24 Piedras de Colores

21 3 0
                                    

Skay

– ¡Otra vez! – gritó Antonio firmemente, desde arriba de la torre de madera en donde llevaba varias horas vigilando cada movimiento que hacíamos, por pequeño que fuese, si fallábamos o a él le parecía que no fue suficiente, gritaba siempre lo mismo, pero esta vez se lo decía a Luke, que estaba practicando en un "objetivo de prueba" también conocido como "blanco" o "Diana" – como lo llamaba Antonio, pero él prefirió llamarlo de la primera manera, porque sabía que de la segunda, jamás recordaríamos el nombre – Luke lanzaba varios cuchillos de diferentes tamaños y formas.

Me encuentro en el campo de entrenamiento del castillo, es un lugar muy grande, lleno de armas, escudos con el símbolo del reino, y varios estafermos, aunque esos me parecen más a unos maniquís, supongo que lo son, también habían varios postes de madera, de unos dos metros y medio de altura, en donde se podía practicar con espadas, un área cercada para peleas con lanzas y otras armas, y la entrada del establo, del cual se podían oír los relinchos de los caballos, que hacían que Lucian no dejara de aullar, ya lo conozco lo suficiente para darme cuenta, que aquellos ruedos lo están irritando, y si, Lucian es el ya no tan pequeño cachorro, que encontré junto a Luke en el bosque, lo llamé así porque me sonaba a nombre de algún hombre lobo, de aquellas películas con esa temática.

Parezco una mula trabajando sin parar; Antonio nos ha entrenado por casi dos semanas sin descanso, y siento que mi cuerpo no da para más, aunque debo admitir que el ejercicio y el pararme todos los días unos minutos antes de que salga el sol, desayunar e ir directamente a entrenar hasta casi la hora del almuerzo, está dando frutos; puedo notar alguno que otro cambio en mis músculos, mi resistencia está mejor, al igual que mi fuerza y velocidad, pero en realidad eso es lo de menos, Antonio ha logrado que Luke y yo empezáramos a controlar mejor nuestros dones; increíblemente a Luke se le manifestaron sus dones, al tercer día de entrenamiento, y de una manera bastante graciosa, ya que estábamos cenando y sin querer él estornudó y toda la ensalada salió volando, cayendo sobre Chase, logrando que él se molestara y quisiera matarnos; por mi parte, he aprendido a controlar el viento a mi voluntad, el agua me cuesta un poco ya que necesito mucha concentración para hacer que al menos se mueva, pero aún no he logrado controlar y fusionar ambos dones, cada que lo intento, termino muy cansado y débil. Se ve que Antonio sabe lo que hace, aunque antes lo hayamos menospreciado, hoy me doy cuenta que es excelente, y también implacable.

He estado golpeando con mis puños un saco desde... creo que perdí la cuenta, pero fue un castigo, o una prueba, sinceramente no logro descifrar por qué Antonio quiso que comenzara a golpear este saco, lo que sé es que cada vez que le pregunto si puedo parar, el solo dice... – ¡Vamos Skay! Con más fuerza, ¡movimientos rápidos y precisos! Puño cerrado correctamente, y recuerda estirar más el brazo – la fatiga se apoderó de mi creo que hace veinte o treinta golpes atrás, lo único que he logrado con esto, es que mis nudillos se hallan hecho añicos, que tenga la sospecha de que las vendas que utilicé para cubrirlos, no sirvieron de nada, y que logre otra cara de horror por parte de mi mamá; no sé cómo no se ha desmayado con todos los moretones y uno que otro corte que he llevado al castillo.

Lanzo un golpe débil que impacta a un costado, y sin aliento, abrazo el saco poniendo mi frente sobre la tela de malla; mi respiración es desastrosa, y gotas gruesas de sudor cubren toda mi cara. Desde un punto lejano, escucho la gruesa voz de Antonio, y me preparo para lo que sé que gritará; pero soy sorprendido al escucharlo decirme – Ya está bien Skay – subo mi mirada rápidamente, y lo encuentro con una sonrisa torcida – Puedes parar, deja el saco en paz – ríe levemente, como si mi vida dependiera de ello, con una sonrisa cansada, me dejo caer sobre la poca nieve que queda en esta parte del castillo, aparentemente para estas fechas, la temperatura comienza a subir, haciendo que la nieve sea menos, pero aun así lo siento bastante normal.

Alma De Hielo Fuerza De Fuego [ Libro 1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora