ELEANOR
Mi compañero no está, así que subo los pies al escritorio mientras como una paleta y reviso tareas de las materias de primer curso.
Jóvenes que aún están encontrándose.
Paso la hoja, no disfruté realmente mi etapa da de estudiante, comúnmente un Volkov no lo hace. No podemos darnos el lujo de excesos y ser malos estudiantes. Aunque a comparación de otros Volkov yo sí lo fui, estudié la mayor parte del tiempo en Rusia, pero me ausentaba por estar aquí, donde me gustaba estar.
Acomodo mi postura cuando escucho la manilla ser abierta.
Dorian entra y cierra la puerta tras de él.
- ¿no deberías estar en clase?—
- Samael y el otro profesor están en sus colegios—
- No– Niego–
- Anda, Elli– Hace un puchero– te extraño–
- Shhh– lo callo– cuando comienzas de intenso me hace dudar de esto–
- Me pongo de intenso porque soy al que ves cada que puedes– se acerca– y tampoco me dejas estar con otras–
- por salud– aclaro—
Gira los ojos.
- anda, nena ¿al menos un beso? ¿Si?–
- Uno rápido– Le señalo con la paleta–
- Lo que quieras– me jala del brazo parándome de mi asiento– ¿cuándo vas a tener tiempo para mi?–
Toma mi rostro y me da un beso, es tierno, demasiado.
- Ahora no– sus ojos azules son algo para admirar— Los tres están volviéndome loca...–
- Debiste hacerme caso, te casaste no solo con un infiel, si no con tres–
Giró los ojos.
- Me siento como si estuviera recogiendo las sobras de Anastacia, hasta tú te acostaste con ella–
- Sí, creo que tú estabas iniciando el instituto – me hace reír– O aún eras más joven– me vuelve a besar– Oye, trata de tener un día libre– cambia de tema—
- No creo que pueda–
- Solo inténtalo, puedo cocinar algo para ti, Maria estará con unas amigas–
Asiento.
- Lo intentaré–
- Excelente, nena– me besa, esta vez profundiza el beso– De verdad te extraño–
- No quiero que nos descubran, sé paciente– Rueda los ojos–
- puedo ser su amante como ese tipo, el alemán ese– se queja–
- Baja la voz– le siseo— si nos descubren, se acaba ¿entiendes?–
- Pudiste casarte conmigo, puedes hacerlo—
- Eres el hermano de mi esposo– le jalo de la corbata–
- ¿y? En el privado de al lado lo viste metérsela a otra–
- y yo me meto con su hermano– le doy un beso, sonríe—
- Así me quiero, me usas y estoy bien con eso–
Él siempre quiso coger conmigo, y no desaprovechó la oportunidad cuando llegué a él dolida. Fue mi venganza y si bien creí que jamás se repetiría, lo hizo.
Dorian y yo pudimos ser, pero me gustan patanes, ¿me arrepiento de no haberle elegido? No, de haberle elegido Oliver no estaría conmigo.
Los besos se vuelven toqueteos indecentes sobre mi ropa, y yo no me quedo atrás tentándolo con mis manos. Me guía hasta su paquete aprisionando mi mano contra él. Vuelve a sostenerme las mejillas con ambas manos en tanto toco lo que me pide.
Me lleva al escritorio subiéndome de un tirón.
Me besa las tetas y regresa a mis labios pasando los dedos por mis erectos pezones. De verdad necesito a este hombre.
Me jala del trasero y restriega su dureza contra mi. Se me escapa un pequeño gemido en sus labios que no solo le derrite, si no que lo anima, sin embargo sabe que no haremos nada.
- Tienes que irte, bebé— advierto con su cortaba enredada en mi mano y mis labios saboreando los suyos—
- Un ratito más– sus ojos azules se vuelven de un cachorro desamparado, unos hermoso y deslumbrantes ojos. Pasea sus manos sobre mi— ¿si?–
- Sé bueno, de verdad no quiero que esto termine– soy sincera, no solo follamos, también nos escuchamos, y eso es lindo cuando tus tres esposos son una basura de hombres–
- Tampoco yo, lo sabes, Elli— acaricia mi mejilla sin quitarme la mirada de encima– Eres preciosa–
- Dorian ya– me sonrojo y lo hago a un lado bajándome- Mejor vete antes que alguien te vea—
- Está bien, avísame si logras estar libre ¿si?—
Asiento y le aviento un beso que el recibe con una sonrisa– nos vemos después—
- Espera– se detiene– Oliver extraña a María, deberías ir el fin de semana–
- Claro, sabes que sí–
Revisa antes el pasillo, regresa, se despide y se va.
¿Por qué no me habré quedado con él? Tal vez porque soy una estúpida.
Acordé con Samael esperarlo, su amigo nos espera en Londres. Pável a pesar de ser una víbora, es obvio lo que dice, no puedo confiarme de esa amistad, no es así como se juega.
Han pasado dos días y aún los rusos desconocidos no han hecho ningún movimiento. Pueden o no ser cómplices del líder de la mafia escocesa.
Lucían regresa pero se va a tutorías, Samael me arruinó el tenerlo para mi.
La puerta de abre mostrando al rey de Roma.
- ¿estás listas?–
Él ya lo está con su maletín en la mano.
- Guardaré–
- ¿vas a necesitar pasar a mi departamento?–
- ¿por qué? ¿Me veo fatal?–
Espero su respuesta mirándole.
- Bueno...– me indigno— Es broma– rueda los ojos– Date prisa, quiero irme temprano a casa–
- ¿por qué? ¿Tienes otra cita?—
- Es posible, hoy Oliver se queda en tu casa–
Se hace el imbécil acomodándose la corbata– ¿qué hay de ti?¿otro amante?—
Me mira y yo guardo un par de libretas.
- No, estoy ocupada, mi esposo y yo estamos tratando de hacer un bebé—
- Claro, como si le sirviera la verga para hacer un bebé—
Alzo el rostro.
- Eres un grosero–
- Ya tuvieron su tiempo de intentarlo, ahora no puedes tener un hijo de ese rubio imbécil–sentencia–
- ¿solo porque tú lo dices?– me río–
- No me retes, Eleanor, o comenzarás a tener dos hijos míos cada año–
- Alex...–
- A mi me importa poco lo que Alex diga– me corta– Hay cosas que no puede controlar–
Nos retamos con la mirada.
- Date prisa, nos esperan—
Me apresura, me da rabia que tenga razón, lo conozco, se atrevería a hacer lo que fuera con tal de mantenerme preñada.
Subimos a la camioneta con sus escoltas en tanto la mía nos sigue.
Observo un momento.
- ¿ya te has cogido a alguien aquí?—
- Averígualo con una luz ultravioleta–
Mira su reloj y saca su móvil. Se mensajea con quien sabe quién por varios minutos. Saco el mío cuando vibra un par de veces, es Pável cuestionando donde estoy. Lo dejo en visto, debería largarse, haría esta mierda más fácil, él no se acostaría con alguien que no le gusta y yo no estaría soportando su desprecio y mentiras.
Mensajes de Richard también llegan, es el niñero, otro idiota que debería largarse si él mismo ha dicho no estar cómodo aquí. Discuto tanto con él que aveces olvido porqué no le puedo ver. Se supone que es mi amigo.
Tal ve ya no sienta nada por ninguno de estos tres.
- ¿con quién hablas?— Me arrebata el celular sacándome del trance—
- ¡¿qué rayos te pasa?!— Hago memoria de mis conversaciones mientras me estiro en busca de mi celular.
- ¿le avisas a ese pendejo que ya te fuiste?–
- El único pendejo en mis contactos eres tú–
Le pego un manotazo en el muslo.
- ¡Eleanor!—
- ¡dame mi celular!—
- ¡no!–
Forcejamos en el espacio pero logra estirar el brazo y pasar mis conversaciones.
- ¿crees que soy tan estúpida para dejar mis conversaciones?–
- ¡Entonces quítate de encima!–
Espeta en mi cara— Alguno va a enviarte mensajes–
- Les avisé que estaría con el imbécil de mi esposo—
Pasa a mis fotos, intento quitárselo con verdadera inquietud porque hay imágenes mías privadas y algunas otras que revelan que tal vez pase tiempo con amigos en clubes y no le digo a nadie.
- ¡Dámelo ya!—
- ¡quieta puta madre!— me grita sometiéndome de las mejillas, trago en seco, mis ojos van a la ventana de privacidad, por suerte está cerrada.
- ¿sales a escondidas de mí?–
- De los tres— Masculló furiosa— Son un maldito estorbo los tres–
- ¿y estas fotos?– aprieta más acercándome a él— ¿para quién carajos te las tomaste?—
- Para mí– En eso digo la verdad–
- ¡no me mientas!¡dime para quién carajos te las tomaste!—
Me sostengo de su brazo cuando comienza a lastimarme.
- ¡eran nuevos y quería vérmelos!–
- Lo que pareces es una maldita prostituta– me suelta quitándome de mala gana componiendo su postura–
- Una que no puedes pagar– musito–
- ¿qué dijiste?—
- Nada– me acomodo el cabello–
- Dime– exige—
- Dije, que estás acostumbrado a solo prostitutas baratas, y yo no lo soy—
Me jala del cabello inmovilizándome frente a su rostro.
- gratis le abres las piernas a cualquiera ¿por qué yo debería pagarte una libra?–
- Me encanta cogerme a otros, tú sí deberías pagarme– se le encienden más los ojos de rabia – anciano aburrido de mierda– le escupo la cara, cierra los ojos y los abre mostrándome la intensidad de sus ojos, por un momento recuerdo de lo que es capaz Samael, lo conozco desde hace seis años, y sí, tal vez cambió con las drogas, pero sé que ya no las ingiere. Este es el hombre del que me enamoré a mis diecisiete.
- Yo no quise decir eso–
Enreda más sus dedos en mi cabello causándome dolor.
- Debería romperte para que digas lo viejo que soy– amenaza— No darte descanso para que no te aburras—
Trago en seco
- ¿eso es lo que quieres?–
Me acaricia la mejilla con su nariz obligándome a cerrar los ojos. Lleva su otra mano a mi cuello y me besa con brusquedad. No me voy a negar al escocés de casi dos metros furioso.
........................
- ¿crees que...?– me señala con los ojos a los conductores mientras se abrocha el pantalón—
![](https://img.wattpad.com/cover/268373274-288-k999535.jpg)