CAPÍTULO 41

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Harrison

12 largas horas de encerrado en un cuadro. 12 largas horas de investigación. Investigación que era más que absurda, pero era parte del protocolo. Tantas horas sentado esperando alguna noticia, ya sea mía o de ella, me estaba matando.

Me trajeron de comer. Estaba en todo mi derecho. Ademas de eso, pedí unos analgésicos para el fuerte dolor de cabeza que me atormentaba. Toda esta situación me tenia muy mal.

Estaba agotado, muy agotado. Físico y mentalmente.

No podía dejar de pensar en ella. Si algo le pasaba, mientras yo permanecía detenido, no iba a poder aguantarlo. De solo pensarlo, me aterraba.

El oficial que me arresto en mi hogar, llego con un documento y un cartapacio. Tomo asiento frente a mi, y de inmediato, me extendió el cartapacio. Al abrirlo, me encontré con varias fotos. Fotos del sujeto.

—¿Es este el sujeto que intento agredir sexualmente a la señorita Emily Moore, y que usted agredió para defenderla?

—Es correcto —dije asintiendo.

—¿Esta completamente seguro que es el sujeto correcto? —Asentí completamente seguro.

—Ese rostro jamas lo olvidaría.

—Bien... —Cerro el cartapacio y se levanto de su lugar. —... Iré por un documento mas y regreso de inmediato.

—Un momento, ¿por que me mostró estas fotos? —pregunte confundido. —Si saben perfectamente que es la persona, por que me tienen aquí esperando por noticias?

—Precisamente por que queríamos corroborar las fotos con las imágenes del video que nos llego; pero tranquilo, no se preocupe. Dentro de un rato podrá marcharse. No tenemos nada que nos obligue a retenerlo más tiempo.

—¿No piensa ir a detener a ese desgraciado? —pregunte indignado.

—Ya no será necesario —respondió.

—¿Como que ya no es necesario? —cuestione sumamente indignado. —Le acabo de identificar al desgraciado y usted me dice que ya no es necesario?

—No será necesario por que el sujeto ya ha sido detenido.

—¿Como que ha sido detenido? —Mantenía mi ceño fruncido en todo momento.

—El sujeto fue denunciado por intento de agresión sexual a una menor. Afortunadamente, contó con un héroe. Así como usted.

—Entonces... ¿ya no tengo que preocuparme por al acusación de agresión?

—Por el momento, no hay cargos en su contra. Esta claro que usted lo hizo por defenderla.

—Y lo volvería a hacer.

—Esperemos que este tipo de agresiones no vuelva a pasar.

—Es difícil, pero se puede evitar.

—Así es... Bien. Le recomiendo a la señorita que visite un especialista. Estos eventos no son muy fáciles de superar. —Asentí. Era lo más lógico, pero con la disputa que habíamos tenido, era más que claro que, eso no sucedería.

Al cabo de un rato, firme los documentos de salida y me marché de aquel horrible cuadro. Me indicaron que saliera por la parte trasera, que un ofician me llevaría de vuelta a casa. Aún quedaban periodistas; agradecía el gesto de que no me obligaran a atenderlos.

Al llegar a casa. Lo primero que hice fue correr escaleras arriba para ir a ducharme. Lo haría lo más rápido posible para ir al hospital. Quería saber de su estado.

Querido HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora