Capítulo 4.
Noviembre, 2027.
Camino baja la intensa lluvia y la oscuridad de un día nublado, solo refugiado por mi paraguas que hace todo lo posible por mantenerme seco de este temporal.
Le doy una calada al cigarrillo y miro como el humo desaparece al salir por mi boca.
Y sonrío.
Porque tengo buenas noticias, porque debajo de mi abrigo negro llevo a resguardo una carpeta de color marrón que guarda toda la información de Eva.
El detective parece haber hecho un buen trabajo y tras ponerme al corriente por encima, tengo toda la información en papel para mirarla una y otra vez, para memorizarla, para volver a conocer a una persona que creí conocer hace mucho tiempo.El ver que no vivía en el apartamento que compartía con Gabriel me descuadró, me pareció muy extraño. Tenía todas las comodidades ahí, personas que iban a limpiar, a cuidar el jardín, que les hacían la comida incluso.
No entiendo por qué abandonó todo aquello si ya se había desecho de mi amigo.
Ahora podía dejar ver su verdadera cara, esa que yo nunca pude ver, que no quiso mostrarme y que quizá yo tampoco quise saber que tenía.Tiro la colilla al suelo después de darle una última calada y dejar escapar el humo para que se mezcle con el aire.
Miro al frente y unas rejas de color negro, altas, imponentes me dan la bienvenida. Debería estar camino al gimnasio para entrenar, esta noche tengo planeado ir a las peleas "poco legales" para ganar algo de dinero y me vendrá bien dar unos golpes a los sacos antes.
Pero esta parada es obligatoria, necesito quitarme esta culpa de la espalda, necesito decirle que realmente voy a empezar con la venganza que él merece y que ya he comenzado. Que no me voy a detener.
Que nada ni nadie me va a detener.
Que voy a ver su mujer enterrada.Camino despacio pero sin prisa por los caminos de tierra que se queda en la suela de mis zapatos.
Hay varias personas con la cabeza baja y yo sigo hasta llegar frente a Gabriel.
Me siento culpable por no venir hasta ahora, no pude hacerlo antes, no me sentí preparado para aceptar que de verdad él ya no estaba y no iba a volver.
Que su vida había acabado y ya nunca más iba a poder escucharlo decirme que me busque un trabajo de verdad, que madure.
Ya nunca más iba a poder tener la sonrisa de mi amigo cuando fuese a su oficina.
Gabriel se había ido y no iba a volver.
Gabriel no va a volver.
Y alguien tiene que pagar por eso.Aprieto los puños y llevo mi mano derecha a la fría y mojada lápida sobre la que está tallada su nombre y un escueto "Nunca te olvidaremos."
No podría caber en este trozo de mármol las palabras otra describirlo.
Era mi mejor amigo.
Mi hermano de distinta sangre.
La única familia que me quedaba desde que mis padres y mi hermano murieron.
Solo éramos él y yo.
Ahora, solo soy yo.-Siento no haber venido antes. Todavía me cuesta no marcar tu número por las mañanas para quedar y desayunar o salir de copas un viernes por la noche. -Las palabras salen más claras de mi garganta de lo que podía haber creído en un principio. El tiempo lo cura todo, o eso dicen, y a mí me ha ayudado a que este momento no duela tanto dentro de mi pecho.- ¿Sabes? El día que me dijeron que habías muerto, aquel maldito día en el tanatorio y luego en tu entierro, te hice una promesa, también me la hice a mí mismo. Ella iba a pagar por todo esto. Y la voy a cumplir, la estoy cumpliendo.
Aprieto la tela de mi abrigo donde están los documentos para que no se mojen por la lluvia y cojo aire, quizá más del que puedo retener.
Me separo varios pasos de ese lúgubre lugar donde ahora descansa lo que queda de mi amigo.
Retiro una lágrima solitaria que rueda por mi mejilla y salgo de aquel cementerio que tanto me ha costado volver a pisar."El cielo está gris, enfadado, a punto de estallar en miles de gotas que tienen la intención de inundar las calles que se comienzan a sumergir en la oscuridad de la noche.
Miro hacia esas nubes enfurecidas dejando salir el aire por mis labios, que se mezcla con el viento que golpea mi cara sin compasión.
En mi teléfono no hay llamadas, no hay notificaciones ni señales de Gabriel.
He intento ponerme en contacto con él durante todo el día. Sin éxito.
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Frenesí
FanfictionFrenesí. La vida a veces puede resumirse en un combate de boxeo, separarse en ronunds que ganas y pierdes, hasta que llegas al final, sin sufrir un ko. Y esperas a ver si has ganado por puntos. Hay unos más fáciles, otros más difíciles, pero de tod...