Capítulo 17.
Enero, 2028.
Hace cinco días de la última vez que tuve a Hugo delante, de ese golpe con la mano abierta que dejó marcada su mejilla al menos durante unos minutos.
Cinco días de aquel "Mejor no vuelvas" que me salió de los labios con rabia.
Quise que no volviese a mi vida, quise que desapareciese como lo había hecho meses atrás.
Que hiciese eso que se le daba tan bien, huir.Y funcionó durante dos días, no volví a ir al gimnasio, no quise cruzarme con él, no quise que sus ojos encontrasen los míos.
Me estaba demostrando que no iba a estar para mí por segunda vez en mi vida.
Solo he sido una distracción, un juego en su retorcida mente, algo que le había hecho gracia o que había necesitado para hacerme daño, porque no había tenido escrúpulos para liarse con Diana y tener a mi mejor amiga suspirando por cada mensaje que se mandaban.
Porque seguían en contacto, porque se seguían viendo, porque ese imbécil es la razón de la sonrisa de mi amiga, como alguna vez había sido la razón de la mía.Si quería joderme, hacerme daño, lo está consiguiendo y no estoy dispuesta a dejar que eso pase más.
Hay más vida, más tíos, más allá de él, y yo voy a descubrirlos.Recuerdo como hace dos días yo estaba en el sofá, como sonó la puerta y las risas de los dos me hicieron tener arcadas.
Como sus ojos se clavaron en los míos nada más llegar al salón y rápidamente los desvió hacia el suelo.
No hubo juego por su parte, no hubo nada porque se despidió de mi amiga con un besos y entre sus ruegos de que se quedase a cenar.Eso me dejó aún más confundida. Pensé que ahora querría hacer sangre, que me miraría cuando la besase y estaríamos en un tira y afloja que no podríamos evitar.
Pero yo lo miraba con odio, con rencor y decepción, y él huía de mí.
Ayer fui al gimnasio.
Maldita la hora en la que decidí hacerlo.Allí estaba él, golpeando con furia el saco, sin que nadie fuese capaz de acercarse a él para calmarlo y me vi luchando contra mí para no ir detrás otra vez y tratar de tranquilizarlo.
Mirar hacia el ring no me hizo tampoco algún bien, las imágenes, recuerdos y sensaciones que tuve cuando follamos ahí volvieron con rapidez, con ganas de atormentarme.Había tocado por encima de la tela de mi top deportivo esa cicatriz que tanto me empeño en ocultar, en no mostrarle a nadie, y me había dolido. No un dolor físico, sino un dolor al recordar como me la hice, la razón que desencadenó aquel episodio de mi vida que casi acaba conmigo.
Y como tuve que pasarlo sola, porque él no estaba, decidió no estar.-¿Eva? -Tres golpes en la puerta de mi habitación me distraen de los recuerdos que no querría revivir ni una sola vez más. Noto que una lágrima rebelde se escapa de mis ojos y la seco antes de que Diana asome su cabeza por detrás de la madera.-
-¿Qué pasa?
-Necesito hablar contigo. ¿Puedo pasar?Asentí con la cabeza y en menos lo que tardo en parpadear dos veces, mi mejor amiga estuvo sentada sobre mi cama, a mi lado, obligándome a sentarme de igual forma que ella, con la espalda sobre el cabecero y las piernas cruzadas.
Pude notar que necesitaba decirme algo importante cuando suspiró y miro a sus manos antes de empezar a hablar.
-¿Estás bien?
-Me gusta, me gusta mucho y tengo miedo.Sé que se refiere a Hugo, sé que es de él de quien me habla y un pinchazo se instala en mi pecho al comprobar que lo que veía es verdad.
Y la entiendo, claro que la entiendo, porque ese estúpido rubio lleva dentro de mi cabeza tanto tiempo que siento llevarlo escrito en frente.Sus manos se frotan entre sí y mi corazón palpita demasiado deprisa, sintiendo que el dolor aumenta pero intentando que no se note en mi cara.
-¿Hugo? -Solo hay una mínima esperanza en que diga que no. Pero se desvanece cuando una sonrisa tímida aparece en sus labios al decir el nombre de él.-
-Es tan increíble cuando estamos juntos... No sé, es algo...
-Indescriptible. -Termino la frase por ella y me mira, con un brillo especial en sus ojos, sonriendo más ampliamente y haciéndome sentir un poco más de dolor en el pecho.-
-Sí. ¿Es lo que sentías cuando estabas con Gabriel al principio?
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Frenesí
FanfictionFrenesí. La vida a veces puede resumirse en un combate de boxeo, separarse en ronunds que ganas y pierdes, hasta que llegas al final, sin sufrir un ko. Y esperas a ver si has ganado por puntos. Hay unos más fáciles, otros más difíciles, pero de tod...