarre pero lo vuelve a hacer–
- si dejas de necesitarme para negocios, entonces terminarás conmigo...te aburriré–
- Jefe por Dios...–
- ¡Es verdad!– me suelta– Nos casamos por interés ¿lo recuerdas? Así que no mientas cuando dices quererme– dice entre dientes– ¿crees que soy ciego?¡dime!¡¿lo crees?!–
- No– niego con la cabeza–
- A mi no me quieres– Sigue– Samael es tu primero, Y Richard el que te reconstruyó ¿y yo quién soy, Isabell?¡Nada!– se acomoda los cabellos rubios– Solo...solo soy tu...¡tu perro!– suelta con los dientes apretados rabioso– Tu matón– toma aire– si tú ya no me necesitas para eso, entonces no soy nadie para ti. Ellos siempre tendrán su lugar, pero conmigo todo es distinto–
- Eres mucho más importante para mi de lo que crees– Mi boca no suelta mentiras–
- ¡mientes!– camina hacia la ventana frustrado pero se regresa hacia mi– Soy un estúpido, Isabell, ¿cómo pude creer que me ibas a querer algún día? Tú quien engañabas a tu novio conmigo. Ahora me engañas a mi con ese Alemán y quien sabe con cuantos más– increpa– No te reclamo nada, yo me metí en esto–
- Puedes ir...–
- ¡No!– Me corta- Ahora te jodes. Tú me respondes como mi esposa–  se me acerca más poniéndose a mi altura– No me enfades, muñeca, porque te mato a todo maldito cerca de ti. Y comenzaré con ese Alemán–
- No te atrevas–
- Es una promesa. Y seguiré hasta que quedes solo para mi. Vámonos–
- Idiota–
- Caprichosa– me jala, ¿es capaz? Claro que lo es. No lo dudo–
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MY BUNNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora