Emily
El hecho de regresar a casa y contar todo lo sucedido, me aterraba. Lina se volvería loca. Echaría algunas maldiciones, de seguro.
Harrison preparaba el desayuno cuando salí de la habitación. A pesar de todas nuestras diferencias, se había comportado como un caballero y no me había ofendido. Algo que él agradecía.
Sirvió el desayuno e inmediatamente coloco el plato frente a mi. Le agradecí el gesto, ademas de haberme ayudado; pero que era momento de regresar a casa, a lo cual asintió.
Al estacionar el auto frente al complejo de apartamentos donde vivía. Le agradecí nuevamente por traerme.
—La próxima ves que salga, asegúrese de salir acompañada —me aconsejo. —Uno nunca sabe que se encuentre en la calle y mas a esas horas de la noche. —Asentí.
—Gracias. Lo tomare en cuenta. —Asintió. —Le devolveré la ropa que me prestó, una ves este limpia.
—No tiene que hacerlo. Ya no la usaba —volví a asentir.
Baje del auto luego de e desearle un buen día. El se marcho y yo me dispuse a subir a mi apartamento.
Al entrar, me recosté sobre la puerta. Tome un segundo para respirar y clamarme.
Mientras caminaba, note que la casa estaba muy silenciosa. Lina no estaba, así que, asumí que no había llegado.
Deje mi cartera encima del mueble y caminando pausadamente, me fui a duchar.
Al salir del baño, ya vestida con ropa cómoda, fui por mis medicamentos y luego darme la primera terapia del día.
Encendí él televisor y me recosté sobre el mueble. Necesitaba descansar. En la noche no había dormido nada.
Las imágenes de ese hombre reteniéndome y manoseándome se hicieron presentes. Yo gritando las veces que podía mientras intentaba quitármelo de encima, pero no, no podía. Por más fuerza que hacia, no podía. Él era más fuerte que yo. Logre darle un golpe en la cabeza; no sabia como lo había logrado, pero de pronto, me agarro del cuello al momento que intente salir corriendo. Me tiro al suelo y rasgo parte de mi vestido. Comenzó a poner sus asquerosos labios por todo mi cuello, parte de mi pecho y mis senos.
Quería morirme. En ese momento pensé que estar muerta seria mejor que ser violada por un hombre en un callejón oscuro, donde nadie podía escucharme y mucho menos ayudarme.
Grite y llore mientras intentaba quitármelo de encima, hasta que de pronto, alguien me lo quito de encima.
Me levante de golpe al escuchar la puerta. Lina una no había llegado. Así que, me levante para ver de quién se trataba. Al abrir la puerta, encontré al chico de la paquetería. Traía un paquete para Lina, así que acepte e paquete. Firme el flete y el chico se marcho.
Al entrar, lo deje en su habitación y luego regrese a mi antiguo lugar.
Sentada en el mueble, Recordé que Harrison había respondido algunos mensajes en mi móvil.
Verifiqué los mensajes en WhatsApp y la aplicación de citas. Encontré el mensaje que Harrison había dicho. Así que decidí leer un poco.
"Disculpe, es el jefe o bueno, ex jefe de la señorita Emily Moore. Su móvil se quedo accidentalmente en la oficina. Por lo tanto he decidido comentarle al respecto, ya que ha estado escribiéndole algo seguido. Espero que pronto se pueda comunicar con usted y explicarle la situación. Buen día."
Me asombraba lo diferente que podía ser en tan solo un mensaje.
¡Que confusión!
James estaba desconectado, pero aun así, decidí escribirle de regreso.
[Emily Anne: Hola, James. Espero que estes bien. Siento mucho no haberte podido responder. No tenia mi móvil conmigo durante algunos días. Ya te lo habían comunicado. Para ser el cuento largo corto: Me quede encerrada con mi jefe en el ascensor. Sufrí una recaída por todas las emociones que me causó el horrible momento. Pero ya estoy bien. Me llevaron al hospital y me estabilizaron. Ya estoy de regreso a casa. Bueno, regrese hace algunos días, pero apenas hoy he recuperado mi móvil. Bueno, ya me voy despidiendo. Posiblemente estes ocupado y no quiero molestar. Espero que estes muy bien. Hasta pronto.]
Al dejar el teléfono de lado. Note que la puerta se abrió. Era Lina. Me cruce de brazos cuando ella anunció que había llegado. Lo dijo sin tan siquiera notarme en la sala de estar.
Aclare mi garganta para llamar toda su atención.
—Lo sé, lo sé... No se volverá a repetir. Me invito y no me puede negar.
—O sea ¿no pasaste la noche aquí y la pasaste en casa de ese chico que apenas conociste y que ya te tiraste? —sonrió avergonzada. La quería matar. —Pues yo también pase la noche fuera —comunique.
—¡¿Que?! ¿Te viste con el chico? ¿El fotógrafo? —negué de inmediato. —¿Entonces? —cuestiono confundida.
Se me comenzaron a salir las lagrimas cuando me vi obligada a contarle. No podía ocultarle algo tan delicado cuando vivíamos bajo el mismo techo. Ella solía salir en al noches y para mas vestida con ropas provocativas. Si a mi me había pasado con un vestido sencillo y que no tenia ni una pizca de provocativo; a ella le podía pasar lo mismo o peor. Estaría sola y si corría con suerte, acompañada con alguien que la defendiese.
Yo estaba sola. Solo agradecía que Harrison no se había marchado del lugar. De lo contrario, estaría arruinada.
—¡¿Que?! — grito ante la sorpresa de lo que le había confesado. —¿Le viste la cara? —asentí. —Entonces, vamos. Vamos a la policía. —Se levanto del mueble tomándome del brazo par que también lo hiciera. —¡Esto no s e puede quedar así, Em!
—Ya no se puede hacer nada.
—¡¿Cómo que no?! ¡Casi te viola! —exclamó incrédula de mis palabras. —La policía puede buscar a ese desgraciado.
—Si lo hago, Harrison también ira detenido.
—¿Por qué iría detenido? ¡El te defendió!
—Por qué casi lo mata a golpes.
—Pues se lo merecía.
—Si, se lo merecía, pero no es justo que por defenderme vaya a la cárcel por agresión a un maldito violador.
—No comprendo... ¿Por que te importa ese hombre? Te ha hecho tanto daño por casi 6 años y... ¿ahora lo defiendes?
—No sé como explicarlo, Lin. Aveces siento que...tengo una mala imagen de él, por lo laboral. Tal vez... de su vida personal sea muy diferente a lo que estoy acostumbrada.
—¿Que? —cuestionó incrédula.
—Tal ves estuve sacando conclusiones sin tan siquiera conocerlo en realidad.
—Ay no. ¡Se volvió loca! —exclamó legándose las manos a la cabeza. —Pasa por un momento traumante. El jefe odioso la salva y ahora se le hace un nudo la cabeza. Definitivamente, Emily, te volviste loca.
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Querido Harrison
RomanceEmily es una mujer con un gran sueño, pero sobre todo, y más importante que ello, un gran anhelo personal y con sentido de urgencia. Emily trabaja como la asistente personal del famosísimo Elian Harrison; hijo de la diseñadora de modas, Sandra Harr...