Harrison
Si hubiera dejado la boca abierta, de seguro se me hubieran caído las babas. ¡Que mujer, Dios! La situación me estaba volviendo loco. Completamente loco. Desde que toque esos labios el día del incendio y luego en mi casa, no podía dejar de pensar en ella.
Esa noche me costo dormir demasiado. Las preguntas de mi psicólogo rondaban por mis pensamientos.
¿Que veía cuando ella estaba a mi alrededor? Nada. Solo era ella y nadie más. Como un túnel , donde lo único que puedes apreciar es un destello de luz al final del túnel.
¿Que sentía cuando ella estaba a mi alrededor? De todo. No sabia describir todas las cosa que una mujer como ella me hacia sentir. Solo quería que estuviera lo más cerca posible de mí. Que no se separase de mí en ningún momento. Amaba verla enojada. La verdad se veía preciosa enojada. Mujer con carácter y que no se victimizaba. Eso me gustaba de ella.
¿Que sentía cuando tenia toda su atención? Un tremendo hormigueo en todo mi cuerpo. Me gustaba hacerla enojar. Se sentía bien hacerlo.
Ahora que la tenia frente a mí y vestida de aquella manera, estaba sin palabras y con los pies casi doblados en el suelo. Podría jurar que si me pedía que besara el suelo por donde caminaría, lo haría.
Estaba perdido. Desde lo sucedido con Monica, no quise volver a enamorarme. Pero fracase. Me había enamorado desde hacia mucho tiempo y la negación era lo único que me retenía a aceptarlo.
Me enamore de una mujer sencilla. De carácter. Trabajadora. Fuerte. Y lo más importante, no es avariciosa.
Tenia muy claro quién era Emily Moore. No era para nada como Monica.
Emily era una mujer completamente diferente.
—¡Elian! —exclamo mi madre, al notar que no le estaba prestando atención. —¿Donde tienes la cabeza, hijo? Te llevo hablando mas de 3 minutos y tu no me has hecho caso.
—Perdón, mamá. ¿Que me decías?
—Te decía que cuando la ultima chica salga de la pasarela, entrare primero. Luego, tu entraras con Emily. La llevaras del brazo, y espero que te comportes. No la hagas sentir más nerviosa de lo que esta.
—Nervioso ando yo.
—¿Tu? ¿Por qué deberías estar nervioso, cuando siempre haces esto? Llevas años en esto conmigo. No deberías sentir nervios.
—Lo se, pero yo me entiendo.
—En que rayos estarás metido para estar nervioso.
—Ni te imaginaras...
Tenía algo en mente, y no me iría de aquel lugar sin llevarlo a cabo.
Mire la hora en mi reloj. Ya era hora de comenzar el evento. Así que le dije al maestro de ceremonia que era hora de comenzar. Emily y mi madre parecían locas verificando que cada modelo estuviera lista y en orden. Algunas debían regresar rápido para su cambio de vestimenta.
Comenzarían con la lencería. Luego los vestidos de baño. Las chicas que usarán lencería, una ves hicieran su parasite, regresarían para cambiarse a vestido de noche o gala como mi madre solía decirles. Vestidos de novia solo habían 4; modelos exclusivos de mi madre. Los otros dos eran de Emily.
Cada pieza elaborada, era espectacular. Todas mis colecciones pasadas las podía catalogar fracaso, en comparación con la colección de Emily. Era una mujer muy talentosa. Era una lastima que no la hubiera podido conocer desde antes, de lo contrario, hubiera estado en el equipo de diseño desde el primer momento.
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Querido Harrison
RomanceEmily es una mujer con un gran sueño, pero sobre todo, y más importante que ello, un gran anhelo personal y con sentido de urgencia. Emily trabaja como la asistente personal del famosísimo Elian Harrison; hijo de la diseñadora de modas, Sandra Harr...