Confesión

130 19 2
                                    

Waaaaaaaaa ¡sigo viva! XD

He estado un poco desaparecida y aunque algo tarde, nada me iba a impedir traerles una pequeña historia para el cumpleaños de la cabra, espero les guste. Saludos.

♓♑♓♑♓♑♓♑

Una ráfaga de viento meció sus cabellos mientras el tronco de un árbol caía cortado por el filo de su brazo. Shura resopló con cansancio y se sentó en él. El día estaba frío y nublado, lo que lo desanimaba a seguir entrenando. El clima y su reciente discusión con Afrodita, aceptó de malas pasando una mano por su cabello. Odiaba discutir con él, pero en ese día en especial, era peor. Sabía que había actuado mal al enfadarse, pero no pudo evitarlo al enterarse que justo ese día no estaría en el Santuario.

No era culpa de Afrodita, era cierto, después de todo tenían responsabilidades, pero había pensado que al menos podrían pasar su cumpleaños juntos, aunque solo estuvieran sentados en la sala de Capricornio tomando cualquier cosa y jugando a los naipes. Miró el cielo nublado y suspiró de pesar, debió quedarse en su templo para al menos despedirlo, se reprochó.

—No te ves de buen humor —comentó alguien de pronto sorprendiéndolo en cuanto se dio cuenta de quién era.

—¿Qué haces aquí? —preguntó de manera brusca.

—Perdón, no sabía que mi presencia te molestara.

Afrodita respondió en tono aireado endureciendo la mirada y dándose la vuelta para retirarse. Shura masculló una maldición y tuvo que levantarse a prisa para impedir que su compañero se retirara. Conocía bien a Afrodita y no tomaba de la mejor forma los desplantes. Lo tomó del brazo y lo jaló hacia él. Afrodita lo miró molesto.

—No tienes que tomar mis palabras a mal, es solo que me sorprendí, creí que ya te habías ido —explicó. Vio a Afrodita apartar la vista y mordiéndose el labio.

—Ya.

Shura, suspiró ante aquella escueta afirmación, esperaba que Afrodita le explicara la razón de haberlo ido a buscar, sin embargo, tampoco quería presionarlo, Afrodita tenía problemas para decir lo que realmente pensaba cuando de sentimientos se trataba, así que se sentía honrado que hubiese ido a buscarlo antes de irse. Se relajó.

—¿A qué hora te vas? —preguntó aflojando su agarre.

—Debo irme ahora, de hecho.

Shura asintió simplemente y desvió su mirada. Era muy común entre ellos que luego de una discusión se formaran silencios incómodos y dejaban que poco a poco todo se resolviera. Era algo que siempre se había propuesto a cambiar, pero nunca lo lograba. Sintió los pasos de Afrodita y cerró los ojos maldiciéndose por ser incapaz de siquiera formar una frase de despedida y...

Su hilo de pensamiento fue interrumpido por unos suaves labios que presionaban los propios. Afrodita apenas y le había dado tiempo de procesar lo ocurrido cuando se separó de él. Shura observó un violento sonrojo en las blancas mejillas. Afrodita pronunció unas palabras de despedida atropelladamente antes de salir corriendo perdiéndose entre los árboles. Shura lo observó alejarse un tanto ofuscado por la situación. Cuando su mente finalmente comenzó a funcionar correctamente una amplia sonrisa se dibujó en su rostro. Se moría porque la semana pasara pronto, porque cuando Afrodita volviera, no lo dejaría escapar.

Entrenó un poco antes de volver a su templo. El día seguía frío y nevado, pero para él era un día perfecto y cuando pensó que no podía mejorar, al entrar a Capricornio, se encontró con una bandeja con el desayuno servido con una rosa y una tarjeta decorando. Tomó la rosa y aspiró su aroma sin perder la sonrisa, al menos no pasaría su cumpleaños solo, el aroma de Afrodita le haría compañía, pensó sentándose en el sofá de su sala mientras leía la pequeña tarjeta con un simple mensaje escrito en perfecta caligrafía: «feliz cumpleaños, Shura, espero que te guste mi regalo. PD. Te amo».

Aquella última frase casi lo hace saltar de alegría, jamás pensó tener una confesión así de parte de Afrodita, pero lo hacía inmensamente feliz, más porque el sentimiento era totalmente recíproco. Aquel era el mejor regalo de cumpleaños que Afrodita hubiese podido darle, sí era una lástima que no pudieran pasar el día juntos, pero se cuestionó si de haber sido así, Afrodita le hubiese revelado sus sentimientos, algo le decía que no. Decidió no dar más vueltas y tomar su desayuno. Ese sí era un feliz cumpleaños.

♑♓♑♓♑♓♑♓

¡Gracias por leer!

Afrodita x Shura Historias CortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora